IRON MAN: EXTREMIS, de Warren Ellis y Adi Granov

Edición original: Iron Man Vol. 4 # 1 a 6 (enero de 2005 / mayo de 2006); Marvel Comics.
Edición España: Panini cómics; noviembre de 2006.
Guión: Warren Ellis.
Dibujo, entintado y color: Adi Granov.
Formato: tomo recopilatorio de 144 págs.
Precio: 10,5 €.

Relanzamiento. Una de las palabras más sobreutilizadas en la industria del cómic norteamericano. De forma periódica, mediando intervalos cada vez más breves, los personajes de las principales editoriales son sometidos a “lavados de cara” que buscan, entre otras finalidades, acercarse a las nuevas generaciones de lectores, aprovechar el estreno de una adaptación cinematográfica para incrementar sus cifras de ventas, o establecer un nuevo punto de partida argumental ajeno a la pesada y temida losa de la continuidad, cuando no todo al mismo tiempo. En el caso de Iron Man, el enésimo intento por parte de Marvel de revitalizar la serie regular del Vengador Dorado, derivó en la contratación de un equipo creativo que a priori ofrecía garantías para llevar a buen término tal encargo: Warren Ellis y Adi Granov. Sin embargo, desde un primer momento el proyecto se vio lastrado por la incapacidad de Granov para cumplir las fechas de entrega, llegando al extremo de ver publicados los seis números recopilados el pasado mes de noviembre por Panini Comics, en un periodo cercano a los dieciocho meses. De esta forma, lo que supuestamente tendría que haber sido el arco argumental inicial de un equipo creativo fijo, se convirtió en una suerte de miniserie a cuyo término sus responsables abandonaron la colección en beneficio de Daniel y Charles Knauf, Patrick Zircher y Rob de La Torre, pese a que Granov continuaría desempeñando tareas de portadista hasta el # 15.

Sin embargo, el presente se antoja como un buen momento para comentar ciertos aspectos de Iron Man: Extremis, pues no hay que olvidar que el Hombre de Hierro desempeña un papel protagonista en los más recientes eventos acontecidos bajo el techo de La Casa de las Ideas: tanto las miniseries Civil War, y New Avengers: Illuminati, como la nueva serie regular The Initiative, han devuelto a Tony Stark a un lugar preponderante en el Universo Marvel, a la espera de comprobar hasta qué punto variará su status quo a raíz de los acontecimientos que durante esta misma semana os hemos venido narrando desde Zona Negativa, así como el estreno en el año 2008 de la película dirigida por John Favreau y protagonizada por Robert Downey Jr.

SINOPSIS: «Futurepharm, empresa centrada en el desarrollo de innovaciones biotecnológicas, acaba de sufrir el robo de su proyecto más prometedor: el Extremis, fruto de los más recientes avances en bioelectricidad y cirugía robótica. El robo del ingenio, consistente en una especie de suero del supersoldado mejorado, coincide con el fallecimiento en extrañas circunstancias de Al Killian, director del proyecto. Maya Hansen, ayudante de Killian, se podrá en contacto con Tony Stark, amigo de juventud, para intentar impedir que los responsables del robo utilicen tan avanzada tecnología para fines inapropiados».

En la abultada bibliografía de Warren Ellis tienen cabida títulos de los más dispares, abarcando trabajos de encargo con otros más personales, cómics típicamente mainstream, con rarezas inclasificables. Pero en todos y cada uno de los tebeos que ha firmado, el guionista británico ha sabido imprimir su sello personal, plasmado mediante el tratamiento de temas que resultan recurrentes en su abultada bibliografía: la violencia, el sexo, y la tecnología y su interrelación con el hombre, aderezados, por supuesto, con grandes dosis de sarcasmo, y un especial sentido del humor que hacen de él un guionista inconfundible e inimitable. De este modo, en casi todas sus obras, incluso en las menos inspiradas, se pueden observar detalles que invitan a la reflexión. Interesantes pasajes que dan fe de las inquietudes de este atípico guionista que ha sabido hacerse un hueco entre la élite de los escritores de género superheróico, pese a que en numerosas ocasiones ha dejado patente el escaso aprecio que siente por el mismo.

Iron Man: Extremis no es, ni de lejos, su mejor obra (en mi opinión, tal honor recae sin ningún género de dudas en la excelente Planetary), sin embargo Ellis aborda con relativo acierto a un personaje cuyo poder procede directamente de los su inteligencia, de su carácter inconformista, y de la firme decisión de poner su talento al servicio del bien común, del progreso y el bienestar ajenos, pese a que para ello tenga que pagar un alto precio. Este precio no es otro que un sentimiento de contradicción provocado por el fin buscado y los medios empleados… (¿acaso el fin justifica los medios? no olvidemos que gran parte de los fondos de Industrias Stara procede de contratos con el Ejército…). El carácter dicotómico, casi irreconciliable, de las motivaciones de Stark, son abordadas con éxito por el guionista en el #1 de la colección, cuando el periodista John Pillinger entrevista al multimillonario Stark para su serie de documentales «Fantasmas del Siglo XX». De forma directa, cruda, sin concesiones, Ellis se vale del inquisitivo periodista para enumerar las contradicciones del personaje, para poner en tela de juicio tanto su forma de proceder en los negocios, como las motivaciones filantrópicas que se le suponen. Un interesante punto de partida para el arco argumental, que a su vez sirve como detonante de gran parte de las dudas que asaltan a nuestro protagonista, quien llega al punto de dudar de la utilidad de Iron Man.

El resto del tomo sigue casi a rajatabla los cánones propios del género, casi sin lugar a la sorpresa, aunque, eso sí, se advierte por momentos el esfuerzo de los autores por dotar al conjunto de la obra de un tono realista, potenciado por la dureza de determinadas escenas, y la audencia de onomatopeyas en las brutales secuencias de acción. Sin embargo, el punto más insatisfactorio de esta obra reside en el modo en el que Ellis opta a la hora de adaptar el origen del personaje a los tiempos modernos. Su esencia permanece inalterable, pero la opción de enmarcar los sucesos que derivaron en el nacimiento de Iron Man en un momento temporal concreto no suponen sino el establecimiento de una fecha de caducidad a dicho recurso argumental. Si en su versión primigenia, Tony Stark era capturado por los vietnamitas, en esta ocasión Ellis, hace mención a soldados talibanes. Obviamente el guionista busca ser coherente con la época en la que se desarrolla la acción de su obra, pero bien harían las grandes editoriales en cuidar este tipo de detalles y unificar criterios, para evitar confusiones entre los lectores menos habituales. Y es que ya cansa tanto relanzamiento, tanta reformulación, y tanta regreso a los orígenes, para posteriormente obviarlos…

En cuanto a Adi Granov, comentar que probablemente su estilo resultaría más adecuado para ejercer como portadista, que como dibujante completo. Pero pese lo estática y poco fluida que por momentos resulta su narración (como es habitual en muchos de los dibujantes hiperrealistas que han emergido durante los últimos años), sale airoso de éste, su primer gran trabajo en el mundo del cómic, aunque habiéndose ganado a pulso el sambenito de dibujante lento. Y es que, o comienza a delegar parte de las tareas artísticas que hasta ahora asume en sus trabajos (dibujo, entintado, aplicación infográfica de grises y coloreado digital), o difícil lo tiene para poder hacerse cargo con regularidad de proyectos relacionados con el noveno arte. Como curiosidad, resulta llamativa la coincidencia de los rasgos de Tony Stark plasmados por Granov, con los del actor Tom Cruise, quien a su vez llegó a estar relacionado con la adaptación cinematográfica de Iron Man. ¿Casualidad premeditación?

En resumidas cuentas, estamos ante un cómic entretenido, pero del que se desprende la sensación de tratarse de una oportunidad desaprovechada para asegurarse la continuidad al frente de la colección de un guionista que, por su estilo, intereses y predilecciones temáticas, parecía el más indicado para ejercer de cronista de una longeva etapa en la Historia del Hombre de Hierro. Por desgracia, a la espera de los próximos meses, durante los cuales se verán publicados en su edición española los eventos en los que el Vengador Dorado jugará un papel determinante, tendremos que conformarnos con este curioso, aunque mucho me temo, frugal aperitivo.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)