Superman contra La Élite

A principios del presente siglo, los grandes modelos arquetípicos sobre los que se habían erigido la práctica totalidad de los superhéroes que conocemos hoy se antojaban como un vestigio desfasado y caduco sin mucho sentido dentro del complejo mundo actual. Aunque en las más longevas editoriales de cómic nos encontrábamos con un patente revival de las glorias de antaño con gente como Mark Waid o Kurt Busiek a la cabeza, la sensación generalizada era que aquello no era sino el canto del cisne de un modelo condenado a desaparecer bajo el apalastante auge del legado de los noventa.

Bajo la batuta de una nueva generación de autores llena de ganas de revolucionar el medio, Grant Morrison, Warren Ellis, Garth Ennis y Mark Millar dejaron una imborrable huella dando forma a los héroes del nuevo milenio en colecciones como The Authority, Hellblazer, Transmetropolitan, Hitman o Los Invisibles. Impredecibles, complejos y con una seguridad asfixiante que se extendía como una irresistible fuerza magnética más allá de los confines de sus propios cuerpos, aquellos heraldos del postmodernismo se habían despojado de clichés como las identidades secretas y las máscaras ostentando imposibles dones que jugaban con conceptos metafísicos con tanta soltura como desafiaban a la imaginación.

Enmarcadas en la senda abierta años antes por pioneros como Alan Moore o Neil Gaiman, estas obras cargadas de sustancia y actitud se convirtieron en un éxito inmediato en una época en la que la imagen del superhéroe clásico comenzaba a devaluarse en beneficio de otros modelos como Darkness o Hellboy. El éxito de editoriales recien llegadas al mercado como Top Cow, Crossgen o Event Comics ilustraban esta situación mientras grandes iconos del pasado como Wonder Woman, el Capitán América o Aquaman cada vez lo tenían más dificil para sobrevivir en las listas de ventas.

En medio de aquel panorama ni siquiera faltaron ejercicios metalingüisticos mediante los que analizar esta transición generacional como el mítico número siete de Planetary con el que Ellis se adentraba en los entresijos de los cambios que vivió el género durante el último cuarto de siglo y como los Hombres de Acero dejaron paso a magos cínicos y reporteros cyberpunk. Sin embargo, toda moda acaba pasando y cuando lo hace únicamente quedan atrás aquellos modelos suficientemente poderosos como para resistir la mella del implacable paso del tiempo y cuando Elijah Snow, Holden Carver y compañía todavía se encontraban en pleno apogeo, Joe Kelly reivindicaría la figura del superhéroe clásico por antonomasia con la mítica ¿Qué tiene de divertido la Verdad, la Justicia y el Sistema de Vida Americano?

Publicado en en el número 775 de Action Comics, aquel número especial autoconclusivo narraba como Superman debía hacer frente a un nuevo grupo de superhéroes sin miedo a operar más allá de las leyes o traspasar límites como el asesinato y el uso exagerado de violencia para mantener la paz mundial. Liderados por Manchester Black (una suerte de pastiche entre John Constantine, Jenny Sparks y Spider Jerusalem con enormes poderes psíquicos capaces de rivalizar con el X-Man de Ellis), tenía como integrantes a un fornido afroamericano con motivos de reivindicación de la raza con rastas y ojo brillante a la mejor tradición de Rob Liefeld y Milestone con el nombre código de Coldcast, a una puertorriqueña con un xenomorfo alienígena sensualmente ligado a su cuerpo como un híbrido entre Witchblade y Morrigan de los Dark Stalkers (Menagerie para los amigos) y un tipo con un sombrero mágico que bien podría haber sido fruto de la Vértigo más popera, como parte de un grupo de rock alternativo de la costa oeste a finales de los noventa o el hermano perdido de The Drummer (El Sombrero para quien pregunte por él).

A bordo de una nave gigantesca similar a la de Authority, Élite enfrentaría a Superman a una crisis de valores al ver como sus conciudadanos recibían con júbilo sus brutales métodos proactivos, desembocando en un enfrentamiento ineludible al representar todo lo contrario a lo que defenden los ideales del último hijo de Krypton. Pudiendo encontrarse notables similitudes temáticas con el arco innaugural de la JLA de Morrison, la historia se convertiría en un clásico contemporáneo del Hombre de Acero gracias al buen hacer de Joe Kelly y Dough Mankhe quienes pese a los enormes poderes de sus protagonistas y el calado de la historia supieron mantener los pies en la tierra narrando una historia cercana y espectacularmente humana en la que las dudas personales y la acción desenfrenada convivían a la par.

Rescatada por Warner Bros para convertirse en la base argumental de la nueva película de animación centrada en los personajes de DC Cómics tras All Star Superman, Batman Año Uno y Justice League: Doom (inspirada en Torre de Babel de Mark Waid), a continuación os ofrecemos el primer trailer de la cinta en el que ya puede apreciarse que ha priori se han manteniudo fieles a la obra original con un par de añadidos como la aparición del Doctor Luz y Atomic Skull o sustituir las indumentarias de algunos de los miembros de Elite por las que llevaron más adelante en su serie regular. Lo más curioso de todo es que a la compañía dueña de DC le de por recuperar esta historia precisamente ahora que los cómics de la editorial paredece haber renunciado a esa grandeza intrínseca de sus grandes iconos para abrazar las moderneces cool de los personajes arrogantes y malcarados a los que representaban la Élite. Al menos no le han quitado el cigarrillo a Black, que con los tiempos que corren podría haber sido los más normal.

Fuente: Comic Alliance.