Vista la controversia que está levantando el cómic de Ángel Caído editado durante el Saló de Barcelona por Norma, aprovecho para desempolvar mi primera colaboración para Zona Negativa cuando aún no era un blog, una reseña del recopilatorio americano de Fallen Angel equivalente al material que ahora se edita en castellano.
Cuando la escribí la protagonista aún podía ser la Supergirl de David y, durante mucho tiempo, pudo seguirlo siendo gracias al juego de verdades sólo a medias reveladas que nos iba desgranando su guionista. David, queriéndose aprovechar de que la serie se publicaba en DC en sus inicios, buscó incorporar la tirada de público que le podía suponer mantener en el aire ese interrogante, atrayendo así hacia esta serie a los seguidores de su trabajo en la colección de la Chica de Acero. Eso contribuyó a un determinado tipo de narración, en la que los equívocos y los diálogos esquivos eran la norma de la colección.
Esta reseña es la primera que hice. Es también mi opinión de la serie en ese momento, desde lo que entonces se había publicado de ella y desde mis gustos de entonces. No me parece que eso invalide de por sí la reseña. Es una valoración más, que intenta ser reflexionada, susceptible de compartirse. Bien es verdad que hoy no la escribiría de la misma manera. Y más cuando los interrogantes que ha levantado Álvaro Pons sobre Ángel Caído, razonados, merecen ser considerados y respondidos. Sirva esto, pues, de avance. De primera valoración sobre el por qué desde siempre hemos venido recomendando esta colección desde esta página. Y la semana que viene, previo amigable permiso de Álvaro, podremos continuar reflexionando alrededor de esta obra a partir de la discusión de la reseña que de ella se ha hecho en la Cárcel de Papel.
«En el 2003, después de 80 números, la colección de la Supergirl Linda Danvers llegaba a su fin. Peter David nos dejaba con una protagonista que lo había tenido todo para luego perderlo. Un dolor callado, rozando aquella falsa anodínia que pensamos nos defiende de los sucesos traumáticos, era su único equipaje para el futuro.
Al cabo de poco era anunciada una nueva serie de Peter David para DC, Fallen Angel, y los rumores, que él mismo alimentó, empezaron a crecer. ¿Era, este Ángel Caído, Linda Danvers? Poco importa a estas alturas porque, con la serie empezada, todos pudimos comprobar que éste era sólo uno más de entre una larga lista de misterios que plagaban la nueva colección. Misterios, cabe reconocer, de esos que no pueden ni deben quedar sin respuesta. Misterios que atrapan.
Cuando le presté a un buen amigo los 6 números incluidos en este recopilatorio que ahora reseño, me comentó que eran demasiado Expediente X para su gusto. Evidentemente, discrepé. Lo que en Expediente X son historias de extraterrestres extraviados, conspiraciones en la sombra y experimentos genéticos fuera de control, aquí derivan hacia una sugerente mezcla de género superheroico con elementos sobrenaturales y de serie negra. Lo que en Expediente X muchas veces no lleva a ninguna parte, como en algunas historias de Grant Morrison trufadas de alusiones “para crear ambiente” que más despistan que otra cosa, como flechas lanzadas al aire en mil direcciones, son aquí disparos que se adivinan certeros, que apuntan a una diana que aún desconocemos, pero que existe. En definitiva, ejemplos de maestro acerca del buen uso del suspense.
Si alguna comparación le cabe a Fallen Angel, aunque pueda parecer aberrante, es con Casablanca, película que se intuye entre las preferidas de Peter David. Personajes en tres dimensiones, de pasado enredado y turbulento, enmarcados en una ciudad que es en sí misma un personaje y otro misterio, Bête Noire. Personajes que se buscan los unos a los otros, que se prueban y se esconden en cada una de sus conversaciones, en un juego de medías verdades que desvela e intriga a un mismo tiempo. ¿Es el propietario del bar, donde nuestro ángel acude en ayuda de sus fieles, realmente Adolf Hitler? ¿Será Thomas Greymalkin una nueva identidad de Batman? ¿Realmente está Bête Noire en conexión con todas las demás ciudades y lugares del mundo? ¿Y qué especial conexión parece tener entonces con Nueva Orleans? ¿Será Linda Danvers quien se esconde detrás del Ángel Caído? ¿Y si no es así, de dónde cayó este ángel? ¿Y si es así, cómo es todo esto posible?
Lo que en mi reseña puede parecer una galería de proposiciones absurdas, es en el cómic un despliegue de habilidad literaria por parte de Peter David (del cual yo nunca había sido un ferviente admirador), bellamente acompañado por nuestros compatriotas David López y Fernando Blanco, que consiguen enriquecer con su arte una obra de por sí ya altamente recomendable. Su dibujo sensual, rico en matices y vida a pesar de su sencillez, acompaña con dignidad una historia que también abunda en explorar el carácter esquivo de muchas de nuestras convenciones morales. La prostitución, la tortura, las drogas, las relaciones de poder, son telón de fondo de la historia a cada vuelta de la esquina.
El final del arco argumental que en el recopilatorio se incluye, no obstante, peca de una cierta precipitación. Precipitación que devendrá anuncio de las limitaciones de David, pero que no contrarresta sus virtudes.»
Bastante de acuerdo con tu reseña y con la comparación con casablanca.
Gracias Iván, volveré a ella 😉
jeje
vaya exito habeis tenido, queriais emular el post que puso Alvaro en la carcel y os habeis quedado mas solos que la una.
Pues sí, Álvaro no hay más que uno 🙂
Pero la cuestion es…. despues de leerte la serie entera, sigues pensando lo mismo??? Porque yo sigo diciendo que si, que el inicio es cuando menos prometedor, o sea, no me parecen muy entretenidas las aventuras de esta «Angel», pero al menos promete misterios que pueden ser interesantes… pero es que no resuelve ni uno!!!
Yo diría que sí que los resuelve, pero no siempre con demasiado arte o de una manera lo suficientemente clara o coherente. Creo que la serie encuentra sus mejores bazas en la manera en cómo es contada y no tanto en lo que cuenta, aunque de todo hay. Tiene ideas interesantes y enfoques interesantes junto con otras ideas y otros enfoques bastante menos brillantes.
De todas maneras debo decir que su lectura en castellano me ha resultado menos grata que cuando la leí en inglés, aunque no acabo de descubrir el motivo.