Anarky from the UK
«His name is his goal»
Nacido el 7 de febrero de 1949 (hubiera cumplido 83 años esta semana) en Bristol, Alan Grant es uno de los guionistas británicos que poblaron DC durante los años 90.
Debutó en la cantera de grandes autores que fue la revista 2000 AD escribiendo sobre Juez Dredd (en colaboración con el co-creador del personaje John Wagner), Juez Anderson o Perro de Estroncio.
Posteriormente recaló en la editorial de Burbank donde escribió durante largo tiempo a Batman y a Lobo, incorporando en este el humor desbarrado y paródico típico de las revistas británicas. Creó a personajes como Victor Zsasz o el Ventrílocuo.
Sin embargo, su creación más querida, la que constituyó sus highlights como guionista (según el mismo) fue Anarquía.
El personaje debutó en el Detective Comics 608 con dibujo de Norm Breyfogle. Durante dos números se nos presentó a un “villano” que admiraba a Batman y por el que el propio murciélago sentía cierta simpatía.
Anarquía es el alter ego de Lonnie Machin un adolescente aplicado, inteligente, el primero de su clase, comprometido y preocupado por sus semejantes. Se trata de un personaje cargado de ideología política a través del cual Grant intentó exponer (y seguramente poner a prueba) sus propios ideales.
Anarquía, como su propio nombre indica, es anarquista y pretende transformar a sociedad a partir de sus principios. Eso significa liberar al individuo de la opresión y coacción, mediante el desarrollo personal, rompiendo sus ataduras personales, sociales, morales e ideológicas.
¿Por qué Grant lo representó como un adolescente? Este aspecto es interpretable, por un lado Grant podría querer remarcar el aspecto ingenuo de su ideología y por otro, que su corta edad nos muestre esperanza de cara al futuro. Releyendo los números de su debut parece que se trata más de la segunda opción.
El personaje tuvo un éxito interesante y Grant lo hizo aparecer de vez en cuando en su etapa en Detective, hasta que en 1997 se les encargó a los mismo autores una miniserie protagonizada por Lonnie Machin, que es la que vamos a reseñar y que está inédita en castellano. Posteriormente se le dio otra serie con Grant y Breyfogle que tan solo duró ocho números y de la que el guionista tiene quejas debidas a las intromisiones editoriales. Algo bastante irónico, por cierto.
Como decimos, la miniserie que vamos a comentar fue publicada en 1997 constó de cuatro números. Allí Grant profundiza en el personaje. Pasa a primer plano y el tema del tebeo es puramente ideológico. Los autores tratan de detallar los resortes que mueven a Anarquía, explicar su forma de interpretar el mundo y, lo más interesante y arriesgado, su propuesta de sociedad.
La historia tiene una estructura lineal. En cada número Anarquía se enfrenta a un antagonista diferente excepto en el cuarto donde actúa para transformar Gotham y donde quien resulta transformado es el propio Lonnie.
El leit motiv es que Anarquía pretende conocer la naturaleza del mal. En el primer número confronta su visión del mundo y del ser humano con Etrigan. La conclusión es que Demon es un esclavo, no tiene capacidad de elección, no elige el mal ya que en su naturaleza demoníaca está hacer el mal. El mal no es una opción, es una condena, incluso para quien lo infringe, según Anarquía. Este aspecto muy conveniente y bien hilado por Grant, sirve como pretexto para pasar de puntillas por el hecho de que Anarquía hipnotiza a un demonio, Blasfemía, y lo convierte en su esclavo.
En el segundo número, Machin se encara con Darkseid en Apokolips (agallas no le faltan al chaval). El tirano malvado confunde las argumentaciones de Anarquía con la los ideales de Nuevo Genesis. La discusión entre ambos acaba en una especie de empate. Las preguntas de Anarquía llevan a reafirmarle en sus opiniones. El mal engendra el mal y tal y como le muestra Darkseid quien ha sido esclavo puede ser tirano si se le da la oportunidad. Involuntariamente o no, indirectamente o no, esta concepción sobre la capacidad del ser humano de tiranizar a su semejante enlaza con el estudio de la Universidad de Stanford.
Anarquía teoriza sobre la maldad y que está proviene de los tiranos, a los que él llama parásitos, ya que el ser humano es bueno en esencia y está en su naturaleza ejercer el bien.
En el tercer número subimos el nivel dialectico para ver la confrontación frente al otro gran ideólogo social de Gotham: Batman. El Caballero Oscuro considera a Machin un delincuente que debe ser detenido. Atrás queda la admiración que sentía Bruce Wayne por el joven que le puso contra las cuerdas. Lonnie siente predilección por Batman, algo incoherente teniendo en cuenta lo que representa el murciélago en su manera de enfocar el crimen en Gotham.
Anarquía le explica su plan para transformar la sociedad que no es nada más y nada menos que someter a todo la población de Gotham a un proceso de hipnosis que los va a liberar de las mentiras. Liberar mediante hipnosis. Batman ve la idea de Anarquía de forma muy diferente, como no podía ser de otra manera. Le echa en cara su idea de jugar a ser Dios.
En el último número vemos las consecuencias del plan de Anarquía como conclusión de la escalada dialéctica de la miniserie. El plan no sale como tenía previsto. En Gotham se instaura una especie de sociedad estalinista, represora y profundamente violenta en la que se generaliza (literalmente) el canibalismo. Ante la desaparición del dinero y del control social, lo que nos queda es la ley del más fuerte.
El giro final es que quien ha caído víctima de la máquina de hipnosis ha sido Lonnie Machin por lo que tenía alterada su percepción de la realidad. La visión funciona a modo de catarsis para que Anarquía aprenda que no hay atajos y que el desarrollo del ser humano no puede forzarse mediante hipnosis, debe tratarse de un proceso personal.
De la misma manera que cada número tiene una némesis y el análisis de un concepto, Grant nos expone en forma de (una especie de) flashback la explicación de conceptos filosóficos por parte de Anarquía… a su perro Yap.
En estos pequeños interludios (son de una página de una sola viñeta) Grant construye la base ideológica del personaje y por tanto la suya.
Grant tiene clara su intención pedagógica, el contenido tiende a dar vueltas a las mismas ideas sobre la tiranía, la bondad intrínseca en el ser humano y el desarrollo personal como camino para alcanzar la libertad individual. Sin embargo deja de lado otros aspectos indefectiblemente propios del anarquismo como son la autogestión, la colaboración, mutua, la solidaridad y la propuesta de una sociedad organizada sin coacción. Por lo que su planteamiento puede confundirse con el liberalismo y el individualismo. Se centra más en su concepción del ser humano.
Pero Grant no nos quiere dar la chapa y a pesar de su intención ideológica y expositiva, tira de oficio para mezclarla con una trama superheroica. La trama no decae y tiene acción, dinamismo y giros. La fortaleza del guion está en lo bien pensados y trabajados que están los motivos de los personajes (quizás en Darkseid queda algo forzado) no en vano es el gran motor de la historia.
Hasta el momento nos hemos centrado en Alan Grant y en el guion debido a la densidad de este cómic. El coautor de Anarquía es el también añorado Norm Breyfogle. El dibujante es quien dio aspecto físico al personaje y quien lo dibujó en las dos series que protagonizó.
Breyfogle está como siempre. Los lectores que conozcan a este autor saben que la palabra que mejor lo resume es dinamismo. Los personajes llenan las viñetas y prácticamente desbordan los márgenes y se salen de la página. La intensidad con la que Breyfogle refleja la trama y extrema la acción hace que el lector cabalgue a lomos de su narrativa explosiva.
El ilustrador es puro espectáculo, no aburre. Su estilo caricaturesco e hiperexpresivo endulza la siempre sórdida Gotham. Breyfogle nunca tiene suficiente y su estilo extremista y radical multiplica la “trepidancia” de la acción.
Nunca decepciona. Super recomendables sus etapas en Batman y Detective Comics. Hablamos de una leyenda de Gotham.
En definitiva se trata de un cómic interesante, con contenido, que permite el debate y la discusión, que hará las delicias de completistas y de aquellas personas que les guste leer cómic de superhéroes con algo más de enjundia, además de aquellos que quieran llenar su biblioteca de tebeos en los que se exponen ideas anarquistas.
Y ya que estamos, ECC se podría marcar el detalle de publicar, en uno de esos tochales que tanto le rentan, los números de Detective Comics, esta mini serie, los ocho números de la serie inconclusa, además de otras aparaciones como el Batman Adventures 31 (también con guion de Alan Grant) y así recopilar la mayoría de apariciones del personaje.
Lo mejor
• La oportunidad de Alan Grant de exponer sus ideas.
• El dibujo de Breyfogle.
Lo peor
• En algunos momentos le falta profundidad y hay algún aspecto incoherente.
Entretenido y con contenido
Guion - 8
Dibujo - 8
Interés - 9.5
8.5
Recuperamos el recuerdo de un cómic inédito en castellano.
Gracias por otro inédito DC. Gran villano-antiheroe Anarquía.
Son significativas las simpatías que despierta este personaje.
Muchas gracias por la reseña!
Este personaje lo descubri leyendo la serie de Batman en un cameo que hizo el autor durante la saga «La cruzada del caballero oscuro» y a decir verdad no me atrajo demasiado.
Pero después pique de casualidad con este título y cambie radicalmente la apreciación que tenía de él, es un gran comic este que comentas, y para mi su fuerte sin lugar a dudas son los debates filosoficos e intelectuales que mantiene el protagonista con los distintos «invitados» que aparecen en cada número y que te deja ver en última instancia la ironía y contradicción del planteamiento al cual llega Anarky, ya que él es en definitiva quien se ve afectado por el camino que recorre.
Mención aparte a discusión con Batman, ya que al final de cuentas ninguno de los dos tiene razón o esta errado en todo lo que plantea.