Hermano oso
Katya es una niña que pasa sus vacaciones de verano en Alaska junto a su abuela, pero se encuentra en una situación peculiar: no tiene muchos amigos y dedica todo el día a la lectura de cómics. Sin embargo, su vida da un giro inesperado durante una tormenta. En ese momento, se topa con una criatura asombrosa: un enorme oso que está herido y atrapado.
A pesar de su aspecto amenazante, Katya decide ayudar al oso y, de este modo, comienza una hermosa amistad entre la niña y la bestia. Pero cuando las circunstancias obligan a Katya a mudarse, su amistad se ve amenazada. Aun así, Kodi el oso no está dispuesto a perder a su amiga humana. Por lo tanto, con absoluta determinación, decide emprender un viaje en busca de su amiga que lo llevará por toda clase de sitios en los que uno no esperaría ver a un oso. Entre ellos, el mar o una gran ciudad.
El relato que propone Kodi se dirige a un público a partir de 8 años. En él, se nos invita a sumergirnos en un viaje repleto de paisajes impresionantes, nuevos compañeros y aventuras varias. Editado por Top Shelf Productions originalmente para el mercado norteamericano, este cómic infantil aterrizó en el mercado español en el año 2022 de la mano de la editorial Astronave.
La autoría de esta obra es responsabilidad íntegra de Jared Cullum, un guionista y dibujante con una pasión por conectar con las personas a través de la narración visual. Nació en Tennessee y creció en Virginia y Texas. Actualmente reside en Pittsburgh, Pensilvania, junto a su esposa e hijos. Su trabajo abarca tanto el mundo de los cómics como el de la pintura más tradicional.
En entrevistas, Cullum explica que su amor por el dibujo fue lo primero que lo llevó a querer hacer cómics, especialmente después de leer Blankets, de Craig Thompson. Aunque inicialmente abandonó el arte debido a la falta de confianza en sus habilidades, tras un tiempo acabó retomándolo con toda la determinación del mundo para mejorar.
La historia de Kodi se desarrolla a partir de varias ideas que Cullum quiso fusionar, aunque se centra sobre todo en el tema de la pertenencia y la amistad. Además, Cullum quiso hacer un esfuerzo activo para conseguir que la historia resultase universalmente accesible y clara para todas las edades.
Desde el punto de vista creativo, el autor describe su proceso de escritura como uno profundamente basado en las imágenes y los storyboards, más que en palabras escritas. Esto es algo que se nota muchísima a la hora de leer Kodi, pues se trata de un obra eminentemente visual.
Partiendo de personajes con anatomías de rasgos muy pronunciados y un uso exquisito de las acuarelas, Cullum da vida a un mundo y unos personajes en los que apetece perderse. El aspecto cartoon y entrañable de las ilustraciones se combina con la prominencia de tonos pastel y con otros recursos interesantes, como el uso del blanco para simular el reflejo de la luz, casi como si las figuras se compusieran parcialmente de pequeños espacios vacíos.
La expresión visual de los personajes y la composición de las páginas completan las piezas de un engranaje cuyo objetivo principal es el de transmitir la profunda relación que se desarrolla entre la niña, Katya y el oso, Kodi. De esto modo, los momentos sutiles pasan a ser los de mayor importancia y el ritmo de la narrativa sigue al de la propia urgencia a la que se sometan ambos personajes.
Y pese a todo lo fantástico del dibujo, lo cierto es que con Kodi no estamos ante una de esas obras dirigidas principalmente a un público infantil pero de las que se puede extraer una multitud de capas de lectura. La narrativa de Kodi se centra, efectivamente, en lo visual y en los detalles. Por otro lado, algunos de los temas que se tratan son, en efecto, temas que pueden esconder cierta profundidad.
Sin embargo, tengo la impresión de que no se pretende ahondar en dichos temas en ningún momento más de lo que resulta superficialmente aparente. El enfoque en los detalles y la relación entre los dos protagonistas, además del fantástico apartado visual, es la gran base sobre la que pretende sostenerse esta obra, ni más ni menos.
Esto no es ni mucho menos algo malo de por sí. Para un público infantil, e incluso para un público adulto con ganas de leer algo entrañable y de factura visual bellísimo, Kodi resulta una lectura más que recomendable. Simplemente, no es una obra de la que, en principio, se pueda extraer mucho más de lo que se ve a simple vista. Tiene una sola capa de lectura que, eso sí, ejecuta con suma eficacia.
Lo mejor
• El dibujo de factura visual tan bella.
• La relación tan entrañable entre la niña y el oso.
• Una obra fantástica para quienes disfruten el perderse en sus ilustraciones.
Lo peor
• La trama es simple y directa, con pocas capas de lectura.
• El ritmo es tan acelerado que puede saber a poco.
• Se presentan algunos elementos que no acaban por llegar a ninguna parte.
Guion - 6.5
Dibujo - 8.5
Interés - 6
7
Una obra entrañable y visualmente bellísima. Muy disfrutable si se parte de la base de que la simpleza de su trama no esconde capas de lecturas más complejas.