Pese a todos los proyectos que se han sucedido desde su estreno, a nivel televisivo las producciones de Marvel Television y Disney Plus tocaron techo con su primera gran propuesta: WandaVision. La serie de Bruja Escarlata y Visión ha sido de las pocas que por ahora ha tenido un impacto real en el cosmos audiovisual de la compañía, especialmente después de desperdiciar balas como Invasión Secreta, Ms. Marvel y Echo. No sabemos si la recién estrenada Agatha All Along intenta recuperar lo que funcionó en WandaVision, pero sí es cierto que contra todo pronóstico cuenta como protagonista con Kathryn Hahn que recupera su papel de Agatha Harkness visto por primer vez en la serie de Elizabeth Olsen y Paul Bettany. Agatha All Along funciona como secuela y spinoff y nos contará como Agatha monta un nuevo aquelarre y se adentra en el legendario Sendero de las Brujas para recuperar sus poderes. En total nueve episodios con Jac Schaeffer como showrunner que prometen terror, aventuras y mucha magia.
Agatha, ¿quién si no?. Episodio 3 – Innumerables pruebas hay
Como por arte de magia, por Alfonso del Pino
Vayamos al grano: este tercer capítulo de Agatha ha resuelto, casi como por arte de magia, la gran mayoría de flaquezas que le achaqué a la serie la semana pasada. Estamos ante un capítulo que me ha gustado mucho más que los dos primeros y me ha devuelto un interés moderado por la serie. Dicho esto, pasemos a profundizar un poco en cuáles han sido los cambios clave de esta entrega.
Los dos primeros capítulos se componían de una sucesión de escenas más o menos dispersas con el fin de preparar el terreno, de llevar a los personajes a un punto concreto. En este tercero, se muestra un nuevo foco narrativo mucho más centrado. Tanto es así que toda la acción transcurre en tiempo real y en un escenario tan acotado que podría trasladarse a una obra de teatro.
Un enfoque así permite que el guion, por fin, respire un poco, que los personajes interactúen entre sí sin el único fin de hacer avanzar la trama a toda velocidad. Entre estas respiraciones se empieza a percibir la personalidad de las acompañantes de Agatha, que hasta ahora nos eran unas completas desconocidas. A ello se le suman unas visiones de su pasado bastante interesantes, que complementan la información que vamos obteniendo de las susodichas y aportan ese toquecillo de terror suave que le presuponíamos a la serie. Desde el punto de vista visual, es interesante la manera de diferenciar cada una de estas visiones asignándole un ajuste de color tan separado e intenso a cada una.
Sin salir del apartado visual, el cambio de estilo a esa estética de “peli romántica de después de comer” (una traducción de diez), aunque no parezca responder a ningún evento de la trama, viene que ni pintado para aportar personalidad al conjunto y darle cierta continuidad a la metatextualidad televisiva que se presentaba en Wandavision.
Y hablando de Wanda, en este capítulo volvemos a tener unas cuantas referencias crípticas a ella y su pasado con Agatha. Lo cierto es que se está empezando a formar una auténtica montaña de misterios sobre el pasado de la protagonista de la función: el recorrido anterior por La Senda, la relación con Wanda, la relación de odio con el personaje encarnado por Aubrey Plaza, la mala fama que tiene entre el resto de brujas… y la punta de este Everest: ¿cómo es que tuvo un hijo y qué pasó con él?
Todas estas y muchas otras son las incógnitas que se nos plantean durante unos casi cuarenta minutos de visionado de muy buen ritmo, capaces de moverse por varios registros distintos mientras arrancan todos los motores de la trama. Y por si faltara tensión en el ambiente, se añade una enigmática cuenta atrás con la que enfatizar la urgencia de la situación.
Por último, no podría terminar de hablar de este buen capítulo sin recordar la guinda que supone su final. Con un cambio de tono brusco en la dirección, las interpretaciones y el apartado sonoro, se nos revela que uno de los personajes no ha sobrevivido a la primera prueba. Sin tiempo para procesarlo, Agatha responde con una frase de absoluta truculencia cómica en la que denota lo poco que le importan los demás. Un segundito de silencio después, los créditos finales irrumpen con una igualmente inesperada Heads Will Roll, de los Yeah Yeah Yeahs, como banda sonora. Con una ceja levantada a un lado de la cara y una sonrisa en el otro, escucho la canción hasta el final mientras proceso lo que acabo de ver: si había una forma de volver a engancharme a la serie, podía ser esta.
Brujas desesperadas, ¿qué si no?, por Jordi T. Pardo
El gran hándicap de Agatha, ¿quién si no? está en su precedente y no en los cuestionables resultados de las últimas adaptaciones de Marvel Studios. La comparación con WandaVisión la acompañará hasta su último episodio y hará o está haciendo que mucha gente no pase de sus primeros episodios al no encontrarse con una experiencia similar a esta que -mucho nos tememos- permanecerá como algo único en este universo cinemático. Y es que por mucho que esta Agatha repita fórmula, y no es del todo exacta esta afirmación, el simple hecho del factor sorpresa lo tiene perdido y parte ya con desventaja. No obstante, este tercer episodio deja claro que sí hay algo de aquella primera serie de Marvel Television en las aventuras de Agatha: su ‘metajuego’ con la historia de la ficción televisiva.
En este episodio nuestras brujas se encuentran con el primer reto de la Senda de las Brujas. Esto nos trasporta a un espacio cerrado que bien podría ser un escenario de Mujeres Desesperadas, Big Little Lies y otras producciones similares. De hecho, así lo parece reconocer uno de los personajes de Agatha, ¿quién si no? Y es que al final, este grupo no deja de ser un emulo de esos aquelarres humanos ambientados en barrios pudientes y con mujeres que lloran sus penas y ensalzan sus alegrías sobres lechos de billetes. La historia de las brujas nos habla de poder – en femenino – y este sería un tema muy interesante a desarrollar y explorar por los creadores de la serie si tenemos en cuenta como el arquetipo ha evolucionado desde sus orígenes hasta la actualidad. Si hacen eso -aunque sea desde el prisma acotado de sus representaciones en la pequeña pantalla- podría ser un viaje realmente estimulante.
Por desgracia, por ahora nada nos asegura que esos vayan a ser los pasos que Agatha y compañía tomen por la Senda de las Brujas. Tampoco podemos estar seguros que las referencias a Mefisto y La Muerte, o el juego con la identidad real de la «mascota» de Agatha, nos vaya a llevar a ningún lado. Y es que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Ya sabemos que Marvel Studios se recrea poco en la mitología de los cómics y en nuestra cabeza siempre la teoría y/o intuición resulta mejor que la predecible y plana vuelta de tuerca de sus productores. Pero es lo que tiene estar en perpetúa construcción y que tus productos muchas veces pequen de no tener una entidad por sí mismos, más allá de excepciones como WandaVisión, Caballero Luna y alguna otra producción.
Mi intuición me dice que el personaje interpretado por Joe Locke podría ser la versión adolescente de Wiccan aka el hijo de la Bruja Escarlata. ¿En qué mejor escenario podría ser introducido este personaje de cara al futuro? Pero como sería lo lógico y lo molón, mejor no hacerse ilusiones con nada parecido porque seguro que los tiros no irán por ahí. Es mejor adscribirse literalmente a lo que nos cuentan en cada episodio y, por ahora, esto nos da como resultado una serie que se sostiene por el carisma de Kathryn Hahn, pero cuyo aquelarre está compuesto por personajes desconocidos y con los que no hemos todavía desarrollado ningún apego emocional terminado el tercer episodio. Por ello, la ‘no-muerte’ de Sharon Davis de esta semana poco impacto nos puede generar… Lo mismo nos pasa con el reto semanal al que se enfrenta este aquelarre que ni tensión ni interés nos provoca.
Hay unos pequeños e interesantes coqueteos con el género terror, pero que se quedan ahí porque al final esto es una producción para todos los públicos. Lo único cierto es que queda mucha senda por recorrer y aún podemos esperar que haya una progresiva conexión e intensidad en lo narrado y una mayor profundidad en el elemento meta de la serie. Eso sería una buena manera de recorrer este camino… Pero nada está asegurado. Así que lo único que nos consuela es que Agatha, ¿quién si no? es, por ahora, una serie entretenida -como podría serlo Embrujadas hace casi tres décadas atrás… – y que no llega al paupérrimo nivel de calidad de Invasión Secreta, por ahora el punto bajo en términos de calidad del universo cinemático de Marvel Studios.
La brujería no os sienta tan bien, por Juan Luis Daza
Tercer episodio de Agatha Harkness ¿quién si no? ya con los personajes presentados y sus aspiraciones definidas gracias a los dos episodios previos, poco memorables, todo hay que decirlo. En este nuevo capítulo ya tenemos al aquelarre de Agatha configurado y encaminándose a la senda con nefastas consecuencias para las implicadas. La entrega de esta semana pareciera un homenaje nada velado a esa genialidad malentendida en su época de estreno llamada La muerte os sienta tan bien (Death Becomes Her, Robert Zemeckis, 1992) con el grupo de brujas sufriendo las consecuencias del veneno que ingieren y que les produce deformidades faciales que parecieran salidas de Brazil, la obra maestra de Terry Gilliam estrenada en 1985.
Pese al buen hacer del reparto, los guiños al Universo Cinematográfico Marvel y lo bien perfilada que está la psicología de Agatha, Kathryn Hahn sigue siendo lo mejor del show, con sus claroscuros morales este tercer episodio me confirma que, al menos por ahora, yo no soy el tipo de espectador al que está dirigido un producto como Agatha All Along. Un proyecto que se aleja demasiado del tono superheróico de las producciones de Marvel Studios, ya sean para la gran o pequeña pantalla, y al que ni siquiera veo puntos en común con las aventuras, en solitario o acompañado, del Doctor Strange de Benedict Cumberbatch con el que sí conecté desde el principio. Aquí solo veo, además de la cinta protagonizada por Meryl Streep, Goldie Hawn y Bruce Willis que mencioné previamente, una mezcla entre Embrujadas y American Horror Story: Coven que me atrae más bien poco
Bastante indiferente me deja por ahora la serie creada por Jac Schaeffer, confirmándome por ahora que Agatha Harkness cumplía bien su función de rol secundario, pero que no tiene, hasta el momento, un trasfondo lo suficientemente interesante como para ser el centro de atención y que la mera existencia de la serie apela a esa necesaria diversidad que atraiga a todo tipo de público a las producciones del UCM, pero cayendo en el lado de la balanza de esos proyectos realizados a medio gas y con cierta desgana que dejan claro que la compañía regida por Kevin Feige no está pasando el mejor de sus momentos, pese a puntuales balones de oxígeno muy exitosos y bien recibidos como Deadpool & Lobezno. La semana que viene veremos si seguimos la misma dinámica o me acaban sorprendiendo.
Nos fuimos de vinos… y nos liamos, por Raúl Gutiérrez
El tercer capítulo de Agatha ¿Quién si no? Nos sitúa inmediatamente después de dónde nos dejó el primero, con el recién creado Aquelarre de Agatha aterrizado en la senda de las brujas por la que tendrán que caminar para recuperar el poder perdido, mientras Teen vive la mejor experiencia de su vida.
Poco después de llegar a la senda, nuestro aquelarre encuentra una mansión a la que deben acudir puesto que en ella la propia senda les plantea un intrincado acertijo. Si lo aciertan, podrán seguir su camino, pero si yerran, solo les espera la muerte.
La prueba en cuestión comienza con la ingesta de un vino que les afectará física y psicológicamente y que además les dará media hora para encontrar el antídoto al veneno que en realidad han tomado pasada la cual, morirán si no son capaces de hallar la respuesta.
De este modo este capítulo se convierte en una divertida carrera contrarreloj en la que vamos conociendo poco a poco el pasado de los personajes, no solo el de las miembros del aquelarre, sino también el de Agatha, y, en menor medida dado que estamos ante un misterio, el de Teen.
Además, por si esto fuera poco, se menciona la existencia de Mephisto, por lo que muchos fans estarán de enhorabuena, aunque solo sea porque llevan cuatro años pidiendo aunque sea solo una mención del famoso demonio marvelita.
Visto este breve resumen, la realidad es que, al menos para mí, la serie mejora mucho en este tercer capítulo en el que siento que sí que se me está contando una historia, tras lo anodino de los dos primeros episodios. No obstante, y por el momento, este producto queda a años luz de Wandavision, lo que no deja de ser extraño si tenemos en cuenta que ambas series cuentan con idénticos equipos creatios.
Por otro lado, aunque el guion mejora mucho y tanto Kathy Hahn como Joe Locke dan lo mejor de sí mismos, no ocurre lo mismo con el resto del aquelarre, cuya interpretación no es mala pero sí muy correcta sin destacar en absoluto, lo que inevitablemente resiente el resto del episodio.
Finalmente, estamos ante un capítulo que en este caso, sí que resalta más el carácter feminista de la serie, aunque solo sea porque aquí vemos a varias mujeres conversando en un lugar a priori relajado, debiendo de trabajar codo con codo para revertir una mala situación al tiempo que lidian con sus propios traumas, lo que sin duda resulta lo mejor del episodio.
Con el ceño todavía fruncido, pero sin duda, mucho más relajado que hace una semana, quedo a la espera del capítulo cuatro.
Marvel Horror Story: Coven, por Sergio Fernández
Ponte en pie, alza el puño y ven, a la fiesta pagana en la hoguera hay de beber… decía la letra de cierto tema de Mago de Oz. Dejando de lado a este grupo de folk metal, pero tomando como referencia el clásico dirigido por Victor Fleming, tenemos a un grupo de brujas que siguen un camino sin baldosas amarillas, pero con peligros por doquier. Si en La senda del tiempo los Celtas Cortos paseaban por las calles echando en falta el amor, Agatha y compañía tienen como objetivo recuperar sus poderes. Prácticamente magia. Quien pensara que la senda de las brujas iba a ser un camino de rosas estaba muy equivocado. Al más puro estilo de Las doce pruebas de Astérix, este aquelarre deberá ir sorteando obstáculos hasta llegar a la meta.
Aunque ya al final del episodio piloto pudimos ver un resquicio de la senda de las brujas, este tercer episodio ha tenido lugar íntegramente en este peculiar enclave. Como si del lado oscuro de Stranger Things se tratara, en este mágico plano no hay cobertura en los móviles para desgracia de Sharon, personaje interpretado por Debra Jo Rupp que ha dicho adiós con el corazón ya que con el alma no pudo. Más allá de lo puramente cómico, este personaje poco más podía aportar en un entorno ajeno a ella. En lo particular echaré de menos el contraste generado con el resto al verla tan desubicada.
Sin embargo, me estoy adelantando. La primera parada en esta carrera tan particular ha sido una casa de ensueño que se ha acabado convirtiendo en una mansión de pesadilla. Si bien el humor y la fantasía son las principales señas de identidad de Agatha, ¿quién si no?, lo cierto es que esta entrega semanal ha coqueteado con el terror. Por supuesto, aquell@s aficionados al género pensarán que estoy exagerando, pero las mentes más aprensivas (como, por ejemplo, la de mi mujer) se sentirán incómodas ante ciertas escenas con aroma sobrenatural.
Innumerables pruebas hay es el título de este episodio y, a decir verdad, le sienta como anillo al dedo. Como si de un escape room se tratase, cuenta atrás incluída, las cuatro brujas, el misterioso joven y la citada vecina deben encontrar la solución a los enigmas planteados. ¿Un Rioja, Don Camilo? Sí, supongo que con unas brujas. El vino marca el camino y pone pimienta al asunto puesto que, si no dan con los ingredientes secretos, el resultado final será letal. Game Over. Tras degustar el tinto español, todas las mujeres comienzan a sufrir extrañas consecuencias. Entre ellas, convertirse en guiñoles de Lo + Plus. No solo eso, sino que también experimentan angustiosas visiones sacando a flote sus miedos. Intoxicación de lo más etílica.
Como ocurriera en WandaVision, pero con menor provecho, toda la trama en el interior de la casa ha tenido una pátina de serie televisiva. Con un look propio de Los Hamptons, vestuario y peluquería han tenido trabajo extra. Como no podía ser de otra manera, el aquelarre consigue salir sobre la bocina a través del horno en clara referencia a Hansel y Gretel. Por otra parte, seguimos sin conocer la identidad del joven que originó la partida. Sin embargo, nos han dejado varias miguitas a modo de pista. ¿Se tratará del hijo de Agatha o es lo que nos quieren hacer creer?
A pesar de que Agatha, ¿quién si no? resulte entretenida y para nada tediosa, lo cierto es que esta nueva entrega ha bajado enteros respecto al arranque de la serie. Kathryn Hahn sigue estando a las mil maravillas, pero hemos echado de menos tanto a Aubrey Plaza como a Las Siete de Salem. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Esperemos que el resto del recorrido resulte más espectacular, emocionante y divertido.
En capítulos anteriores…
Agatha, ¿quién si no? Episodio 1 – Encontrad la Senda
Agatha, ¿quién si no? Episodio 2 – El círculo abrirá la puerta al mas allá
Alfonso del Pino - 7.5
Jordi T. Pardo - 6.5
Juan Luis Daza - 5.5
Raúl Gutiérrez - 6
Sergio Fernández - 6.5
6.4
El tercer episodio de Agatha ¿quién si no? entretiene y agrada a la mayor parte de nuestros redactores, pero el resultado es, al menos hasta el momento, poco más que cumplidor en fondo y forma. Veremos qué tal se dan los otros seis episodios las próximas semanas.