Náufragos invisibles
«Cuando te disculpas tanto… al final pierde todo el sentido. Y haces creer a la gente que le debes algo.»
Siempre resulta emocionante leer historias imaginadas por las plumas y los lápices de autores con una imaginación desbordante. Páginas que nos trasladan a lugares imposibles o tramas que nos sumergen en los misterios más electrizantes, historias que nos hacen viajar a mundos y vidas lejanas con los que reír, llorar y divertirnos. Pero hay veces en las que no hace falta ponernos en los zapatos de una cazadora de monstruos o hacernos viajar hasta Guirnalda. A veces, lo único que hace falta para cautivarnos es que un autor nos deje entrar en su vida y nos cuente todo lo que le ha pasado.
La vida que hemos podido conocer este año es la de Deb JJ Lee, y como tantas otras, no necesita valerse de nada excepcional para que merezca la pena conocerla. Y es que esta autora coreana-estadounidense ha llegado para quedarse en el mundo de las viñetas. Nacida en Seúl como Jung-Jin y residente en Brooklyn, Lee se graduó en Artes Visuales y comenzó a trabajar tanto publicando en su web como colaborando para distintos medios como el New York Times o The Washington Post. La hemos podido ver ilustrando The Invisible Boy (Roaring Book Press, 2020) junto a Alyssa Hollingsworth, pero no cabe duda de que su carta de presentación oficial en el medio es En el limbo, la obra que nos acaba de llegar en castellano en este inicio de 2024, de la mano de la editorial que todos teníamos claros que se iba a hacer con ella en cuanto vimos su portada: Ediciones La Cúpula.
Y es que In Limbo, como se titula originalmente, se estrenó el pasado año en Estados Unidos de la mano de la siempre interesante First Second, pero su génesis lleva unos cuantos añitos a sus espaldas. Según la autora, todo nace como una idea para un webcómic de unas cuatro páginas, un pequeño proyecto de fin de semana sobre las barreras lingüísticas entre los inmigrantes criados fuera de su tierra y sus mayores debido a la pérdida de la lengua materna. Pero aquello fue creciendo y creciendo, convirtiéndose en un objetivo a gran escala en la que Lee decidió volcar todo su ser hasta dar lugar a una novela gráfica de más de 300 páginas en la que, irónicamente, la barrera lingüística es el menor de sus temas.
En el limbo nos sumerge en la adolescencia de Deb Lee, hija de inmigrantes surcoreanos afincados en Nueva Jersey. Una niña que, criada en suelo estadounidense desde los tres años, vive en esa tierra de nadie que es la de aquellos que viven a caballo entre su país de origen y su país de adopción, convertidos en extraños para ambos lugares. Tras su paso al instituto, Deb trata de encontrar su lugar e integrarse mientras es sometida a la terrible presión de su madre por ser excelente en los estudios, una presión que se torna en maltrato cuando no alcanza sus expectativas.
Desde luego, cuando uno lee el debut de Deb JJ Lee puede certificar que la autora no bromea en cuanto a que su pequeña idea inicial fue creciendo hasta convertirse en una ambiciosa sesión de autoterapia personal sobre su vida. En el limbo es una obra que rebosa intimidad y crudeza, una mezcla entre un diario personal y un psicoanálisis en el que uno puede percibir cómo la artista deja fluir todas sus emociones y experiencias en ella, sin encorsetarse en un único tema en concreto. Porque efectivamente, la barrera lingüística que mencionábamos de su idea original es una gota en el océano de la intimidad de Lee.
La mejor referencia para comprender esta obra me parece sin duda Piruetas, de Tillie Walden, un cómic que también nació como un proyecto académico de su autora en el que la temática inicial (el patinaje) fue quedando relegada en pos de unas memorias crepitantes y sanadoras. En el limbo se siente igual, llevándonos por todas las preocupaciones de Lee en un tour de force doloroso en el que la autora deja constancia de que su condición de inmigrante asiática es un elemento fundamental de su identidad, pero no único, y que incluso palidece frente al maltrato familiar que sufrió y los problemas de salud mental que la atenazaron. Todo ello no buscando transmitir un ejemplo o moraleja, sino más bien una exorcización de sus males. Es, en definitiva, una obra de Deb Lee para Deb Lee.
Eso, sin embargo, no es un obstáculo para que a los lectores nos cale hasta los huesos precisamente gracias al formidable talento narrativo de la autora. Lee hace gala de un sentido del ritmo excelente que hace difícil pensar que hablemos de una ópera prima y que justifica de manera sobrada el premio Ignatz que ha cosechado a Mejor promesa. Sus transiciones y secuencias puramente visuales logran transmitir una barbaridad de emociones, mientras que sus diálogos fluyen ligeros y naturales como la vida misma, ayudándonos a meternos de lleno en la realidad de su protagonista. Unos diálogos que, en nuestro caso, merecen también una mención a la perfecta traducción de Marina Borrás.
En lo que respecta al dibujo, Lee opta por un estilo que a primera vista casa con ese aroma First Second que tan bien conocemos ya: un trazo fino y amable para sus personajes y una paleta cromática reducida: en este caso, únicamente un tono de azul. Su estilo, sin embargo, presenta una personalidad distinta al combinar esa manera de dibujar a los personajes con un estilo más realista en los escenarios y objetos presentes en las viñetas, un contraste que, unido al oscuro azul elegido para ilustrar la obra, le confiere cierto aspecto sombrío y frío a las páginas, muy en armonía con su contenido. Es un trabajo con mucha personalidad al que la única pega que uno le puede sacar es que no podamos disfrutar del coloreado de Lee, que si echamos un ojo a sus trabajos de ilustración veremos que es soberbio.
En definitiva, En el limbo es un portentoso debut autoral de Deb JJ Lee, que se nos presenta con una historia autobiográfica sobre la inmigración, la identidad, el maltrato, la salud mental y el perdón. Unas memorias descarnadas y sinceras, un trabajo de sanación personal con el que su autora no solo nos emociona al abrirse de par en par, sino que nos descubre a una artista a la que no debemos perder la pista bajo ningún concepto.
Lo mejor
• El crudo retrato que realiza de la soledad y la brecha cultural.
• La descarnada sinceridad de la autora para retratar su vida.
Lo peor
• No poder disfrutar del excelente coloreado de la autora.
Guion - 9
Dibujo - 8.2
Interés - 9
8.7
Descarnada
Deb JJ Lee debuta con una novela gráfica portentosa y emotiva en la que la autora exorciza sus traumas juveniles con un talento desgarrador.
