En el corazón del bosque
«Oye, joven apuesto. ¿No querrías devorarme?».
El mundo del manga es muy amplio. En él tienen cabida todo tipo de historias, y no son pocas las adaptaciones que se han hecho de obras pertenecientes a otros medios: libros, películas, series animadas, clásicos de la literatura universal, videojuegos… Este es el caso de una de las últimas apuestas de ECC Ediciones, Mimizuku y el rey de la noche, título de SUZUKI Yû que adapta la novela del mismo nombre escrita por KÔGYOKU Izuki. Publicada originalmente en la revista LaLa de Hakusensha, terminó con cuatro tomos recopilatorios. Fue una de las novedades de ECC Ediciones para el pasado Manga Barcelona, un reclamo para los aficionados a las historias de fantasía que llamaba la atención por su punto de partida.
En el Bosque de la Noche hay una niña, Mimizuku, que tiene un único deseo: ser devorada por una de las temibles criaturas que lo habitan. Por ejemplo, podría servirle de alimento al rey de la noche, un demonio de gran belleza con el que se topa cierto día. Sin embargo, ante su negativa de comérsela y a medida que pasa el tiempo, en el interior de Mimizuku surgen emociones que jamás habría esperado sentir: felicidad, ilusión… y ganas de vivir. ¿Acaso su determinación inicial se está resquebrajando? ¿Ha encontrado un lugar al que pertenecer en el Bosque de la Noche, al lado de sus habitantes? Mientras, en el reino humano se está fraguando un plan para acabar con los demonios: el monarca parece dispuesto a ello si cuenta con la ayuda de su caballero sagrado.
En Mimizuku y el rey de la noche, SUZUKI Yû —siguiendo la obra de KÔGYOKU Izuki— nos plantea una historia de fantasía que, de momento, se basa en la relación con el otro y cómo las diferencias que nos separan pueden convertirse precisamente en un elemento de unión. Y decimos de momento porque, en el primer tomo, la autora se centra sobre todo en Mimizuku y en cómo va cambiando según transcurre su vida en el Bosque de la Noche.
En este sentido, nos muestra una evolución interesante de su protagonista: precisamente las criaturas a las que todos temen son las que menos daño le hacen y las que, a su manera, le ofrecen una suerte de hogar. Es cierto que sobre su pasado se nos muestran unas pocas pinceladas —su esclavitud, el maltrato que sufría, su cambio de nombre, que dice mucho sobre ella—, pero por ahora son suficientes para comprenderla y que nos llame la atención. En este sentido, el personaje resulta enternecedor por lo que cuenta y la oscuridad que se aprecia tras la aparente inocencia de sus palabras.
Por otro lado, resultan sugerentes también los cambios que Mimizuku despierta en el rey de la noche y un pequeño demonio, un poco malicioso, al que ella llama Kuro. SUZUKI Yû les da más o menos espacio a ambos según el papel que desempeñan en el primer tomo: mientras que Kuro acompaña a la niña casi desde el principio y le cuenta cosas sobre el bosque —aunque sus intenciones no siempre parezcan buenas—, el rey de la noche se muestra distante y de él solo nos ofrece pequeños vistazos, gestos sutiles pero significativos, por lo que parece, para el desarrollo de la historia. Los personajes de los demonios tienen potencial por la manera en la que afrontan la presencia de una niña humana en su entorno y la forma en que eso les afecta. Veremos qué pasa con ellos en las siguientes entregas y cómo evolucionan a lo largo de la historia.
Eso sí, dada la extensión de la obra, al terminar el primer volumen, surgen algunas preguntas. ¿Qué va a suceder en la trama que transcurre en el mundo humano? ¿Qué papel van a tener el rey y su caballero? Por ahora Suzuki solo nos ha permitido echar un rápido vistazo a ese mundo y ha dejado caer que su historia se entrelazará con la de Mimizuku, pero queda por ver de qué manera y si se desarrollará con la suficiente profundidad o no. Por otro lado, puede dar la impresión de que el primer tomo tiene un ritmo lento en determinados momentos, o que se ahonda en determinadas cuestiones y otras se dejan en la superficie.
En cuanto al estilo de dibujo, SUZUKI Yû consigue sumergirnos en el Bosque de la Noche gracias a sus trazos finos y a ciertos recursos que emplea, como los contrastes. Por ejemplo, muchas veces que aparece el rey de la noche, opta por utilizar el negro y las sombras, realzando al personaje y su imponente presencia frente a la pequeña Mimizuku. Por otro lado, refleja bastante bien el mundo interior de la protagonista en sus expresiones, esa mezcla de inocencia y oscuridad que comentábamos antes, por lo que refuerza los puntos fuertes del personaje.
El primer tomo de Mimizuku y el rey de la noche nos deja entrever elementos con potencial que nos invitan a descubrir cómo sigue la historia de la niña que desea morir y los demonios con los que el destino la une. Queda por ver cómo los desarrolla SUZUKI Yû en las siguientes entregas y cómo aprovecha las posibilidades que le ofrecen.
Lo mejor
• La relación que se establece entre los personajes principales resulta sugerente.
• La atmósfera de determinadas escenas está bastante conseguida.
Lo peor
• El ritmo narrativo puede resultar irregular en algunos momentos y queda por ver cómo se desarrollan determinados elementos de la historia.
Guión - 6.5
Dibujo - 7.3
Interés - 6.9
6.9
En Mimizuku y el rey de la noche, SUZUKI Yû nos muestra el vínculo que surge entre una niña humana que desea morir y los demonios con los que se encuentra en el Bosque de la Noche.
