DIFUNDID LA PALABRA
«La Misión de Medianoche siempre fue para la gente.»
Llega a España un nuevo capítulo en la celebrada saga ideada por Jed Mackay para el personaje de Caballero Luna. Panini cómics nos lo trae en un formato de tomito con tapa blanda, recogiendo los cuatro primeros números de la nueva cabecera titulada La Venganza del Caballero Luna.
La trama esta situada justo antes del evento Caza Sangrienta, que ha dominado las novedades Marvel en los últimos meses y lidia con las consecuencias del final de la serie anterior del personaje, en la que vimos a Marc Spector morir en su lucha con el Espectro Negro. En esta continuación los seres queridos y compañeros de Marc le rinden tributo y se aseguran de que la Misión de Medianoche continúe con su labor de proteger a aquellos que viajan de noche. Sin embargo, un nuevo Caballero Luna vestido de negro ataca la Misión y a sus integrantes proclamándose como heredero legítimo de todo lo que perteneciera a Marc Spector.
El guion en estos cuatro números es sublime, Mackay acude a las que han sido sus fortalezas desde que comenzó a tratar al personaje: los diálogos y el plantel de personajes secundarios. Sin Marc Spector en la escena todo el protagonismo recae precisamente sobre sus secundarios, Tigra, Reese, Soldado, Luna del Cazador e incluso Bola 8 dan un paso al frente para aguantar el peso argumental del arco y el autor canadiense lo maneja a la perfección. Cada uno de los cuatro números está dedicado a uno de los miembros de la Misión (con la excepción de Bola 8, cuyo turno llegará en el próximo tomo), utilizando hábilmente el recurso de las sesiones de terapia que Mackay ya presentó en el primer número de Caballero Luna. Esto le permite explorar en profundidad la personalidad de cada personaje y la manera que tienen de afrontar la pérdida, lo cuál es de agradecer pues después de las 30 entregas de la cabecera anterior me había quedado con ganas de ver más de ellos. Por otro lado, estos números también caen en una de las costumbres del autor que menos me gustan, el repetido uso de villanos rápidos que se sienten desechables al tener apariciones muy breves, de apenas unas pocas páginas o incluso unas pocas viñetas.
En lo gráfico contamos con el regreso de Alessandro Capuccio con los colores de Rachel Rosenberg. El equipo artístico que en su día definió la identidad visual de la serie vuelve con un nivel igual de excelente. El estilo del italiano, marcado por un entintado de apariencia brusca en el que se pueden distinguir los trazos y que resulta en un genial juego de sombras, es capaz de brillar en las escenas de acción pura así como en aquellas más íntimas. Los colores de Rosenberg, con una paleta de tonos oscuros y saturados continúan siendo la pareja perfecta para el arte de Capuccio.
En definitiva, un primer tomo increíblemente prometedor y que pone de manifiesto todas las virtudes de la etapa de Mackay con el personaje. Un estilo visual de un excelente nivel acompaña a un guion que contiene buenas dosis de acción pero que sabe equilibrarlas con un trato personal hacia sus protagonistas. El comienzo de la nueva etapa se lleva a cabo por la puerta grande y quedamos a la espera de ver cómo le sienta meterse de lleno en los eventos de Caza Sangrienta.
Lo mejor
• Los diálogos y el tratamiento de los protagonistas.
Lo peor
• El precio del tomo me parece ligeramente excesivo.
Guión - 9
Dibujo - 9
Interés - 8
8.7
Un primer tomo increíblemente prometedor y que pone de manifiesto todas las virtudes de la etapa de Mackay con el personaje.
Siento que MacKay está más acertado en esta serie que en la de Doctor Extraño, donde el tramo final ha sido un poco flojo. A ver si el cruce con Caza Sangrienta no fastidia este buen inicio.