En la Marvel clásica, si hablábamos de cómics que transcurrían en el espacio exterior, teníamos las aventuras de los 4 Fantásticos y las epopeyas de los Vengadores. El equipo conformado por los Héroes más poderosos de la tierra ha protagonizado no pocas historias clásicas de este estilo como por ejemplo la Guerra Kree-Skrull, o las batallas frente a Korvac o Thanos. Sin llegar al nivel de estas aventuras, Operación Tormenta Galáctica es digna heredera de esta añeja tradición vengadora.
Estamos hablando de uno de los cross-overs más extensos de la historia del cómic mainstream USA. Operación Tormenta Galáctica (OTG a partir de ahora) cuenta, nada menos, que con 19 partes de una historia “río” que se comunica de número a número por lo que no serían exactamente tie-ins como se conocen hoy en día en la industria. No hay una serie central que aglutine la historia principal aunque la cabecera de los Vengadores hace las veces de título con más peso narrativo, especialmente en el final de la historia. Es 1992 y quedan un par de años antes de la publicación del “Mega” cross-over La Era de Apocalipsis pero en los 80 el mundo del cómic ya ha asumido con normalidad la presencia de estas historias contadas en múltiples títulos. Tanto Secret Wars como Crisis en Tierras Infinitas abrieron el camino a cross-overs bigger than life y la tendencia se había asentado a finales de esa década y en el cambio a los años 90. Y si había una franquicia que había explotado con pingues beneficios la naturaleza del cross-over, esa era la de los mutantes. ¿Y quién era el editor de los mutantes en 1992? Bob Harras. ¿Y quién era el guionista de Los Vengadores en 1992? Bob Harras. No es extraño, pues, que el editor que había visto el éxito que un cross-over (recordemos cosas como Proyecto Exterminio) podía tener, quisiera probar la fórmula en otro rincón del Universo Marvel.
En 1992 el mercado especulativo con respecto al cómic sube sin parar en EE.UU. Las editoriales publican una cantidad exagerada de cómics cada mes. Esta masiva oferta ha creado “reinos de taifas”, uno de ellos en la órbita de los Vengadores. Títulos de los que se va a nutrir este OTG. Desgraciadamente, la calidad de las series de la familia vengadora no está en su mejor momento, por ser delicados. Los Vengadores Costa Oeste recuperaron al veterano Roy Thomas (junto a su mujer Dann) y acompañados de Dave Ross disfrutarán de una larga estancia en la serie, hasta su cancelación, con cómics correctos pero perfectamente olvidables. La sagrada trinidad se encuentra en una crisis creativa importante. Iron Man ha dejado atrás a John Byrne pero no a Paul Ryan, al que se le une Len Kaminski, que debuta precisamente en los números de OTG. Thor, en este momento Eric Masterson, se acerca al final de la larguísima etapa comandada por Tom DeFalco y Ron Frenz, este último ausente del cross-over en favor de Pat Olliffe. Y si de etapas largas hablamos, no podemos dejar de mencionar la casi década de Mark Gruenwald como guionista de Capitán América, estando su trabajo ya en los 90 como lo peor de su estancia en la cabecera. Gruenwald, magnífico editor, es un escritor limitado como también se puede comprobar en su “niño mimado”, Quasar que cuenta aquí con los lápices de un joven Greg Capullo. Por último, tenemos Wonder Man, serie de nuevo cuño a cargo de Gerard Jones y Jeff Johnson que aporta, como lechuga en hamburguesa, frescor al conjunto. Me traduzco a mí mismo, Wonder Man es un intento de serie con tono humorístico y ritmo ágil que, sin ser una maravilla (guiño, guiño), se lee francamente bien.
Ya tenemos a los actores del drama pero…, ¿qué es OTG? OTG es una idea de Gruenwald para un arco en Quasar que Harras se apropió para inflarlo y que diera cabida a todos los títulos mencionados en el párrafo anterior. El conflicto central es la guerra intergaláctica que estalla entre los imperios Kree y Shi’ar. A priori, la tierra no es uno de los campos de batalla pero los héroes descubren que, debido a la guerra, se está utilizando un portal transportador o agujero de gusano en nuestro sistema solar que está afectando a la estabilidad del Sol. Con el sistema solar amenazado, ya tenemos la excusa para que los Vengadores intervengan. Y para ello se dividirán en tres grupos. El que se queda en la tierra (USAgente, Hulka, Halcón, Pájaro Burlón, Spiderwoman, Hank Pym, la Avispa y Gilgamesh) apenas tiene importancia narrativa. Camino del imperio Kree marchan el Capi, Clint Barton en su forma Goliath, Sersi, Iron Man, Cristal, Hércules y el Caballero Negro. Por su parte, los Shi’ar recibirán la visita de Thor, la Visión, la Bruja Escarlata, Starfox, Rayo Viviente y la Capitán Marvel (Monica Rambeau). Se podría comentar lo extraño de la confección de estos equipos (¿Hulka en la tierra? ¿Caballero Negro al espacio?) pero simplemente diré, como fan de la etapa de Roger Stern, la alegría que es ver de vuelta a Monica y con un estatus acorde a su historia pasada con los Vengadores.
El desarrollo del cross-over es bastante directo. Ambos grupos de emisarios llegan a sus respectivos imperios en busca de zanjar el conflicto por la vía diplomática. Tampoco es que le expliquen nunca al lector CÓMO piensan hacerlo, por lo que no es extraño que ocurran varias peleas de esas tan típicas en los cómics de superhéroes (a destacar la de Thor contra Gladiador). Me gusta que sea un cross-over cocinado a fuego lento, una guerra intergaláctica que no vemos iniciarse y que nos pilla a los terrícolas fuera de juego, en mitad de un conflicto que nos es ajeno pero que necesitamos solucionar por una cuestión de supervivencia. En general, es un cross-over francamente bien coordinado sin ser perfecto, con una narrativa que fluye bien de título a título. A destacar las interacciones entre el Capi y Iron Man, todavía muy reticentes a confiar el uno en el otro tras lo vivido los últimos años en la colección del cabeza de lata con las Armor Wars II y los problemas con la bebida de Tony.
Además de peleas, OTG tiene su buena dosis de traiciones y maquinaciones políticas, especialmente dentro de los Kree. Y es aquí donde surgirá el verdadero villano de la historia, que no es otro que la Inteligencia Suprema, quien “facilitará” que los Shi’ar envíen al imperio Kree una Nega-Bomba que, como las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, dará por finalizado el conflicto arrasando el sistema Kree. El plan de la Inteligencia Suprema es sacar del estancamiento genético a los Kree y obligar a evolucionar al 2% de los supervivientes de la Nega-Bomba. Y en la confrontación entre la Inteligencia Suprema y los Vengadores alcanzamos el climax del relato: ¿Matar o no matar a la Inteligencia? Se debate y se crean dos bandos para decidir si matar o no al villano. Los pro-asesinato defienden que a) lo que ha hecho la Inteligencia es salvajemente malvado y no se le puede juzgar (¿seguro?), y b) ni siquiera es un ser vivo sino más bien una máquina inteligente. Los anti-asesinato lo tienen más fácil y expresan su postura a través del Capitán América: los héroes no matan. Sorprende que a nadie se le ocurra dejarle la decisión de matar o no matar a los Shi’ar, que son ahora los que gobiernan sobre los restos del imperio Kree. No hay bando ganador porque los anti-asesinato no van a impedir que los pro-asesinato maten a la Inteligencia, cosa que hacen en la persona del Caballero Negro clavándole su espada a la Inteligencia. Desgraciadamente, en la última página de este cómic, se deja caer con poca sutileza, que la Inteligencia ha conseguido transmitir su conciencia fuera de su cuerpo por lo que no ha muerto, lo que resta gravedad no solo al debate sino a la historia en su conjunto.
OTG tiene momentos brillantes y otros bastante mediocres (el #400 del Capitán) pero es un cross-over sólido, un tanto alargado, sí, pero uno en el que casi todos los héroes tienen su momento para brillar y que consigue cambiar el estatu quo de la Marvel galáctica. Los Kree renacerán, por supuesto, pero tendrá que pasar casi una década y otro cross-over como sería Maximum Security para que comenzaran a levantar cabeza.
A nivel editorial, esta es la segunda vez que Panini publica la saga. Anteriormente lo hizo en dos volúmenes de los “viejos” Marvel Gold. Con la saga de Proctor ya publicada también en Marvel Héroes, solo quedan unos pocos números para que los Vengadores entren en La Encrucijada, la particular saga del Clon de los Héroes más poderosos de la tierra. Hasta entonces, lo peor de los 90 todavía no ha afectado a los Vengadores. Pero eso no durará mucho.
Lo mejor
• La coordinación editorial. El debate filosófico-moral del final.
Lo peor
Alargado. Como misión diplomática, los Vengadores son lo peor
Estructurada, contenida, entendible, con consecuencias (muy buen número el Capitán America 401).
El que vaya a decir que este evento es malo que se lea ahora Blood Hunt y, si sobrevive, que compare.
Sinceramente, yo le habría dado bastante más nota. Me parece uno de los mejores crossovers de los Vengadores y de lo mejor que se hizo en los 90.
Me gustó bastante, más que la Guerra Kree-Skrull la cual se me atragantó en su momento. También es cierto que eso fue hace ya mucho tiempo, a ver si algún día la vuelvo a leer.