What if…
«El ajedrez no es guerra. Es política»
Mike Allred y Mark Russell están de paseo por el multiverso previo a la Crisis (o eso parece). Mediante este tour lo autores plantean situaciones levemente alternativas a la continuidad oficial de DC. Comprimen décadas de hechos y conocimiento de personajes para darles una coherencia en los eventos y en el tiempo.
La ventaja es que son tierras que van a desaparecer y el hecho de conocer el final, o sobre todo, de saber que tienen un final, permiten a los autores dar sentido a la evolución de los personajes. Sabiendo donde nos llevan, el punto está en disfrutar del viaje y saborear las vistas.
En algún momento Russell cita a Camus, lo que es el centro neurálgico que explica el enfoque de este RussellMultiverso: “Soy libre porqué se que voy a morir”. El guionista nos habla de tantas y tantas cosas en esta sola frase.
La esencia de la libertad está en no tener ataduras. Los autores que escriben en continuidad a Batman Superman, etc no son libres de hacer lo que quieran con ellos. Nos hartamos de hablar de injerencias editoriales, de presión del fandom, de encajar con el pasado, el llegado la esencia… y eso es así por su “inmortalidad”, su continuidad eterna, que los tiene atrapados en la rueda de hámster constante. El guionista la clava en una línea de dialogo.
En la Era Espacial, la serie limitada dedicada a Superman, Russell aprovechó para hablarnos de la realidad (de ficción) geopolítica, de guerras mundiales, del impacto del héroe en el mundo, su vinculación con la liga, su relación con Batman, Lois, etc.
Con el pretexto de Superman, Russell y Allred pegaron un repaso a un mundo con fecha fin, aprovechando para introducir temas sociales, reflexiones y dilemas mucho más profundos de lo que estamos habituados en los cómics de superhéroes, con naturalidad y contundencia.
Los autores se vuelven a reunir para escribir una miniserie similar sobre Batman. En su momento reseñamos el num 1, cuando salió en Estados Unidos, aprovechamos su publicación en España para retomar la serie en el número 2.
En el primer número Russell reorganiza el origen del Batman con ligeros cambios que mueven mundos. Bruce no va al cine la noche del asesinato de los padres y eso le convierte en un cabeza loca, un pijo caprichoso y frívolo que acaba en la cárcel… y al borde de perder la empresa de su padre a manos de una secta/organización criminal de asesinos.
En el segundo número conocemos al mentor de Bruce en sus años de formación en… Vietnam (una manera de reducir años de cárcel). No es otro que el carismático Ra’s al Ghul. Los dos personajes difieren en su manera de entender el mundo. Bruce se niega a asesinar a un prisionero de guerra. Rompen peras.
El primer número fue el hundimiento absoluto de Bruce, la caída. Este segundo implica su reconstrucción, su formación como “guerrero”, física, técnica y moral. Situando a Ra’s como un elemento central en esta evolución (esto nos suena) y como un villano realmente especial en la órbita de Batman, mucho más relevante que los habituales.
Con Ra’s vemos uno de los puntos fuertes de Russell y es la construcción de personajes. La definición y la entidad que le da al Hijo del Demonio es de las mejores que ha recibido el personaje. Su aura y carisma llenan la viñeta con un magnetismo como habíamos visto pocas veces. Ayuda el dibujo de Allred, con su capacidad para embellecer los rostros. En este caso con un toque entre la sabiduría y el salvajismo animal.
Russell le reserva a Ra’s frases perfectas, con el toque justo, llenas de significado que proyecta al personaje, le da profundidad y conecta con lo que conocemos de él leído mil veces. Un trabajo de guionista nato. Una capacidad que es puro instinto para crear o versionar a los protagonistas de la obra.
Bruce navega en su malditismo, su oscuridad y su marca casi de nacimiento. El huérfano vengativo, enfadado e implacable. El guionista le da cimientos y fortaleza como personaje, para luego mover ligeramente el escenario y proyectarlo como un auténtico protector de los débiles y desfavorecidos. No olvidemos que el mal en esta miniserie, más allá de Ras’ que actúa como mentor, es una junta directiva codiciosa, homicida y criminal. El mal anida en el poder.
Las comparaciones son odiosas, pero son inevitables y esta miniserie parece mucho más densa y rica en matices personales, en discurso y en crítica social, algo que define mucho a Russell, aunque a veces eso no guste, que la Era Espacial.
Mike Allred tiene sus virtudes. La belleza de los personajes, la caracterización y ese estilo suyo tan propio, atractivo y magnético, que siempre hace que uno tenga ganas de ver la versión Allred de un héroe o villano. Aquí se esfuerza en oscurecer su estilo alegre y colorido (gracias a Laura Allred), dándole una carga de dramatismo a Batman. Sin embargo, no puede evitar caer en sus defectos como cierta inexpresión y hieratismo de los personajes que dificultan algo la fluidez narrativa que sí poseen autores similares.
En conclusión, este segundo número se sumerge en la oscuridad de un Batman atormentado y acorralado, llevándonos por una Gotham negrísima y una historia criminal de un mundo más real de lo que parece.
Seguiremos informando.
Lo mejor
• La esencia política y social del guion de Mark Russell.
• Es un muy buen cómic de Batman.
• Como mejora respecto al inicio.
Lo peor
• En ciertos momentos el apartado gráfico perjudica al guion.