Vuelve (una vez más) la JSA
«They were the first»
La JSA es el grupo cafetero por excelencia de DC. Por una parte, es pura esencia DeCeíta, está imbrincado en el a continuidad oficial y por otra es un “mundo” (ojito con usar esta palabra a la ligera en DC) aparte dentro de la editorial.
Un grupo tan querido como irregular en su publicación. Su inclusión en la película de Black Adam parecía augurar un regreso con cierta intención de continuidad. Si a eso le sumamos la miniserie de Geoff Johns, todo indicaba que la JSA volvería.
Pero el guionista se fue a Image (puede que “empujado” por los cambios editoriales). Todo parecía que volvía a los derroteros de los últimos años. Otra idea en un cajón esperando momentos más propicios.
El impulso editorial de la DC actual, con el evento Absolute Power y sus consecuencias, han devuelto a la JSA a las tiendas con Lemire y Olortegui, dejando claro que la idea de DC de hace tiempo es reactivar al primer grupo de superhéroes. Un equipo que representa un concepto permite aunar clasicismo con modernidad.
Se acaba de estrenar la nueva serie en USA y en el primer número vemos como los autores recogen los pedazos de lo que queda de los personajes y el grupo.
Los veteranos están desaparecidos, mientras que los miembros más jóvenes están divididos pero determinados para la reconstrucción, mientras acecha la organización Kobra para destruir lo que quede del grupo.
Este primer número hace un esfuerzo considerable para situarnos, ubicar todos los personajes e introducir todo el contexto, como corresponde a cada inicio.
Aquí recuperamos al Lemire de Black Hammer. Recordemos que en la serie que escribe por Dark Horse, el guionista nos habla de un grupo de superhéroes desaparecido de la faz de la tierra, recluido en una granja, con un denso y apasionante pasado. Los personajes están atados a los hechos del pasado que se nos presentan con cuentagotas y que nos permiten proyectar su gloria y sus grandes batallas. Los miembros veteranos del grupo atrapados en la Torre de Jade recuerdan mucho a Black Hammer.
Una historia crepuscular, de personajes tridimensionales, con deudas pendientes, con errores que les marcarán durante años. Un enfoque perfecto para la JSA.
En este primer número, además de las consabidas y obligadas presentaciones, Lemire ahonda en el carácter crepuscular del grupo y en el enorme contraste entre los miembros veteranos y los jóvenes. Entre el pasado y el futuro. Dando un carácter dual al grupo que supone una declaración de intenciones. La JSA es un equipo de superhéroes con una tradición fuertemente enraizada en el pasado pero que mira hacia el futuro.
El guion de Lemire además es trepidante, violento, impactante y con giros de guion constantes. El autor de Essex County no se guarda nada. Eso sin olvidar el lado humano, sin dejar de lado los vínculos de los personajes. Dejando claro su profesionalidad, su capacidad para mezclar ritmos y compagianr la historia del grupo y el inicio de una trama con toda la intención de arrancar al 100%.
Diego Olortegui tampoco se reserva y hace un despliegue espectacular de acción y pura narrativa superheroica. Detallado, dinámico, hiperactivo, con detalles que nos recuerdan al manga y a Arthur Adams, el dibujante peruano da una lección de narrativa en cada página encontrando el punto justo en cada plano, en cada perspectiva, en cada escorzo…
Su dibujo evoca claramente a un tono juvenil y moderno que sabe arropar muy bien a los personajes más clásicos. Ambos autores compaginan sus habilidades de forma orgánica, esto se concreta principalmente en el repaso histórico-editorial del grupo con el que empieza la grapa.
En conclusión, este primer número nos devuelve al grupo y la ilusión de ver como se incorpora a la corriente de la DC actual que brota trepidante en medio de un momento editorial especialmente estimulante y esperanzador.
Lo mejor
• El regreso del grupo.
• El saber hacer de Lemire explicando la historia.
• El dibujo.
Lo peor
• Que la cosa no dure.