Magazine DC – marzo 2024

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INTRODUCCIÓN

Sin darnos cuenta ya estamos en marzo y con la llegada del mes en el que se acaba el invierno y empieza la primavera, deseamos que llegue la explosión de novedades DC. Unas novedades, las de marzo, contenidas de nuevo, que ceden espacio a las reediciones, tónica de los últimos meses, pero que aún nos permiten poder elaborar un Magazine que esperamos os resulte interesante.

Como ya hemos visto estamos en marzo, pero fue en enero de 1993 cuando Juicio Final acabó con la vida de Superman en el ya mítico Superman #75. Con un año y dos meses de retraso llega este especial que en USA se editó en enero de 2023, para conmemorar los 30 años de uno de los acontecimientos editoriales del pasado siglo.

Y, por fin, tenemos entre nosotros una nueva serie de Amanecer de DC, dedicada a la Patrulla Condenada, el eterno grupo de rarezas de DC, que regresa en una nueva encarnación para hacer las delicias de los lectores aficionados a su particular forma de afrontar las amenazas de nuestro mundo.

Y como nos gusta esto de los aniversarios, las fechas exactas y los cómics, le dedicamos espacio a hablar de Odisea Cósmica, una obra por la que no pasan los años, aunque sople ya 35 velas, siendo nuestro clásico del mes.

Marzo ha llegado y con el nuevo mes toca nueva tanda de autores que cumplen años. Tres ilustres figuras que han dejado huella en DC a través de su arte, pues hoy va todo de dibujantes.

Y no os entretenemos más y damos paso al Magazine DC de marzo.

TITULARES

ECC

En el mes de marzo rendiremos tributo a La muerte de Superman a través de un especial 30 Aniversario realizado por algunos de los míticos autores de la saga, incluidos Dan Jurgens, Jerry Ordway y Jon Bogdanove. Un evento clave para el personaje, pero también para el mundo del cómic de superhéroes.

El hijo del Hombre de Acero, Jon Kent, será otro de los protagonistas. En Injustice – Las aventuras de Superman: Jon Kent, el guionista Tom Taylor volverá a reunirse con uno de sus personajes más aclamados.

En el apartado de novelas gráficas DC, destacamos la edición en tapa dura de Más allá de Flashpoint y el inédito Universo Sandman – Los detectives muertos, en el que se basa el esperado spin-off de Sandman que estrenará Netflix en 2024. Además, las renovadas ediciones de los clásicos Odisea Cósmica, Aquaman: Las crónicas de Atlantis y Kingdom Come, éste último en formato Saga Completa, recopilando por primera vez tanto la miniserie original como todas las secuelas de la obra de Mark Waid y Alex Ross.

En ECC Manga, llegan las nuevas entregas de algunos de los títulos que más expectación han suscitado en los últimos meses y en el reciente Manga Barcelona: Dai Dark, Chihayafuru, Chiikawa o La princesa y el rey de las bestias. Y en el sello infantil y juvenil Kodomo, despediremos por todo lo alto a Las aventuras de Batman y Robin con un tomo que incluirá las entregas finales de la colección original en la que se basa la serie de animación de Netflix España.

Nuestra autora del mes es una de las figuras más queridas del mundillo. Y no lo digo yo, lo dicen todos los profesionales que han trabajado con ella ya sea como editora, guionista y hasta colorista. Louise Simonson (nacida Mary Louise Alexander en Atlanta, en 1946) es ella misma una profesional como la copa de un pino.

Si es que tiene cara buena gente

Lo del cariño se ha reflejado de manera metatextual desde el principio, que curiosamente, pues como veremos su carrera se fraguó durante mucho en la marvelita competencia, ¡fue en DC!

Resulta que por aquel entonces (1971) nuestra querida guionista se apellidaba Jones, al estar casada con el artista Jeff Jones (posteriormente la artista Jeffrey Catherine Jones), el cual era uno de los miembros de ese mítico Estudio de Nueva York. Otro de ellos era, cómo no, Bernie Wrightson, al que Len Wein había pasado un guion que necesitaba ser dibujado “para ayer”. Así que movilizó a todos sus compis de piso, incluyendo los mentados más Michael W Kaluta y Alan Weiss y les hizo posar para una sesión fotográfica inspiradora. Algunas de esas tronchantes fotos aún se pueden encontrar en internet para vuestra curiosa comparación con el maravilloso resultado en House of Secrets #92, pero la más icónica es la portada, en la que luce Louise como la estrella que llegaría a ser.

Y yo con estos pelos!

Curiosidades aparte, la carrera de esta todoterreno empezaría en una humilde editorial de revistas llamada McFadden-Bartell. Allí adquiere la experiencia que le llevaría (con la colaboración, suponemos por la coincidencia de carreras, de alguno de sus compañeros) a la mítica editorial de cómic Warren Publishing, donde pasaría de novata a veterana hasta dejar la compañía en el 79.

Antes de eso, por cierto, ya comenzó su relación con otro coloso del cómic, Walt Simonson, con el que se casaría en los 80 para adquirir el apellido que le conocemos en la actualidad (cosas de americanos, ya sabéis).

Ese mismo año de nupcias debuta en Marvel para ocuparse, principalmente, de la cabecera Uncanny X-Men. Su conexión con Claremont es magnífica y, gracias a ellos, hoy en día disfrutamos también de Los Nuevos Mutantes. Precisamente, poco tiempo después de dejar su cargo como editora en dicho spin-off, otro artista le demuestra su cariño. Segundo cameo del artículo gracias a la maravillosa splash page de Sienkiewicz en New Mutants #21.

Por entonces Simonson está despegando en su nueva carrera como guionista, entre muchos fill-ins y especiales, el trabajo clave es Power Pack. La serie del supergrupo infantil se ganó el corazón de muchos aficionados, le daría un Eagle y se considera de culto en la actualidad.

Aunque la serie más exitosa llegaría en uno de esos capítulos de relleno, en concreto para Factor X. Aunque no llegó a publicarse, eso hizo que su nombre apareciera entre los candidatos a guionizar la serie cuando Bob Layton la abandonó. De nuevo sus amigos tendrían que ver, pues Claremont y Ann Nocenti la apoyan incondicionalmente y Bob Harras acaba dándole el puesto. Efectivamente la serie es un antes y un después con la llegada de la artista, que aunque debuta con Jackson Guice (con el que crearía a Apocalipsis) brillaría aún más con la incorporación de su marido a la ecuación.

Es la época de vacas gordas de los mutantes, que suceden una saga tras otra (para pesar de Claremont) desde la Masacre Mutante (propuesta por ella) hasta X-Tinction Agenda, momento en el que la mayoría del grupo abandona la editorial. Aunque antes tendría tiempo de co-crear Cable con ROB, aunque nos duela decirlo.

Por fin llega 1991 y nuestra escritora se pasa a DC, que seamos sinceros, es lo que nos interesa por aquí. Suponemos que la oferta fue demasiado suculenta, porque empieza con nueva serie y del icono de la editorial; Superman: El Hombre de Acero, junto con otro conocido de Factor X, Jon Bogdanove.

Si, está firmado por ella. No, no es mío (ya quisiera)

Como parte del súper-equipo liderado por Mike Carlin, Simonson contribuye a una época de oro del personaje en la que todos los artistas se apoyan unos a otros en una saga río que aún hoy en día se echa de menos. Las tramas se suceden hasta desembocar en la más conocida de todas y con más repercusión, la cual nos ha llevado a hablar de la artista en este Magazine, La Muerte de Superman.

Es durante el consiguiente Reinado de los Superhombres, en 1993, que Simonson y Bogdanove aprovechan para crear su propio Superman, Steel. El personaje conseguiría cabecera propia al año siguiente y llegaría a coronarse como icono de la comunidad afroamericana, con incluso (deleznable) película protagonizada por no otro que el grande (en todos los sentidos) Shaq O’Neal.

Posturaca de Bogdanove

Pero es también la época donde el característico estilo de Simonson brilla como nunca. Maestra de las elipsis enlazadas con cartelas afiladas al máximo, es capaz de sostener varias líneas en una sola grapa. Sus cómics son dinámicos (como los artistas a los que se suela asociar), contundentes, de los que es imposible despegarse. Sus personajes son honestos, sinceros, a los que te encantaría conocer.

Lástima que, en el 99, tras menos de una década que nos sabe a poquísimo, abandonaría DC para ir saltando de una editorial a otra. Empezando por Marvel, pero saltando a independientes e incluso volviendo a DC.

Louise Simonson es una de esas contadas autoras que será recordada por varias generaciones de fans, de las dos grandes, y que para colmo no sólo ha dado lugar a series de culto sino auténticos superventas. Una profesional siempre rodeada de amigos que se hace querer.

La crisis de los superhéroes hizo que el mercado depositara su atención en otros géneros con los que poder seguir manteniendo la maquinaria en marcha, captar la atención de los lectores y no dejar de producir material a fin de continuar facturando. Los años 50 supusieron, por lo tanto, el origen de cabeceras de múltiple índole como My Greatest Adventure, una serie nacida en el año 1955 en la que se narraban aventuras de todo tipo, desde dragones y vaqueros hasta mafiosos y héroes de guerra, pasando por aventurillas más o menos ligeras sobre adolescentes. La cabecera se mantuvo con buena salud durante unos largos 8 años hasta que, llegado el año 1963 y con él la vuelta de los superhéroes a las estanterías, llegaba la hora de volver a la temática que había hecho grande 20 años atrás a la editorial DC Comics. Con múltiples autores trabajando cada mes en ella, solo tenía en común al editor Murray Boltinoff, que viendo el nuevo cambio de tendencia del mercado supo actuar con diligencia y encargó a Arnold Drake la creación de unos personajes capaces de tener largas tramas que los lectores pudieran seguir mes a mes. Las prisas eran la tónica en aquellos días y este comentario llegó a oídos de Drake un viernes y la entrega de primer guion quedó establecida para el martes de la semana siguiente. Tres días separaban al mundo de la creación del Patrulla Condenada. Y así fue como, diseñada por Bruno Premiani, cobraría vida en el número 80 de la mítica cabecera co-escrita por el editor Bob Haney debido a que Drake no llegaba a tiempo a escribir el guion en solitario. Aunque en este punto arecen ciertas fricciones al respecto porque Drake siempre expresó que Haney solo le dio algunos consejos al respecto que no justifican tanto mérito en la creación de la Patrulla. El grupo obtuvo tanto éxito que para el número 86 la cabecera ya había sido renombrada con el nombre del grupo y cuyo primer volumen duraría nada más y nada menos que hasta el 121.

Fue un nacimiento exprés y así lo demuestra su primera aventura, cuya trama giraba alrededor de la constitución del grupo por parte de Niles Caulder, un persuasivo profesor de mil ciencias, en silla de ruedas, que localizaba a tres marginados con poderes, a los que convencía de formar un grupo para olvidar sus traumáticos pasados. Estos tres héroes formarían la primera encarnación del grupo junto con el propio Niles: Robotman, Elasti-Girl y Negative Man.

Ya lo comentamos en nuestro reciente podcast dedicado a una de sus etapas más célebres, la de Grant Morrison, y es que una de las cosas que más llama la atención del origen de la Doom Patrol es su similitud al origen de la Patrulla X. Los separa en el tiempo tan solo cuatro meses y el propio Stan Lee nunca ha querido comentar nada al respeto, pero como en aquellos días las dos compañías compartían trabajadores, no es difícil pensar que se filtrara la idea y Stan Lee se inspirara con más tiempo para desarrollar el concepto, y elaborar un nuevo grupo para el cada vez mayor Universo Marvel.

Obviamente, las carreras editoriales de ambos grupos han sido muy distintas, tanto en lo chocante a popularidad, como a regularidad en sus publicaciones, aunque en sus primeros pasos a la Patrulla X le costara encontrar su público.

Como la serie no presentaba al típico grupo de superhéroes de la época, fuertes y decididos por defender la justicia y la humanidad, el éxito fue inmediato. Así pues, el número 86 de la cabecera My Greatest Adventure se pasaría a llamar Doom Patrol, manteniendo la numeración, una práctica común en aquellos días, y así seguiría durante casi 40 números hasta su cancelación en el año 1968. El equipo creativo se mantuvo durante todos estos números, siendo por lo tanto su creador Arnold Drake quien estableciera todas y cada una de las aventuras iniciáticas del grupo y Bruno Premiani, encargado de haberles dado vida, el dibujante de la serie durante todo este primer volumen, responsable por lo tanto también del diseño de los clásicos villanos del grupo. Fue durante sus primeros pasos cuando el grupo recibió a dos nuevos miembros, Mento y Beast Boy (futuro Titan de nombre Changeling), mientras se forjaban una galería de villanos atípica, estrafalaria, loca incluso, con nombres como el General Inmortus, su primer villano, a los que le seguirían el imposible científico sueco y antiguo alumno de Caulder, Animal-Vegetable-Mineral-Man o La Hermandad del Mal y su líder Cerebro, con Madame Rouge o el inteligente gorila Monsieur Mallah.

Pero por extraños que pudieran parecer, fueron capaces de acabar con el grupo en una historia final en el que ponían a los de Caulder contra las cuerdas al sentenciar muerte a un pequeño pueblo costero cuya salvación dependía de que el grupo se sacrificara. Obviamente así lo hicieron y la serie acabó con sus estrellas enterradas. Algo inédito hasta en ese momento en los cómics.

Dicha decisión fue del propio guionista quien, disconforme con su contrato con la editorial y con un ofrecimiento por parte de Marvel para guionizar allí sus cómics, optó por aniquilar al grupo y dejar la cabecera huérfana, apoyado increíblemente por unos editores que sin duda no supieron responder. Incluso el mismo dibujante, Bruno Premiani, aparecería en una carta a los lectores en el mismo número diciendo que, si de verdad querían de vuelta al grupo, lo pidieran bien alto porque él seguía dispuesto a continuar dibujando sus aventuras. Arnold Drake se suponía que iba a aparecer también, pero fue censurado de su propia publicación tras su huida a Marvel y la polémica en torno a su contrato. Un cierre triste y pesimista para una cabecera que quedará para la historia por su originalidad y su ciertamente rara propuesta que sorpresivamente fue bien recibida y es hoy considerada de culto por muchos de los veteranos seguidores de la editorial.

Pero todo cambió en 1977 dentro de una de las cabeceras históricas de DC, Showcase. En ella, diversos autores de la editorial americana probaban diversos conceptos de los cuales podían salir nuevos personajes o héroes. Así pues, la editorial daba libertad a aquellos autores que quisiesen para entrar en dicha cabecera y publicar en ella historias arriesgadas o que no tuvieran cabida en alguna de las colecciones y así enriquecer la amalgama de personajes de la editorial. De sus páginas nacerían ilustres personajes como Flash, Green Lantern, los Metal Men o Hawk y Dove. Y como se trataba de una editorial abierta a la experimentación y a la inquietud artística de los autores, Paul Kupperberg, guionista aficionado a la Doom Patrol, pudo conseguir su sueño: resucitar durante al menos 3 números al grupo. Entre los números 94 y 96, el guionista pudo rehacer el grupo y darle una pequeña aventura junto al artista Joe Staton y con portadas nada más y nada menos que de la mítica leyenda Jim Aparo.

Esta nueva encarnación del grupo estaría liderada por Celsius, de nombre de pila, Arani, esposa de Caulder, con a capacidad de controlar temperaturas extremas tanto de frio como de calor, a la que se unieron un reparado Robotman por parte del Dr. Magnus (que sería el primer paso del personaje para ser la piedra angular sobre la que pivotarían todas las nuevas encarnaciones editoriales del grupo desde ese momento), mientras que el Hombre Negativo acababa en el cuerpo de Valentina Vostok, para convertirse en Negative Woman. Y para cerrar el grupo estaba Joshua Clay, un desertor de Vietnam cuyo poder es lanzar ondas de poder con sus manos, con las que también se propulsa. Si bien a priori parece que por su breve aparición este grupo es meramente anecdótico, su popularidad y el visto bueno por parte de los editores hizo que el equipo apareciera poco a poco en otras colecciones como Supergirl o DC Comics Presents.

Bajo el mandato de Dick Giordano, en DC Comics se dieron cuenta de que la Doom Patrol había dejado huella a un buen puñado de aficionados. Además de no dejar de preguntar por ellos en las cartas a la editorial, sus apariciones tras la resurrección del equipo –a pesar de haber tenido otros miembros– hizo que el grupo saltara a la primera plana de la editorial dándose un garbeo por series principales y formando parte activa de los acontecimientos que golpeaban al universo. Así pues, y dado el exitoso reboot del grupo a manos de Paul Kupperberg, la editorial dio luz verde a un nuevo volumen del grupo a manos del mismo guionista, quien no sólo volvería a usar sus creaciones, sino que ahondaría en la mitología del grupo y no dudaría en traer, 20 años más tarde, a personajes que parecían haber desaparecido para siempre de la faz de la tierra. El encargado de acompañarle en el dibujo sería Steve Lightle, si bien sería sustituido tempranamente por un jovencísimo Erik Larsen en el número 5 de la colección. Y fue tras su paso por la serie cuando le llegó el turno a un jovencísimo Grant Morrison en el número 19 de la colección, que llevaría al grupo a copar las cotas más altas de calidad y convirtiéndose en una etapa de culto destinada a ser reeditada una y otra vez. Rachel Pollack se uniría en los últimos 20 números de un volumen que duraría casi 90 y que pondría la guinda a un grupo que desde entonces se ha mantenido como un referente del género y que es considerado como un grupo nada común dentro del mundo de los superhéroes. Una serie que fue una de las que daría el salto al sello Vertigo (junto con Animal Man, Sandman y Hellblazer), donde el grupo abrazó de nuevo lo extraño y lo imposible en un reinicio severo por parte de Morrison y el dibujante Richard Case.

Así pues, Celsius y Scott Fisher morían en el número 18 de la colección dentro de los eventos transcurridos durante el evento Invasión, el espíritu negativo abandonaría a Negative Woman, Lodestone se quedaría en coma y Karma abandonaría el grupo perseguido por la ley, uniéndose eventualmente al Escuadrón Suicida. Esto dejaba al implacable Robotman como única constante del equipo en conexión con el pasado. Fue entonces, en el número 19, cuando Grant Morrison comenzó a colocar las piezas sobre el tablero dejando finalmente un equipo formado por Niles Caulder, que efectivamente no había muerto, el propio Robotman, Tempest y tres personajes creados para la ocasión por el propio guionista: Rebis y Crazy Jane, que no son sino dos personajes de impactante factura a los que llegaría más adelante Danny La Calle, Flex Mentallo y un sinfín de villanos dignos de aquella primera galería de los primeros pasos del grupo. La construcción del grupo siguió el ya clásico esquema de la Doom Patrol y otros muchos superequipos: Niles Caulder decide retomar la actividad del grupo y para ello va buscando uno a uno a sus componentes. ¿El motivo? Evitar que una secta llamada los Hombres Tijera establezca una ciudad imaginaria como real. Además, cabe destacar que la base del grupo será la antigua base de la Liga de la Justicia de América.

No hacía falta más y como se dice, el resto es historia. Podéis leer las reseñas de esta etapa aquí: 1, 2, 3, 4.

Con Rachell Pollack la serie recalaría en Vertigo y si bien el tono surrealista que Grant Morrison había impreso a la serie continuaría en gran medida, pues su etapa había gozado de un gran éxito de crítica y público, la autora americana se atrevió también a dejar su huella tratando temas más mundanos pero controvertidos tales como la bisexualidad y los problemas generacionales y para descubrir esta notable etapa, inédita en nuestro país, podéis pasaros por aquí para saber más.

Con la etiqueta de título de culto habiendo pasado ya 6 años desde la finalización del título bajo el sello Vertigo, DC Comics decidió en 2001 que era el momento de traer de vuelta al grupo, pero esta vez haciéndolo visible cara al gran público. Por ello, la Patrulla Condenada volvería de nuevo a la primera plana de la editorial bajo el propio sello DC Comics y volvería a adquirir un tono mainstream superheroico, aunque dejando pequeños lazos con el pasado que los guionistas y editores se encargarían de dejar bien claros. El elegido para tal tarea sería la leyenda del comic indie John Arcudi que para refundar el grupo ya no usó a Caulder, sino a Robotmon, confirmando lo que ya comentamos unos párrafos antes. Pero cuidado que hay trampa.

Y si bien se trataba del Robotman de siempre, eso no era del todo cierto. Resulta que esta encarnación de Robotman había sido creado por la mente de Dorothy Spinner durante un periodo en el que se creyó que el original Robotman, Cliff Steele, estaba muerto. El mismo, sí, pero no del todo. Además de este mítico personaje de la Patrulla, el grupo, completamente renovado, lo conformaron Flash Forward, Freak, Fever y Kid Slick. En este caso la premisa ya no era un grupo de seres inadaptados –que también– sino un grupo de superhéroes pertenecientes a una empresa llamada Jost Enterprises hasta que, en mitad del volumen, pasaran a trabajar de forma independiente. Fue una etapa en la que la esencia del grupo se perdió por el camino, dejándose caer en lo superheroico y alejándose de todo tipo de rarezas y misiones imposibles. Tanto se alejó de su ADN que incluso apareció una segunda Doom Patrol con Elongated Man, Metamorpho, la Dra. Luz y Beast Boy… un sin sentido que no hizo sino sentenciar a la colección a la cancelación.

Estando la popularidad del grupo en estado catatónico tras el sonado fracaso de John Arcudi, y estando todo lo relacionado con la Doom Patrol muy lejos de lo establecido por Arnold Drake en sus orígenes o Morrison en su reinvención de culto, el editor Mike Carlin, con la total aprobación de Dan DiDio, decidieron dar un golpe de efecto y reiniciar totalmente al equipo en 2004, eliminando toda la continuidad anterior del mismo y poniendo como autor completo a una leyenda del medio, John Byrne, intentando imitar claramente lo que éste había hecho con fulgurante éxito 20 años atrás con el Hombre de Acero. Que decir que el plan sonaba bien en sus cabezas, pero como sabemos los planes sobre el papel siempre salen bien, pero cuando salen a producción… Tras 18 entregas la serie se canceló y es que Byrne en el año 2000 ya no gozaba de la popularidad de antaño y la dirección tomada por el artista no fue del agrado de los lectores.

Como las críticas se habían hecho notorias y la Doom Patrol había alcanzado cotas de impopularidad excesivamente grandes, debajo incluso de anteriores etapas, DC se decidió a disolver el entuerto devolviendo a la continuidad al grupo en el evento Crisis Infinitas. En él, algunos de los miembros de la Doom Patrol como Robotman o Niles Caulder comienzan a tener recuerdos de la continuidad anterior y comienzan por lo tanto a acordarse de que tenían una historia anterior.

Keith Giffen sería el encargado de volver a intentar reiniciar al grupo trayendo al grupo original a la palestra sin borrar esta vez su continuidad iniciática en el año 2009. Y se puede decir que el resultado fue un fracaso estrepitoso. El equipo era el original, con el omnipresente Robotman liderando el grupo y con Elasti-Girl –rebautizada como Elasti-Woman–, Negative Man y Niles Caulder como parte del escuadrón. A lo largo del volumen se unirían Mento, que había vuelto al camino del bien tras los eventos ocurridos en Crisis Infinitas, y dos antiguos Teen Titans como Vox o Bumblebee. Establecía así Giffen la primera vez en la historia del supergrupo que no aparecía ningún miembro de nueva creación en la alineación de este. Una etapa que pasó sin pena ni gloria, tanto que muchas veces es olvidada en este tipo de textos. Y con razón y eso que si se publicaron algunos números ne nuestro país por parte de Planeta.

Y llegaron los Nuevos 52 en 2001 y la Patrulla se dejó ver de nuevo, pero en aquella iniciativa no llegó nunca a tener una cabecera propia y su presencia fue anecdótica, salvo cuando Johns los uso en los números 31-33 de la Liga de la Justicia.

Fue en 2017 cuando de la mano de Gerard Way, dentro del sello Young Animal, cuando la Patrulla regreso y lo hizo mirando sin descaro al trabajo de Morrison y sus primeros pasos editoriales. Era la forma de revertir los errores cometidos y con Renacimiento en marcha, era el omento de hacer honor a esa palabra. Podéis leer las reseñas de esa etapa aquí y aquí.

La serie tuvo un parón de varios años hasta que en 2020 regresó de nuevo para acabar las tramas abiertas, con Way en plena forma demostrando que es lo que hace única a la Patrulla. Un tomo caótico, sin trama aparente, cuya reseña os dejamos aquí, que deja claro que no se está ante un trabajo convencional.

Y ahora regresan de nuevo, como el ave fénix, para demostrar que las buenas ideas nunca mueren, dentro de la iniciativa del Amanecer de DC y como podéis leer más adelante en este mismo Magazine es nuestra recomendación del mes.

ENCUESTA DOOM PATROL

Y ha llegado la hora de la verdad…

¿Os parece que hay mercado para lanzar una edición limitada con la primera etapa de la Patrulla Condenada en nuestro país?

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LAS CRÓNICAS DE FELLSPIRE

En octubre de 2023 llegaba a las tiendas USA este grueso volumen de 448 páginas. Su publicación en su país de origen se hizo mes a mes, en grapa durante el año 2019, para luego ser recopilado en tomo, dentro de la línea Black Label, que es la que ECC ha usado para su edición nacional. Comprende los primeros 12 números de esta historia y unos extras más que jugosos, como el especial de La Canción de los niños perdidos y para aquellos que disfrutan del rol, se ven recompensados con el manual ampliado y revisado del juego Relatos del Libro de las Eras, tal y como se hizo en la edición USA.

Lo primero que uno siente cuando tiene el tomo entre sus manos es que estamos ante una obra que bien podría haberse publicado en el mercado europeo. Su tono y enfoque la convierten en un trabajo de autor, donde al frente del guion están dos escritores Dan Watters y Philips Kennedy Johnson. Al primero lo hemos podido ver en obras de DC como Planeta Lázaro, Detective Comics, Lucifer, Sueño y La casa de los Sueños, por citar algunas obras de su ya nutrida colaboración con la editorial de Burbank. El segundo se encargó de las series de Action Comics y Superman a la salida de Bendis y en la actualidad guioniza también la serie de Green Lantern que sigue pendiente de publicación en nuestro país.

Dos escritores de carrera solvente y buenas ideas que unen talento para conformar un relato de fantasía épica al que se les une, Riccardo Federici y Steve Beach. Al primero lo podemos encontrar en trabajos como Superman y Planeta Lázaro, mientras que a Beach es su primer trabajo publicado en España.

Estamos ante una obra que, en general, recibió buenas críticas en 2019 cuando empezó su publicación. La premisa que pone sobre el mes resulta atractiva para los lectores, cuando pueden leer el resumen de la contraportada, en el que destaca el tono de aventura épica de un grupo de guerreros que viajaron para derrotar al último de los dioses vivos y salvar al mundo. Un arranque que puede no parecer muy lúcido, pero que sirve como excusa para elaborar un entramado mucho más denso y atractivo del que a primera vista puede parecer, pues ese grupo de guerreros deberán volver a enfrentarse su pasado para proteger su mundo. Y es que la magia de este trabajo se encuentra en la construcción de este nuevo mundo y en la riqueza de sus personajes, su ritmo narrativo y las subtramas que se mueven serpenteando entre la historia principal. Y es que este mundo es un lugar crudo, áspero, cruel y sangriento, que deslumbra por el espectacular trabajo que despliega Federici, artífice de un acabado visual de primer orden. Todo un regalo para la vista en narrativa y composición, que destaca en detalles y que apabulla en la propuesta global de esta obra.

Por tanto, estamos ante un trabajo que merece toda nuestra atención, se sea o no fan acérrimo de la fantasía, porque aquí estamos frente a una obra impactante, cargada de arte y buenos personajes, que a buen seguro lograran satisfacer a los paladares más exigentes.

Cada poco las dos grandes casas dentro del comic buscan ampliar su mercado y captar nuevos lectores. Lo normal es montar algún evento/crisis/apocalipsis superheroico que permita vender nuevos números uno, pero en DC también se prodigan los sellos alejados de los superhéroes, sellos como Vertigo, Sandman Universe o Hill House Comics, pretenden acercar un público muy diferente con temáticas definidas.

El Universo Sandman sigue en expansión, parece ayer cuando se anunció la vuelta de Morpheo a nuestras librerías con The Dreaming. Poco tardaron en sacar otras obras cuyos personajes habían salido de las mismas páginas de la obra de Gaiman, como Lucifer. U otras series cuyo calado pudiera estar relacionado con Sandman, como Hellblazer. El sello de la editorial nació para vender historias cuya relación entre si era la de temáticas astrales y metafísicas con las que a tantos nos encandiló Neil Gaiman en los 90s. Lo que al principio parecía una expansión del mundo de Morfeo poco a poco ha ido dejando hueco para más obras, eso si con aire de magia, misterio y ultratumba.
Aquí tenemos una historia al más puro estilo de Los Goonies. Unos chavales se encargarán de resolver sucesos sin explicación cual detectives. La vuelta de tuerca del guion será que estos sucesos sin resolver son de origen paranormal, y estos chicos con afición a la resolución de misterios tampoco son muy normales, sino que son los espectros de niños que pasaron a mejor vida y arrastran consigo sus problemáticas personales.

La obra resulta en algo muy parecido a lo que desde Archie cómics se nos suele proponer. Una trama de corte juvenil. A medida que la trama y los misterios van cogiendo forma nos damos cuenta de que esos espectros tienen mucho de humanos. Y es que poco a poco nos van explicando en que situaciones fueron muriendo y cuáles son los traumas que arrastraron a la otra vida.

La serie guionizada por entero por Pornsak Pichetshote y dibujada por Jeff Stokely y Javier Rodriguez consta de 6 números y sienta las bases para una posible nueva cabecera recurrente dentro de la casa. Traer de regreso las tramas de genero negro, pero enfocado a un publico tal vez más juvenil.
Como ya he explicado antes, el tomo tiene una narración fluida, sin exabruptos o complicaciones tediosas. El dibujo estilo cartoon casa bien con la obra, la cual aún tener un aire un tanto infantil puede llegar a ser muy adulta en sus personajes. Ha este dibujo le acompañan algunos paneles de criaturas y monstruos de ultratumba dibujados y coloreados al estilo de Rumble, alguien ha cogido buenas influencias.

En definitiva, una lectura agradable que puede encandilar a los jóvenes adultos de la casa. Quién sabe si el joven grupo de detectives cuajará y podremos ver más de sus aventuras en diferentes arcos.

EFÉMERIDES Y CUMPLEAÑOS…

EFÉMERIDES Y CUMPLEAÑOS…

SIMON BISLEY (4 de marzo de 1962)
Hablar de Simon Bisley es hablar de uno de los autores británicos con un estilo más marcado y reconocible. Un estilo que no fue moldeado en ninguna escuela de arte, sino que fue el propio Bisley el que lo desarrolló de manera autodidacta tras su breve y decepcionante paso por una escuela de arte.

Sus primeros trabajos fueron como ilustrador y a nadie le extraña que se puedan encontrar en las caratulas de discos de Heavy Metal. Y fue a raíz de una serie de ilustraciones en los que Bisley reinterpretó a varios personajes de la mítica 2000AD, que le ofrecieron trabajo en la editorial relanzando la tira de ABC Warriors en 1987. También trabajó en la revista Heavy Metal (así como colaboraciones con diseños para videos musicales) y sus lápices también se pueden ver en Slaine y Juez Dredd durante los años 90.

Pero tal vez, su fama y prestigio mundial, dentro del noveno arte, se pueda fechar y fijar a un trabajo en concreto, el que desarrolló entre 1991 y 1993 para DC Comics, relanzando a un viejo personaje de la editorial, Lobo, cuyo aspecto visual dejó marcados a los aficionados de aquellos días, gracias, también el trabajo de un guion gamberro y salvaje, de Alan Grant y Keith Giffen.

En DC también se encargó de realizar trabajos en series como HellBlazer, Batman y Lobo, Batman y Juez Dredd, así como un número de Frecuencia Global, entre otras historias cortas.

Bisley ha trabajado para múltiples editoriales independientes y fruto de ello también dejó su impronta en las Tortugas Ninja, Terminator, así como portadas para juegos de rol, videojuegos y los ya citados álbumes de rock.

Un artista de estilo único, crudo y rajadamente brutal.

PASCUAL FERRY (24 de marzo 1961)
Su nombre real es Pascual Ferrándiz Arroyo y nació en Barcelona, y se inició, como otros muchos artistas del momento, en el fanzine Zero. Allí coincidió con Antoni Pastoras, Mike Ratera, Miguelanxo Prado o Antoni Garcés.

Entre los años 1975 y finales de los ochenta se dio en España un boom de comic adulto manifestado a través de múltiples revistas como Star, El Víbora, El Papus, Totem, etc, que centraban su atención en nutrir a ese lector más maduro con historias de calado más intenso y temáticas más ásperas. Y es dentro de ese boom, pero ya a finales, cuando Ferry publicó algunos de sus trabajos en algunas de las revistas de ese momento, como Cimoc, Zona 84, Rambla y Cairo. Y en 1985 trabajó en el coleccionable de quiosco, La técnica del cómic.

Su salto a los Estados Unidos pasó primero por la división de Marvel UK, donde se encargó de dibujar Plasmer, con guion de Glenn Dakin y dio el salto a DC para encargarse de series como Superboy, Superman y Adam Strange, donde perfiló su estilo. Para Marvel a finales de los años 90, se hizo cargo de la serie Héroes de Alquiler con Ostrander en los guiones. Su trabajo también se puede encontrar en Ultimate 4 Fantásticos y el Ultimate Iron Man, así como una breve etapa en Thor.

BRIAN BOLLAND (26 de marzo de 1951)
Estamos ante toda una leyenda del noveno arte, pues el nombre de Bolland es conocido entre los aficionados al medio por su calidad visual y narrativa, estando relacionado con trabajos que, hoy en día, son auténticos clásicos del comic.

Nació en Butterwivck y pasó su infancia, hasta los 18 años, en un pequeño pueblo cerca Boston en el condado de Lincolnshire. Su interés por el noveno arte nació gracias a la llegada de los primeros comics USA, pero de uno en particular, Dinosaurus de Dell Comics, que avivó un interés enorme por este tipo de animales. De ello se derivó la lectura de otras series que tuvieran entre sus páginas a estos grandes saurios, como Turok, Son of Stone y Tomahwak de DC. Y de estas lecturas se produjo el interés por empezar a dibujar.

Creció con el arte de Carmine Infantino, Gil Kane, Alex Toth, Curt Swan, Joe Kubert, Ross Andru y Mike Esposito, cuya influencia se puede percibir en sus primeros intentos a la hora de dibujar sus propias historias. Bolland, hijo único, abrazó con fruición la explosión de la cultura pop de finales de la década de los años 60, donde la música experimental fue fundamental en su formación. En 1969 entró en la escuela de artes para licenciarse en historia del arte y diseño gráfico, pero lo de dibujar comics fue algo que aprendió en casa, de manera autodidacta. Fue durante su etapa de estudiante que se dedicó a dibujar en fanzines y su trabajo acabó publicado en diversas revistas clandestinas británicas como Frendz u OZ. Su primer trabajo en el que cobró hay que buscarlo en la revista Time Out en 1971.

En 1972 conoció a su gran amigo Dave Gibbons que le orientó cuando estaba desempleado para que se uniera a la agencia Bardon Press Features, que le ayudó a encontrar trabajo con varias tiras de dos páginas en DC Thompson. Y tras múltiples trabajos le llegó, en 1977, el trabajo que le permitió empezar a darse a conocer, pues se le encargó dibujar al Juez Dredd y aquello fue todo un éxito que duró hasta 1980.

Cuando se habla de la invasión británica en USA, se habla de muchos nombres, pero no hay que olvidar el de Bolland, pues fue uno de los primeros en lograrlo y todo gracias a Joe Staton que le encargó una portada para la serie de Green Lantern, lo que hizo que pronto estuviera realizando varias para DC, siendo la primera en 1980 la de Green Lantern #127. De ahí llegaron las historias de complemento en Mystery in Space y Madame Xanadu, una de las primeras series DC para el mercado de venta directa que estaba forjándose en aquellos días.

Fue en 1982 cuando el editor Len Wein lo eligió para que se encargara de dibujar la maxiserie, Camelot 3000, con el guionista Mike W. Barr. Aquello fue todo un reto, porque era la primera maxiserie de DC, se iba distribuir a través del canal de venta directa y era el primer trabajo de Bolland que implicaba un trabajo mensual de dibujo. La serie tuvo numerosos retrasos por el nivel de detalle y exigencia visual que Bolland marcó a su trabajo. Tanto que los números 8 al 11 llegaron a las tiendas cada tres meses. Caso especial es el número 12 que tardó nueve meses en verse publicado.

Con esta obra bajo el brazo el artista se vio de nuevo bajo los focos gracias a la historia escrita por Alan Moore, La Broma Asesina, de 1988. Una obra muy conocida y extraordinariamente reeditada en nuestro país.

Pero hay una faceta de Bolland en las que destaca en DC y es la de portadista. Sus impresionantes portadas se pueden encontrar en las series de Animal Man, Wonder Woman, Batman: Gotham Knights, Los Invisibles, Doom Patrol

Su trabajo se diversifica en múltiples facetas e incluso se lanzó a realizar una obra con guiones propios, The Actress and the Bishop, carteles de obras de teatro, ilustraciones de todo tipo para múltiples revistas y publicaciones, en una extensa lista de obras e ilustraciones que lo convierten en toda una leyenda del noveno arte. Su estilo hiperrealista y limpio lo hacen valedor de tal fama.

35 AÑOS DE ODISEA CÓSMICA


1988, Jim Starlin ya no es un nombre desconocido entre las filas de DC. Este ya había participado en varias cabeceras dentro de la editorial siendo de destacar su andadura con el caballero oscuro, al cual llevaría en su cenit en Batman: El Culto. La obsesión de Jim por la cosmología no nos era desconocida por aquellos tiempos, el americano ya nos había deleitado con la que sería su obra magna en solitario Dreadstar y estaba cocinando a fuego lento su versión cósmica de Marvel que lo catapultaría al estado de leyenda imperecedera.

En el 88, el guionista se uniría a un, no tan conocido por aquel entonces, dibujante de origen californiano con un estilo muy particular, Mike Mignola. El californiano acabaría siendo reconocido y admirado por su propio mundo creado para la casa Dark Horse, que nacería del primer comic Hellboy. Siendo este universo, a mi juicio, uno de los mejores que jamás hayamos tenido la posibilidad de poder leer. Anterior ha esto pudimos catar un poco de lo que sería su estilo al dibujar y guionizar tebeos en su andadura por DC. obras como Gotham a luz de gas o la que recordamos hoy, Odisea Cósmica, nos presentarían el gusto del autor por el Noir y el Thriller, siendo siempre su dibujo cargado de tinta negra, de trazo simple y caras barrocas algo que destaca en toda su obra.

Juntos darían vida a una crisis de DC… bueno en realidad no. Odisea Cósmica contenía todas las papeletas para haberse convertido en un evento de la primera casa superheroica de la historia. Pero, ya sea porque en estos tiempos premiaba el hacer obras de gran calidad por encima de continuidades fáciles de vender, o sea porque simplemente a nadie se le ocurrió, estamos antes una rara avis del medio. Y es que la odisea no es más que un cómic que reúne muchos personajes de la casa en una aventura que los llevará a salvar el universo. Esto nos permite disfrutar de una obra excelente tanto en lo visual como en lo argumental sin la necesidad de preocuparnos de continuidades complicadas, una historia autocontenida.

Metron, perteneciente a los nuevos dioses, ha desatado a la Antivida en su insaciable búsqueda de conocimiento. Ante el inminente fin de la vida, los supers van a tener que asociarse en parejas e intentar resolver la papeleta. Orion, Batman, Starfire, Superman o John Steward, serán algunos de los personajes que protagonizarán la obra.

Uno de los puntos a destacar de la obra es la fuerte caracterizados de la mayoría de los personajes. Estos no están por estar, sino que tienen una motivación y una personalidad bien marcadas. Ya sean agresivos, conciliadores, soberbios, calculadores, reflexivos o un largo etcétera Starlin se esmeró porque los identificases bien más allá de su apariencia física. Y es que Jim no teme causar una buena o mal impresión de estos hacia el lector, un claro ejemplo de ello es John Steward cuya soberbia precede a la destrucción de un mundo. Starlin no teme que le cojas manía al lantern, de hecho, lo busca.

Otro punto del que hablar está claro que es el apartado artístico, aquí hay una mezcla un tanto particular. De Mignola estamos acostumbrados a su uso de los negros bien marcados y de una paleta de colores algo tenue y de colores fríos, pero aquí tenemos el dibujo de Mignola y el color de Steve Oliff. Este último no teme en darle brillo y colores cálidos al dibujo de Mike, una mezcla que no hemos podido ver muchas veces pero que aquí luce espectacular. La tierra de los nuevos dioses está llena de vida, Apokolips es temible y Darkseid proyecta una larga sombra. Eso solo se consigue gracias a esta mezcla tan rara, que por una parte quita un poco de ese ambiente Thriller típico en Mignola, pero por otra parte confiere a la obra de épica.

El Darkseid que se nos presenta aquí es imponente, inamovible y tiránico, todo eso lo suscita sin casi necesitar flexionar grandes músculos o gritos impronunciables. Mignola consigue darle está presencia con poco, como debería ser siempre. Y Starlin demuestra que ha este tipo de personajes hay que darle pocas palabras para que se demuestre su poder. La viñeta en la cual Darkseid mira al lector, de manera fría y lejana. El representante de la expresión: cuando miras al abismo el abismo te devuelve la mirada.

Podríamos estar hablando largo y tendido de los buena que es la obra y de cómo desde la redacción deseamos que se presenten propuesta que tengan un saborcito parecido. Lo mejor es que si no lo habéis leído os deis la oportunidad de disfrutarlo, y si la habéis leído ya porque no darle una relectura, es de esas obras que no ha envejecido nada.

Tim Burton por Tim Burton es un libro de entrevistas con el director de cine llamado (oh, sorpresa) Tim Burton. No es un libro-entrevista, es una recopilación de entrevistas que ha dado el autor a lo largo de los años. Leerlo requiere dos cosas. Por un lado, un mínimo interés en el cineasta y por otro, cierta capacidad para situarse en el momento en el que se hicieron las entrevistas.

Los libros de o con entrevistas son una especie de libro puzzle. Por un lado, tienes al autor explicando su versión de los hechos, momentos o situaciones, y por otro mentalmente el lector ordena el contenido de lo que está leyendo para estructurar la biografía y trayectoria del protagonista. La gracia está en que se suelen tocar los temas espinosos y por tanto tenemos a Burton, en este caso, explicando su punto de vista.

¿Por qué hablamos de este libro? Bueno, en primer lugar, una de las ideas del magazine es salir un poquito del agradable, divertido y rico entorno del universo DC y cruzar en algún momento las fronteras con otras editoriales o medios. Y, en segundo lugar, porque Tim Burton + DC = las pelis de Batman.

Más allá de rumores y marujeo de fan con la camiseta llena de migas, tenemos aquí Burton hablando de Batman, hablando de Gotham y hablando de cómics. Vale que es una pequeña parte (nada desdeñable), vale que tampoco es que sea (ni nunca haya sido) un lector compulsivo de grapas, pero tampoco echa pestes del medio (como se ha dicho tantas y tantas veces). Es interesante ver que cómics le gustaron más, le influyeron en la película. No os diré nada para que vayáis a pillar el libro, solo os diré que estaría muy contento con lo que se publica en España (;)).

También es interesante porque conocemos la trayectoria de un gran cineasta, su manera de entender el arte y el cine, su manera de afrontar los fracasos, su manera de entender el éxito y su rarísimo paso por Disney. Burton nos habla directamente y aunque se nos escatima (con toda la lógica del mundo claro) la posibilidad de repreguntar es muy interesante conocer sus gustos, su punto de vista sobre la vida y todo lo que la rodea.

Se lee en un plis, mucho más ágil que una biografía o un ensayo sesudo.

Ah, habla también de su proyecto para hacer una película de Superman. ¿Leyenda urbana? Leyendo lo sabréis.

LA MUERTE DE SUPERMAN


ECC tiene el placer de traernos un especial publicado con motivo del 30 aniversario de La Muerte de Superman (si, para los que lo vivimos es muy deprimente oír eso… es más, fue el año pasado, así que peor). Por lo que nos ha parecido razón más que suficiente para dedicarle nuestra sección de clásicos del Magazine. Sin embargo, de nuevo nos encontramos ante una situación algo repetitiva, pues nuestra querida web se ha ocupado del tema en muuuchas ocasiones.

De hecho, está entre los 10 mejores cómics de supes según nuestra redacción. Y, por supuesto, entre las mejores 20 muertes del cómic. No digo yo que no lo merezca, por supuesto que sí, pero aprovecharemos como el mes pasado con las Crisis (que además fue bien recibido) y haremos un repaso a lo que ya hemos hablado y escrito al respecto.

Comenzaremos pues por la entrada que no os debéis perder, en este caso un podcast. Y no lo pongo el primero porque saliera el jefe o yo mismo, sino porque fue una pasada. Aprovechando el 30 aniversario analizamos la muerte de manera comiquera, sus repercusiones, de manera cultural con la ayuda de la maravillosa Elisa McCausland, y hasta repasamos otras muertes épicas del Universo DC. Lo dicho, no es largo y lo vais a disfrutar de principio a fin.

Pero para los que son duros de oído, el podcast se acompañó de su correspondiente artículo, porque la fecha lo merecía. Ni que decir tiene que Paulo Hernando no se achantó ante comparaciones y no sólo nos ofreció un sólido resumen de la epopeya y sus consecuencias (a ver si encontráis otro artículo en el que se hable hasta de las figuritas), si no que lo hace con un sentimiento que resulta en un estupendo homenaje.

Aunque admito que no era el primer artículo aniversario, pues por los 25 también hubo juerga, claro. En esta ocasión tan redonda, Victor José Rodríguez decidió tomarlo en el plano sentimental y, juntando los testimonios de Gustavo Higuero y Juan Iglesia nos trajo un articulazo de los de sacar el pañuelo y secarse los lagrimones. Todos tenemos nuestra opinión personal de un evento así, pero yo creo que entre los tres nos acercan a una especie de sentimiento de comunidad entre los fans.

Por supuesto, toda esta fanfarria viene de un cómic, uno que nos ofreció por primera vez Zinco cuando esta página no existía. Pero en cuanto Planeta la publicó en 2008, Sergio Robla nos ofreció una pedazo de reseña de la que seguimos copiando y pegando inspirándonos hoy en día. Igualmente, cuando ECC nos ofreció ese tochal llamado La Saga Completa, Ángel García nos regaló otro reseñón del que sólo se puede objetar su falta de buen gusto al criticar a Bogdanove (la juventud…).

Zinco, que te quiero, Zinco

En lo que todos estos artículos coinciden es en la importancia que tuvo la muerte del personaje para, precisamente, relanzarlo. Fue un trabajo medido que desembocó en el El Regreso de Superman. Aprovechando otra de las ediciones de ECC del evento en cuatro tomos, a la salida del cuarto Cristian Miguel Sepúlveda nos reseñó dicha postsaga, que se suele incluir con razón como parte del conjunto. Lo que no se suele tener en cuenta son los comics posteriores del superequipo, aunque algo de cancha les di en una reciente entrada.

Los cómics fueron tan míticos, que obviamente se han colado en el medio audiovisual. La más carismática (por llamarla de alguna manera) de estas representaciones es la peli de Snyder, Batman vs. Superman: El Amanecer de la Justicia. Nuestro compañero Samuel Secades le dio buena (y efusiva) cuenta en su momento, en una de esas críticas que levantan al fandom, llegando a más de 23000 visitas y 330 comentarios. Y por supuesto tuvo su ración de La redacción opina, mucho más discordante y salvándose con un aprobado justito (quede claro que yo aún no estaba en la redacción…)

También tuvo peli de animación por parte de la talentosa dupla de Dini y Timm. En este caso fue Josep R Mier el que nos ofreció sus contrastadas opiniones. Y aún tendría una versión animada más moderna en dos partes, pero ni siquiera mereció nuestra humilde referencia.

Para el final os reservo dos súper-entradas (nunca mejor dicho) que, aunque no referidas específicamente a la muerte de Superman, por supuesto la mencionan. Y es que os hablo de sendos homenajes de aniversario del personaje que merecen estar en una sección de honor zonera. Por la efeméride de los 75, Javier Agrafojo se explayó y nos trajo un análisis que ni la tesis de Marie Curie. Desde su nacimiento a su importancia, desde los primeros años a la actualidad, pasando por superfamilia, peli (¿que cual? Si preguntas vas mal…), especiales y bodas.

Un repaso sólo igualado por el súper-podcast que le preparamos por el 85 aniversario, en el que nos acompañó el incomparable Paco Hernández. Allí nos desgañitamos media redacción deceíta de zona para reflexionar qué hace al personaje lo que es. Ese héroe irrepetible, icónico y mundial al que ni siquiera la muerte puede detener.

DESTACADO DE…CARLOS GULLÓN
marzo

(G): Dennis Culver
(D): Chris Burnham, David Lafuente

Entre tanta novedad USA es difícil perderse, sobre todo con la enorme cantidad de miniseries que salen al mercado. Aun así, desde el comienzo de la iniciativa de Dawn of DC nos habían vendido esta cabecera de Doom Patrol como una pieza prioritaria y que iba a estar relacionada con las cosas que estaban pasando en el Universo DC. No mentían. Esta etapa de la patrulla está bastante relacionada con los eventos de Planeta Lázaro desde el primer minuto hasta el último. No dejéis que esto os eche hacia atrás, no es necesario saber mucho porque te lo introducen bien y no dejéis amedrentaros antes de disfrutar de una de las mejores historias de ‘found family’ que hemos tenido en los últimos años por esta editorial.

La Imparable Patrulla Condenada no es una introducción tranquila, como buen cómic de este superequipo es un tebeo con mucho juego del metalenguaje, con referencias que rompen la cuarta pared de formas divertidas y que usa toda la continuidad posible de cada uno de los personajes. También presenta un montón de nuevas dinámicas y personajes, elementos que se quedan un poco escuetos para solo siete números. Las ideas eran tan sólidas que sienta a poco una vez acabado el último número. La escasez de páginas adolece también en el ritmo, es muy acelerado en algunos momentos, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de tramas y villanos distintos que están moviendo ficha a la vez.

Como ya habéis visto en el repaso de la Patrulla de mi compañero Gustavo, estos últimos años habíamos tenido una etapa mucho más arriesgada con Gerard Way, pero con una trama mucho menos definida. Aún siendo menos rompedor que su antecesor estrella del rock, Dennis Culver ha sabido combinar como un auténtico maestro marionetista a todos los personajes, sus evoluciones, sus legados, la trama coral del Universo DC y toda la esencia meta de la patrulla. Un trabajo sobresaliente, que demuestra el amplio conocimiento y el cariño que le tiene a esta franquicia. Solo hay que ver el resto de sus trabajos para la editorial, donde siempre que ha podido ha introducido a alguno de los integrantes del equipo.

El trabajo a los lápices de Chris Burnham le pega como anillo al dedo, no es nada fácil afrontar los diseños y el subtexto de una cabecera como esta, por suerte Chris es un autor con muchísima experiencia y que demostró su gran capacidad narrativa y su gran dinamismo visual con Nameless al lado de Grant Morrison. Para el número cuatro, un número magnífico que está más alejado de la trama y se centra más en los personajes, tenemos a un siempre magnífico David Lafuente que se marca unas páginas dobles con un diseño limpio y dinámico mientras mantiene de forma sorprendente la idiosincrasia del carácter visual de su compañero.

Ahora es el turno de ECC de traernos esta emocionante etapa, de traernos en nuestro idioma esta pequeña etapa de la Patrulla Condenada donde recuperamos a viejos personajes y conocemos a muchos nuevos, como Beast Girl, que nos robarán el corazón.

Nos vemos en 30 días en un nuevo Magazine DC y disfrutar del mes de marzo.

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Willi
Willi
Lector
6 marzo, 2024 15:13

Todos los meses disfruto de la magazine DC pero pocas veces aporto algún comentario.
Aprovecho la ocasión de que se le ha dedicado un espacio a una de mis obras favoritas del comic: Odisea Cósmica.
Odisea Cósmica es ÉPICA, como debe ser una odisea. Con toda la simpleza de la historia y su desarrollo, en todo momento se siente la urgencia y la gravedad de la amenaza que se cierne sobre el universo entero. El dibujo de Mignola está fantástico, como siempre, pero hace algo inusual para su estilo: se pródiga en detalles.
También está repleta de momentos, grandes y pequeños, que se me grabaron en la memoria: el sacrificio de Forager, el pánico de Darkseid al presenciar la entidad Antivida, Superman y Batman dándole cada uno un tortazo a Orion.
En mi opinión, el único punto flaco, que no alcanza a desmerecer la totalidad, es que consideró que la historia fue injusta con John Stewart al convertirlo en el único responsable de la destrucción de Xanshi, provocada por el hecho de que un secuaz de la Antivida (extrañamente parecido a John Byrne) había cubierto la bomba con pintura amarilla.
Conocí esta obra gracias a la reseña que está página realizó de la reedición que hace algunos años publicó ECC, así que corresponde agradecerles el disfrute.

Manin
Manin
Lector
6 marzo, 2024 19:40

Pues iba a dejar pasar el tomo de Doom Patrol, que lo de leer cómics se está convirtiendo en cosa de ricos, pero ya me habéis picado y esos personajes se hacen querer. Yo os maldigo, Zona Negativa!

Dr Kadok
Dr Kadok
Lector
6 marzo, 2024 21:34

Buenisima el Personajes del Mes de la Patrulla. Amante total de las etapas zinconianas de Kupperberg y Morrison, la de Way me gustó un poquitin y esta nueva leí el primer nro y no me entusiasmó.
Ufff, Bisley y Bolland deben ser los 2 dibujantes que más amaba cuando tenía 10 años…y capaz que hoy en día también.