La Parker desconocida
Me llamo Peter Parker y soy el genio más idiota del mundo
A través de la línea Marvel Must Have, Panini Comics nos ha ido trayendo distintas aventuras de Spiderman, de mayor o menor entidad, pero con importancia para el desarrollo del personaje. En esta ocasión, tenemos una novela gráfica bastante olvidada, publicada allá por 2014, Negocios familiares, obra de Mark Waid, James Robinson, Gabrielle Dell´Otto y Werther Dell´Edera.
La historia nos transporta a una cárcel de Túnez, en la que un atormentado prisionero, Mentallo, recibe la visita del más aterrador de los capos de la mafia: Kingpin, que acude a su encuentro para emprender juntos un viaje al corazón de un nuevo crimen. Al otro lado del mundo, Peter Parker se prepara para una noche cualquiera, teñida del viejo aroma de la suerte del perdedor que siempre le ha acompañado.
Ambas líneas, sin aparente conexión, se ven entrelazadas por la aparición de un personaje, Teresa, que dice ser la hija perdida de Richard y Mary Parker.
Como no podía ser de otra manera, Mark Waid y Robinson, ambos grandes estudiosos de la trayectoria editorial del personaje, exploran desde el guion la complejidad del árbol genealógico de los Parker. Desde que se le diera el primer giro argumental al carácter de los padres de Peter con el Amazing Spiderman Annual #5, las nuevas aportaciones a la vida de ambos se han saldado habitualmente con heridas profundas para las colecciones arácnidas, resentidas por la acumulación de golpes de efectos y trampas infames con el lector. Es interesante, en este sentido, que apuesten decididamente por seguir por esta vía, a la vista de los antecedentes.
Su Teresa no deja de ser una propia colección de tópicos de la literatura y cine de espías y aventuras, amenizadas por el atractivo que supone ser la hermana de Spiderman. En los diálogos iniciales es donde los guionistas se sienten más cómodos, por la sucesión de preguntas y respuestas entre los hermanos, a través de los cuales construyen la personalidad de la segunda y sus diferencias y similitudes con Peter.
También aciertan a la hora de limitar las apariciones del villano principal, añadiendo un halo de misterio que sienta muy bien al diseño de dibujo elegido para la ocasión. En este sentido, Dell´Edera y Dell´Otto comprenden a la perfección cuando han de agrandar la presencia de Fisk sobre la viñeta, cuándo debe sentirse gigantesco y en qué momentos su presencia cede en favor de sus juegos mentales e inteligencia. Por comparación con su traje habitual, es divertido ver cómo se le da una camisa de corte hawaiano, con color vibrante, en una selección de tono y características que sobrevive al paso del tiempo y que, incluso, ha sido homenajeado en su traslación al mundo cinematográfico.
La colaboración al dibujo se erige como el principal valedor de la novela gráfica, a pesar de que sea menos convincente en ciertos apartados. A Gabriele dell´ Otto, gran portadista, se le ha acusado de tener un estilo demasiado alejado de lo que debe tener un tebeo de superhéroes. Sus influencias, desde Mark Rockwell a Caravaggio, pasando por John Buscema, como tiene ocasión de manifestar en entrevistas, culminan en un trabajo denso, difícil de valorar, a partir de los lápices de Dell´Edera. Por un lado, sus mejores composiciones poseen una belleza muy significativa, como la primera aparición de Spiderman y su inconfundible azul y rojo, pero por otro, a veces se siente demasiado estático dentro de la historia que se narra. Esto se hace evidente en el tramo final, en el que se prende el fuego del enfrentamiento físico entre héroe y villano.
En el guion podemos encontrar hallazgos, como la aparición del traje negro, en el que se deja notar el cariño que los autores tienen por el personaje. No obstante, a pesar de estos y de la introducción de una secundaria como Teresa, no convencen a la hora de trasladar el enfrentamiento a El Cairo, dejando una aventura menos intensa y original de lo que parecía entrever sus intenciones iniciales.
No hay nada particularmente sonrojante y, desde luego, el recurso a los padres de Peter es mejor que la práctica totalidad de apariciones en los últimos cuarenta años, pero no despierta emoción, ni por desarrollo ni conclusiones. Debiendo destacarse además que, leída con la perspectiva del tiempo, se echa en falta una apuesta decidida por el terreno que siembra esta.
Es de merecer destacar que con posterioridad sí hayamos tenido nuevas apariciones de Teresa, pero siempre ha dejado la sensación de que la editorial no permite que se dé un paso adelante que la establezca como personaje de rigor, superando su potencial. En este sentido, lo que vimos en la etapa de Nick Spencer se siente escaso para lo que podría haber traído su vuelta.
En conclusión, nos encontramos ante una obra irregular, que se siente incompleta y vacía de interés renovado a una década de su publicación. Sin restar mérito al inconfundible sello de Waid y Robinson, amén del atractivo del dibujo de Dell´Otto, no deja de ser una rutinaria aventura, sin demasiada pretensión aparte de lo relativo a Teresa que, como dispuesto, no ha sido retomado como merecía su potencial. “Quizá mañana, quizá el otro, quizá nunca” escribía mi compañero Luis Javier Capote Pérez, en su reseña entonces, para un giro editorial que no llega.
IRREGULAR
Dibujo - 7.5
Guión - 5.5
Interés - 6
6.3
Una vuelta de tuerca al drama Parker, insuficiente con respecto de su potencial.