Cuando uno pensaría que el mercado español está un tanto saturado de formatos para editar clásicos, Panini y SD Distribuciones nos muestran que estamos equivocados. El pasado mes de julio vio la luz el primero de los tomos de una nueva línea que no es enteramente nueva ya que estamos hablando de la versión en tapa blanda de los ya conocidos Marvel Limited Edition (MLE). El formato es calcado al de las nuevas Bibliotecas Marvel tamaño comic-book, con el mismo tipo de papel y tapa con solapas. La idea es reeditar material que ya se publicó en MLE pero en vez de un tomo “gordo” en dos más pequeños. Tenemos entonces volúmenes de entre 200 y 300 páginas con tiradas que siguen estando limitadas a 1500 ejemplares aunque Panini ya ha dejado caer que si se agota alguna de las tiradas, podrían reimprimir (Julian M. Clemente dijo en su momento que en 2024 la idea de Panini es ser más activo en reimpresiones de tomos agotados y nosotros que lo celebramos habida cuenta de los precios en el mercado de segunda mano de ciertos Marvel Héroes y Marvel Now Deluxe).
Esta iniciativa se inicia con Los Campeones y ha continuado con Los Inhumanos, Los Invasores y Nova. Y precisamente de Los Campeones hablaremos hoy. Conocido como uno de los grupos de culto de la Marvel setentera. La idea del guionista que comienza escribiendo las andanzas del grupo, Tony Isabella, era desarrollar una historia muy asociada al monomito americano en la que el Ángel y el Hombre de Hielo (apartados de la reimaginación de la Patrulla X) recorrían en coche Estados Unidos, deshaciendo entuertos. Esta estructura de viaje de carretera no le resultará extraña a cualquiera que haya visto series americanas clásicas como El Coche Fantástico, Kung-Fu, El Equipo A, etc. Pero la idea de Isabella no estaba destinada a ver la luz ya que desde Marvel le indicaron que Los Campeones debía ser una serie de grupo. Los editores, además, le dieron instrucciones muy claras sobre cómo debía ser ese grupo como por ejemplo que debía estar compuesto por cinco miembros. De esos cinco integrantes, uno debía protagonizar su propia serie en solitario (el Motorista Fantasma), uno tenía que ser sí o sí una mujer (la Viuda Negra), y por último tenía que incluirse alguien de gran poder (Hércules). Junto con los antiguos hombres-X, ya teníamos a la alineación original de los Campeones que debutó en 1975.
Los Campeones es una serie un tanto extraña. En primer lugar, la justificación para unirse es bastante casual: todos los héroes coinciden en el campus de la Universidad UCLA en Los Angeles cuando varios emisarios de los dioses olímpicos aparecen para secuestrar a una humana que en realidad es Venus, llevarla al Olimpo y obligarla a casarse con Ares. ¿Y qué tienen en común los cinco héroes? No son realmente unos solitarios aunque alguno lo es (Motorista, sobre todo) pero sí podríamos decir que todos se sienten “fuera de lugar”. La Viuda es una expatriada, lo mismo que Hércules. El Motorista es un héroe que vaga con su moto; y los mutantes tienen que reinventarse una vez ya no son parte de la Escuela de Xavier.
Las tramas en las que se ven envueltos son bastante tópicas dentro del género superheroico de la época, con algún giro interesante como la creación de Rampante (#5-6), un personaje que sigue el modelo de un Tony Stark fracasado que se construyo un exoesqueleto para ganar dinero y cuyas acciones le llevarán a cometer cada vez crímenes más graves. Isabella aprovecha aquí para realizar una especie de crítica social a la situación de crisis económica que vivía EE.UU. en aquellos momentos. En su aventura inicial (#1-3) los héroes deberán malograr un complot de Plutón, Ares e Hipólita para derrocar a Zeus como gobernante del Olimpo. El #4 es un fill-in simplón escrito por Chris Claremont. Finalmente, tenemos una larga historia (#7-10) centrada en el pasado de la Viuda Negra, acosada primero y secuestrada después por el Hombre de Titanio, una nueva Dínamo Carmesí y el Grifo.
En el #8, Isabella es sustituido por Bill Mantlo que tenía una batería de nuevas ideas para el título como deshacerse de Iván, el fiel compañero de la Viuda, además de proveer al equipo de un Cuartel General aprovechando la fortuna heredada por el Ángel. Desgraciadamente, la colección no iba a durar mucho y solo pudo llevar a la práctica parte de estas ideas. Mantlo, como decimos, ya está a bordo cuando, en el #11, comienza a dibujar la serie el mismísimo John Byrne, lo que le da un salto de calidad importante a la serie. Profesionales como Don Heck o George Tuska hacen un trabajo más que digno (excepto a la hora de dibujar la cara del Motorista, bastante rara la verdad) pero Byrne, incluso en estos momentos tan tempranos de su carrera, es otra cosa. Por otra parte, no me parece una idea acertada (incluso siendo consciente que ya se hizo en ediciones americanas) acabar el tomo con la primera parte de una historia (#11) que se continúa en el siguiente volumen.
Los Campeones es un cómic muy de su época, con aventuras y acción made in Marvel pero que no aprovecha para desarrollar ni a los personajes ni los conflictos entre ellos; algo que daría mucho juego porque tienen personalidades lo suficientemente dispares para ello. Los diálogos, un tanto redundantes, son también los propios de la época aunque hay que reconocer que rara vez se hacen pesados. Se supone que los Campeones iban a ser un grupo de héroes del pueblo, anticipando a los posteriores Héroes de Alquiler, pero esta idea nunca acaba de desarrollarse y es una pena porque eso sí que podía haber dado mucho juego.
Aplaudimos la iniciativa de poner de nuevo a disposición del público español estos cómics, sabiendo que los aficionados a la Marvel clásica y a este formato MLE lo que hubieran querido este 2024 es la edición (que sí se anunció) de ROM y Los Micronautas. Pero, para eso, habrá que esperar a 2025.
