Un western coloridamente violento
En más de una oportunidad hemos señalado a DSTLRY como uno de los sellos editoriales destacados del panorama indie, irrumpiendo en los primeros meses de 2023 y llamando la atención por sus estrategias de marketing y la manera de ofrecer sus cómics tanto en digital como en papel. Además de eso, ha captado grandes talentos de sobrada trayectoria y nombre propio que cautiva aún más a la audiencia lectora de cómics. Con la combinación de ambas, se inscribe en la línea de la historia que han vivido las principales editoriales de Estados Unidos por fuera de las dos grandes y va haciéndose su propio lugar.
De esta manera ha sabido captar también la atención de nuestro trabajo de reseñar novedades en su lanzamiento norteamericano, a la espera de futuras ediciones españolas. Hoy nos reúne la publicación del primer número de una nueva serie de Brian Azzarello y Eduardo Risso, la dupla autoral reconocida principalmente por 100 Balas pero que también hemos leído en Spaceman, el Batman de Flashpoint y Moonshine. A ellos se les suman Jared Fletcher como rotulador y Will Dennis como editor, también parte del equipo habitual que rodea al escritor y al dibujante.
El cómic que pergeñan Azzarello y Risso es representativo de la carrera de ambos, juntos y por separado. En pocas palabras, se trata de un western crudamente violento donde ningún personaje está a salvo; más bien, todos están a punto de morir. Con ese marco en la primera entrega se empieza a narrar una historia de venganza a la que le imprimen un tiempo parsimonioso pero no por ello deja de estar cargado de acción y giros que impactan en el curso de la lectura.
El título The Blood Brothers Mother hace referencia a unos hermanos (los hermanos Blood, o los hermanos Sangre si lo traducimos) pero el sujeto de esa oración es la madre de ellos, quien entonces será el centro de la trama. La primera frase del cómic describe lo que vamos a leer en este: “antes de mi historia, fue la suya”, dice el narrador que sabremos que es uno de los hermanos y se refiere en este caso a su padre biológico. Éste, es un forajido que sale de una prisión en México buscando a su mujer (vale el pronombre posesivo dado el tono y el contexto de la historia) a quien encontrará casada con otro hombre, haciéndose cargo del narrador cuando era niño; es decir, la madre de los hermanos Blood.
No se revela mucho más en este primer número, y tampoco quiero develar más de lo que sí se cuenta. Lo fundamental de este cómic inicial es lo introductorio que evita quedarse en ello dedicándose a la vez a la caracterización de ese personaje que es el progenitor de la voz en off, y a través suyo del mundo en que nos situará The Blood Brothers Mother. Ese oeste americano en el que todos los hombres llevan un arma de fuego y están constantemente a punto de matar o morir, y en el que las mujeres y niños están a su merced o son abandonados a su propia supervivencia.
Brian Azzarello es un especialista en escribir este tipo de personajes, tan desagradablemente atractivos con algunos atisbos de moral pero métodos igualmente cuestionables, y resultados mucho peores. Desde ya que no es una lectura apta para personas impresionables porque no se perdona a nadie ni nada en estas páginas.
La crudeza se completa con el arte de Eduardo Risso quien a sus famosos lápices los completa con un color acuarelado, que con su paleta agradable hace que sea todavía más violento por lo expresivo del apartado gráfico. El atardecer se siente caluroso, la noche sin ser negra se percibe oscura y tenebrosa, la muerte y la sangre impacta como si estuviera efectivamente adelante nuestro el cadáver masacrado.
No se trata de una violencia lúdica, coreográfica, sino que espanta y aterroriza. No hace falta decir a esta altura de su trayectoria, además, que es un excelente narrador que maneja perfectamente los tiempos y domina la página en su extensión, ni que se entienden al dedillo con el guionista.
Cabe destacar que este primer número es de 48 páginas, y que su próxima entrega llegará en el mes de julio con otras tantas y concluirá con un tercer capítulo aún con fecha por anunciar. Será esperada y oportunamente leída y reseñada en su totalidad, siendo una de esas obras que bien vale leer capítulo a capítulo en la medida que se publican para ser releída al completarse.
Lo mejor
• El arte de Eduardo Risso en toda su extensión.
Lo peor
• Algunos pasajes del guión no son del todo comprensibles y por momentos es demasiado pausado.
A ver si lo publican pronto por aquí, en un bonito tomo recopilatorio. Qué pasada ese color con acuarelas de Risso. Una pena que Azzarello no levante cabeza desde hace mucho; a veces pienso que sus grandes obras las hizo otra persona…
UA lo chequee recién, muy fuerte. Y si, Risso lo mejor.