Chico y Rita: Amor Eterno (a la música, al prójimo, a los 35 mm)

20
2019

Director: F. Trueba, J. Mariscal, T. Errando
Guión: F. Trueba, Ignacio Martínez de Pisón
Reparto:Limara Meneses, Emar Xor Oña, Mario Guerra (voces)
Trueba/Mariscal/Magic Light Pictures (8,9)

Sinopsis: En la Habana de 1948, Chico es una pianista que está tomando unas copas con su amigo Ramon en un club de jazz. Ahí se enamora de Rita, la cantante que pone su melosa voz al servicio de canciones de amor y desamor. La atracción es mutua, y pese a que en esos momentos ambos tienen otros pretendientes, se buscan con la mirada. Chico la va a ver repetidas veces, y el pillo juego del amor empieza. Persecuciones amorosas por la calle acaban en el piso de él, y pasa lo inevitable. Al día siguiente, lo que parecía un amanecer perfecto de una pareja feliz tocando el piano se trunca cuando otra de las amantes de Chico se presenta de forma airada en el apartamento. Gritos, insultos, tiradas de melena,… la pareja se rompe, pero Chico está prendado de esos ojos verdes, perdido entre las interminables curvas de una mujer esbelta pero no esquelética, fuerte y generosa en apetecibles carnes. En medio de peleas y reconciliaciones entre ellos dos, un cazatalentos de Hollywood la engatusa para que empiece una carrera cinematográfica en Los Angeles. Chico decide seguirla, y a partir de aquí, cuál bolero, se nos narra sus sucesivos encuentros y desencuentros, problemas al cambiar de país, de estatus social, etc Pero su relación sigue viva en la distancia y en los esporádicos encuentros, salvando los obstáculos, manteniendo viva la flama de la pasión por muchos años que pasen.

Valoración: El cine español en general, en la situación actual de crisis, va buscando su sitio en las carteleras copadas de estrenos USA como puede, algunas veces con grandes taquillazos como la cuarta parte de Torrente y otras con propuestas más “humildes” abordando temas sociales o históricos. Dentro del panorama, el cine de animación español es aún más un puntito en medio del mar. Ese puntito ha hecho posible sacar adelante proyectos de lo más variopintos, desde la infumable Misión en Mocland (posiblemente de las peores películas de animación dirigidas a niños que he visto) hasta productos muy meritorios como Nocturna, pasando por productos medianos como Gisaku o El Cid. Curiosamente muchas de estas producciones vienen de la mano (y de la cartera) de Julio Fernández, productor en Filmax. Por eso es muy de agradecer que dos grandes nombres en sus respectivos campos, Fernando Trueba (La niña de tus ojos, Belle Epoque) y Javier Mariscal (diseñador gráfico, dibujante, ¿hace falta recordar a Cobi?) se vuelven a unir después de colaborar en El milagro de Candeal (rodada en 2004), donde el músico mito viviente Bebo Valdés recorre San Salvador de Bahia para reencontrar sus ancestros y cultura propia. El mismo Bebo es el protagonista de Chico y Rita, cuando Chico Valdes recuerda como se enamoró de Rita (Labelle apodada después) en su juventud y como esos encuentros a lo largo de la vida marcaron su existencia hasta la actualidad, cuando recuerda con nostalgia todo lo vivido. En esta ocasión, el sueño de Trueba, el de crear una película totalmente bajo el punto de vista de su amigo Mariscal, se ha hecho realidad.


De hecho, hay cuatro padres a los que reclamar la paternidad de esta historia de amor: tenemos a los conocidos Trueba y Mariscal por un lado, tenemos la música, la persona y las ganas de hacer cosas de Bebo Valdés, pero hay un cuarto personaje que queda oculto si no buscas algo de información: Tono Errando. El fue el encargado de juntar los genios en la dirección de Trueba (que nunca había probado la animación como vehículo para sus proyectos) y el genio de Mariscal en el dibujo y apartado artístico (por su parte, el creador de Cobi nunca había hecho una película, pero sí había dirigido series de animación como La troupe de Cobi), por lo que fue el punto de unión, de encuentro, entre dos mundos, para maximizar los puntos fuertes de cada uno con un único objetivo: hacer una película de calidad. Siguiendo la lógica, Mariscal se encargó de todo lo artístico ( dibujos preliminares, personajes, storyboard, entornos, fondos, color, etc) mientras que Trueba se volcaba en su parcela (guión, planificación, movimientos de cámara –muy conseguidos por cierto-, etc). Errando se encargaba de ser el “buffer” entre ellos dos, simplificado procesos y comunicarlos de forma eficiente, formando así un “tripartito” en pos de un mismo y excitante destino. Pero Errando no sólo coordinó el trabajo de los grandes nombres detrás de Chico y Rita, sino que también propuso rodar primero las escenas con actores reales. Así, Trueba, más acostumbrado a rodar escenas de imagen real, podía obtener datos, encuadres, todo tipo de información para volcarla luego en los animadores. Este dato (el de rodar con actores de verdad) ha pasado bastante desapercibido en los medios, hasta el punto en que no encuentro más que un par de imágenes de los actores (Eman Xor Oña como Chico, Mario Guerra como Ramon, su amigo, y Limara Meneses como Rita). Se da la curiosidad de que entre ellos ya habían coincidido en proyectos anteriores, resultando en una camarería muy pronunciada entre los dos protagonistas masculinos, amigos de toda la vida en la ficción.




Para tal efecto (rodar con personas), se desplazaron durante cuatro semanas a La Habana. El trabajo de investigación se nota y se disfruta (sobretodo si tienes relación familiar con la isla) al pasear por las calles, llenas de vida, color y música. Especialmente un viaje en sidecar nos permite revivir como fue la ciudad hace más de 50 años. El equipo de rodaje, con Mariscal en frente, tuvieron la inmensa suerte de contar con un extenso fondo fotográfico que el mismo gobierno hizo crear desde 1949 para preservar el estado de la ciudad y de todas y cada una de sus esquinas. Esto ha permitido recrear una ciudad que todos tenemos en mente en el día de hoy (descorchada, algo abandonada, sin retocar ni mejorar poco o casi nada), pero en su máximo esplendor, a caballo entre la derrota del dictador Batista y la entrada de Castro y el comunismo. Una Cuba que se convierte en los 50 en casi casi un anuncio de neón: enormes anuncios capitalistas en los terrados de las casas, donde se había introducido un aparato llamado Televisor y donde el afán de tener buenos coches crecía día tras día. Pero Chico y Rita no solo es la calurosa capital de la isla centroamericana, sino que viajamos a diversas capitales, entre ellas Nueva York, Paris, Barcelona,…. Todas y cada una de ellas dibujadas como una postal, de rápido y fugaz protagonismo pero identificables al 100%. Entre ellas, New York destaca por ser más fría, más cerrada, más de color azulado y sin espacios abiertos, con mujeres rectas queriendo eliminar su feminidad, en contraposición a las ventanas siempre abiertas, a las grandes plazas, a ese colorido algo cursi de los edificios habaneros y a ese cuerpo de mujer de grandes atributos e infinito pandero.



En cuanto a la animación, es una mezcla de 2D y 3D, de trabajo artesanal apoyado puntualmente por la última tecnología (el “alunizaje” del coche en la tienda). Curiosamente, rodar antes con actores reales les hizo buscar insistentemente durante meses un equilibrio entre las dos formas, los actores tuvieron que actuar de forma muy gestual y con movimientos típicos de un dibujo animado, y a la vez otras características técnicas como los encuadres o los movimientos de cámara se adaptaron de travellings automáticos a algo más personal, una cámara más incisiva, más cerca de los protagonistas, que se inmiscuye en su privacidad. La lástima es que en ciertos momentos la animación es algo parca, sobretodo en las escenas de baile comunes entre varias parejas, se repiten bucles sin mucha delicadeza, sin acabar el “círculo de animación” en el mismo sitio donde empezó, creando efectos feos. Pero solo son momentos puntuales y, la animación, sin tirar cohetes, es correcta, sabiendo que no se debe poner la tecnología delante de la historia, sino a su servicio.



Y es que esta cinta es, básicamente, una historia de amor interrumpido con la revolución cubana de fondo. Y música, mucha música. De hecho, son pocos los instantes en que no suene una nota. Pocos son los pasajes desprovistos de alguna composición de latiz jazz o algún clásico encarnado por Dizzie Gillespie o el mismo Nat King Cole. Se podría decir que las imágenes se crearon a partir de la banda sonora, o sea, son de una importancia capital. Y tiene la virtud de gustar hasta a los que no gustamos de músicas sureñas, rumbosas o bailables. Por suerte, se inclina mucho por el jazz, el sonido de club, de piano, de bebop, más que de rumba o salsas, teniendo en cuenta como se influenciaron ambos estilos precisamente en la época en la que se ambienta la historia (gente ilusionada por el cambio, fiesta, aire de libertad, reuniones en bares, clubs, etc). Hasta tenemos el placer de escuchar a Estrella Morente, un “regalo” en palabras del mismo Trueba (y ciertamente lo es escucharla al final de la historia, tal y como fue maravilloso escuchar I Can’t Stop Loving You de Ray Charles en el momento cumbre de Metrópolis, el anime de Rintaro, casualmente también con grandes temas de jazz en su banda sonora), con el que ya había colaborado anteriormente. Y es que desgraciadamente no podemos decir lo mismo cuando escuchamos a Gillespie o Charlie Parker, ya que NO son ellos. Pero suena tan estupendamente bien que debes fijarte muy bien en los créditos o buscar información para darte cuenta de que se usaron covers de temas conocidos, pero de alta calidad.

La excepción son las notas surgidas de las manos del propio Bebo Valdes, que firma la banda sonora de la película y posiblemente será uno de sus últimos y más recordados trabajos. Su presencia y magnetismo impregna toda la historia, lo tienes continuamente en la cabeza, ese hombre arrugado con una perenne sonrisa en la boca se torna en un apuesto galán que persigue a una bella Rita bajo la luz de la luna cubana de finales de los 40. Chico no es Bebo, pero Bebo podría haber sido muy Chico en su momento. El sentido bidireccional es tal que el propio Bebo se volvió Chico al ejecutar las piezas de piano (imaginamos que con un screening de parte de la película). No se nos puede escapar que este binomio hace un homenaje a todos los músicos cubanos de la época, los conocidos y los que no llegaron a salir de su club, poniendo el ritmo y ambiente a una situación histórica única y excepcional en el país.


Chico y Rita se ve con una sonrisa de principio a fin. Una sonrisa predispuesta a convertirse en carcajada al escuchar los ingeniosos diálogos cubanos y ese típico humor caribeño y de la isla. Una sonrisa para recibir una propuesta original, arriesgada en los tiempos que corren, hecha aparte de los grandes estudios, con tiempo, cariño y amor, resultado del buen hacer y sintonía entre dos grandes en sus respectivos campos. Una sonrisa al comprobar, escena tras escena, como una historia mil veces contada puede volver a maravillar al público, la de un amor interrumpido por las circunstancias pero que a la postre superará espacio, tiempo y clases. Todo bañado con una excepcional banda sonora de jazz, bebop, piano, con grandes nombres como Thelonius Monk, D. Gillespie, Tito Puente y como no, el propio Bebo Valdés y Estrella Morente. Todo un placer para los oídos con la sorpresa añadida de que algunos de las grabaciones no son originales, pero en este caso no es algo negativo sino positivo, ya que se detecta el duro trabajo de encontrar músicos que calcasen a esos maestros. La música es el centro de la historia, junto con el romance, es indisoluble con la película y a poco que te guste el género o las buenas composiciones vengan de donde vengan te atrapará desde la primera nota. El otro pilar donde se sustenta Chico y Rita es Mariscal, ese artista que creó la estrella olímpica más plana pero de mayor éxito, un perro pastor catalán blanco que consiguió hacerse con el cariño del público, pese a su inicial reticencia, hasta el punto que su despedida en barco en la clausura de los Juegos de 1992 fue uno de los momentos más recordados. Por alguna razón, siempre se ha considerado el dibujo de Mariscal como feo, o esa era la impresión que tenía (el trazo grueso del entintado, por ejemplo), en cambio ves su Habana, su malecón, sus calles, sus gentes,…… y queda perfecto. Toda la película está rodada bajo el prisma de su estilo de dibujo, para nada perfecto o buscando similitud con el foto realismo, pero que a la vez proporciona otra forma de ver el mundo, libre de ataduras del dibujo hiperrealista que podrían haber querido inculcar otros autores.


En definitiva, Chico y Rita es un producto que quedará como un hito en la animación en nuestro país, una isla de creatividad donde a todo lo mencionado anteriormente se le tiene que añadir la profesionalidad y buen hacer cine de Fernando Trueba y de todo su equipo (mencionar la preciosa fotografía, muy adecuada en cada momento). Una bella historia de amor enmarcada en una época de cambios que podrían haberse explicado algo mejor, tener más peso dentro de la historia. Pero dejando estos pequeños detalles nos encontramos delante de una gran producto de animación que interesará a aquellos que no suelen acercarse a ver dibujos a las salas, gracias a una potente campaña publicitaria (por provenir de donde proviene) y unas inmediatas buenas reseñas de todos ls que hemos tenido la suerte de contemplarla. Incluso se habla ya de venta de derechos para USA y nuevos proyectos de esta tándem entre música y animación. Un placer para todos los sentidos, una experiencia maravillosa que rinde culto al mejor Cine, la mejor Música y al Amor que vence todas las dificultades. Un fantástico ejemplo de Arte en mayúsculas.

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Huckleberry
Huckleberry
13 marzo, 2011 11:47

Salí del cine completamente indignado. No sólo por la hora y media tirada a la basura, y por el dinero robado vilmente, si no por todas las críticas que había leído ensalzándola, por la increíble campaña promocional que recibió esta película en todas (TODAS) partes. Especialmente flagrante me pareció el reportaje de Borja Hermoso de El País, pues de algún modo, y como suele pasar con los buenos periodistas, yo «confiaba» en la opinión de ese hombre.

Entiendo que el resto hicieron lo que hicieron porque les pagaron. Me resisto a creer que en Zona Negativa pasa lo mismo. Por eso alucino más con esta crítica, no solo porque recomienda esta peli, si no que porque directamente no abomina de ella.

Insisto: el guión es horrible, los personajes vacíos, la historia se arrastra y aburre a las piedras. El dibujo es bonito, sí, y las canciones preciosas. Pero la película es pura nada. Una oportunidad perdida de hacer algo digno con la animación española.

Gachon
Gachon
13 marzo, 2011 13:51

Coincido totalmente con Huckleberry. Respeto la opinión de Jordi Querol, pero no puedo compartirla menos. De hecho, considero su valoración en extremo benévola y poco crítica, por no decir nada. Tuve el «placer» de trabajar en el proceso de animación de la película y la considero una de las experiencias profesionales más tortuosas y poco gratificantes que he tenido. Gracias a ello puedo decir que si este proyecto ha visto la luz con un mínimo de calidad no ha sido por obra y gracia de esos dos «genios» que son Trueba y Mariscal, si no por el increíble esfuerzo de todo un grupo humano de profesionales de la animación que tuvieron que sufrir el TOTAL desconocimiento del proceso de realización de una pelicula animada por parte de los arriba mencionados. En mi opinión, creo que nunca valorarán, y mucho menos reconocerán, la inmensa suerte que han tenido. Decir también que los citados fallos en la animación (hay infinidad de ellos, lo puedo asegurar) son fruto del desconocimiento, las prisas y el no saber escuchar a los profesionales a su cargo. No quiero extenderme más en el tema; por suerte todo eso ya pasó.

En cuanto a mi opinión sobre la peli, creed que la ví libre de todo prejuicio, sólo puedo decir que el guión me pareció pobre y a ratos un insulto a la inteligencia del espectador. No hablaré de ello por no destripar nada de la historia a quién la quiera ver. Lo mejor; el trozo en el que van a New York y coinciden con Chano Pozo. Realmente estupendo. Lamentablemente, y para acabar, unos cuantos cameos y algunos golpes de efecto tanto visuales como drámaticos no salvan el conjunto de una historia de amor estereotípica que acabó por importarme bien poco. A pesar de ello, el ser una peli de dibujos animados llamará mucho la atención al público en general por lo poco común de la propuesta.

Paradójicamente, espero que triunfe en taquilla y sea todo lo premiada que pueda ser. Y que de su éxito nazcan más aventuras en el cine de animación nacional, que tanto tiene que ofrecer todavía. Lástima que el dinero para llevarlas a cabo siga estando en las manos de gente que no hace más que tirar piedras sobre su mismo tejado. Perdonad el rollo, pero creo que hay cosas que hay que saber para valorar las cosas en su justa medida, pirotecnia mediática aparte.

Cine en 35 mm
Cine en 35 mm
13 marzo, 2011 14:24

La película es una abominación en toda regla: un guión pésimo que cae en el ridículo al intentar ser profundo insertando demasiadas concesiones a la nostalgia en una historia romántica manida y tópica, todo ello con una animación tosca, con muchísimos fallos en cuanto a fluidez y raccord.

Respecto al artículo, subrayar el desconocimiento del sr. Querol respecto al medio cinematográfico más allá de su decente labor de documentación: las películas suelen ser de 35 mm y no de 38 mm (eso es un calibre de munición), no hay «movimientos de cámara» en la animación porque sencillamente no hay cámara (se puede hablar de planos, de transiciones, de fluidez, de montaje, etc.) y definitivamente tampoco hay fotografía (aunque haya color, plasticidad, gamas cromáticas, etc.). Con un simple vistazo a imdb, sr. Querol, se habría dado cuenta: ni unidades, ni operadores, ni director de fotografía ni nada de nada. No se meta a hablar de lo que no entiende, que no suele ser bueno y además no es habitual en esta web.

Un saludo.

Xero
Lector
13 marzo, 2011 14:52

Pues qué queréis que os diga, a mi esta película me dejó completamrnte fascinado, no solo ya por ser un apuesta muy arriesgada, sino por esa animación tan personal y su embriagadora música. Es cierto que la historia no va más allá de «chicosequedaenCuba,chica triunfaenlagranciudad», pero qué queréis, a veces la profundidad la ha de poner uno mismo. Si os dais cuenta, la cinta habla de la vida de dos personas y va transcurriendo mientras éstas maduran.
No se trata de un pequeño espacio de tiempo en el que sí que hay cabida para una profundidad más explícita, sino que hablamos de una película biográfica, y como todas las películas biográficas, no hay metraje para todo. Pienso que el espectador al terminar de verla debería entender esto y saber buscar ese deepness en los pequeños detalles, ne las pequeñas conversaciones, en las miradas, en la desenvoltura de los personajes.
Para mí, que estudio Diseño Gráfico, me quedo con esa lección magistral de que la belleza visual no tienen por qué establecerla los cánones clásicos. Y como músico, hago mío el virtuosismo de Bebo Valdés, ¡el maestro!

santiago
santiago
13 marzo, 2011 19:49

Trueba+mariscal=truño musical (con lo pesá que es la monserga cubana)

Luis Javier Capote Pérez
Autor
13 marzo, 2011 20:28

A mí me parece que, con independencia de la calidad intrínseca del producto, el hecho de que un cineasta como el Trueba se acerque a la animación ya es un buen modo de publicitar lo que se hace por estos barrios (aunque también es cierto que aquí hace tiempo que se vuela a buen nivel). Lo del Mariscal ya es más de «ni fu ni fa», pues aunque es sobradamente conocido por sus diseños, nunca ha sido de mi gusto. Ni me gustó el Cobi, ni me gustó el cartel carnavalero que hizo para Santa Cruz en 1989, ni lo que hizo en aquel parque de atracciones japonés.

I love your hair
I love your hair
13 marzo, 2011 20:45

¿Es verdad que sale Cobi cantando la flaca y lo dobla Diego el cigalas?

Xero
Lector
13 marzo, 2011 22:12

@santiago, lo siento, pero no solo es ya despectivo rozando lo xenófobo, sino que además de tu comentario se deduce la escasa sensibilidad musical de tu oído. Cada cultura tiene una música diferente que ofrecernos, y, a mi parecer, la trova cubana es de lo más exquisito que se puede escuchar. Ya si eso lo sumas al jazz más latino pues la fórmula se vuelve irresistible.
Lo siento por ti de verdad, deberías mirártelo.

Jordi Querol Rielo
14 marzo, 2011 1:28

Bueno, antes de nada gracias a todos por los comentarios, buenos y malos, de todos se aprende. Uno por uno:Huckleberry: No creo que sea para tanto el salir indignado de ver C&R. Es cierto que no es una gran historia, pero esto ya se «sabe» a poco que hayas leído sobre la peli, y si no lo sabes, se intuye en tiempo real dentro del cine. Creo que tampoco buscaban nada más, la historia es sencilla porque querían hacerla así de sencilla. Recuerdo ahora lo que dije cuando salí de la proyección «Que obvia que es pero que bonito que sea así de obvia». Con esto quiero decir que a veces las películas tópicas o de ejecución muy predecible aprovechan esta característica para ofrecerte justo la escena que quieres en el momento que quieres, como un reloj. Por otra parte, esa ligereza te lleva en volandas durante toda la proyección, no noté excesivas bajadas de ritmo ni escenas sobrantes.
Comparto contigo que no es la mejor película del año, pero personalmente me llegó mucho, salí flotando, son de esas historias que gustan mucho a las mujeres de mediana edad, salen reconfortadas y en paz con la vida. Es un chute de optimismo no falto de fallos, pero equiparable al que pudieras tener visionando La Vida es Bella (sin el drama que ésta escenifica, claro). Y no soy mujer de mediana edad, pero a veces en momentos complicados de la vida se agradecen estos chutes. Esto no hace la película mejor, pero de ahí a decir que es indignante hay un tramo muy largo. Reconozco que entré y salí muy predispuesto a que me gustara, que hay unos 10 minutos ahí en medio que podrían ser mejores. «Es pura nada», sí, quizá es gas, pero que gas tan bonito. También se puede ver como una «entrada», una prueba, para acometer proyectos de más envergadura entre los creadores a partir de ahora dependiendo de como vaya en taquilla. Para mí el guión no es horrible, es simplemente una sencilla historia de amor.
Ah, y te aseguro que no trabajo o doro la pastilla por dinero a nadie, no conozco a nadie en Buenavista y está claro no conozco ni a Trueba ni a Mariscal, ni a nadie relacionado con ella. Y creo poder decir con firmeza que nadie en ZN aprueba o actúa de esta forma. Personalmente no recibo copias de prensa de nada, y si recibo algo como el reciente libro de Cosplay de Dolmen me permito criticarlo en ciertas partes que considero no son redondas o que se podrían mejorar. O sea que no somos el «front end» ni medio propagandístico de ninguna editorial, y si lo somos no me había enterado xDD
Gachon: Tienes razón en el hecho de que no hay crítica en mi reseña (aunque algo sí, pero poco). Salí tan entusiasmado de la sala hace un par de semanas que he conservado ese espíritu y (el error viene aquí) no me he parado a pensar cinco minutos en los posibles fallos que tiene la cinta, simplemente porque los árboles me ocultaban el bosque. Lo siento, voy a hacerlo mejor la próxima vez. Coincidimos en lo mismo que el anterior comentario, no es una historia profunda ni con varios niveles porque simplemente no los necesita, y no porque los reclamara a gritos y estuviesen mal ejecutados. Ahora meto el hecho de que has trabajado en la película. No lo dices claramente (o sí xD), pero me imagino que os putearon, ningunearon, pasaron de vosotros y os esclavizaron. No lo dudo. Pero entiéndeme que este hecho condiciona un poco tus críticas, que por muy libre de prejuicio que estuvieses cuando viste la peli acabada, si realmente lo pasasteis mal eso influye. Por lo que tu opinión, aún válida y lícita (ni por asomo estoy diciendo que no puedas opinar, es más, sería interesante saber que pasó ahí dentro), se desinfla y se desacredita un poco. La entiendo y la agradezco, pero la relativizo un poco. Vayamos un poco más a lo abstracto y digamos: ¿y si se pasa por aquí alguien que trabajó en Wall.E o Toy Story 3 y dice que los putearon de mala manera? ¿Esas películas serían peores? ¿Realmente cuando estás dentro de una sala piensas “joder que mal lo debieron pasar los currantes de la peli” o piensas “caray que gustazo”?. Malos momentos o putadas pueden existir durante la realización de CUALQUIER película, pero no tendría que afectar al visionado, y desde luego no afectar al espectador medio. Incluso con todo esto deseas suerte a la aventura en las salas y ojalá se hagan más y mejores, cosa que es de agradecer, ya que es trabajo para los gremios.

Jordi Querol Rielo
14 marzo, 2011 1:32

Cine en 35 mm: Sí, cagada. No lo voy a olvidar, te lo aseguro, patinazo, fallo garrafal, y tonto a la vez, fue producto de escribir a horas de madrugada. Pero tampoco hay para tanto. Y no, no soy técnico de cine, y no sé de muchas cosas, pero me parece algo exagerado decir que el “sr. Querol” no sabe de nada. Ojo, no soy el titular de cine en ZN, ni mucho menos, y hago estas reseñas por amor al arte, porque me gusta escribir pese a recibir palos y enseñar algo bueno que he visto a la gente, siempre intentando llegar a un mínimo que una página como ZN exige. Pero tampoco nos rasguemos las vestiduras por cada texto en blogs de Internet que no nos guste, a veces nos lo tomamos demasiado en serio todo, después pasan cosas como la de Japón y relativizas mucho. Hay que hablar con propiedad, pero creo que llamar “cámara” al “punto de vista” usado para enseñar cualquier escena no lo veo tan descabellado. Programas como Maya 3D tienen esa función y se les llama “cámara”. Y si no hay fotografía, ¿quién decide el color azulado de las escenas de clubs en interiores? Aunque sea animación, hay que decidir de donde viene la luz, intensidad, color, sombras etc, y esto bien llevado da una personalidad distinta a cada escena. Si eso no es fotografía o cámara (pese a no haber una cámara físicamente ahí), pues será otra cosa, pero tampoco estoy llamándole “plátano” y “balón” respectivamente.
Y por cierto, cuando llames a alguien por su apellido, de la forma bastante molesta como lo has hecho, ten la decencia, al menos, de poner tu nombre de pila (entiendo que no quieras poner el apellido), porque entonces, debo llamarte Sr “Cine en 35 mm”, y criticar como lo has hecho es muy fácil detrás de un seudónimo. A nadie le gusta que le critiquen, pero es lo que tiene esto de escribir en público, y se debe aceptar la buena y la mala, creciendo internamente en el proceso. Cuando en alguna web veo algo que no me gusta, al menos el comentario se hace desde el respeto, sin tocar la moral, exponiendo lo que no gusta sin llegar a extremos personales. Pienso por ejemplo en cierto dibujante de cierta página dedicada al manganime, que no mencionaré por no liarla más o involucrarlos cuando no tienen nada que ver.
Ah, y me da exactamente igual que dejes de leer mis próximos textos o incluso la web entera, eres libre de hacer lo que quieras, incluso de seguir posteando, pero ya te comento que el tuyo es el único post que me ha sabido mal de verdad, el resto se maneja correctamente y se agradecen. El tuyo (redactado así) no, sinceramente. Solo me sabe mal por Raúl, ya que estos comentarios sobran, empobrecen la web y dejan en mala situación al “corresponsal”. Es que estoy harto de que el comentarista de turno pueda despotricar y el creador del texto no poder responder “porque la lías”. Sé que con esto me puedo ganar un toque de atención, pero creo que con educación se puede replicar cualquier cosa.
Y ale, a otra cosa, que lo peor es maximizar estas cosas y dar demasiado importancia..
 
Xero: Totalmente de acuerdo con lo que dices, más o menos lo que comento en otros sitios. Y lo de “lección magistral de que la belleza visual no tienen por qué establecerla los cánones clásicos” lo dices por el formato “feo” de Mariscal, que es capaz de  deleitar con su estilo y hacer preciosas composiciones. Pero yo voy a más allá y recupero otra frase que pensé al salir de la sala: “Una mujer guapa lo es hasta dibujada por Mariscal”, y en este caso lo uno a tu comentario por el hecho de reivindicar un poco “las carnes” y dejarnos ya de pellejos vivos o delgadeces extremas. Y como dice Paul Whitington del periódico Independent, «Mariscal ha creado la mujer animada más sexy desde Jessica Rabbit.» Quizá un poco exagerado y además sin contar con otras industrias como la japonesa o la reciente Rapunzel de Disney con el pelo corto (aún hay babas en el cine xD), pero la cosa va por ahí.
Luis Javier: Apoyo lo que dices de Trueba y su aproximación (desastrosa desde la parte técnica y humana según Gachon) a la animación. C&R puede ser una antesala de algo mejor, si comercialmente va bien, y su publicidad puede hacer que lleve gente no aficionada a ir a ver “dibujitos” al cine, sobretodo mujeres de mediana edad. De Mariscal, bueno, Cobi no es bonito, pero es un símbolo, y a través de él recordamos lo bien que nos lo pasamos con los Juegos Olímpicos y la transformación que supuso para la ciudad.
Y paz para todo el mundo, caray.

Luis Javier Capote Pérez
Autor
14 marzo, 2011 1:43

Amigo Jordi: después de tu alocución casi me pongo a cantar «Amigos para siempre» 🙂 pero lo único que le debemos a Cobi es inaugurar la tradición de las mascotas amorfas en los juegos olímpicos y el continuar la muy española tradición de las mascotas inenarrables: Naranjito, Curro, Cobi…

Young Avenger
Young Avenger
14 marzo, 2011 2:15

¿Era reaslmente necesario destripar la película de esta manera?

jorgenexo
jorgenexo
14 marzo, 2011 8:56

Últimamente, a mayor promoción, mayor desilusión. En el caso del cine español, además, de forma totalmente garantizada: la pasta que se invierte en artículos magnificatorios de obras absolutamente mediocres, sobre todo en lo relativo a la historia que narran, a lo más importante (desde mi punto de vista), al guión, es inversamente proporcional a la calidad del producto. Van a estrenar una peli (Ágora, Balada triste de trompeta, Torrente 4, o esta de Chico y Rita, por ejemplo) y ya sabemos que tenemos a sus protagonistas y/o directores hasta en la sopa: en las portadas de los suplementos semanales de los diarios de mayor tirada, así como en Fotogramas, en los programas de entrevistas (o con entrevistas, mejor dicho) con mayor audiencia (BNF, El Hormiguero…). Se magnifica el film hasta el extremo, todo son parabienes y alegrías y luego… decepción, mediocridad. Sobre todo, insisto, en las historias: el guión, que debería de ser la clave de toda buena película, siempre es endeble, cuando no ridículo. Lo que necesitaba el cine español es, además, 3D, ya para ocultar plenamente sus carencias en el planteamiento de historias decentes (y, ojo, que hay excepciones, como También la lluvia o Pa Negre, bastante menos promocionadas que Balada triste y cuarentamilveces superiores). Así que ya sabéis: cuando veáis a los protas de una peli (o a sus directores) hasta en la sopa, sobre todo si son españolas, desconfiad. El objetivo es presentarnos como de imprescindible visionado productos que distan bastante de serlo. Si de lo que se trara es de disfrutar de Bebo, haceos con «Bebo de Cuba».

dario
dario
14 marzo, 2011 9:34

Felicidades al equipo por logra animar y hacer coherentes los monigotes defomes de Mariscal. La temática no me puede llamar menos, es mas, temo que me vendan la Habana idealizada de Willy Toledo y compañía. ¿Idealizan mucho o hay puterio, turistas perroflautas y drogas como en la de verdad?

Huckleberry
Huckleberry
14 marzo, 2011 11:22

Jordi Querol: Lo que quería decir con mi comentario era, precisamente, que no creía que en Zona Negativa os paguen por comentar nada. Os tengo por gente maja que dedica generosamente su tiempo a hablar de lo que le gusta. No como, por ejemplo, el resto de medios u algún que otro blog. Y estoy con jorgenexo en que, últimamente, a mayor campaña promocional que envuelve a un film español, mayor la cagada que nos hacen tragar. Y es que de «Patada triste en la bocota» mejor no hablar.
El caso: que tú tienes tu opinión, Jordi, igual que yo tengo la mía… pero, vamos, que a mí me pareció una de las películas más malas por las que he tenido que pagar nunca. Sin exagerar. Sentí una profunda verguenza ajena.
Y es que es triste que a un guión tan banal, básico y vacío, carente de magia en todos los sentidos, como a éste, se le dediquen tantos leuros y tanto tiempo. Y tantas páginas en el EPS y en el Fotogramas.

juan-man
juan-man
Lector
14 marzo, 2011 11:40

Cine en 35 mm: Por mucho que sea animación, un travelling es un movimiento de cámara. En la animación, será un movimiento simulado, o virtual, pero sigue entrando en la categoría de movimiento de cámara: Travelling, panorámica, grúa. De hecho, el «movimiento de grúa» no necesita una grúa, ni siquiera en el cine de imagen real. ¿Por qué iba a necesitar una cámara el «movimiento de cámara»? Es una denominación, nada más.

Cine en 35 mm
Cine en 35 mm
14 marzo, 2011 14:19

Sr. Querol, yo no he dicho que no sepa usted de nada. Tampoco he dicho que vaya a dejar de leer esta web ni sus artículos. Sólo he dicho que si no sabe de algo, mejor no escribir, porque con lo de los 38 mm en el título dolía la vista y se predisponía uno en contra de un artículo al que por cierto le he alabado la documentación. Lamento que le moleste o que vea poco respetuoso que le llame «Sr. Querol» y por otra parte no veo en el disclaimer que aparece antes del recuadro de los comentarios que aquí haya que poner el nombre de pila, el nombre completo o algún tipo de identificación similar. Tampoco veo que le haya solicitado los mismos datos a Huckelberry o Gachon, quienes no creo que se llamen así.

Entrando en materia, me parece vergonzoso que se escude usted para decir que sus fallos no son tan importantes en la catástrofe japonesa. No creo que sea un elemento comparativo adecuado y, es más, me repulsa que lo haya usado. Al igual que use lo de que hace esto por amor al arte, como si la no remuneración fuese óbice para escribir un texto desinformado. También me hace gracia que diga que los defectos de la película se pueden observar en tiempo real dentro del cine. ¿No está usted para advertirlos antes? ¿no es ése el sentido de la crítica? Y ya para terminar, me sorprende que alguien especializado en cómics o manga diga que existe un elemento fotográfico siempre que aparezca luz, intensidad, color o sombras porque todos, todos esos elementos, también aparecen en los cómics sin que se pueda hablar de fotografía. Móderese, acepte las críticas y, sobre todo, no ponga excusas peregrinas para su falta de conocimiento.

Sr. juan-man, hablar de cámara en una película de animación no tiene sentido, lo correcto sería hablar de planos. De la misma forma pueden describirse angulaciones (picados, contrapicados, cenitales) en la animación como pueden describirse en el cómic, sin que eso indique que esas angulaciones sean de una cámara. Respecto al travelling, a estas alturas es un efecto fílmico aplicado al plano y por tanto a la continuidad cinematográfica. La cámara en la vagoneta era la herramienta necesaria para conseguirlo, pero ya no lo es. De la misma forma, el movimiento de grúa ya no necesita una grúa, pero se le mantiene ese nombre por motivos históricos.

juan-man
juan-man
Lector
14 marzo, 2011 23:04

» De la misma forma, el movimiento de grúa ya no necesita una grúa, pero se le mantiene ese nombre por motivos históricos.»
 
¿Podemos llamar movimiento de grúa a un movimiento que no tiene grúa, y no podemos llamar movimiento de cámara a uno que no tiene cámara? Son terminologías de uso, y son válidas por analogía. Igual que las angulaciones, como tú mencionas: picado o contrapicado son tales en función a la posición de la cámara respecto al objeto representado. ¿Que no hay cámara? Bien, pero todos nos entendemos, porque hay una analogía obvia y válida.