El adiós de Antonio Segura

Ayer fue un día triste para el mundo del cómic, y si por la tarde os hablábamos de la triste muerte del dibujante Al Río, pocas horas después nos enteramos por vuestros comentarios de la defunción del guionista patrio Antonio Segura. Probablemente una de las personalidades más relevantes del comic adulto español durante los fructiferos años 80, a finales de los 90 trascendería las fronteras de nuestro país realizando numerosos trabajos en las industrias italiana y francesa. En ellas una encontraría una entorno idóneo para continuar con sus historias directas y descarnadas hasta que ayer 31 de Enero de 2012 la muerte decidiera privarnos de su talento llevándoselo consigo a sus 64 años de edad. Aparte de ser uno de los guionistas españoles con mayor proyección internacional (siendo el único escritor no italiano que ha contado con el honor de escribir las aventuras del popular pistolero del fumetti western Tex de Gian Luigi Bonelli) fue uno de los principales impulsores de de un estilo de cómic radicalmente diferente que se alejaba de los Mortadelos y Zipi y Zape de toda la vida para entornar la vista hacia un horizonte que por entonces ya perseguían iniciativas como las revistas 2000A.D. y Metal Hurlant. Formando parte de la segunda generación de autores que dieron vida a la pionera Cimoc, daría forma junto a algunos de sus más creativos coetáneos en la forja de Ediciones Metropol que serviría de escaparate para algunas de las más interesantes propuestas de la década.

Valenciano de origen, inició su carrera a los 16 años cuando a mediados de los sesenta realizando historias del oeste en la extinta Editorial Maga. Pero el punto álgido de su carrera llegaría con el boom de las revistas de cómic para adultos que, a finales de los setenta le permitiría dar vida al western apocalíptico de ciencia ficción Hombre junto a José Ortiz Moya. Siendo una de las primeras historias que nacieron en el segundo volumen de la revista Cimoc, tras esta se uniría al dibujante Leopoldo Sánchez Ortiz para brindarnos un noir policíaco futurista a la mejor tradición de éxitos como Blade Runner con las aventuras del cínico e intratable investigador privado Bogey. Con los más que evidentes rasgos de un Humphrey Bogart entrado en años (cuesta pensar que el nombre de «Bogey» no es casual) aquella delicia noir sería citada por el mismísimo Dave Gibbons como una de sus inspiraciones para las composición de imagen usadas en las páginas de Watchmen durante su entrevista para el blog Con C de Arte.

Los comprometedores casos de aquel detective descarado y violenta servirían para que el propio Leopoldo Sánchez le echara el guante cuando fundó Ediciones Metropol junto a algunos de los más ilustres artistas de la época. Allí, Segura daría vida a la que se convertiría en una de sus obras más populares: Kraken. Creada como una suerte de mescolanza de géneros que combinaba policíaco, terror y aventura, daría como resultado un producto único que terminaría por convertirse en una obra de culto del comic nacional. Ambientada en un futuro no demasiado lejano, seguía las peripecias de una patrulla dedicada a vigilar las cloacas y túneles de alcantarillado de una gigantesca metrópolis bajo la que se escondía un terror innombrable. Dándole tanto protagonismo al misterio de aquel lóbrego submundo como a las miserias y avatares de una sociedad marcada por el crimen y la pobreza, su obra se antojaría como un crudo reflejo de la peor cara de la década cosechando un destacado éxito publicándose en otros países europeos a tavés de plataformas tan renombradas como la francesa y ya citada Metal Hurlant.

Realizada junto a Jordi Bernet (mítico dibujante de Torpedo 1936 y Clara… de noche), ambos volverían a unir sus talentos en Sarvan, un relato de fantasía heroica cargado de erotismo a la mejor tradición de Edgar Rice Burrougsh que se convertiría en la última colaboración entre dos de estos dos grandes artistas del cómic nacional. Tras Sarvan pondría rumbo al espacio dando via a la compilación de historias de ciencia ficción creadas junto a Luis Bermejo en Orka y a las irresistibles aventuras de Burton & Cyb, la singular pareja de sinvergüenzas que se ganaban la vida como podían en el ecléctico mundo futurista que creó de nuevo en compañía de José Ortiz.

En uno de sus últimos trabajos en España se sumergería en la magia y el misterio del vudú combinados con los mitos fundacionales de las religiones occidentales junto a la dibujante Ana Miralles en Eva Medusa. Centrada en las maquinaciones de la femme fatale que daba nombre a la serie, tras esta pondría rumbo al mercado del fumetti italiano con el western convirtiéndose en el timonel de las aventuras del pistolero Tex Willer firmando aventuras como Los Cazadores de Fósiles o El Oro del Sur siendo el principal responsable de sus aventuras regulares hasta la actualidad. Esa fue una de las últimas obras que nos brindó hasta que ayer tarde nos enteramos de que el dedicado escritor abandoba el mundo de los vivos dejándonos su sugerente obra como único legado. Sin más remedio que decirle adios agradeciéndole por toda la entrega y cuidado con los que contribuyó a que el comic adulto de nuestro país sea hoy lo que es, siempre nos quedarán sus trabajos para disfrutar de sus guiones directos y sinceros siempre influidos por la ciencia ficción y el árido landscape de los grandes héroes del western y el policiaco noir. Enlazándoos a una de las últimas entrevistas que ofreció por cortesía de nuestra web vecina Entrecomics, os recomendamos encarecidamente que si hasta ahora no habíais tenido la oportunidad de conocer su obra no perdáis la ocasión de adentraros en cualquiera de sus trabajos si se os presenta la posibilidad.