Batería de Reseñas Semana 20 al 26 de Noviembre 2006

Reseña de Ultimate Spiderman #8 por Juanjo Palacios

Guión: Brian Michael Bendis
Lápiz: Mark Brooks y Mark Bagely
Tinta: Jaime Mondoza, Scott Hanna y Art Thibert
Color: Dave Stewart y Transparency Digital
Correspondencia USA: Ultimate Spider-Man Annual #1 y Ultimate Spider-Man 1/2
Panini Comics – 72 pág – 3,5 €

Este número de Ultimate Spider-Man bien podría justificar el apelativo de Edición Especial que acompaña a parte de la tirada total. Podría porque en su interior no encontramos el par de números de las serie regular correspondiente, sino el primer anual dedicado al arácnido Ultimate y el ejemplar 1/2 creado al servicio de la revista Wizard.

No se trata de material de relleno y como en general en los anuales de los 90 material de deshecho, sino que el contenido de la historia es relevante para el devenir de la cabecera regular, y de hecho marca un punto de inflexión que da pie a consecuencias cuyo efecto se sentirá de inmediato. Es difícil que fuese de otra manera si el asunto está en que Spidey conoce a cierta mujer-x de la que será difícil despegarle próximamente.

El encuentro entre ambos personajes abre una línea de conexión entre el trepamuros y los X-Men de lo más atractiva, así que los alumnos de Xavier volverán a pasarse por este título y no sólo en este número.
La segunda historia es la del 1/2, con la primera y curiosa aparición del ultimate Puño de Hierro, y que contribuye a que el conjunto sea uno de los mejores Ultimate Spider-Man que nos podemos echar a las manos, tanto por el guión con tanto tino firmado por Bendis como por el habitual buen hacer de Bagley y los estimulantes lápices del joven Brooks. Ay, que adecuada habiese sido la elección de este último como sucesor de Bagley en la serie, una opción sobradamente más razonable que la de Stuart Immonen.

Reseña Jóvenes Vengadores #8 por David Fernández

Guión: Allan Heinberg
Lápiz: Andrea DiVito
Tinta: Drew Hennessy
Color: Justin Ponsor
Correspondencia USA: Young Avengers #8
Panini Cómics – 24 pág – 1,7 €

La presente entrega de Jóvenes Vengadores supone la continuación y conclusión de Identidades Secretas, arco argumental iniciado el mes pasado donde asistimos al debate que tiene lugar en el seno del recién creado supergrupo. Conscientes de que Los Vengadores, encabezados por el Capitán América, están decididos a truncar su recién iniciada carrera superheróica, Patriota, Hulkling, Wiccan y compañía se ven en la obligación de tomar una decisión respecto a su futuro más inmediato. A su vez, mientras Steve Rogers y Jessica Jones se ponen en contacto con los familiares de estos Jóvenes Vengadores, Eli Bradley, más conocido como Patriota, decide mostrar su valía protagonizando una aventura en solitario. Sin embargo, debido a la aparición de Mr. Hyde, terminará necesitando la ayuda de sus compañeros.

Pese a seguir siendo una serie más que interesante, durante estos dos últimos meses Jóvenes Vengadores parece estar perdiendo fuelle. Tras un inicio arrollador, con un inspirado Allan Heinberg perfectamente coordinado con el mejor Jimmy Cheung imaginable, la inicial frescura ha dado paso a un importante altibajo en el que sin lugar a dudas mucho ha tenido que ver la sustitución temporal de Cheung por un DiVito que, debido a sus limitaciones estilísticas y narrativas, priva a la colección de la energía y el dinamismo que la ha caracterizado desde su primera entrega.

En cuanto a Heinberg, continúa demostrando el porqué pese a su inexperiencia en el mundo del cómic, no ha tardado en hacerse un hueco entre los más cotizados guionistas. A su habilidad en lo que a los diálogos se refiere, hay que sumar el modo en que sigilosamente, y con gran acierto, introduce a esta nueva generación de héroes en la continuidad del Universo Marvel, desvelando poco a poco la relación de cada uno de ellos con diversos personajes de “La Casa de las Ideas”. Por desgracia, en este arco argumental un supervillano de tan poca entidad como Mr. Hyde acapara demasiado protagonismo, y, dicho sea de paso, las otrora espectaculares secuencias de acción pierden gran parte de su ímpetu en manos de un limitado DiVito.

En resumidas cuentas, una lectura un tanto decepcionante, habida cuenta de lo convincentes que resultaron las anteriores entregas. Esperemos que el mes que viene, con el regreso de Cheung, la colección recupere el rumbo inicialmente fijado por el equipo creativo titular.

Reseña Jóvenes Titanes #12 por David Fernández

Guión: Geoff Johns
Lápiz: Mike McKone
Tinta: Marlo Alquiza
Color: Jeromy Cox
Correspondencia USA: Teen Titans #12
Planeta DeAgostini Comics – 24 pág – 1,95 €

Gran parte de culpa de que me haya reenganchando al Universo DC la tiene Geoff Johns, quien mes a mes, guioniza dos colecciones que a mi juicio figuran entre las mejores de las publicadas en la actualidad: The Flash, cuyo número 11 reseñamos la semana pasada, y Jóvenes Titanes. Comentábamos en el artículo que en su día le dedicamos a Un Juego de Niños, primer arco argumental de esta serie, que el gran acierto de Johns y Mike McKone es el de haber sabido recuperar la esencia de una de las más míticas etapas de los Titanes: la firmada por Marv Wolfman y George Pérez (una vez más, me veo obligado a recomendárosla efusivamente, aunque sea en un formato tan cuestionable como el de Clásicos DC). Es decir: la combinación de un dibujo espectacular con la profundización en las relaciones interpersonales de los protagonistas, y la narración de historias trepidantes en las que abundaban los finales de infarto.

Con El Alzamiento de Raven, se pone fin a una historia que sirvió para recuperar a varios personajes del pasado más glorioso de los Titanes: Hermano Sangre, retratado en esta ocasión como un pérfido joven ansioso de alzarse entre los fieles de un enfermizo culto, Raven, personaje eternamente atormentado, Deathstroke, consagrado desde hace tiempo como uno de los más carismáticos villanos de DC, y [SPOILER]Jericó[/SPOILER], cuya reaparación ha sido una sorpresa mayúscula, dotada de una gran carga emocional, perfectamente aprovechada por Johns. Otro punto de interés radica en la madurez que con cada entrega adquieren los personajes (especialmente Bart Allen, alias Kid Flash) así como en la interacción entre los recién llegados y los miembros más veteranos de los Titanes.

En esta ocasión sorprende por momentos Mike McKone, quien en determinados pasajes de la historia ofrece recursos gráficos un tanto confusos que juegan en contra de la fluidez narrativa de las escenas de acción, especialmente aquellas en las que Raven hace uso de sus poderes. Sea como fuere, el dibujante británico está mucho más inspirado en esta colección que en, por poner un ejemplo, la discreta etapa de Los 4 Fantásticos publicada en la actualidad por Panini Cómics.

Ignoro cómo afectarán futuros macroeventos a este título, pero lo visto hasta ahora no hace sino confirmar el carácter imprescindible de Jóvenes Titanes, ya insinuado en líneas precedentes.