Mil momentos y mil aventuras
«¿Cuándo estoy?»
Anda que no ha dado de sí Black Hammer. Han pasado ya unos años considerables desde que la serie de Jeff Lemire y Dean Ormston cosechara un éxito enorme entre crítica y público, y podemos decir que desde entonces su universo no se ha detenido ni un instante. A lo largo de seis años y una colección amplia de historias, Lemire ha explorado el cada vez más vasto e interesante mundo de Spiral City y sus héroes, un sentido homenaje al cómic de superhéroes que ha terminado cobrando vida propia. Un proyecto sólido y firme, que nos ha permitido disfrutar de la rareza de leer un universo superheroico lleno de dibujantes, pero diseñado únicamente por la mente de un guionista.
O casi. Fue en Barbalien: Planeta Rojo donde Lemire le dejó por primera vez usar sus juguetes a otro autor. Tate Brombal (La Casa Slaughter) se puso a los mandos de una historia del marciano Mark Marz y, junto al inimitable Gabriel Hernández Walta, logró añadir su huella al blackhammerverso con un sonoro éxito que incluyó una merecida nominación a los premios Eisner. Otros han puesto sus ideas después en este universo a través de las pequeñas historias de la antología Visiones, pero Brombal ha sido el único que no solo ha participado en una serie completa, sino que ha repetido.
Nos referimos a Coronel Weird y el pequeño Andrómeda, esa segunda incursión de Brombal en Black Hammer, que supone además la segunda miniserie centrada en el interesante personaje de Randall Weird tras Cosmagogo. La obra nació como un cómic por entregas cortas que Jeff Lemire pretendía incluir como contenido exclusivo en Tales from the farm, su cuenta de Substack. Sin embargo, la aventura del canadiense en los tiempos pudientes de la plataforma de newslettering bajó de marcha tras acabar su primer año y cambiar los términos del contrato con Substack. Lemire regresó al modelo sin suscriptores de pago, y decidió migrar el proyecto guionizado por Brombal directamente al papel, siendo publicado finalmente en un volumen de tapa dura publicado por Dark Horse con la recopilación completa de episodios, que ahora Astiberri, como siempre, nos trae a nuestro país.
Coronel Weird y el pequeño Andrómeda podría considerarse como un caleidoscopio de artistas, y es que entre sus páginas nos encontramos con una larga lista de autores encargados de ponerle cara al Coronel Weird en sus aventuras por la para-zona. Ray Fawkes (que ya colaboró con este universo en Black Hammer ‘45) podría definirse como el dibujante principal, pero a lo largo de la historia hacen acto de presencia en mayor o menor medida montones de autores: Tyler Bence, Ariela Kristantina, Marguerite Sauvage, Dani, Andrea Sorrentino, Shawn Kuruneru, Yuko Shimizu, Nick Robles y Tyler Crook, con la colaboración en el color (según el dibujante) de Jordie Bellaire, Dave Stewart y Bill Crabtree. Ahí es nada.
Con este equipo, Tate Brombal nos sumerge en una aventura de Randall Weird que se ubica al poco tiempo de los eventos que dejó atrapado al grupo original de héroes de Black Hammer en la granja de Rockwood. O eso parece al menos, porque si algo tienen los extraños poderes de Weird es que con él, todos los momentos conviven al mismo tiempo. Preocupado por el plan urdido junto a Madame Libélula, Weird se plantea una solución mejor: acabar con la para-zona impidiendo que entre en contacto con la Tierra. Y para ello decide viajar hasta la infancia de la persona que la descubrió por primera vez: Jim Robinson, el chico que de adulto se convertiría en el Doctor Andrómeda. Weird tratará de que, mostrándole todo lo que la para-zona ha causado, el futuro genio pierda la idea de dedicarse a la ciencia en el futuro.
Por si alguno se lía aquí, cabe señalar un dato importante, y es que los que sigan el universo Black Hammer en España podrían preguntarse quién es este Andrómeda. La respuesta es el Doctor Star, al que conocimos en el tomo Doctor Star y el reino de los mañanas perdidos. Según parece, a pesar de la evidente intención de homenajear al personaje, su (tremendo) parecido con el Starman/Jack Knight de DC Comics hizo que la Distinguida Competencia le solicitara a Lemire que le cambiara el nombre para evitar malentendidos, algo que el autor de Royal City aceptó de manera amistosa. Así pues, en Estados Unidos ya se ha podido encontrar aquel tomo reeditado con el título cambiado, y es de esperar que en España suceda lo mismo si hay reedición.
Pues bien, he aquí a este pequeño Andrómeda con el que Tate Brombal tiene muy claro lo que quiere hacer: un homenaje a Little Nemo, la mítica serie de Winsor McKay. El guionista de Barbalien diseña una aventura por el tiempo y el espacio llena de ternura (casi siempre) y cierto onirismo, en la que un desolado Weird va viendo cómo sus intentos por espantar al pequeño Jimmy no hacen más que aumentar la fascinación del pequeño por las maravillas del universo y los viajes espaciales, mientras a nosotros nos van transportando por distintos momentos y personajes conocidos de este universo.
Esta fascinación se logra gracias al juego combinado de distintos artistas, que conforman entre todos una especie de caleidoscopio visual que permite plasmar en las páginas ese ir y venir de sus protagonistas de un lugar a otro del cosmos, por distintas realidades y distintos tiempos. Resulta muy refrescante además ver cómo cada uno de los autores se aproxima al personaje del Coronel Weird, ya que cada uno exprime su diseño como le viene en gana según lo que le pide el cuerpo. Cabe mencionar también los capítulos de Willow D. Whisper, un nuevo personaje creado por el propio Brombal y el dibujante Dani, que se estrena en este libro y que ejerce como interludio conector a lo largo del volumen.
Por supuesto, uno no puede dejar de advertir que nos encontramos ante una obra profundamente dependiente del nivel de conexión que tengamos con el universo creado por Jeff Lemire. La historia que nos ofrece Tate Brombal y los artistas implicados es agradable y entretenida, pero resulta más bien una curiosidad y un homenaje dentro del homenaje. A diferencia de lo que podíamos encontrar por ejemplo en Barbalien, al lector casual no le aporta lo más mínimo debido la necesidad de conocer todo el lore de Black Hammer. Si por el contrario sois aficionados a todo este universo, Coronel Weird y el pequeño Andrómeda supondrá una prescindible pero amena inmersión en uno de los personajes más singulares de la serie original.
Lo mejor
• La divertida mezcla de estilos artísticos para plasmar los viajes de Weird.
Lo peor
• Es un añadido para seguidores de Black Hammer, carece de interés para el lector casual.
Guion - 7.5
Dibujo - 7.5
Interés - 6
7
Rara (je)
Tate Brombal y Ray Fawkes se dejan acompañar por un puñado de artistas para contar una bonita historia sobre el Coronel Weird con aroma a Little Nemo.
