La Profecía de Riverdale
El nombre de Cullen Bunn es siempre señal de un cómic con un guion cuando menos profesional. Ha escrito guiones excelentes (El Sexto Revólver, Harrow County), guiones cumplidores (Bone Parish) y guiones muy malos (muchos cómics de Marvel y DC en los que, en su defensa, sólo sigue las directrices de los editores), pero siempre con una admirable profesionalidad, un hecho que explica por qué, casi veinte años después de su debut en el cómic americano, sigue siendo un autor prolífico que publica en todas las editoriales, incluida Archie Comics.
El éxito de las (todavía inconclusas) series Afterlife with Archelife y Chilling Adventures of Sabrina motivó a Archie Comics a crear un sello dedicado a cómics de terror con el sencillo nombre Archie Horror. Por supuesto, un sello de cómics de terror iba a contar tarde o temprano con la presencia de Cullen Bunn.
Creados en 1982 en las páginas de Betty & Veronica, Cheryl y Jason Blossom son hoy parte indiscutible del universo de Archie Comics, centrado alrededor del eterno triangulo amoroso de Archie, Betty y Veronica. Normalmente son retratados como insoportables niños adinerados, más pijos que Verónica y más manipuladores que Reggie, circunstancia que hizo que los editores de Archie se preguntasen qué pasaría si estos dos gemelos fueran auténticos psicópatas, los villanos de un cómic de terror para adolescentes.
En Blossoms 666 Bunn y la dibujante Laura Braga hacen realidad esa idea de los editores. Cheryl y Jason Blossom son aquí nada más y nada menos que candidatos a ser el anticristo, una competición que sólo ganará quien consiga corromper primero al mayor número de personas. Las primeras víctimas serán Archie y sus amigos.
El terror adolescente dista de ser un terreno en el que Bunn esté acostumbrado a trabajar, pero el guionista vuelve a mostrar su profesionalidad, mostrándose muy cómodo con los adolescentes cachondos del universo Archie. Y no podría estar mejor acompañado: Braga y el colorista Matt Herms hacen suyos la estética young adult sexy que una historia de estas características requiere. Todos los adolescentes de Riverdale bien podrían ser actores de una serie para adolescentes en Netflix o personajes de una portada de un libro popular en TikTok. Paradójicamente, las limitaciones de la dibujante, como su dificultad con las expresiones faciales o la fluidez de sus figuras, que parecen estar posando para una camera, son aquí una virtud, ya que aumentan la impresión de estar leyendo un cómic para adolescentes que se vuelve inesperadamente violento y perverso.
Debo admitir que leí del tirón esta miniserie por lo mucho que me gustó la dinámica entre los dos protagonistas. La competición por ser el anticristo no es sólo una idea curiosa, sino también todo un acierto porque Bunn y Braga se divierten muchísimo mostrando la rivalidad entre hermanos y los extremos a los que están dispuestos a llegar con tal ganar, y los lectores nos divertimos con ello. En torno a esta competición se tejen también unas interesantes subtramas sobre el satánico pasado de Riverdale y la familia Blossom. Por supuesto, hay unos pocos personajes que sospechan que los Blossom no son todo lo que aparentan y su investigación también consigue mantenernos interesados de principio a fin, preocupados por el destino que les pueda esperar.
En el momento de publicarse esta miniserie, ya habíamos visto morir a personajes del universo Archie en otra series (véase la citada Afterlife with Archie), lo que privaría de impacto a las muertes en esta historia si el trabajo de Bunn y Braga no fuera tan notable. No hay mayor elogio para una serie como ésta.
Desafortunadamente, en los dos últimos episodios el guion empieza a mostrarse temeroso y a ganar tiempo antes del final en vez de continuar desarrollando las tramas. Esto culmina en un descafeinado cliffhanger final más propio de un episodio intermedio que de la conclusión de una miniserie. No se da resolución, ni argumental ni temáticamente, a ninguna de las tramas de la serie. Sencillamente, la historia termina porque se acabaron las páginas, no porque haya llegado a su destino. La dinámica de los Blossom, divertida hasta la última página, no es ni de lejos suficiente para suavizar la decepción.
Seguramente Bunn y/o los editores querían publicar una continuación de esta miniserie, una quimera si tenemos en cuenta que han pasado ya cinco años desde la publicación de esta serie, aunque no sería la primera vez que Archie Comics se toma su tiempo editando continuaciones…
Con o sin secuela en el horizonte, Blossoms 666 es un ejemplo de lo mucho que pueden aportar profesionales como Cullen Bunn a una serie impulsada por editores, pero también de que el profesionalismo de los autores tampoco es garantía de calidad. Una premisa como la de este cómic no debería funcionar tan bien como lo hace aquí, y por eso es una desgracia que desemboque en un decepcionante continuará que nunca se hará realidad.
Lo mejor
• Los Blossom
• La estética de un cómic young adult volviéndose más siniestro en cada episodio
Lo peor
• El desenlace
• Al dibujo le falta empuje y no me termina de convencer que sexualice a los personajes femeninos
Guion - 6
Dibujo - 7
Interés - 6
6.3
Decepcionante
Un buen cómic de terror adolescente lastrado por un fallido último acto.