DR. JEKYLL O MR. HYDE
«No estoy loco. A lo mejor los demás están locos.»
Nos acercamos al final de la recopilación de la cabecera de El Espectacular Spiderman en el formato Marvel Saga con el tercer tomo publicado por panini cómics. Tras la marcha de Humberto Ramos de la serie los guiones de Paul Jenkins se verán acompañados por distintos equipos creativos. En el corto arco argumental que se incluye podremos disfrutar del arte de Daimon Scott, antes de saltar a las dos colaboraciones entre el guionista británico y el artista Paolo Rivera centradas en el arácnido, el número 14 de la serie y un especial posterior que es parte de una miniserie dedicada a contar una vez más los orígenes de nuestros héroes favoritos.
Siguiendo la misma fórmula que había utilizado en los dos arcos anteriores, Jenkins crea una historia que enfrenta a Peter contra uno de sus villanos más icónicos. Ahora es el turno de Lagarto, sintiéndose cayendo en uno de sus momentos más bajos, el Doctor Connors acude a Peter Parker en busca de ayuda. Connors se encuentra en un estado emocionalmente inestable y lamentando la muerte de su mujer cuando nuevas apariciones de Lagarto empiezan a complicar aún más su día a día mientras que Peter hará lo que esté en su mano para ayudarle.
Acercándonos al hito de 15 números de la serie con este tercer tomo, es más fácil ver cuál es la intención de Jenkins con sus historias. En los tres arcos principales que hemos cubierto hasta ahora Peter se encuentra con un enemigo icónico de su pasado y el guionista se encarga de presentarlo desde un acercamiento trágico y con marcado interés en el realismo. Los conflictos provocados por los villanos llegan a conclusiones que podríamos esperar del mundo real, ir a la cárcel, provocar tensiones internacionales, ir a terapia… Además, los villanos adquieren un carácter trágico, Veneno contraía cáncer en el primer tomo, el Doctor Octopus resultaba haber sido maltratado de niño y aquí Lagarto debe lidiar con el luto y la pérdida. Es un acercamiento interesante a personajes muy trillados en la editorial pero la repetición del recurso hace que cada vez se sienta menos orgánico y el producto final no llega al potencial de su propuesta y acaba resultando en un ejercicio de retrocontinuidad poco memorable que el guionista no termina de acertar en concluir. Por otro lado, los personajes secundarios de la serie han quedado casi por completo ausentes y no hay ningún hilo argumental que empuje la serie hacia delante.
El dibujo ha pasado a las manos de Damion Scott y el cambio sin distraer es sin duda notable. El artista estadounidense trae consigo una mejora en cuanto a la consistencia y un estilo propio aunque resulte familiar. Sus composiciones tienden a usar contrapicados y perspectivas extremas que pueden dar una apariencia extraña pero tiene una habilidad con las expresiones faciales muy eficaz a la hora de comunicar la tristeza del guion. Más allá de alguna secuencia algo difícil de seguir el principal fallo que le encuentro al dibujo es la ausencia de viñetas y momentos culmen que destaquen sobre el resto. Las prominentes sombras sólidas producto del entintado de Rob Campanella contribuyen al tono de la obra pero los colores de Frank D’Armata no siempre logran sacar lo mejor del dibujo.
Los dos últimos números que se incluyen, las colaboraciones entre Jenkins y Rivera, tienen ambos una naturaleza de homenaje. El correspondiente al número 14 de la serie presenta una historia que resulta familiar en la que Spiderman confraterniza con un niño en silla de ruedas. Es un número de corte sentimentalista y triste, comúnmente reservado para aquellos números que cierran etapas. El segundo, correspondiente a la miniserie Mythos es una simpática re-narración del archiconocido origen de Spiderman, sin mucho que ofrecer en cuanto a su trama es de los dos números sin duda en el que más brillan las pinturas de Rivera.
En definitiva, en este punto la serie parecía seguir una fórmula pero no tener un rumbo claro y aunque presente cambios que podrían ser de peso para personajes importantes esto no es suficiente para hacer los números memorables. El propio Peter carece de escenas de peso y los números especiales, siendo buenos y en el peor de los casos bastante entrañables, no pueden cargar con el peso del tomo.
Lo mejor
• El arte de Rivera.
Lo peor
• Que se abandonen todos los secundarios.
• El poco protagonismo de Peter.
Llevadero
Guión - 6
Dibujo - 7
Interés - 5.5
6.2
En definitiva, en este punto la serie parecía seguir una fórmula pero no tener un rumbo claro y aunque presente cambios que podrían ser de peso para personajes importantes esto no es suficiente para hacer los números memorables.