Las superheroínas de DC prenden el vuelo como aves libres
Siempre que se intenta revitalizar uno de los equipos clásicos de la editorial se tira una moneda al aire, se queda en un clasicismo evocador de sentimiento hogareño o en un intento de aportar algo innovador para que no se sienta una iteración más. La moneda ha caído de canto con esta serie, pues Kelly Thompson ha sabido darnos una encarnación salvando la identidad y un planteamiento que podría haber salido de la época de Gail Simone, con elementos que incluso ya han ocurrido en encarnaciones anteriores, pero que se siente fresca al tener a muchos personajes nuevos con sus propias dinámicas.
Todo comienza con una declaración de intenciones de Kelly Thompson, recuperando al personaje de Sin. Durante los vaivenes editoriales, Sin, quien era la hija adoptiva de Canario Negro, era la futura líder de la Liga de los Asesinos, una historia parecida a la de Cassandra Cain, pero que al contrario que la pupila de Batman esta fue rescatada por Dinah cuando todavía era muy joven. Había sido escondida en un templo, pero de eso hace varios reinicios editoriales, pues no sabíamos nada de ella desde los Nuevos 52. Todo este ejercicio de rebuscar al fondo del armario, puede hacer parecer que Kelly viene a usar la continuidad editorial para satisfacer a los más fanáticos viejunos, pero no es así. No necesitas saber nada de lo que ocurrió con Gail Simone, Chuck Dixon o los Benson. Todo es nuevo, aunque tenga el corazón y veamos homenajes a lo clásico.
Volviendo a Sin, esta ha sido capturada por las amazonas y Canario Negro debo reunir un equipo para salvarla. Aunque, su primer pensamiento sea el de llamar a su mejor amiga Barbara, parece ser que, por algún motivo secreto, ella no puede participar en esta misión. Por ello su equipo está formado en gente en la que confía de alguna manera, supliendo el papel de la persona de confianza y amistad a Cassandra Cain, otra de las Batgirl. A estas se le suman Big Barda, quien ya estuvo en las Aves de Presa; Harley Quinn quien ya está ligada para siempre a esta cabecera de alguna manera a pesar de nunca haber estado realmente; Zealot, quien estuvo más o menos relacionada con Dinah mediante el Team 7; y una nueva y secreta integrante denominada Meridian que parece venir del futuro.
Obviamente, hacer una incursión en Themiscyra teniendo en cuenta lo que está ocurriendo con la serie de Tom King es complicado, también lo es si tenemos en cuenta lo que está ocurriendo con Canario en la serie de Green Arrow, pero la cabecera en la que nos centramos hoy decide ir por libre y contarnos su propia historia divertida, dramática y con mucha acción. Como ha cimentado esta serie en la obsesión por proteger a los demás de Lance, así como el cariño que muestra por personajes como Big Barda, y sobre todo con Batgirl, todo encapsulado en una acción loca y con intriga.
Kelly Thompson se lo está pasando bien, y nosotros estamos disfrutando de ello mientras pasamos las páginas. Se nota que conoce bien las historias y las intrahistorias de todo el universo, además nos va mostrando pequeños anticipos de lo que esta serie va a ser, juega con la expectación de ver personajes esenciales como Oráculo a sabiendas de que es inevitable que acabe tomando protagonismo. También juega con sus “nuevas creaciones”, pues en realidad todos los personajes que se muestran son personajes olvidados, pero sabe moldearlos de tal manera que se sientan completamente nuevos.
Romero sabe entenderse a la perfección con Kelly Thompson, lo que hicieron con Ojo de Halcón en Marvel fue una prueba de ello. Pero, el arte de Leonardo ha evolucionado con el tiempo y sabe adaptarse a muchos tipos de narración, adoptando aquí un estilo de cuerpos anchos y acción con muchas líneas de movimiento y haciendo hincapié en la expresividad de los rostros, sabe alejarse del estilo más representativo del cómic actual, viendo un claro homenaje a Jack Kirby, pero, al mismo siento, sintiéndose muy actual y muy dinámico. El quinto número está en los lápices Arist Deyn, quien hace un trabajo parecido, con trazos más amplios y con muchos más elementos oníricos, algo que hace que funcione muy bien de forma autocontenida en este número, consiguiendo que no se resienta la obra. Pero la forma en que más espacio distintivo tiene esta serie, es gracias al color. Jordie Bellaire ha tomado el dibujo de Leonardo Romero y ha sabido complementarlo dándole una identidad armónica a cada personaje, teniendo una paleta representativa que funciona muy bien durante los momentos en solitario, dándoles un mayor peso.
Es un deseo hecho realidad ver esta edición en España, quizás los problemas de impresión, donde varias páginas tienen la tinta corrida y son difíciles de leer, conviertan esta sensación en algo más agridulce. Desde que salió el primer número en su edición original, hemos estado pendientes, toda la redacción, de que saliese. Una vez leído el arco completo, esas palabras que dedicamos se constatan, pues este arco ha sido una introducción muy solvente para que le esperamos sea una serie muy larga y llena de sorpresas.
Lo mejor
• Un comienzo perfecto para esta cabecera, un trabajo de Kelly Thompson que promete construir para largo, algo en lo que Marvel parecía tener como norma no dejarle.
Lo peor
• La edición.
Mi primera reseña fue Birds of Prey
Guion - 8.5
Dibujo - 7.5
Interés - 9
8.3
Y tras un año vuelvo a reseñar esta magnífica obra