Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia

8
464

 

Guión: Brian Clevinger
Dibujo: Scott Wegener
Edición España: Norma Editorial
Contiene: Atomic Robo Vol. 5 1-5 USA y Atomic Robo Free Comic Book Day 2011
Formato: Tomo Rústica de 152 páginas
Precio: 15,00 €

 

«¿Inventó la corriente alterna para evitar que Thomas Edison quizá destruyera el mundo?»

Hay hombres capaces de cambiar el rumbo de la historia, de aportar algo más que los demás o ver algo que el resto ni siquiera atisba a vislumbrar y aún así el paso del tiempo se puede mostrar injusto y esquivo con ellos y su legado. Este sería el caso del inventor, ingeniero mecánico y eléctrico de origen serbio Nikola Tesla que pese a no ser una figura ampliamente reconocida en la actualidad ha sido una de las grandes mentes de nuestro pasado siglo XX. Así lo atestiguan al menos 278 patentes atribuidas a su persona, entre ellas algunas tan importantes como el motor de corriente alterna, el sistema de distribución de corriente alterna polifásico, el oscilador electrónico de radiofrecuencia, dispositivos de rayos X, aparatos para la generación de ozono, dispositivos para emisión de energía a larga distancia, aparatos de rayos de partículas ionizadas, la turbina sin aspas y un largo, muy largo etcétera. Este misterioso genio tuvo sus enfrentamientos con otras preclaras mentes del mundo de la ciencia como Thomas Alva Edison, para el que mejoró los diseños de sus generadores de corriente continua y le brindó varias patentes que este registró como propias mientras trabajaba como empleado suyo en Continental Edison Company, o Guglielmo Marconi, al que llevó a los tribunales por la invención de la radio dictaminándose finalmente que la patente relativa a esta era legítimamente propiedad de Nikola Tesla.

No deja de resultar sorprendente, a tenor de este destacado currículum, el hecho de que Nikola Tesla sea un gran desconocido aún hoy en día para el gran público. No obstante, parece que la historia, poco a poco, va restituyéndolo al lugar que le pertenece junto a los mejores y en las últimas décadas su presencia en la cultura popular se ha revalorizado y se ha convertido en algo más habitual. De esta manera, hemos podido verlo referenciado y homenajeado en novelas como Hyperion de Dan Simmons o en El Mundo Perdido del fallecido Michael Crichton; en películas como El Prestigio de Christopher Nolan, a su vez una adaptación de la novela homónima del británico Christopher Priest; en el mundo de los videojuegos ha sido homenajeado en títulos como Tomb Raider: Legend, Command & Conquer: Red Alert o Return to Castle Wolfenstein; y, como no podría ser de otra manera, en el cómic, habiendo aparecido Nikola Tesla recientemente en obras como Clockwork Girl de Sean O’Reilly y Kevin Hanna, The Light and Darkness War de Tom Veitch y Cam Kennedy, RASL de Jeff Smith, en el Hellboy de Mike Mignola o, especialmente, en la obra que hoy nos ocupa, el Atomic Robo de Brian Clevinger y Scott Wegener cuyo último tomo, Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia, presenta un destacado protagonismo del misterioso y enigmático inventor de origen serbio.

Sinopsis de Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia

Todo héroe tiene un origen y Atomic Robo no iba a ser menos; en su juventud, mientras ayudaba en el laboratorio a su creador y padre, Nikola Tesla, y ejercitaba su mente con el estudio, el único robot con «inteligencia artificial incorporada» del mundo conocería al aventurero y justiciero enmascarado Jack Tarot. Mientras Atomic Robo intenta convencerle para que sea su maestro una serie de extraños robos científicos se están llevando a cabo en la Gran Manzana y todo parece indicar que podría tratarse de un maquiavélico plan ideado por el genio malvado Thomas Alva Edison. La destrucción del planeta es una posibilidad pero, por suerte, Atomic Robo y Nikola Tesla están ahí para intentar evitarlo y hacer frente a la amenaza del que está destinado a ser su peor enemigo.
¡Con el permiso del Dr. Dinosaur!

Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia: Un Héroe Llamado Nikola Tesla

Esos dos locos que son Brian Clevinger y Scott Wegener siguen la senda que ya se habían marcado en entregas anteriores de la serie y en Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia nos presentan un título marcado por el humor, la acción y los gadgets de tendencia steampunk que han sido la tónica de la serie desde sus inicios. La historia vuelve a dar un giro temporal para llevarnos a los primeros años de edad de su protagonista, unos meses después de los sucesos acaecidos al inicio de Atomic Robo y La Sombra de Más Allá del Tiempo, siendo una de las novedades más llamativas el paso al frente de un personaje como Nikola Tesla que anteriormente sólo había sido citado o mostrado entre bambalinas. Como comenta el dibujante marvelita Greg Pak respecto a la serie, de la que se muestra un ferviente admirador, una de las virtudes del trabajo de Brian Clevinger y Scott Wegener es la de haber sido capaces de combinar «un glorioso exceso de géneros con una resonancia emocional auténtica»; Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia no deja de ser otra evidencia de esto último, una historia que mezcla el cómic de aventuras y género negro de principios del siglo XX, en la línea de el The Spirit de Will Eisner, con la ciencia ficción deudora de autores clásicos como H.G.Wells o Julio Verne; mientras, el humor, absurdo y algo inocente, se convierte en el vehículo principal de la trama hasta sus últimas consecuencias aunque, lamentablemente, sin unos resultados tan redondos como en tomos anteriores y con una relato que parece algo alargado artificialmente.

Desde un principio Brian Clevinger y Scott Wegener nos han ofrecido una serie que se ha vanagloriado de no encontrarse atada estrictamente a una continuidad, alternando los arcos argumentales situados en el pasado del personaje con otros ambientados en el presente y algunas historias cortas entre medias a modo de divertido relleno; una característica que forma parte de la idiosincrasia de este producto llamado Atomic Robo y que parecía ser una ventaja del mismo frente al resto de cómics mainstream de editoriales como Marvel Comics o DC Comics. No obstante, esta aparente virtud también podría ser una debilidad en parte responsable de la irregularidad de la serie que a veces se traduce en una cierta sensación de improvisación y falta de objetivo concreto, algo que podría ser determinante para el futuro de este estupendo cómic. Desde luego, eso sería una lástima, pues Atomic Robo sigue rezumando por todas sus tuercas un potencial preponderadamente plástico y fresco que no por casualidad lo han convertido en un entretenimiento de primer nivel. A pesar de ello, la serie parece no acabar de asentarse, y esto es un peligro a tener en cuenta pues el elemento sorpresa ya ha quedado atrás y es hora de que sus autores decidan en perspectiva el camino que desean seguir y la intención que con ello persiguen. Mientras esas bases no se establezcan Atomic Robo puede seguir siendo una prometedora serie y enormemente entretenida y divertida cuando sus autores están realmente inspirados pero sin un rumbo fijo puede costarle mantenerse en el este siempre complicado mercado.

Pero dejando a un lado esta apreciación personal, Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia es una aventura que a grandes rasgos podrá satisfacer a los seguidores incondicionales de la obra de Brian Clevinger y Scott Wegener, el primero comandando unos guiones endiabladamente ágiles y frescos y el segundo aportando un dibujo atractivo y desprovisto de florituras lejos del cual resulta difícil ya concebir a Atomic Robo. Esto es algo que ha quedado demostrado reiteradamente en las colaboraciones que otros dibujantes invitados han llevado a cabo en las historias cortas del personaje, normalmente con resultados bastante modestos, y que sólo han servido para reivindicar la labor de Scott Wegener en la serie. No menos encomiable es el trabajo llevado a cabo en la cabecera por Ronda Pattison como colorista ni el de Jeff Powell como rotulador, ambos brillando a buena altura y consiguiendo un acabado que llama la atención en la estantería de cualquier tienda de cómics. En este caso Norma Editorial, realizando un sobrio y encomiable trabajo en la edición de la obra, presenta un tomo que recopila la saga en cuestión, con una introducción a cargo del mencionado Greg Pak, una historia corta adicional con el Dr. Dinosaur como estrella invitada y algún que otro simpático boceto de Scott Wegener. En definitiva, Atomic Robo y El Letal Arte de la Ciencia logra combinar la acción, el humor y la ciencia y convertirlas en entretenimiento puro y duro, una invención que a buen seguro Nikola Tesla hubiese visto con buenos ojos, ¿o no?

Enlaces de Interés
Subscribe
Notifícame
8 Comments
Antiguos
Recientes
Inline Feedbacks
View all comments
Manuel
Manuel
Lector
1 marzo, 2012 8:02

Por cierto, Felicidades por su nominación en los Eagle Awards!. Bien merecido.

cowabungadude
cowabungadude
1 marzo, 2012 11:20

Es curioso como se tiene más reconocimiento y respeto a Tesla en el mundo de los comics que en el mundo de la ciencia.

Guildartz
Guildartz
1 marzo, 2012 14:37

Pues en la serie de Santuary del canal Syfy, Tesla además de inventor es un vampiro bastante cabroncete xD
 
Ojala siga manteniendo el nivel Atomic Robo, hay vida más allá de Marvel y DC…
 
 

Sara
Sara
1 marzo, 2012 21:56

De todo el montón de comics del mes, si sale a la venta, la primera que me leo de todas. Ojalá siga a este mismo nivel durante mucho más tiempo.

Sara
Sara
1 marzo, 2012 21:57

Por cierto, un post genial, como siempre 😉

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
3 marzo, 2012 15:44

 Te has olvidado mencionar que Nikola Tesla aparece en SHIELD (que aprovecho para recomendar). Atomic Robo es un comic inclasificable, pues es un soplo de aire fresco.

Capitan kavernicola
Capitan kavernicola
Lector
18 abril, 2012 14:58

Sin duda alguna, de las mejores series que se publican en la actualidad y que como otras tantas descubrí gracias a esta web.
Divertida, diferente y altamente entretenida, es un soplo de aire fresco dentro del mundo del cómic y no debería faltar en la estantería de ningún aficionado al medio.
El único «problema» que tiene el tomo es que la historia principal palidece en comparación con la historia extra en la que Atomic Robo se las vuelve a ver con el Dr. Dinosaur.
Espero con ansiedad el próximo tomo y que el nivel de la serie no decaiga.