Humanismo y solidaridad versus beneficios
«Qué queréis que os diga. Prefiero veros desde aquí, amigas mías.»
Frontier es un cómic importante. Como buen relato de anticipación nos habla más del presente de la humanidad que del futuro, como buena historia de ciencia ficción está más preocupada por las cuitas humanas que por las batallas repletas de maquinaria espacial.
Su creador, el francés Guillaume Singelin, ha sabido tejer una obra hermosa, emocionante y, en varias ocasiones, conmovedora.
En un futuro algo lejano la conquista del espacio es una realidad. Las grandes corporaciones mineras terrestres colonizan los diferentes planetas, extrayendo sus recursos naturales de forma salvaje e indiscriminada. Mientras tanto en las estaciones espaciales se produce de manera frenética, los trabajadores están encerrados en ellas a perpetuidad, lo normal es que hayan nacido en el espacio y que no conozcan ni el hábitat ni las condiciones de vida de la Tierra. Tres personajes inconformistas e inquietos, la ingeniera y especialista en arqueología estelar Ji-Soo, la exsoldado Camina y el operario espacial Álex no acaban de encajar en un sistema tan rígido e inhumano. Cuando se conocen y se reunen, buscarán un camino alternativo al preestablecido, pero no estará exento de peligros…
Argumentalmente, la principal característica de Frontier. Explora, expande, escapa se encuentra en la magnífica descripción de un hipotético período futuro de nuestra historia dominado tiránicamente por grandes corporaciones industriales. Como en Bogey, de Antonio Segura y Leopoldo Sánchez, la película Atmósfera 0 de Peter Hyams o incluso más en Alien de Riddley Scott, el destino de los seres humanos está regulado por férreas y abusivas contrataciones que los obligan a trabajar a destajo para las grandes compañías que dirigen obsesivamente cualquier proyecto industrial, científico o comercial hacia la consecución de enormes beneficios. Las consecuencias negativas en la ecología, en la sociedad y en la salud de las personas son obviadas y despreciadas.
El trio protagonista, bien respaldado por un nutrido grupo de secundarios, nos enseña con su ejemplo las terribles consecuencias de este sistema depredador. En Frontier los acompañamos en su busqueda de una forma de vida alternativa. Los desastres ecológicos, los peligros de la basura espacial, las malformaciones surgidas a raíz de vivir eternamente en el espacio, la falta de un proyecto vital mínimamente sostenible… son algunas de las amenazas que tienen que sortear los integrantes de este magnífico alegato humanista.
Tanto en el apartado gráfico como en el narrativo Guillaume Singelin realiza un trabajo absolutamente sobresaliente. El artista francés divide sus páginas en cuadrículas de cuatro tiras con un número variable de viñetas. En numerosos casos incluye cuadros más grandes y no renuncia a utilizar las splash pages para ofrecernos poderosas panorámicas espaciales o hermosísimos paisajes de planetas lejanos. Su narrativa es elegante y clara, abundan las páginas mudas de transición y las escenas de acción están excelentemente coreografiadas, aunque el tono del relato es básicamente pausado, en ocasiones el ritmo narrativo y las soluciones compositivas nos recuerdan a la obra maestra de Miguelanxo Prado titulada Fragmentos de la Enciclopedia Délfica.
La definición de los personajes es el apartado más singular de la propuesta gráfica de Guillaume Singelin; su aspecto cercano a los muñecos de juguete descoloca en primera instancia, pero esta impresión va desapareciendo a medida que avanza la trama, por la enorme capacidad del autor en otorgar a sus creaciones una personalidad propia, para darles un carácter especial y distintivo.
El diseño de la maquinaria, de las naves, de los cubículos y las estaciones espaciales es extraordinario y el uso del color es asombroso. los paisajes extraterrestres están descritos de una manera hermosísima. En tierra predominan los colores verde, rosa, naranja y azul celeste; en el espacio el azul oscuro, el marrón y el rojo. Pese a su enorme atractivo, son escenarios terribles donde conviven la belleza y el peligro.
Guillame Singelin (1987) nació en Rennes, Francia.
Cursa estudios de grafismo en la École d’art publique de la ville de Paris (EPSAA). Su carrera profesional empieza en 2008 dibujando el álbum King David, con guion de Antoine Ozanam y editado por Casterman. Su siguiente obra es Pills (2010), con el mismo guionista y publicado por el sello KSTR. Paralelamente, el autor y editor RUN lo ficha para el sello Label 619, allí se integra en el equipo de producción del largometraje Mutafukaz (2017), realiza varios episodios para la colección DoggyBags (2011-2018), se erige en el artista – a partir del segundo volumen – de la serie The Grocery (2011-2016) que cuenta con los guiones de Aurélien Ducoudray, una serie de 5 álbumes publicados por Ankama Éditions y participa el primer número de la colección antológica Midnight Tales (2018-2019), dirigida por Mathieu Bablet y publicada por Ankama, también participa en los dos primeros volúmenes de la colección Lowreader (2022) de la misma editorial. Sus dos grandes obras en Label 619 son la serie Mutafukaz’ Loba Loca (2019-2020), con guion de RUN y que consta de 6 volúmenes y un recopilatorio integral y el álbum unitario P.T.S.D. (2019), con guion propio.
A partir de la segunda década de este siglo empieza a introducirse en el mercado estadounidense con colaboraciones en Batman: Urban Legends vol.01 (2021) y vol.04 (2023) o DC vs. Vampires: All-Out War vol.01 (2023) todo para DC Comics.
En 2023 publica su segunda obra con guion propio titulada Frontier: Explore, expand, escape, con la que obtendrá varios premios, entre otros, el Éco-Fauve RAJA del Festival de Angoulême del 2024.
También ha participado en el diseño artístico de varios videojuegos como el Citizen Sleeper (2022) publicado por Fellow Traveller.
El acabado técnico y material del álbum, a cargo de Grafito Editorial, es bastante correcto. El libro es bastante menor que su original franco belga, esto hace que le quite algo de espectacularidad a la visión de los magníficos paisajes naturales y artificiales que nos ofrece el autor francés, pero en ningún caso impide una correcta lectura de la obra. En cambio el hecho de contar con un papel ligeramente satinado le da un añadido de elegancia al conjunto que carece la edición de Rue de Sèvres. Carece de cualquier material añadido, tanto gráfico como literario, siendo el precio bastante ajustado teniendo en cuenta la calidad y enjundia de la propuesta.
Frontier. Explora, expande, escapa de Guillaume Singelin es un alegato humanista sobre la solidaridad. Es una denuncia a la deriva depredadora y destructora que el sistema capitalista ha impuesto por todo el planeta y que amenaza con expandirse por el Cosmos si alcanzamos el desarrollo tecnológico suficiente. Frontier nos lo enseña… estamos avisados.
Salut!
Lo mejor
• El mensaje humanista.
• La descripción del entorno espacial y extraterrestre.
• Un uso del color sideral.
Lo peor
• Que el diseño de los personajes puede alejar a algunos de la propuesta.
Guion - 8.5
Dibujo - 8.5
Interés - 8.5
8.5
Humanista
Una obra importante, llena de escenas hermosísimas y de momentos realmente conmovedores
Gracias por la reseña Tristan. Me pareció una lectura estimulante, con ideas muy interesantes y un desarrollo de personajes excelente.
El apartado gráfico es una maravilla, con un nivel de detalle increible. El diseño de los personajes sí que choca al principio, pero luego ten engancha y le acaba dando una personalidad única a la propuesta.
Super recomendable
Es el comic preferido de mi hijo y yo lo tengo en buen lugar también junto a PSD. El arte, en mi opinión, atrae más que causar rechazo.