Edición original: Marvel Comics – junio 1994 – marzo 1995
Edición España: Comics Forum – enero 1996
Guión: Joey Cavaliery, Bob Harras, Tom Brevoort, Mike Kanterovich, Terry Kavanagh, Benjamin Raab
Dibujo: Grant Miehm, Stewart Johnson, Tom Grindberg, Mike Deodato Jr., Mike Gustovich, Yancey Labat
Entintado: Grant Miehm, Tom Palmer, Rich Rankin, Mike Gustovich, Maria Becari
Color: Ovi Hondru, John Kalisz, Mike Marts, Tom Palmer, Kevin Somers, Marie Javins, Michael Marts
Portada: Steve Epting, Tom Palmer
Precio: 1395 pesetas

 

Prólogo: Un intervalo entre dos aventuras con premisas épicas.

Cuando se revisa y se analiza la etapa de Bob Harras como guionista al frente de la colección principal de la escudería vengadora, desde la perspectiva que dan los treinta años pasados desde su publicación, hay que reconocer que el buen señor tiene el derecho a formar parte del elenco de autores que dejaron su huella en la franquicia, junto a Roy Thomas, Steve Englehart, Jim Shooter, Roger Stern o Brian Michael Bendis. Más allá de los gustos o disgustos -y quienes hayan leído alguna de mis aportaciones en esta santa casa sabrán que mi opinión sobre las aportaciones de alguno de estos caballeros no es precisamente positiva- hay que reconocer el valor de unos trabajos en la justa medida de su valor y, en el caso de Harras es necesario separar su función de editor -como martillo de herejes en la franquicia mutante- y su labor como guionista, donde tiene el mérito de haber recuperado el interés por una colección que, hasta su llegada, no pasaba precisamente por un buen momento.

Harras jugó con los Vengadores a ser Claremont, trabajando con una alineación compuesta de manera casi total por personajes que no contaban con colección propia. Su desembarco en la serie recibió el estatus que había establecido Larry Hama durante su breve estadía, el cual a su vez profundizaba en la premisa establecida por John Byrne durante su aún más corta estancia como artífice supremo de las colecciones de ambas costas. Los Vengadores eran un grupo con la bendición de la ONU donde cualquiera que hubiera pasado por allí podía ser llamado a filas en función de las circunstancias y de ahí se pasó a una organización de equipo deportivo, con titularidades y suplencias, que es lo que todavía vemos en La obsesión por coleccionar, primera aventura larga firmada por Harras y en la que desembarcó el que habría de ser dibujante oficial durante la mejor parte de la etapa del guionista, el ohionés Steve Epting. Será en la aventura Operación: Tormenta Galáctica donde el escritor sentaría las bases de sus Vengadores: nueva fractura entre el Capitán América y el Hombre de Hierro, progresivo distanciamiento entre los grupos del este y del oeste -que terminaría con la absurdez de la creación de Fuerza de Choque y una alineación compuesta por miembros secundarios de la época de Stern –Hércules, el Caballero Negro- novatas destinadas a tener protagonismo –Sersi, Crystal-, veteranos recuperados para la causa –Mercurio y una Viuda Negra convertida en jefa de la panda- más algún que otro visitante habitual -el Thor de Eric Masterson, posteriormente reconvertido en Thunderstrike. Don Bob hizo uso de los trucos que tanto había visto aplicar al patriarca mutante y empezó a urdir tramas a largo plazo, prácticamente desde su llegada. El misterio del regreso de un vindicativo Espadachín sería una historia a muy largo plazo que culminó en el tricentésimo septuagésimo quinto número de la colección, un especial que bien pudiera haber puesto un broche dorado al trabajo del guionista. Las cosas, sin embargo, se desarrollaron de una forma bien distinta y, visto con la perspectiva de los años, hay que reconocer que las mejores aportaciones de Harras a la serie se dieron aquí y aquí.

Antes de entrar en materia es menester recordar que, en aquellos días, la colección vengativa se publicaba en España en la forma de tomos, por cuanto la caída de las ventas había provocado la cancelación del primer volumen forumniano de la serie en enero de 1994. Este Juego de Dioses es el tercero y último de los tomos con los que el sello planetario mantuvo la presencia de la colección en el mercado patrio, así como el prólogo a un segundo volumen de breve duración -por obra y gracia de Heroes Reborn-, que llevaría a la última gran aventura vengadora firmada -a medias- por Bob Harras: La Encrucijada.

Entradas, salidas e historias de transición.

El tomo comienza con dos episodios autoconclusivos, protagonizados por Crystal y Mercurio. La primera, vértice de un cuadrado pasional junto al Caballero Negro, Pietro Maximoff y Sersi, ha visto desaparecer a Dane Whitman en lo que parece ser una forma elegante de despedirles de la vida a él y a la eterna -ya, sí, claro-. Sus acercamientos y alejamientos han sido una constante durante toda la etapa, pero ahora no hay tiempo todavía para reflexiones. Aquí tenemos una historia en solitario que toca su condición de inhumana y de miembro de la realeza de esa rama de la humanidad, sin ninguna trascendencia para el devenir posterior de la serie. Esto se debe a que no es el equipo titular el que firma el trabajito, sino uno proveniente de la línea 2099. Joey Cavaliery, que laburaba como editor de aquélla, es el guionista de este número y del siguiente, trayéndose para las faenas de dibujo a Grant Miehm, ilustrador oficial de la segunda etapa de la serie protagonizada por Ravage. Un señor cumplidor, buen narrador, pero con un estilo tirando a ramplón que no realza una historia que, como la siguiente, protagonizada por el velocista mutante, no mata del susto ni de la impresión, siendo del todo olvidable. En el caso de Mercurio, se trata de un ejercicio de retrocontinuidad relacionado con su hermana Wanda que nos recuerda lo sobreprotector que era con ella y que tampoco aporta nada nuevo al personaje o a la serie.

Portada del número 376
Ilustración de Grant Miehm

Una vez terminado el paréntesis, vuelve Harras, pero ya se introduce una pauta que será constante durante el resto de su estancia: el uso de colaboradores para las tareas literarias. Sus responsabilidades editoriales irán en ascenso, hasta convertirse en el editor en jefe, tras el fallido intento de eliminar el cargo -en lo que parecía la antesala de la liquidación y venta por piezas al trapero de la editorial, pero ésa es otra historia- pero en todo caso, van a subir a la palestra dos nombres bastante habituales en aquellos años: Terry Kavanagh y Ben Raab. Sus aportaciones contando las andanzas de personajes tan dispares como Spider-Man, el Caballero Luna, el Hombre de Hierro o Excalibur se mueven entre el olvido y el denuesto, pero aquí les vamos a tener un poco hasta en la sopa, firmando tebeos que se pueden contar entre lo peorcito de esos años. Aquí están asomando la patita por debajo de la puerta. En la parte gráfica, Steve Epting se ha marchado a la escudería mutante -donde firmará los cuatro números de la colección apocalíptico-facturada- y llegará un señor -o más bien, un estudio- que dará mucho que hablar en los años subsiguientes: Mike Deodato Jr.

La siguiente aventura se centra en otro personaje presente en la etapa, Grito de Muerte. Esta agente shi’ar fue enviada para proteger a los Vengadores de la amenaza de unos revanchistas supervivientes del Imperio Kree que se niegan a aceptar el gobierno de la casa Neramani. De aspecto y de actitud es una digna hija de los noventa y de la influencia imaginera, pero aquí se intenta esbozar una suerte de desarrollo del personaje que no va a llegar muy lejos. La expeditiva guerrera cambia a la condición de joven cuasi-adolescente que tiene cierta debilidad por la Visión -vagamente desarrollada aquí– y que tiene en su árbol genealógico un secreto que podría vincularla a la casa imperial shi’ar. Se intenta plantear que su efectividad como combatiente se cimenta en unas convicciones -provenientes del relato oficial sobre la historia de su población- que se van a ver sacudidas cuando vea a uno de sus héroes bélicos míticos como un ser de carne y hueso, conociendo de su boca el lado oscuro de sus resonantes victorias. Una versión de baratillo de la vieja máxima que recuerda que ninguna contienda es gloriosa cuando se visita un campo de batalla o, como dice Terry Pratchett, el recordatorio de que en los cuadros de temática guerrera nunca aparecen los intestinos.

Portada del número 379.
Ilustracion de Steve Epting.

A continuación, tenemos otro recordatorio de la estirpe de Mercurio como hijo de Magneto -antes de que las trapisondas de derechos de adaptación cinematográfica llegaran con la rebaja- y un nuevo encuentro entre Pietro, Crystal y los Acólitos comandados por Éxodo -ese quiero y no puedo ser una gran amenaza, como adalid de los mutantes supremacistas-. Para ello, se toma un aspecto del enrevesado pasado de los hermanos Maximoff y se lleva a cabo una visita a Wundagore, donde Bova, su vacuna comadrona. Está gravemente enferma y quiere reunirse con su creador, pero literalmente, pues desea un reencuentro con el Alto Evolucionador. Este buen señor de la olla a presión magenta en la cabeza ha sido villano unas veces -en La Guerra de la Evolución es el antagonista principal- y aliado circunstancial en otras -como aquí o aquí. En esta ocasión se encuentra en su segunda posición, ya que el enemigo común es Bennet Du París y sus comparsas. La montaña donde Wyndham ha llevado a cabo sus experimentos es sagrada para ellos, por lo que quieren proceder a desahuciar al científico de forma expeditiva, intentando volver a tocar las narices a Mercurio y Crystal, por aquello de que el primero era el hijo discóbolo de su señor Magnus y por el hecho de que entre los dos hubieran concebido a una niña, Luna, que no era mutante. Una continuación del final de Lazos de Sangre pero sin la gracia de la que aquella aventura iba tan justita. El aspecto más destacable de esta aventura es el debut del ya citado Deodato Jr., con el siempre presente Tom Palmer a las tintas. Grafismo noventero a troche y moche y una espectacularidad que, analizada hoy día, resulta sorprendente por su naturaleza engañosa. Lo que no engañaba ni entonces ni ahora era el penoso intento de hacer de Éxodo un nuevo Magneto y de los Acólitos una versión revolucionaria de la Patrulla-X, pues eran personajes que, dada su poca profundidad y el pobre desarrollo que se les daba, parecían más bien un puñado de imbéciles ampulosos.

Portada del número 380 de la colección original.
Ilustración de Steve Epting.

Continuamos para bingo con otra aventura firmada por un equipo invitado, en este caso el de la memorable y recomendabilísima Fantastic Force . El conocido Tom Brevoort y olvidado Mike Kanterovich se traen al ilustrador Mike Gustovich -más prolífico con el pincel que con el lápiz- para un cruce entre este esqueje noventero de los Cuatro Fantásticos y el equipo, en otra historia que implica a los Inhumanos y que busca seguir poniendo en el mapa al grupete dirigido por Franklin Richards. Estrategias como ésta son indicativas de que los Vengadores habían recuperado gran parte del pulso perdido, si se usaban para promocionar nuevos personajes o servían para que apareciera hasta Maroto el de la moto.

Portada del número 383 de la colección original.
Ilustración de Mike Gustovich.

También tenemos el cierre de otra sub-trama que se remonta a los tiempos inmediatamente posteriores a Operación: Tormenta Galáctica y a los estertores del primer volumen de Forum, centrado en un Hércules que se parecía en aspecto al que en aquellos días interpretaba con gran éxito en la pequeña pantalla el señor Kevin Sorbo. Intrigas olímpicas con toques de culebrón.

Cierra el tomo una historia publicada originalmente en el número trescientos setenta y cinco de la cabecera, protagonizada por Hank Pym y firmada por Ben Raab. Un complemento para rellenar el número de páginas que precisa un especial, sin mayor utilidad.

Epílogo: Aperturas y cierres.

Juego de Dioses contiene, como se ha podido comprobar, un puñado de número e historias de transición donde se atan algunos cabos sueltos, sin que se lleguen a abrir tramas dignas de mención. Harras va dejando los bártulos literarios en otras manos, mientras se van sentando las bases para la reconciliación con Iron Man y sus forzudos chocones y para la última aventura de importancia que lleve su firma, la infame La Encrucijada.

  Edición original: Marvel Comics – junio 1994 – marzo 1995 Edición España: Comics Forum – enero 1996 Guión: Joey Cavaliery, Bob Harras, Tom Brevoort, Mike Kanterovich, Terry Kavanagh, Benjamin Raab Dibujo: Grant Miehm, Stewart Johnson, Tom Grindberg, Mike Deodato Jr., Mike Gustovich, Yancey Labat Entintado: Grant Miehm, Tom Palmer,…
Guión - 6.5
Dibujo - 7.9
Interés - 5.8

6.7

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