BATMAN Y EL MONJE LOCO, de Matt Wagner

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Edición Original: Batman and The Mad Monk #1-6; DC Comics.
Edición España: septiembre de 2007; Planeta DeAgostini Cómics.
Guión, dibujo y entintado: Matt Wagner.
Color: Dave Stewart.
Formato: tomo recopilatorio de 144 págs.
Precio: 12,95 €.

 

Una inquietante secta, y su vampírico líder espiritual, un empresario que atraviesa su particular descenso a los infiernos, un honrado policía y un ambicioso Fiscal del Distrito que tratan de cumplir con su trabajo en una ciudad infestada de corrupción, una joven enamorada que comienza a sentirse desconcertada por el comportamiento de su amado, y un ambicioso héroe empeñado en liberar a su ciudad natal del crimen que la asola… Todos estos personajes son convocados por Matt Wagner en Batman y el Monje Loco, segunda miniserie de las dos que integran Dark Moon Rising, uno de los más recientes proyectos del guionista y dibujante en el que, bajo el auspicio de DC Comics, reformula dos de las historias protagonizadas por “El Caballero Oscuro” durante la Edad de Oro del cómic norteamericano.

Con motivo de la reciente publicación de este segundo tomo por parte de Planeta DeAgostini Cómics, desde Zona Negativa queremos concluir nuestro particular tributo a las brillantes miniseries realizadas por Matt Wagner, que han servido para devolvernos la esencia primigenia de tan icónico personaje.

Sin más dilación, entremos en materia…

Dark Moon Rising

Tras finalizar Trinity, miniserie en la que narró el primer encuentro entre Batman, Superman y Wonder Woman, la intención de Matt Wagner era la de centrarse en la reformulación del mito del “Hombre de acero” en un cómic titulado Superman: Año Uno. Sin embargo, cuando Mark Waid y Leinil Francis Yu comenzaron a desarrollar Superman: Legado, Wagner cambió de idea: pese a que su enfoque era radicalmente diferente al de sus colegas, no se sentía cómodo publicando una historia con una vocación similar en un margen de tiempo tan estrecho. Pero las sugerencias de Dan Didio, unidas a la predilección que el autor de Pennsylvania siente por las historias que se retrotraen a las etapas iniciáticas de los superhéroes le impidieron renunciar a crear un proyecto como el que finalmente se convertiría en Dark Moon Rising.

El guionista y dibujante afirmó en su momento los siguiente: “siempre he tenido la sensación de que se ha perdido algo en los primeros años de Batman; la transición de gangsters y matones y el nivel ordinario de crimen presentado en Año Uno, a su interacción con lo que se podrían denominar supervillanos”. Dicho y hecho, Wagner se puso manos a la obra para tratar de llenar ese pequeño vacío en la historia del personaje creado por Bob Kane, siendo el primer paso Batman y los Hombres Monstruo. A esta miniserie de seis entregas le seguiría una publicación de similares características que, bajo el título de Batman y el Monje loco completaba la más ambiciosa aproximación a la mitología del Hombre-murciélago acometida por Matt Wagner.

Precedentes: Detective Comics #31 y 32

Durante los meses de septiembre y octubre de 1939, la cabecera Detective Comics (#31 y 32) albergó la publicación de una historia serializada, realizada por Bob Kane, y protagonizada por Batman. Anunciada con la publicitaria frase “Poderoso e impresionante, el misterioso BATMAN aparece de nuevo para oponerse a las fuerzas del mal de un terrorífico maestro del crimen conocido como EL MONJE”. Dicha historia, narrada en apenas cuarenta páginas, bien podría resumirse del siguiente modo:

“En una jornada de patrulla por las calles de Nueva York, Batman impide que su prometida, Julie Madison, ataque a un transeúnte. La sorpresa es mayúscula, pues la joven parece estar bajo los efectos de algún tipo de trance. Tras llevarla de vuelta a su casa -acción que genera desconcierto en la joven, que ignora la doble identidad de su pareja- y visitar a un especialista médico, ambos jóvenes adquieren billetes para realizar un crucero con destino a París, con la intención de evadirse de lo acontecido.

Antes de partir, temiéndose lo peor, Batman amplía su arsenal de lucha contra el crimen con un Batigiro con el que desplazarse por los cielos de la ciudad, y un batarang volador, “inspirado en los bumerang de los aborígenes australianos”. Ya en el crucero, el Hombre-murciélago aparece a tiempo de abortar un inesperado ataque por parte del archicriminal conocido como El Monje… quien en última instancia consigue escapar. Ambos enmascarados continúan su frenética persecución en París, hasta que el alter ego de Bruce Wayne encuentra al Monje en un caserío situado en las afueras de la ciudad de la luz. Allí, tratará por todos los medios -monos gigantes, trampas mortales,…- de acabar con Batman. Pero el Caballero Oscuro logra huir, y rescatar a Julie, quien de nuevo bajo los efectos de la hipnosis de El Monje, conducía un autocar con destino a Hungría.

Precisamente en Hungría, Batman se encontrará con Dala, mujer que también parece hallarse bajo la poderosa influencia hipnótica del extraño encapuchado. Sin embargo, no tardará en revelarse que ambos son vampiros, y que no mantienen precisamente una buena relación. De este modo, Dala le orienta hacia las montañas perdidas de Cathala, donde El Monje tiene su castillo. Tras sortear innumerables trampas, y ver cómo su nuevo enemigo se convierte en lobo, Batman aprovecha la llega del alba para, mientras duermen, matar a los vampiros que habitan el castillo, con una bala de plata previamente manufacturada.”

Batman y el monje loco

Transcurridos casi setenta años, Matt Wagner tomó como punto de partida la historia anteriormente comentada para acometer su particular ejercicio de retrocontinuidad en la franquicia del Hombre-murciélago. Pero afortunadamente, lejos de limitarse a realizar un mero remake, Wagner se tomó la molestia de introducir suficientes cambios que garantizen la consistencia del resultado final. En este caso, podríamos dar por válida la siguiente sinopsis:

«Cuando los ecos de los truculentos acontecimientos relacionados con el Dr. Hugo Strange aún resuenan en las calles de Gotham, Batman tendrá que enfrentarse a una serie de sucesos que desafían a la razón: coincidiendo con la irrupción de una suerte de secta llamada la Hermandad -liderada por el misterioso Monje- en las últimas semanas han aparecido cadáveres desangrados que en sus cuellos lucen incisiones muy características. Así, la macabra estampa, propia de la famosa novela de Bram Stoker, obligará al nuevo defensor de la ciudad a replantearse su modus operandi. Por si ello fuera poco, tendrá que extremar al máximo sus precauciones, pues las frecuentes “desapariciones” de Bruce Wayne comienzan a levantar sospechas en su pareja: Julie Madison. La joven, preocupada por el desmoronamiento de su padre, quien parece traumatizado por su encuentro con Batman, encontrará comprensión en Dala Vadim, peculiar mujer que parece tener algún tipo de relación con el Monje.

Mientras, en el Departamento de Policía se libra una particular contienda entre quienes no ven con buenos ojos la irrupción del Caballero Oscuro y los agentes que entienden su existencia como un significativo paso adelante en la lucha contra el crimen. ¿Cómo lidiará el Capitán James Gordon con esta situación? ¿Qué opina al respecto Harvey Dent, nuevo Fiscal del Distrito?»

A grandes rasgos, éste podría ser un resumen del argumento de este cómic, enfocado como una miniserie autoconclusiva y perfectamente comprensible de forma individualizada, aunque tal y como se comentó en su momento, continúa de forma directa los sucesos acontecidos en Batman y los Hombres Monstruo.

Pese a que su inclusión dentro de la continuidad oficial del personaje no termina de estar clara, el propio Wagner ubicaría la acción tras Batman: Año Uno, después de Batman y los Hombre Monstruo, y antes de El Hombre que ríe, novela gráfica de Ed Brubaker y Doug Mahnke. Siguiendo la línea iniciada con la miniserie precedente, presta la atención debida a una serie de personajes y situaciones que a ojos de lectores habituales de las aventuras del Hombre-murciélago cobra especial significado, como puede ser la aparición de un joven e inexperto Harvey Dent, la presencia fugaz de Catwoman, el regreso de Sal Maroni, la intervención de Carmine Falcone, o una viñeta final realmente ilustrativa de lo que el tiempo depararía a Batman.

La obra, en palabras de su autor

Dark Moon Rising: «Se trata básicamente de mi aproximación a cómo pasa de luchar contra la mafia establecida en Gotham, que hemos visto de forma tan extendida en Año Uno, a de repente disponer de la galería de lunáticos que parecen ser la mejor parte de cada historia de Batman.»

Inaugurando la galería de villanos: «Por los rudo que resulta el modo en que trata a quienes lo contradicen, Hugo Strange no encaja demasiado bien en el molde habitual de lo que se podrían llamar supervillanos de Batman. Ciertamente, El Monje Loco encaja mejor en esta categoría.»

El objetivo de Batman: «No piensa que va a acabar con El Mal en el Mundo. Es determinado, pero no está loco. Quiere limpiar Gotham, la ciudad que le robó a sus padres y su infancia. Y piensa que lo puede conseguir. De hecho, si nos fijamos en el final de Año Uno, parece que va bien encaminado.»

El atractivo de las historias de la Edad de Oro: «mis padres son bastante mayores, y pertenecen a esa generación. Mi padre estuvo en la II Guerra Mundial. Así que probablemente es 20 años mayor que la mayoría de los padres de mis amigos. Como consecuencia, tengo una especie de nostalgia hereditaria por esta época. No sé… simplemente hay algo deliciosamente inocente en estos tiempos que me atrae.»

Acerca del título del proyecto: «El título Dark Moon Rising es simplemente una metáfora del alzamiento de los supervillanos.»

Cambiando a Julie Madison: «La razón por la que la convertí en una estudiante de Derecho es porque quería mostrarla como una mujer muy inteligente. Quería que fuera alguien que le hiciera ver -a Batman- lo complicado que es mantener el disfraz. Poco a poco, debido a las cosas que ella le comenta y que hace, se percatará de que cada vez es más duro mantener su secreto.»

Valoración personal

La recuperación de una versión más coherente, menos adusta, severa y atormentada de Batman representa todo un soplo de aire fresco para los muchos lectores que encuentran realmente cansina la explotación de la vertiente más huraña del personaje. Tildado en numerosas ocasiones de sociópata, paranoico, desconfiado, manipulador, o en el mejor de los casos altivo y arrogante, el Caballero Oscuro del Universo DC contemporáneo difiere sobremanera de la versión ideada por Bob Kane a finales de los años treinta del siglo pasado. Por supuesto, eran otros tiempos, un periodo en el que, desempeñando un papel de pionero -compartido por Superman– se dio a conocer al gran público a través de unos rasgos exagerada e ingenuamente arquetípicos, de modo que las viñetas que sirven de referencia y comparación con la historia original del Monje Loco apenas resisten el paso de los años. Salvo que el lector realice un ejercicio de nostalgia cargado de benevolencia.

Pero lo cierto es que, hoy más que nunca, ese ejercicio de nostalgia resulta por momentos imperioso, habida cuenta de la sobreexplotación de la caracterización llevada a buen término por Frank Miller en El Regreso del Caballero Oscuro, obra a la que el personaje le debe -y le podría reprochar- mucho. En el tebeo que acabamos de reseñar, Matt Wagner realiza un meritorio ejercicio de funambulismo, encontrando un equilibrio casi perfecto entre el tono nostálgico, la reivindicación de la faceta más heróica y esperanzadora del personaje, y el homenaje o tributo al trabajo de Kane. Todo ello sin caer en el tono inocente, ingenuo, simplón y tópico apreciable en las historias originales. La clave del cambio podría encontrarse en el énfasis que el autor natural de Pennsylvania hace en la caracterización e interrelación de los personajes, quienes en todo momento evidencian una evolución lógica y razonable.

Por supuesto, el aspecto gráfico se hace en todo momento merecedor de los más entusiastas elogios, pues Wagner conjuga perfectamente el mantenimiento de un tono clásico con la conservación de sus más evidentes señas de identidad. Es decir, impregna cada viñeta con su inconfundible estilo, dando forma a un Batman elegante, estóico, o terrorífico, según los requerimientos de cada escena del guión. Partiendo, por supuesto, de la claridad narrativa propia de este excepcional dibujante, que bajo la equívoca apariencia de un trazo sencillo esconde un talento a alcance de muy pocos.

En definitiva, estamos ante un tebeo sino tan redondo como Batman y los Hombres Monstruo, al menos lo suficientemente interesante y sugerente como para pasar a formar parte de las más destacadas historias recientesmente protagonizadas por este icónico personaje.

Enlaces de interés

Página web oficial de Matt Wagner.
Artículo sobre Batman y los Hombres Monstruo, publicado en Zona Negativa.
Artículo: Dark Moon Rising: Batman & The Monster Men, por Sergio Robla.
Artículo: Matt Wagner, Batman y el Monje Loco, por Sergio Robla.
Entrevista a Matt Wagner en la web Comic Book Resources.
Entrevista a Matt Wagner en Comicon.com.
Entrevista a Matt Wagner en Newsarama.

Un saludo y hasta la semana que viene! (eso espero)

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Nach
Nach
2 febrero, 2008 11:27

A mi me gusto bastante,y Wagner presenta una buena revision de aquella historia de Bob Kane,aparte de que su dibujo ha mejorado una barbaridad aunque me ha gustado mas Batman y los hombres monstruo.

PD:Muy buena reseña,por cierto

Jabberwocky
Jabberwocky
Lector
2 febrero, 2008 14:30

AVISO: Nada que ver con el post…
He descubierto un videoclip donde aparece el Joker al mando de una especie de «Mundoasesino» de Arcade… en fin, es dificil de definir-lo…
http://youtube.com/watch?v=8Cxry9cLFQI

Ricard Clau
2 febrero, 2008 19:08

Pedí este tomo y los Hombres Monstruo a los Reyes Magos y la verdad me gustaron un montón las dos historias.

No tenía ni idea que todo venía de unos comics de hace 60 años, en cualquier caso, recomendado a todos los fans del murciélago aunque es verdad que la edición de lujo hace encarecer un poco el precio.

Jason Bard
Lector
2 febrero, 2008 22:00

Genialísimo el artículo!! Completo y erudito como pocos.

Me ha encantado que hables también de las historias originales de Bob Kane, cosa que no se suele hacer cuando se habla de estos geniales comics de Wagner. Yo opino que esos tebeos son imprescindibles en los comics actuales y en obras como la que nos ocupa. Aunque también es verdad que soy un incorregible fan de lo retro XD

Opino que esta obra es inferior a «Los Hombres Monstruo», como ya dije en la reseña de mi blog, pero aun así totalmente disfrutable.

Saludos!!

Peter
Peter
3 febrero, 2008 13:50

Me gusta tu reseña, pero
leo tu reseña y me paro en lo de ciudad infestada de corrupción y pienso ¿Cúantos años lleva Batman luchando contra el mal? ¿50? ¿mas?! ¿Y todavía no ha conseguido derrotarlo?!?! Yo creo que sería hora de que te fueses retirando y te dedicases a otra cosa, no sé; pon una tienda o un gimnasio o un gabinete psicológico para niños huerfanos traumatizados, algo asi. Retírate macho

El eternauta
El eternauta
4 febrero, 2008 12:48

Wagner es simplemente genial, pero que deje a batman por un tiempo y termine mage, que haga algo mas de grendel y entonces luego que vuelva a batman.

jesus Rondon
5 febrero, 2008 21:33

ME GUSTARIAA QUE PUBLICARAN LAS TIRAS PARA LEERLAS ON LINE,NO SOLO RESEÑAS.DESDE VENEZUELA,GRACIAS.

Sergio Robla
Autor
6 febrero, 2008 0:55

Eternauta, Grendel lo está haciendo ahora mismo, y Mage ya dijo que cuando toque, y eso seguramente será dentro de más de un lustro.

Peter, precisamente de eso trata la historia de Batman: de que su lucha cuenta cada día, de que si él no estuviese mucha gente sufriría lo que él sufrió al perder a sus padres. Hace mucho tiempo que sabe que no puede ganar, pero eso no hace sino que se esfuerce más. Si nunca intentásemos hacer las cosas que creemos que son imposibles nunca nos superaríamos.