#ZNSeries – El Pingüino. Episodio 5 – Vuelta a casa

Nueva publicación en la que continuamos hablando de El Pingüino, la miniserie spin-off de la película The Batman de Matt Reeves protagonizada por el famoso villano del Caballero Oscuro

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Créditos: En la elaboración de este artículo han participado Jordi T. Pardo, Juan Luis Daza, Raúl Gutiérrez, Román de Muelas y Sergio Fernández
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Género: Thriller, drama, intriga
Creador Lauren LeFranc
Reparto: Colin Farrell, Cristin Milioti, Rhenzy Feliz, Michael Kelly, Shohreh Aghdashloo, Deirdre O’Connell, Clancy Brown, James Madio, Scott Cohen, Michael Zegen, Theo Rossi, Carmen Ejogo
Producción: 6th & Idaho Productions, DC Entertainment, Dylan Clark Productions, Warner Bros. Television y Warner Bros. Discovery
Canal: HBO Max

Aviso de spoilers: Este es un mensaje de «¡ojito cuidao!» porque el artículo que sigue a continuación podría destriparte el episodio de la semana de El Pingüino. Nosotros nos preocupamos mucho porque no te fastidie ningún spoiler y estamos dispuestos a todo para preservar tu inocencia. No importa cuántos hombres, mujeres o niños tengamos que matar para ello. Incluso si tenemos que acabar con Batman…

Estrenada en marzo de 2022, The Batman resultó ser un éxito tanto de público (consiguiendo una recaudación global aproximada a 770 millones de dólares) como en la recepción por parte de la prensa especializada. El nuevo reinicio del mejor detective del mundo en la gran pantalla tuvo a Matt Reeves detrás de las cámaras y a Robert Pattinson dando vida a un joven Bruce Wayne. Pese a que el principal villano de la función en aquella ocasión fuera El Acertijo, interpretado por Paul Dano, no fue ni mucho menos el único enemigo al que se enfrentó El Cruzado de la Capa. De esta forma, Colin Farrell tomaba el testigo de Danny Devito (Batman vuelve) construyendo un Pingüino mucho más cercano a Los Soprano que a su homólogo en la cinta de Tim Burton. Una vez muerto el personaje de Carmine Falcone (John Turturro), el crimen organizado gothamita se peleará por hacerse con el vacío de poder. Con Lauren LeFranc (Agents of SHIELD) como showrunner, Craig Zobel (Mare of Easttown) en la dirección y un Reeves que se reserva las veces de productor, Farrell volverá a mostrarse irreconocible en los siguientes ocho episodios que podremos ver en MAX. Cristin Milioti (Sofia Falcone), Clancy Brown (Salvatore Maroni) y Michael Kelly (Johnny Vitti) acompañan a Oz en este Largo Halloween.

El Pingüino. Episodio 5 – Vuelta a casa

Gigantomaquia, por Jordi T. Pardo

Según Lauren LeFranc al comenzar la producción de la miniserie de El Pingüino, Matt Reeves le recomendó que en lugar de mirar hacía los cómics buscase mejor su inspiración en el mundo real. Está claro que a la hora de plantear una propuesta de este tipo, intentar echar el ojo hacía los cómics puede ser complicado. En concreto, si hablamos del Pingüino, lo hacemos de un personaje que a lo largo de su historia no ha sido uno de esos villanos carismáticos capaces de pasarse al otro lado, convertirse en un antihéroe y tener etapas en solitario y series propias narrando sus aventuras. Para entendernos, en la mitología de Batman nunca ha sido ni será Red Robin, la Cazadora o Harley Quinn… Pero aún así, una adaptación superheroica debería no despreciar el medio del que procede la idea original con la que está jugando.

Este es un tema al que llevamos dándole vueltas desde que comenzamos con el seguimiento de esta serie. Aunque tampoco es nada nuevo y salta a la palestra con casi cualquier nueva adaptación a la gran o pequeña pantalla que llega hasta los aficionados. En la competencia -hagan mejor o peor otras cosas- es innegable que los cómics están sobre la mesa en todo momento. Y eso siempre añade un jugoso extra porque es lo que hace distinguible la procedencia de la propuesta. Y es que por más que la serie vaya mejorando episodio a episodio, al final el punto débil de El Pingüino es su falta de personalidad. O mejor dicho, personalidad hay, pero la tienen secuestrada los personajes de Colin Farrell y Cristin Milioti. Si los sacamos a ellos de la ecuación, la serie se desmorona con estruendo bajo el peso de sus lugares comunes (y no precisamente de cómic) y los clichés de las historias protagonizadas por la mafia.

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Pero aún así, no podemos negar que Farrell y Milioti nos tiene pillados con sus interpretaciones y que queremos saber más sobre sus Oz y Sofia. El primero regresa en en este episodio con fuerza, trapicheando, tramando, mintiendo y haciéndose la víctima para seguir sobreviviendo a la situación en la que él mismo se ha metido (me temo que Victor lo puede tener crudo al final de la serie…). Y aún así, Sofia se lo sigue comiendo en cada escena, la badass que ha construido Milioti es verdaderamente magnética y lo vuelve a demostrar semana a semana. Un personaje profundo, lleno de matices y con una fiereza clásica que más que el contrapunto a Oz parece estar pensada para suplantar su rol protagónico en cualquier momento. También es muy interesante la relación que se empieza a apuntar entre Sofia -ahora Gigante, por no decir Titana- y su psiquiatra… ¿Nos acabarán desvelando que en realidad el Doctor Julian Rush de Theo Rossi es el realidad Hugo Strange o El Espantapájaros…?

Esperemos que en su tramo final El Pingüino se suelte el pelo y nos depare alguna sorpresa de este tipo y, si puede ser, y así lo consideran oportuno sus creadores, que venga acompañada de algo más de cariño por los cómics. La realidad puede aportar matices, una trama más sólida e inspiración a todos los niveles, pero una adaptación superheroica debe transmitirnos cierta sensación de maravilla. Incluso cuando estamos hablando de una historia que bebe tanto del género negro mirar hacía las viñetas puedes ayudar a salirse de la plantilla. En definitiva, un episodio del que poco nuevo podemos decir más allá de que sirve de nuevo para mover algunas piezas y deshacerse de algunas otras.

Festín de cuervos, por Juan Luis Daza

Después del buen sabor de boca que dejó el anterior episodio, con una Cristin Milioti pletórica como Sofia Falcone, era muy difícil ejecutar una entrega tan redonda como aquella, pero es cierto que Lauren LeFranc y sus colaboradores singuen manteniendo un muy buen nivel. Tras la traición de Oswald a Sofia y el repaso por los orígenes criminales de esta última, el tablero de juego está dispuesto de manera un tanto caótica, de manera que la directora Helen Shaver y Breannah Gibson o Shaye Ogbonna al guion apelan al over the top con ciertas situaciones exageradas, pero muy de cómic, como Sofia confesando el asesinato múltiple de toda su familia frente a los subordinados de su tío, ahora los suyos, matando expeditivamente a John Vitti en el proceso, u Oswald quemando vivos a Nadia y Taj Maroni sin que dicho acto tenga terribles consecuencias en el enfrentamiento de las dos familias mafiosas, pero asentando las bases de un Pingüino más reconocible, aunque todavía alejado de la estrambótica elegancia de la versión de los cómics.

Es comprensible que, acometiendo su cierre, se acelere en la serie el devenir de acontecimientos con respecto a la trama encaminándose hacia la traca final que supondrá el último episodio, pero la credibilidad que sobrevolaba al producto ha empezado a resentirse en este capítulo. Estas carencias no menoscaban en demasía el resultado de la ficción, que sigue ofreciendo entretenimiento muy estimable con una historia que, antojándoseme todavía lejana al universo de Batman y sus secundarios, está bien estructurado a nivel argumental y competentemente puesto en escena con un agradecido aire neo-noir en el que las ejecuciones, las traiciones, los chanchullos y el peligroso día a día en el mundo del hampa parasita a cualquiera de los individuos que osa entrar en ese modo de vida, como puede verse con el personaje de Vic, cada vez más sumergido en la inmundicia gothamita.

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A dos episodios de despedir la miniserie y con muchos más aciertos que carencias, aquellas que los mismos responsables del proyecto han ido limando a lo largo de los episodios, me hubiera gustado que el equipo de guionistas hubiera sido también responsable del de The Batman, película que, como afirmé en mi reseña para Zona Negativa, presumía de un acabado técnico y artístico de mucho nivel, pero también de un libreto endeble en el que sobresalían algunas carencias y contradicciones conceptuales impropias del talento de Matt Reeves. Veremos qué nos encontramos en la recta final de El pingüino y en qué posición queda este con respecto a la segunda cinta protagonizada por el Bruce Wayne/Batman de Robert Pattinson. Aunque si hay algo que deseo es que no se deshagan de la Sofia Gigante de Cristin Milioti, que todavía puede dar mucho juego.

Cambio de Paradigma, por Raúl Gutiérrez

Y llegamos al ecuador de esta serie con importantes cambios que van a marcar la dirección de lo que nos queda de temporada.

En primer lugar, y tras el maravilloso hiato que supuso el capítulo anterior, volvemos a retomar la acción donde la dejamos al final del capítulo tres, con Vic salvando a Oz de una muerte segura, ya fuera a manos de los Maroni o de la propia Sophia Falcone, de la que hablaremos más adelante.

Oswald no permite que sus errores nublen sus objetivos y como ya viene haciendo desde que lo conocemos mira siempre hacia adelante, nunca hacia atrás. Por esto mismo, decide devolver el golpe a los Maroni secuestrando al hijo de Salvatore, su patriarca.

Todo ello no es sino un plan para que éstos le revelen la ubicación de las drogas que Oz trata de controlar, y aprovechar en el intercambio para matar al hijo y a la esposa de Sal, al tiempo que intenta hacer lo propio en prisión con el mismísimo Salvatore.

Sin embargo, esta última parte de su plan no solo no consigue llevarla a cabo, sino que termina con Salvatore fugado de prisión y preparado para llevar la guerra hasta Oswald.
Por si esto fuera poco, el cargamento de las setas que contienen la droga que tanto codician las distintas familias mafiosas de Gotham ha sido dañado de forma irreversible en el ataque de Oz a los Maroni, quedando tan solo dos cubos de la misma.

Por otro lado, Sophia Falcone continua con su plan de hacerse con el control de los Falcone una vez que ha asesinado a casi todos sus rivales. Para ello convoca al resto de los esbirros de su padre y con el apoyo de un amenazado Johnny Vitti, decide llamarse Sophia Gigante, adoptando el apellido de su madre y, de alguno modo, aunque solo sea en el nombre, acercándose a la contrapartida del personaje en las viñetas.

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Ganándose el respeto de su nuevo ejército repartiendo los ahorros de Carmine Falcone entre los distintos soldados, Sophia ahora está preparada para tomar las riendas del crimen organizado en Gotham City, no permitiendo que su odio contra Oz o su deseo de venganza nublen su juicio y decidiendo prepararse poco a poco.

Por ello, lo último que vemos de Sophia es su acercamiento a Sal Maroni, con quien por el momento, formará una alianza para recuperar el poderoso narcótico que le ha sido arrebatado y orquestar el fin de Oz.

Por su parte, el Pingüino, que no es precisamente el más listo de los mafiosos de la ciudad, pone a su madre a salvo gracias a Vic y le revela a éste una ubicación situada en una línea de metro abandonada desde hace años que tiene las condiciones de humedad y oscuridad necesarias para que las setas crezcan y restablecer e material perdido.

De este modo tenemos ante nosotros un capítulo de pura transición, en el que los personajes, tras la acción desmesurada de los episodios anteriores, se preparan para lo que viene, situándose las piezas en el tablero de ajedrez antes de comenzar la partida.

Sin embargo, transición no es equivalente a sopor o a aburrimiento, y personalmente este capítulo me ha gustado lo suficiente cómo para seguir manteniéndome pegado a la pantalla deseando saber cada vez más de estos curiosos personajes que parecen no tener límites en su deseo de acaparar más y más poder.

Personalmente, no veo ningún problema a que en esta serie no se mencione a Batman o a que los personajes que en ella aparecen no tengan nada que ver con los cómics, puesto que considero que lo importante no es hacer buenas adaptaciones sino buenos productos televisivos, y éste es uno de ellos que muy posiblemente se encontrará entre mi ranking personal de lo mejor del año.

Pasos de Gigante, por Román de Muelas

La serie avanza y supera el ecuador. Nos hace un guiñito a los lectores de Batman. Sofia pasa de Falcone a Gigante. No solo es un guiño, es una reivindicación y la constatación de su ascenso en la organización, su transformación y eclosión como “Capa” de la familia criminal. Una reivindicación no solo de su madre, si no de todas las mujeres asesinadas por Carmine y si vamos más allá de aquellas ninguneadas y aplastadas a lo largo de la historia por la violencia, el abuso y la fuerza.

Sofia no decepciona. Mantiene encerrado al repelente John Viiti en unas condiciones infrahumanas ante las narices de la policía (el comisario Block, otro Saza encubierto de la serie) solo para asesinarlo delante de los mandos intermedios y demostrar quien manda, quien reina: Sofia.

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Por su parte, Oz continua su guerra destruyendo, en este caso, a la familia Maroni llegando a un nivel de crueldad y sadismo impropio del personaje hasta el momento. Sí que ha matado, pero siempre con un motivo o por torpeza. Aquí el Pingüino se dedica al exterminio y la escena en la que quema vivos a Taj y Nadia.

El cambio de resante de la serie nos ha llevado a nuevas cuotas de violencia, situando a los personajes ante la guerra que se avecina en las calles de Gotham. Ahora todo tiene más sentido, los Sofia, Sal, Oz… están más cómodos en su rol eclipsando a las comparsas que hasta el momento poco han mostrado.

Sin embargo, tenemos ahí a la madre de Cobblepot, a Victor y a Eve. Lo que anticipa victimas colaterales, torturas, secuestros y/o traiciones.

Por cierto, ojo a Eve y a su apellido… Ojo, ojo que no tengamos la visita del gran Basil Karlo.

Érase una vez en Gotham, por Sergio Fernández

Recordando a Loquillo, Oz cuenta una anécdota añeja sobre el Cadillac solitario al bueno de Vic. Así arranca este quinto capítulo de El Pingüino que mira constantemente al pasado para entender un poco mejor al personaje interpretado por Colin Farrell. Su joven discípulo, tras decidir que aferrarse al lado oscuro iba a ser su mejor opción de futuro, ha ganado unos kilos de confianza. Veremos si el tartamudeo acaba cesando o su padrino acaba prescindiendo de él pese a asegurarle que serán uña y carne por los siglos de los siglos.

A pesar de que el Maseratti purpura ardiera ad infinitum, todo parecía ir sobre ruedas. En la jugada maestra de Oz, tocaba centrarse en los Maroni una vez que Sofía había echado un cable cargándose al resto de los Falcone. Taj Maroni resulta ser un zoquete de mucho cuidado a la par que heredero del clan. Así pues, para tratar de recuperar las setas robadas, Oz y los pocos esbirros que le quedan se hacen con el heredero para chantajear a Sal. Truco o trato. Cambio drogas por hijo secuestrado. El Señor Cobb lleva demostrando capítulo a capítulo que no es un hombre de palabra. El fin justifica los medios y vale ganar de cualquier manera. Mientras propone el trueque ya está preparando la traición.

Como no podía ser de otra forma, el Jefe de Policía sospecha que Sofía pueda estar detrás de la matanza familiar. Haciendo honor al apellido de su madre, este personaje se ha agigantado tanto hasta convertirse en el mejor de toda la serie. No me canso de repetirlo, pero el mérito de esto es de una Cristin Milioti excelsa que pide a gritos una promoción a la gran pantalla. Sofía apunta a Johnny Vitti como culpable a quien tiene encadenado (y tortura en sus ratos libres) para conseguir el dinero escondido de su padre.

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De entre los puntos menos fuertes de El Pingüino me quedo con la poca chicha que han sacado, por el momento, a la relación entre el protagonista y Eve. No deja de ser curioso que Carmen Ejogo, la actriz que encarna a este personaje, sea la exmujer de Jeffrey Wright, también conocido Teniente Gordon en este universo.

No se andan con chiquitas. Las dos escenas más potentes de este Homecoming llevan la firma de Oz y Sofia. El primero, en el mencionado intercambio, ha hecho un flambeado de Maroni consiguiendo que la expresión “ashes to ashes” se eleve a la enésima potencia. Madre e hijo unidos forever and ever. Por su parte, la otrora Falcone decide cambiarse el apellido a la vez que hace una oferta a los lacayos de turno que no podrán rechazar. Subida de salario, más días de vacaciones y seguro médico. Gigante S.A. es un negocio próspero con mejores condiciones laborales. Eso sí, quien no entra en el nuevo organigrama era el antiguo director de Recursos Humanos, también consigliere, Johnny Viti, que se lleva un tiro en la cabeza rescindiendo su contrato.

Extraños compañeros de viaje. Tras comprobar que Oz, cual Tullius Detritus en Astérix y La cizaña, ha jugado a dos bandas, Sofia visita al liberado Sal para decirle aquello de “Todos a una como en Fuenteovejuna”. Normal que El Pingüino busque escondite bajo tierra. El número dos de La Rata Alada encuentra acomodo en las cloacas.

En capítulos anteriores…

El Pingüino. Episodio 1 – Horas extra
El Pingüino. Episodio 2 – Topo
El Pingüino. Episodio 3 – Felicidad
El Pingüino. Episodio 4 – Cent’anni

Créditos: En la elaboración de este artículo han participado Jordi T. Pardo, Juan Luis Daza, Raúl Gutiérrez, Román de Muelas y Sergio Fernández Género: Thriller, drama, intriga Creador Lauren LeFranc Reparto: Colin Farrell, Cristin Milioti, Rhenzy Feliz, Michael Kelly, Shohreh Aghdashloo, Deirdre O'Connell, Clancy Brown, James Madio, Scott Cohen, Michael…

Gigante

Jordi T. Pardo - 7.5
Juan Luis Daza - 7.5
Raúl Gutiérrez - 7.5
Román de Muelas - 7.5
Sergio Fernández - 7.5

7.5

Unanimidad. Los cinco miembros que componen este sanedrín se han alineado en perfecta sintonía para que la calculadora no agote su batería. Un notable que consolida a El pingüino como una de las mejores series del panorama televisivo actual.

Vosotros puntuáis: 5.34 ( 32 votos)
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