Cuando los Defensores no tienen nada que defender
«La Tierra no quiere Defensores, sólo soluciones fáciles»
Los Defensores de la Tierra (Defenders of the Earth) surgieron como tales bajo ese nombre en una serie animada de la década de 1980 que tuvo 65 episodios, pero utilizando personajes que tenían mucha vida previa: Flash Gordon (creado en 1934), El Fantasma (creado en 1936), Mandrake el Mago (creado en 1934), y el asistente de este último llamado Lothar (igualmente de 1934), enfrentando a Ming el Despiadado (de primera aparición también en 1934). En simultáneo, tuvieron una versión en cómic publicada por Marvel bajo su sello Star, de corta extensión.
Luego de algunos otros productos mediáticos (libros, videojuegos, figuras de acción), quedaron guardados en el baúl de la nostalgia ochentera a recuperar en las primeras décadas del siglo XXI. Así sucedió, en cierta forma, cuando Dynamite Entertainment adquirió las licencias de la King Features Syndicate y publicó las miniseries Kings Watch y Kings Quest con una premisa similar.
El 2024 los trae de vuelta y con el nombre de los 80’s, ahora bajo el sello Mad Cave que también está publicando a Flash Gordon en sus nuevos cómics (como ya hemos contado). Esta serie no tiene relación con esa referida colección sino que va por su propio camino y con otro equipo autoral, reunido en este caso por Mike Marts quien se desempeña como Editor en Jefe en esta nueva casa y conocía al guionista de su época como editor de la línea Batman en DC Comics y al dibujante desde antes, cuando crearon para Marvel a los Exiles.
En Defenders of the Earth, estrenada el pasado 14 de agosto, encontramos a Dan Didio en los guiones y Jim Calafiore en los dibujos retomando mucho del estilo y la estética de la serie animada que dió origen al nombre del grupo. No obstante, trae a los personajes a nuestro presente y con un planteo de posguerra y nuevo mundo que da juego a nuevas subtramas para cada uno de ellos. La secuencia inicial del cómic debut de esta serie nos muestra cómo termina la guerra contra Ming, quien estaba avanzando para conquistar la Tierra.
Esta se sitúa en el año 2020 y luego da un salto a nuestro año presente, el 2024, con un mundo que está reconstruyéndose luego del conflicto bélico espacial y los Defensores de la Tierra no están actuando como tales sino que se están acomodando en un contexto diferente, un tiempo de paz extraño para quienes trabajan de defender al planeta. Este planteo da juego a abordar a los personajes desde una perspectiva no habitual, lo cual no necesariamente es bueno. O mejor dicho, depende mucho del guionista… y si bien a Didio le agrada realizar este tipo de trabajos, no es un escritor destacado; cumple, pero no deja mucho más que lo justo y necesario.
Hay algunas frases ingeniosas, ideas con potencial atractivo y que tienen su interés si te atraen los personajes o incluso aquella serie animada ochentera. En particular, me quedo con la cita que encabeza este texto que nos presenta a un Fantasma angustiado por el siglo XXI que ha dejado atrás la necesidad de su trabajo preguerra.
En lo que respecta al trabajo de dibujo de Jim Calafiore, tampoco encontramos algo descollante. Con una línea algo tosca que se nota aún más cuando debe realizar viñetas de rostros expresivos, es correcta su tarea en cuanto a narrativa. Y en lo señalado de su trabajo de lápiz y tintas, no colabora demasiado a realzarlo la tarea del colorista, Juancho Velez.
A diferencia de lanzamientos recientes de Mad Cave Studios que cautivaron mi atención y brindaron lecturas de gran nivel en todos los aspectos (y en parte por ello agendé este lanzamiento para realizar su reseña), este primer número de Defenders of the Earth no resulta demasiado auspicioso por lo que vendrá en la serie que constará de 8 entregas.
Cabe destacar, para finalizar con un aspecto de la tarea editorial Mad Cave, que en anticipo de este nuevo cómic realizaron también una reedición en tomo recopilatorio de la serie limitada que publicara Marvel entre 1986 y 1987.
Lo mejor
• La reaparición de este grupo de personajes.
• La escena final, sí invita a seguir leyendo un poco más.
Lo peor
• Las subtramas preparadas para cada uno de ellos no terminan de generar interés, excepto por la del final.
