NEXTWAVE #1: AGENTES DE H.A.T.E., de Warren Ellis y Stuart Immonen

Edición U.S.A.: Nextwave: Agents of H.A.T.E # 1 a 6 USA; Marvel Comics.
Fecha España: marzo de 2007; Panini Cómics.
Guión: Warren Ellis.
Dibujo: Stuart Immonen.
Tinta: Wade Von Grawbadger.
Color: Dave McCaig.
Formato: tomo recopilatorio de 144 págs.

«¿Lo bueno, si breve, dos veces bueno?» No. decididamente ésta no es la frase hecha más apropiada para poner de manifiesto las sensaciones vividas por quien escribe estas líneas tras finalizar la lectura del primer arco argumental de Nextwave. Tener la certeza de que salvo sorpresa mayúscula en forma de miniseries aperiódicas difícilmente veremos a Warren Ellis y Stuart Immonen retomar esta colección, se antoja como un injusto castigo para el lector empedernido que llevo dentro, sorprendido por el inusual despliegue de mala leche, violencia premeditadamente injustificada y humor desquiciado que ofrece este extraño y divertidísimo tebeo.

Anunciada inicialmente como una serie regular, Nextwave comenzó a publicarse en su edición americana durante el año 2006. Sin embargo, las discretas cifras de ventas, sumadas a la vocación de los editores de Marvel Comics de ofrecer a Stuart Immonen proyectos de mayor calado, propiciarían el cierre de la colección durante el presente año, de modo que este talentoso equipo creativo tan sólo tendría tiempo para llevar a buen término dos arcos argumentales. El primero de ellos ha sido recopilado durante el presente mes de marzo por Panini Cómics, en un tomo perteneciente a la línea 100 % Marvel titulado Nextwave: Agentes de H.A.T.E.

SINOPSIS: “Monica Rambeau, Tabitha Smith, Aaron Stack, Elsa Bloodstone y El Capitán formaron parte del escuadrón de élite Nextwave, fundado por H.A.T.E. (División Suprema Antiterrorista), hasta que descubrieron que los medios tecnológicos y financieros de la organización procedían directamente de la Corporación Beyond, derivada de la célula terrorista SILENT. Desde entonces, el peculiar grupo actúa por cuenta propia, valiéndose, eso sí, del Onda de Choque, vehículo robado a H.A.T.E. alimentado inagotablemente por el drive secreto Cero Punto Chorro, que contiene cinco zonas de hipercubo. Signifique lo que signifique.”

No es ningún secreto que Ellis siente cierta animadversión por el género superheróico, hecho que admite sin ningún tipo de rubor en cada entrevista en la que ha sido inquirido acerca de esta cuestión: que acepte proyectos de este tipo parece deberse más a un cierto sentido de la obligación profesional que a una aparentemente inexistente devoción o convencimiento artístico. Tal vez sea el medio más sencillo y directo de permitirse afrontar proyectos más personales, como pueden ser los diversos one-shots, miniseries y series de creación propia que tanto abundan en su bibliografía. Sea como fuere, el inclasificable guionista británico vio en Nextwave la posibilidad de “crear el cómic de superhéroes que le gustaría leer”. ¿Y en qué consiste su más personal aproximación a esta clase de historietas? En “gente pateada, cosas explotando…lo que la gente quiere”. Una reducción hasta su mínima expresión, casi hasta el ridículo y lo surrealista, de los arquetipos y convencionalismos propios del género, lo cual propicia que, en su tono y apariencia, la colección derive en una brillante parodia.

A la hora de entender porqué Nextwave puede llegar a ser clasificada como una comedia, es necesario partir de la elección del “reparto” de la colección. Teniendo presente las intenciones de Ellis, resultaba previsible que los editores Marvel restringieran la libertad de elección de los personajes protagonistas. De este modo, la elección recaería en Monica Rambeau (Fotón o Capitana Marvel), Tabitha Smith (Bum Bum), Aaron Stack (El Hombre Máquina o X-51), Elsa Bloodstone y El Capitán. Un cásting repleto de segundones del Universo Marvel, idóneos para ser moldeados al antojo de un guionista que, dejando a un lado su sentido del ridículo, parece decidido a aportar su peculiarísimo grano de arena a la revitalización de una industria acostumbrada a tomarse a sí misma demasiado en serio.

Pero no todo son personajes preexistentes: Dirk Rabia y El Capitán fueron creados para la ocasión, y lo cierto es que ambos ostentan una curiosa génesis. Inicialmente, Warren Ellis había pensado en Nextwave como en una atípica rama de S.H.I.E.L.D. comandada por Nick Furia. Sin embargo, ante los grandes planes que la Casa de las Ideas reservaba para su más famoso tuerto, tuvo que desistir de su idea. Negándose a descartar desarrollos argumentales sobre los que ya había comenzado a trabajar, el imaginativo escritor optó por transformar S.H.I.E.L.D. en H.A.T.E. y a Nick Furia en Dirk Rabia. Problema resuelto, y de paso, potenció el tono paródico de su nuevo proyecto. En cuanto a El Capitán, no es sino un velado homenaje a todos los personajes que durante décadas han utilizado ese sobrenombre (¿o chiste a su costa?).

La estructura de la colección tiene la peculiaridad de huir de la tendencia, tan generalizada en la actualidad, de dividirse en arcos argumentales formados por seis números. Nextwave plantea pequeñas historias de cuarenta y cuatro páginas de duración (dos entregas mensules), perfectas para mantener un ritmo frenético y la atención del lector por medio de pequeños cliffhangers. A esta sensación de dinamismo contribuye en buena medida la utilización de flashbacks y textos de apoyo que propician que el lector se forme de manera casi inmediata una imagen realmente nítida acerca de la personalidad y los orígenes de los protagonistas, sin necesidad de recurrir a las tan típicas como farragosas introducciones, unas veces reveladoras, otras anticlímaticas e innecesarias, que entorpezcan la lectura. Éste es uno de los elementos más característicos de la colección, dando lugar a algunos de los más ingeniosos y divertidos pasajes de la misma, donde se hace hincapié en el carácter perdedor de los personajes, y en la naturaleza hipócrita de la raza humana (y androide). Otro de los puntos fuertes reside en la puesta de largo de una extrañísima galería de villanos: grandes corporaciones que encubren células terroristas, dragones gigantes con calzoncillos morados, koalas asesinos, simbiontes robóticos,… un despliegue de creaciones, cada cual más curiosa y divertida, que ponen de manifiesto que la mente de Warren Ellis no es sino un parque temático del surrealismo, de las más insospechadas ocurrencias y el humor más gamberro.

Para plasmar gráficamente este explosivo cóctel, Ellis contó con la inestimable colaboración de Stuart Immonen, extraordinario dibujante que hace del talento su mejor arma, y que desde el ya lejano Superman: Identidad Secreta, ha mutado sobremanera su estilo, pasando del más impresionante realismo, a una irrevocable tendencia a la simplificación, a la reducción a lo lineal y esquemático, hasta alcanzar una apariencia cartoon que le va como anillo al dedo al delirante estilo que destilan los guiones de esta alocada aventura. Como valor añadido a su trazo, al diligente entintado de Wade Von Grawbadger y al vistoso coloreado de Dave McCaig, decir que la experiencia de Immonen en el campo del diseño se pone de manifiesto en la confección de las preciosas portadas de la colección, cada cual más impactante.

Resumiendo, resulta realmente difícil analizar Nextwave sin tomar en consideración la imagen preconcebida que muchos lectores tenemos acerca de Warren Ellis: provocador, irónico, incluso cínico, sus obras siempre parecen esconder múltiples lecturas. ¿Será Nextwave la excepción que confirma la regla? ¿Estamos ante un homenaje, una parodia o una sátira? ¿Busca la carcajada del lector o se está riendo del mismo?

Lo cierto es que la respuesta a este tipo de preguntas me trae sin cuidado. Porque estamos ante un tebeo condenadamente divertido, un imaginativo producto de entretenimiento disfrutable por sí mismo, sin tener en cuenta consideraciones ajenas al centenar de páginas contenidas en este tomo, dicho sea de paso, de lo mejor que he tenido la oportunidad de leer recientemente.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)