LOS JÓVENES DE HOY
«¿Por qué huyes?»
El pasado junio en Estados Unidos y algo más tarde, en octubre aquí en España, llegó a las librerías el primer número de Ultimate Invasion de la mano de Jonathan Hickman y Bryan Hitch. En esta miniserie, el guionista de Dinastía de X y Potencias de X retomaba un personaje clave del difunto universo Ultimate que él mismo se encargó de despachar: El Hacedor. Con el regreso de esta suerte de versión maligna de Reed Richards llegaba un cambio editorial y lo que se prometía como una invasión resultó en una creación: la de un nuevo universo Ultimate, con el guionista de Carolina como punta de lanza, un universo marcado por la influencia del Hacedor, uno que Hickman describió como una nueva manera de pensar y disfrutar del universo Marvel.
El mismo guionista se encarga de la obvia piedra angular de todo universo Marvel que se precie con una nueva versión del eterno arácnido, pero un universo Marvel necesita su esquina mutante. Siendo el último arquitecto del microcosmos de los X-Men, de una saga que está llegando a su fin precisamente ahora después de años de historias, Hickman era consciente de las posibles expectativas y decidió cambiar completamente de dirección. Para ello acudió a la artista superestrella de la editorial, Peach Momoko.
Peach Momoko es una ilustradora japonesa, durante unos años participó en exhibiciones de arte y aparte de ello se dedicó mayormente a producir arte con fines comerciales, como portadas para películas en DVD o diseños para camisetas. Su llegada al cómic americano llegó en 2019, realizando una portada alternativa para el especial Marvel Rising #1. Su extenso trabajo posterior como portadista en la Casa de las Ideas le valió un premio Eisner en 2021, año en el que por primera vez se encargó por completo del arte de un cómic en Demon Days. Esta miniserie, que es más bien una colección de one-shots, marcará la línea del trabajo de la artista en Marvel. Posteriormente, se publicó una secuela con Demon Wars, una nueva miniserie dentro de lo que ella llama el “Momokoverso”. Ambas obras fueron publicadas en España por panini, bajo el lujoso sello de las Ediciones de Lujo.
Demon Days, y en especial Demon Wars, que de verdad supone el primer reto narrativo para Momoko en el cómic al presentar una historia que conecta número a número, sirven para comprender de dónde viene la serie que hoy nos ocupa. En ellas, trae una tradición más propia del manga japonés que del cómic americano, la del artista completo. Y va más allá, la labor de Momoko en estas miniseries es una de re-imaginar, lleva el universo Marvel a un estilo, artístico y temático, profundamente japonés con una marcada influencia del folclore tradicional del país nipón.
Ultimate X-men reside en un espacio propio y apartado de los cánones clásicos mutantes siguiendo la misma tendencia re-imaginativa de su trabajo anterior. En el foco de atención de esta serie no está la mansión de Westchester, ni el conflicto evolutivo de la aparición de una nueva especie genética; ni tampoco parece haber nada parecido a Krakoa, ni sus consejos silenciosos, ni fraguas en la órbita solar. Momoko rompe con lo anterior e introduce motivos propios de un manga shonen de terror y acción: un protagonista marginado que va al instituto, suburbios japoneses como ambientación, templos tradicionales y apariciones sobrenaturales. Esta es la base de la experiencia de lectura y esta rotura puede resultar alienante para aquellos en busca de algo más en línea con lo anterior, pero es también lo que la serie aspira a conseguir.
Con esto, Momoko presenta a Hisako, una contrapartida del personaje de Armadura en la continuidad habitual. Aquí se trata de una joven adolescente empezando en el instituto, que desea pasar desapercibida y que un día recibe una inesperada invitación para dirigirse a un templo cercano a encontrarse con un “amigo”. Aquí comenzará a ser atormentada por un espíritu de venganza que jura acabar con aquellos que llevaron a su amigo Tsubasa al suicidio, guardando similitudes de nuevo con su versión de la Tierra 616 y su relación con Alas. El espíritu hace además entrega a Hisako de un amuleto, que parece actuar como la fuente de sus poderes en este universo. Hisako decide seguir acudiendo a las recurrentes invitaciones del espíritu, intentando frenar su objetivo de venganza, al tiempo que su mundo se expande con la aparición de nuevos personajes y el planteamiento de siniestros misterios.
Momoko cuida esa aura de misterio alrededor de la trama y de sus personajes, guardando las revelaciones para el momento en que resulten más efectivas y situando siempre los conflictos personales en el centro. El ritmo de estos capítulos dista de ser demoroso, pero de momento la serie está más interesada en permitir que sus personajes experimenten momentos emotivos y reflexivos y en plantear interrogantes que en escenas de acción más destacada. En esto se acentúa el uso del flashback como recurso narrativo, que se repite a lo largo de estos tres números como herramienta para ir revelando información. A pesar de los incidentes siniestros que aparecen en ella, la historia discurre con un tono enigmático y jovial, con unos personajes coloridos y muy diferenciados. Con el tercer número, Momoko deja claro que aún se está guardando cartas e invita a continuar la lectura para descubrir el papel de los mutantes en este nuevo universo.
Dado el historial de Momoko queda claro que el dibujo es uno de los mayores reclamos de Marvel con esta propuesta, y la artista japonesa no decepciona. Momoko corre a cargo del dibujo y del color y estos se complementan a la perfección, presentando algo que no se puede encontrar en el interior de ningún otro cómic de las dos grandes. Los trazos son simples y sin excesivo detalle y el vistoso uso de las acuarelas soporta gran parte del peso del dibujo junto con el trabajo de composición. El diseño de los personajes está de nuevo ligado al color pero también hay mucha atención puesta en generar siluetas y expresiones reconocibles, destacando la práctica común en el manga de presentar personajes con facciones simples y muecas expresivas con ojos grandes. El dibujo contribuye al tono general del cómic y entra por los ojos generando una impresión de fantasía y aventura.
En definitiva, estamos ante una nueva serie que aprovecha la oportunidad de este nuevo universo para diferenciarse. La trama resulta enfocada en lo personal mientras expande su mundo y sus límites y el atractivo dibujo acompaña la aventura con destreza. Los X-men se ven así transformados, aparecen más místicos y quizá más vivaces que en los años recientes, pero continúan tratando con importantes aspectos de su esencia como la identidad, el rechazo y el trauma. Estos primeros tres números llegarán a España el próximo 1 de agosto de la mano de panini y la serie será publicada de forma trimestral.
Lo mejor
• El arte y color de Momoko.
• Lo diferente de la propuesta.
Lo peor
• A algunos les puede parecer demasiado rompedor.
• El ritmo puede resultar pausado.
Prometedor
Guión - 7.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8
8
Estamos ante una nueva serie que aprovecha la oportunidad de este nuevo universo para diferenciarse. La trama resulta enfocada en lo personal mientras expande su mundo y sus límites y el atractivo dibujo acompaña la aventura con destreza.
Pues me quejaba de que la versión Ultimate de Pantera Negra era más de lo mismo y esta serie me da miedo por todo lo contrario, pero en un acto de coherencia conmigo mismo, le daré una oportunidad a ver qué tal
Visualmente es muy bonito y es algo TAN distinto al resto del Universo Ultimate que siento que desentona demasiado. Supongo que para el segundo año tendremos unos Ultimate X-Men más tradicionales.
Si Hickman es el coordinador de todo lo Ultimate, se le agradece la oportunidad que ha dado a Peach Momoko (y a Marvel también por darle la luz verde al proyecto).