California Love
A mediados de los 90, 2000AD, la mítica revista del Juez Dredd, le había concedió la licencia del personaje a DC Comics, cuyos cómics resultantes gustaron bastante poco a los fans y tuvieron ventas bastante pobres. Este fallido experimento había convencido a la editorial de que los americanos nunca entenderían a Dredd, pero los editores de IDW Publishing, fans del personaje, consiguieron hacerles cambiar de opinión. En 2012, con motivo del 35. aniversario del Juez Dredd, 2000AD e IDW anunciaron la publicación de cómics americanos del Juez Dredd.
La mayoría de series que surgieron de este acuerdo tuvieron guionistas americanos. Estos guionistas se enfrentaron al desafío de escribir a un personaje que encarna una visión profundamente británica de América. La serie mensual del Juez Dredd se atrevió a ofrecer una visión americana de Dredd y su ciudad Mega-City One. En cambió, la miniserie Judge Dredd: Mega-City Two prefirió evadir el desafío, llevándose al Juez Dredd a una versión satírica de Los Ángeles que sólo autores americanos podrían hacer.
Los autores de Mega-City Two son el crítico de música Douglas Wolk y el dibujante Ulises Farinas. Fan del Juez Dredd, Wolk había escrito previamente artículos extensos sobre la historia del personaje en su propio blog y en la difunta página web ComicsAlliance, motivo por el que IDW le contrató para escribir artículos explicativos en la serie mensual de Dredd y posteriormente esta miniserie. Hasta la fecha, esta es su primera y última incursión en la industria del cómic. Por su parte, Farinas ya tenía más experiencia que su compañero, habiendo trabajado en cómics como Catalyst Comix, donde ya destacaba por su imaginación y atención a los detalles.
Wolk y Farinas tuvieron libertad absoluta para diseñar su parodia de Los Ángeles sin contradecir la continuidad existente del Juez Dredd. La ciudad de Mega-City Two ya existía previamente, pero nunca se llegó a explorar en las páginas de 2000AD antes de su destrucción en el evento de los años 90 Judgement Day. ¿Y qué nos muestra la miniserie? Una ciudad obsesionada con el cine y la televisión, con el consumismo y el entretenimiento de masas. Vamos, la clase de sátira que esperaríamos de una historia del Juez Dredd.
El argumento de la miniserie es muy sencillo: el Juez Dredd tiene que encontrar a varios jueces corruptos en la ciudad de Mega-City Two cuyas actividades están causando problemas en otras ciudad, tarea para la cual tendrá que participar en un programa de intercambios de jueces y operar bajo las curiosas reglas de esta ciudad. Nada más llegar, se verá envuelto en toda clase de situaciones extravagantes que ponen de relieve lo absurdo de la meca del entretenimiento y el glamour en América.
Que nadie espere una historia elaborada y profunda como, digamos, America o The Day The Law Died, dos clásicos de Dredd. En esta miniserie prima la sátira y la diversión de ver a Dredd en una una versión disparatada de Los Ángeles en la que está completamente desubicado. El disfrute de esta miniserie depende, por tanto, de lo mucho que uno pueda conectar con el humor de sus autores. En mi caso, no todos los chistes o referencias me han hecho reir. En sus mejores momentos la serie nos ofrece cosas que nunca veríamos en 2000AD. Es impagable ver al Juez Dredd operar de incógnito en un desierto inspirado por el videoclip de California Love, y mola mucho ver cómo Dredd recurre a soluciones creativas para compensar que no está permitido el uso de fuerza letal. Pero en muchas ocasiones los chistes no terminan de funcionar. O, peor aun, los chistes no son para nada novedosos. ¿Cuántas veces se puede parodiar a Hollywood o los reality shows americanos sin que la broma pierda la gracia? Esta serie flirtea con una respuesta negativa a esta pregunta.
Guste o no el humor de la series, es innegable que Ulises Farinas, la estrella indiscutible de esta miniserie, ofrece una visión única y diferente del Juez Dredd, un dibujo que por sí solo justifica que una editorial americana publicase cómics del Juez Dredd. La Mega-City Two del dibujante neoyorquino tiene un poco de la estética habitual de 2000AD y mucho de Moebius, Geoff Darrow y el difunto Seth Fisher, una combinación de influencias que depara resultados increíbles. Consciente de ello, el guion dedica páginas enteras a sólo mostrar los diseños de Farinas, algo que es muy de agradecer debido a la cantidad de interesantes ideas visuales que tiene el dibujante. En cada página hay un inmenso nivel de detalle y algún chiste o referencia visual a la cultura pop americana, pero la narrativa no se resiente por ello. Al contrario, podemos sentir que el dibujo dinamiza y mejora el guion de Wolk, que aún estaba aprendiendo a encontrar el ritmo perfecto para una miniserie mensual y se excede con el uso de escenas de exposición que en manos de otro dibujante serían visualmente aburridas.
Concluida la lectura, me quedo con la impresión de que estamos ante una miniserie que, sin ser un fracaso, podría haber sido mucho más. Casi todos los ingredientes para crear algo especial están presentes, sólo hace falta más de inspiración e ingenio en su humor. Desafortunadamente, nunca veremos una secuela con la que sus autores puedan refinar su propuesta. El acuerdo entre IDW y 2000AD expiró hace años.
A pesar de quedarse a las puertas de la grandeza, Wolk y Farinas pueden por lo menos presumir de haber creado un cómic del Juez Dredd único e irrepetible, una historia visualmente impecable que hace algo nuevo con el personaje y su universo. Cuando surjan las inevitables retrospectivas de los cómics americanos de Dredd, ésta será una de las principales recomendaciones.
Esta miniserie está actualmente descatalogada, pero aún se pueden encontrar ejemplares de la edición americana o francesa.
Lo mejor
• Los dibujos de Ulises Farinas
• El homenaje a Tupac
• Situaciones cómicas muy acertadas…
Lo peor
• Pero otros muchos chistes y referencias aburren
Guion - 6
Dibujo - 9
Interés - 7.5
7.5
Interesante
Acercamiento al Juez Dredd que a pesar de sus fallos destaca por ofrecer algo nuevo. Gustará a los fans del personaje.
