Edición original: Invencible #20-25; Image Comics.
Edición España: Invencible vol. 8: Un mundo diferente (noviembre de 2007); Aleta Ediciones.
Guión: Robert Kirkman.
Dibujo y entintado: Ryan Ottley.
Color: Bill Crabtree.
Formato: tomo recopilatorio de 168 págs.
Precio: 15,00 €.
La publicación de un nuevo tomo de Invencible siempre es motivo de alegría para los cada vez más numerosos incondicionales del título con el que Robert Kirkman ha granjeado gran parte de su fama, más aún teniendo presente que Un mundo diferente representa un paso adelante en la construcción de la mitología del personaje. En las páginas de este arco argumental se narra la que bien podría ser considerada como una de las más ambiciosas historias protagonizadas por el personaje, tanto por su tono épico, como por la íntima relación que guarda con significativos acontecimientos en la vida de Mark Grayson.
En las líneas que siguen a continuación, trataremos de desgranar diferentes aspectos de este tebeo, partiendo de la premisa y vocación clara de no desvelar más detalles de los necesarios, con la intención última de preservar uno de los puntos fuertes de esta colección: el factor sorpresa. De forma previa, y con carácter introductorio, reflexionaremos acerca de las diferencias apreciables entre los diferentes proyectos en los que se ha embarcado Kirkman, con especial énfasis en las divergencias existentes entre los cómics de creación propia y los encargos de las grandes editoriales. Sin más dilación, comencemos…
En la más reciente bibliografía del guionista de Kentucky figuran numerosos títulos, realmente dispares: desde Júbilo, hasta Marvel Knights 2099, pasando por Capitán América, Marvel Team-Up, Marvel Zombies, o Ultimate X-Men. Y pese a que en todas estas colecciones ha realizado un trabajo cuanto menos diligente, con momentos realmente meritorios e inspirados, no es menos cierto que, con la excepción de Irredimeeble Ant-Man, parece que en esta nueva etapa de su prometedora carrera profesional no termina de encontrar el punto de desenfado, frescura y originalidad que le caracterizan. ¿Se debe, tal vez, al hecho de trabajar con personajes ajenos? ¿a la necesidad de respetar los límites de la continuidad de universos con décadas de tradición? ¿o a las injerencias de los editores de turno? Probablemente, nunca conoceremos la respuesta a estas preguntas, pero mientras esperamos a que este ocurrente guionista -cuyo talento está fuera de toda duda- firme su gran obra para Marvel Comics (llegará, seguro), analizaremos los rasgos más definitorios de su estilo, plenamente apreciables en Invencible y Los muertos vivientes:
Partir de convencionalismos propios de géneros populares para terminar dotando a cada proyecto de una voz propia y diferenciada: en una primera aproximación, la apariencia de los tebeos creados por este autor mantienen los ingredientes más comunes a los géneros dentro de los que se encuadran (superheroico, terror, aventuras…), para posteriormente, sin renegar a estos convencionalismos, ir un paso más allá, rindiendo homenajes a clásicos más o menos reconocibles, al tiempo que aportando un afrescura inusitada a estas colecciones.
Encontrar el perfecto equilibrio en el tono impuesto a la narración, alternando momentos dramáticos y cómicos: los cómics de Kirkman rara vez se decantan por un tono uniforme. En su lugar, se las apaña para lograr algo tremendamente complicado: conjugar elementos trágicos y cómicos, eventos dramáticos y divertidos, sin que esta alternancia resulte artificiosa o forzada. Más bien al contrario, esta circunstancia juega en beneficio de la credibilidad, verosimilitud y humanidad de los personajes.
Construir sutiles subtramas que en su desarrollo terminan enriqueciendo el conjunto de la obra: casi sin que el lector tenga la oportunidad de percibirlo, Kirkman dedica su tiempo a dejar caer determinadas imágenes, escenas, e incluso chistes, que de forma sorpresiva tienen continuidad en sucesivas entregas.
Evidenciar un envidiable sentido del ritmo y del suspense: la sorpresa. Ésta es la verdadera clave de sus tebeos, que de forma generalizada hacen un excelente uso de los cliffhangers, giros y desenlaces argumentales para enganchar al lector. Por desgracia, en el caso de Los Muertos vivientes e Invencible, parte de la sorpresa se pierde por su publicación en tomos recopilatorios. Aunque no hay mal que por bien no venga: se agradece la oportunidad de disfrutar del jugoso y divertido material adicional incluído en cada entrega de la serie que hoy nos ocupa.
Seleccionar con acierto al dibujante más adecuado para cada proyecto: y es que de no haberse dedicado a guionizar tebeos, sería un editor artístico excelente, no en vano el apartado gráfico de sus obras siempre ha destacado, gracias al talento de Tony Moore, Cory Walker, Ryan Ottley, Cliff Rathburn, o Charlie Adlard, entre otros.
Especial habilidad a la hora de escribir escenas en las que, pese a la profusión de diálogos, se mantenga el interés del lector: La presencia de numerosas viñetas en las que los protagonistas mantengan larguísimas conversaciones (talking heads) ayuda no sólo a profundizar en su caracterización y verosimilitud, sino a dotar a sus series de un elemento característico y diferenciador.
Espero que lo comentado en líneas precedentes no se entienda como un desprecio al trabajo más mainstream de Kirkman, sino como la enunciación de la gran paradoja que implica el hecho de que este escritor, deudor del más clásico “sentido de la maravilla” de Marvel Comics, no haya logrado sacar todo el lustre posible a los guiones realizados para “La Casa de las ideas”. Aunque teniendo en cuenta su talento y juventud, estoy plenamente convencido de que sólo es cuestión de tiempo que lo logre.
Cuando parecía que en su todavía corta, pero intensa carrera como Invencible ya había vivido las aventuras más inesperadas, Mark Grayson recibe la visita de ¡Science Dog, su personaje de cómic preferido!. La situación, totalmente surrealista, toma un giro inesperado cuando es revelada la verdadera razón de esta extraña aparición: el visitante pertenece a una raza alienígena que encuentra en Mark la última esperanza para sobrevivir a la amenaza que asola su planeta.
Ante tal tesitura, el joven héroe toma la decisión de tratar de ayudar a la civilización extraterrestre, pero antes deberá justificar ante sus más allegados lo que intuye como una ausencia prolongada: su inestable madre, otrora acostumbrada a las reiteradas ausencias de Omni-man, su temerosa novia Amber, preocupada ante el riesgo que implica la aventura de Mark, y Cecil, su reticente “jefe”, empeñado en recordarle su obligación de garantizar la seguridad de La Tierra. Tras las oportunas despedidas, emprende un largo, tedioso y aburrido viaje interestelar, durante el que se formula las más variadas preguntas: ¿cuál es la amenaza que tanto atemoriza a los alienígenas? ¿cómo tuvieron conocimiento de la existencia de Invencible? ¿a qué desafíos tendrá que enfrentarse? Las respuestas a estos interrogantes amenazan con cambiar la vida de Mark, de un modo que ni se atreve a imaginar…
Llegado el momento de valorar las impresiones y sensaciones derivadas de la lectura de Un mundo diferente, resulta especialmente complicado no resultar repetitivo en relación a reseñas de la misma colección publicadas con anterioridad en esta web. Y resulta complicado precisamente porque desde su primera entrega, Invencible ha evidenciado un altísimo nivel, que ha encontrado continuidad en la treintena de números publicados por Aleta Ediciones en forma de tomos recopilatorios.
Efectivamente, Invencible continúa ofreciendo más de lo mismo –que en este caso es muy bueno- con el valor añadido derivado de la estructuración de la serie en tramas principales y disimuladas y enriquecedoras subtramas. En las historias recogidas en este tomo, Kirkman se toma su tiempo para analizar con mayor profusión el modo en que las circunstancias que han convertido a Mark en un superhéroe afectan a quienes le rodean. Al respecto, resulta determinante el esmero con el que se ha construido el entorno que rodea al protagonista: su familia, sus amistades, sus intereses amorosos… de modo que en cuanto el protagonista vive una nueva etapa de su carrera superheroica, tenemos la oportunidad de comprobar cómo afecta a sus seres más queridos, cómo cada acción provoca no una, sino muchas reacciones, todas ellas comprensibles, al igual que los miedos, temores e inquietudes de cada uno de los secundarios de esta colección. De este modo, la sensación de la verosimilitud de la colección continúa vigente, como una de las características más llamativas de este título, más aún teniendo en cuenta el género al que pertenece.
Centrándonos en el viaje realizado por Mark, destaca por beber de líneas argumentales exploradas en infinidad de ocasiones por los más variados guionistas, en las más variopintas colecciones… ¿Por qué en esta ocasión resulta tan fresco y divertido? Intuyo que, una vez más, por la capacidad de sorpresa, de esquivar los tópicos y lugares comunes más previsibles, para sustituirlos por lo inesperado. El desafío físico y emocional que espera a Invencible – salpicado con pinceladas épicas, dramáticas e incluso cómicas- coge totalmente desprevenido al lector, aunque por disfrutar de la historia en un formato recopilatorio resulta imposible paladear la capacidad de Kirkman para crear cliffhangers de auténtico infarto.
En cuanto a Ryan Ottley, no deja de resultar alucinante el modo en que su economía de trazo y claridad narrativa contribuyen de forma decisiva a dar forma al los más diversos escenarios, siempre coloreados por un impresionante Bill Crabtree. Su trabajada simplicidad, más aparente que real, esconde tras cada viñeta, tras cada página de Invencible, un esforzado trabajo de composición, de diseño de personajes y localizaciones, y de potenciación de la expresividad. Pocos dibujantes consiguen resultados tan meritorios partiendo de un estilo que en ocasiones parece rozar lo esquemático, y en otras, se prodiga y regodea en detalles, como la doble página con 32 paneles de fondo, que completan una de las más espectaculares splash-pages que un servidor recuerda. Con todos los respetos hacia Cory Walker –sin lugar a dudas, un gran dibujante- podemos afirmar con rotundidad que el alumno ha superado al maestro… ¡y con creces!
En definitiva, Invencible continúa siendo una de las más destacadas series –sino la que más- de género superheróico publicadas en la actualidad, ocupando un lugar de privilegio en un Olimpo imaginario donde también tendrían cabida títulos como Green Lantern, de Geoff Johns, Daredevil y El Capitán América, de Ed Brubaker, o X-Factor de Peter David.
Página web oficial de Robert Kirkman.
Página web oficial de Ryan Ottley.
Sección de la web de Aleta Ediciones dedicada a Invencible.
Reseña de Invencible vol. 1-5: Auténticos desconocidos y miniseries anteriores.
Reseña de Invencible vol. 6: El primero de la clase.
Reseña de Invencible vol. 7: Cosas de la vida.
Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)
Para mí, el mejor tebeo de super-héroes a la vieja usanza que hay en estos momentos. Imprescindible!!
Obra maestra..
Para que negarlo… junto a Los Muertos Vivientes, la colección que espero con más ansia.
Por cierto, la edición de Aleta está realmente bien, con la inclusión de numeroso material adicional y comentarios de los autores (principalmente de Kirkman).
Un saludo, y gracias por los comentarios!
realmente a conseguido recuperar el espiritu de los comics de superheroes actualizandolo y dandole un enfoque mas realista, gracias a no tener q preocuparse tanto por la censura como lo haria en otra editorial mas grande.
(porcierto este tomo salio en noviembre de 2007 no 2008 como pone en la ficha)
También podéis ver la web de Invencible de Aleta en http://www.aletaediciones.com
Corrijo el error ahora mismo, hey!. Y Joseba, añado a la reseña link a la sección de la web de Aleta dedicada a Invencible.
Un saludo!
Absolutamente de acuerdo con todo el mundo.
No es «Increible» es «Imprescindible»… y muy bueno.
(Ya me hubiera gustado que Toriyama le hubiera dado más cuerda al origen de Son Goku, por buscar alguna analogía -me recordó algo, pero no me importa pues desarrolla esta premisa con maestría y la calidad del conjunto es inmensa-).