Proseguimos con el desglose de las películas que pudimos ver en el último Festival de Cine Asiático de Barcelona, hace unas cuantas semanas. Hoy sólo hablaremos de un único film, un canto a la amistad entre personas totalmente opuestas enmarcado en una regresión económica del país. Una historia bien amueblada quer esperemos sea de vuestro agrado.
HOST AND GUEST (BANGMUNGJA). Corea del Sur, 2005, 92 min
Director y guionista:: SHIN DONG-IL
Reparto: Kim Jae-rok, Kang Ji-hwan
Nota final: 8
Sinopsis: Un desagradable y solitario profesor de cine se muda de casa en Seúl, para vivir solo. Son tiempos difíciles en la gran ciudad, y además, su mujer le ha abandonado y casi no ve a su hijo. Después de varias malas experiencias, y para acabar de redondear un mal día, se queda encerrado en su propio lavabo, después de ducharse, desnudo, y sin esperanzas de que venga nadie a rescatarlo. Por suerte, pasa por ahí un emisario de una secta de esos que predican por las casas y al cuál ya había dado puerta anteriormente y lo saca de ahí. A partir de aquí se construye una extraña relación de amistad entre dos personas totalmente opuestas, hasta que el gobierno se mete por medio.
Valoración: Es curioso experimentar como una grada entera de espectadores dentro de un cine pasan de mofarse de una proyección a acabar totalmente entregados a ese mismo experimento. Esto ha pasado durante el pase de este muy apreciable film nacido en Corea del Sur, pero que va en contra de su propio país y sus barbaridades.
Todos sabemos que parte de la filmografía oriental es lenta, incluso a veces exasperante. En un mundo occidental donde prima la rapidez y el pim pam, imágenes sin descanso, bombardeándonos más, más y más (curiosamente como lo hace el anime), el hecho de que se nos enseñe parte de un parque durante 30 segundos sin que pase NADA, o que en una escena se nos enseñe como caminan los protagonistas por un pasillo que se hace eteeeeeerno (y sin diálogos), pues choca mucho. Provoca bostezo, hilaridad, o simplemente cabreo (en todos los festivales tienes que leer entre líneas para intentar descubrir los «rollos» experimentales infumables que nos meten). Pero a veces te das cuenta de que ese ritmo tiene un sentido, y que sacando algunas escenas aparentemente vacuas, lo que queda es bastante interesante. En esta ocasión, el director no abusa de este tipo de escenas, aunque haya alguna. Describe muy bien la personalidad del protagonista, con varios ejemplos que dejan ver su irascibilidad, mal humor o simple mal carácter.
Pero todo cambiará cuando el infortunio le haga conocer más a fondo alguien que había rechazado antes: un misionero de alguna secta religiosa. Este personaje, todo bondad, paciencia, humildad y honorabilidad, contrasta con la bajeza del profesor, acostumbrado a alquilar prostitutas (que por cierto cobran más que él, otro detalle sobre las dificultades económicas) o chicas de compañía en karaokes de baja estofa en barrios humildes de la ciudad. Volviendo a la relación que une al profesor y misionero, cada uno influirá, a través de una curiosa amistad, en el otro, sin cambiarlo radicalmente, pero sí incluyendo matizaciones en esos aspectos tan dispares que les separan pero a la vez unen. El profesor se verá renacido en una nueva persona, con ganas de vivir y de compartirlo con su amado hijo que vive con su madre. El binomio de estos dos personajes se podría entender como los polos opuestos que se juntan, que se atraen, que la diferencia es la riqueza, que el molde de hacer coreanitos apocados y callados se está rompiendo, todo un mensaje para el gobierno, que aparece en los diálogos y no para quedar muy bien precisamente (otro que no queda nada bien es George W. Bush, al que a costa del cuál se hacen varias bromas visuales que provocan la risa en el espectador).
La amistad es un puntal básico donde se apoya la historia, pero durante la proyección de esta película se apuntan dos temas básicos más: la regresión económica y el totalitarismo del gobierno, mezclado con la guerra, política internacional, temas religiosos, de objeción de conciencia, o la prostitución. Sobre el primer tema, el director nos muestra sutilmente que las cosas no van tan bien como deberían en el país. Pero el principal objetivo que se marca el director es mostrarnos que no hay libertades en Corea del Sur. Aunque el principio no lo parezca, la cinta es una crítica a la política del gobierno, a la regresión, pero también y más importante a los encarcelamientos de jóvenes que escogen una religión distinta a la oficial y/o se declaran objetores de conciencia para no ir al servicio militar (suena de algo, verdad?). En un parlamento final del evangelista totalmente conmovedor, justo antes de ingresar en prisión, el protagonista hace, sin duda hablando por boca de su director, una gran alegoría de la paz, un gran canto al amor entre los hombres, al querer ayudar sin recibir nada a cambio, a las ganas de ayudar se tenga fe o sin tenerla, simplemente querer ayudar al prójimo. La rabia contenida de su amigo el profesor nos demuestra que una aparentemente fría interpretación como la que nos tienen acostumbrados muchos orientales se puede romper en mil pedazos con solo una escena en primer plano escuchando de fondo las emotivas palabras de su amigo injustamente encarcelado.
Si con el discurso final no hubiese suficiente, la última imagen de la proyección, donde el protagonista entierra un placa decorativa donde se recuerda el abatimiento de dos espías norcoreanos, insiste y aboga más por la amistad entre los pueblos, de la necesidad de perdonar y ser perdonados, creyendo en algún ser superior o simplemente creyendo en la bondad de los humanos. Y lo hace con un estilo marcadamente oriental, sin ser sensiblero ni sentimentaloide, con un sentido del humor irónico y con gran naturalidad por parte de los actores. Tanto los protagonistas como el propio director tienen poca experiencia en el cine, habiendo participado en sólo dos otras producciones en el caso de Ji-Hwan Kang (el profesor), y siendo la única incursión en las pantallas de Jae-rok Kim (el predicador). El director Dong-il Shin ha estrenado su tercera película este mismo año 2007. Un grupo de novatos que no impide una alta calidad a todos los niveles. Lo que no especifica IMDB es que Kang Ji-hwan debutó en el teatro musical, probando las mieles del éxito en 2002 por Rocky Horror Picture Show (me gustaría saber qué papel hacía) y como Danny en Grease en 2004.
Hablando de todo un poco….
Se trata ésta de una historia que aboga por la paz, la amistad y la diversidad entre las personas, con un estilo fresco, moderno, con buenas interpretaciones llenas de naturalidad y sentido del humor. Curiosamente, el subtítulo de la historia Host Believe in Humans, Guest believes in God, sigue el patrón de Host & Guest que también podríamos ver como un Humans & God. El paralelismo entre la fe en los humanos, lo tangible, y la fe en Dios, lo intangible, todo encuadrado por el binomio de letras H&G. Un buen detallito que redondea esta magnífica experiencia a un merecido 8.
Lo mejor: Grandes interpretaciones, estilo narrativo y simpatía por los protagonistas
Lo peor: El cambio es más pronunciado en el profesor (Host) que en el evangelista (Guest), que realmente no cambia tanto su parecer, a lo sumo conoce una realidad distinta, más directa, carnal, sucia, como una especie de infierno para él. Otro tema es que, en los momentos de más amistad, hablan sobre la familia, la fe, el nacionalismo, la guerra, etc, pero sin que realmente puedas aprovechar algo de esas conversaciones, que, estando bien hilvanadas, se convierten un poco en estampas o viñetas.
Cosas destacables: Cuando busco información adicional para completar las reseñas de las películas, siempre me encuentro con blogs o aficionados al cine que han escrito sobre la misma, a veces incluso en castellano, la mayoría en inglés. Pero esta ha sido la primera cinta en bastante tiempo de la que me ha costado encontrar información formato reseña en un idioma entendible. Tres páginas de Google he tenido que «patearme» para encontrar un buen texto en inglés, que me ha aportado un par de detalles interesantes. Por alguna razón de distribución, parece ser que esta historia se ha visto y disfrutado en países del Este, como la República Checa. También se presentó en la Berlinale del año pasado, por lo que también abundan reseñas en alemán.
Tenéis disponible más reseñas del festival, en anteriores entregas:
BAFF parte 3: Secretos de familia
BAFF parte 2: Medianías
BAFF parte 1: De maltratos y malentendidos
BAFF Introducción