La escena del crimen: obsesiones seminales

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Edición original: may./ago. 1999; Vertigo (DC Comics).
Edición España: ene./feb. 2000; Norma Editorial.
Guión: Ed Brubaker.
Dibujo: Michael Lark.
Entintado: Michael Lark, Sean Phillips.
Portadas: Michael Lark.
Color: James Sinclair.
Rotulista: John Costanza.
Precio: Descatalogado (Dos prestigios de 48 páginas)

 

Argumento: Cuando al joven detective privado Jack Herriman le llega el encargo de encontrar a Maggie Jordan, poco sospecha que va a desatar un auténtico caos en el pasado de muchas vidas, comenzar un viaje introspectivo sobre sus propias raíces al hilo del caso, e introducirse en un sórdido submundo edificado por los que una vez soñaron con heredar el espíritu aquel Verano del amor de 1967 pero que sólo consiguieron pervertir sus ideales. O tal vez, simplemente es que siempre fueron así –pervertidos, decadentes– y nunca de otro modo.

«Quiero escribir un cómic de misterio. No un pastiche gore criminal de horror, sino un cómic de misterio serio sobre un detective privado que investiga un crimen». Éstas fueron las palabras que, pronunciadas por Ed Brubaker a finales de la década de los noventa, consiguieron –junto a una sinopsis de tres páginas que el autor escribió basándose en casos de desapariciones en su propio instituto– hacerle entrar de lleno en Vertigo y DC con una miniserie propia. Un proyecto ilusionante y muy personal inspirado por el mejor Johnny Craig de los años cincuenta, que Brubaker acabaría dedicando a su padre y que le permitió trabajar con dos autores con los que tendría mucho que decir en el futuro: Michael Lark y Sean Phillips. De hecho, visto con la perspectiva del tiempo, podría decirse que este cómic es una obra hecha en familia: aquella que nos trajo al mundo, y esa otra constituida por amigos y colaboradores íntimos que, a pesar de no venirnos impuesta por lazos de sangre, es la que elegimos para que nos acompañen a lo largo de la vida.

Y no deja de ser curioso que sean precisamente las relaciones familiares lo que vertebra un producto que –en la estela de Chinatown o El sueño eterno– no añade nada nuevo al género pero que incide de tal forma en sus lugares comunes que no puede dejar de recomendarse por correcto, eficaz y deslumbrante. En efecto, La escena del crimen está poblada de familias: la disfuncional, desestructurada y problemática que resulta ser núcleo del caso, la del propio protagonista y su dramático pasado o la que queda constituida por sus íntimos. Pero, llegado este punto, cabría preguntarse si no es éste tema un punto común en la trayectoria de Brubaker: ¿qué es Sleeper sino la búsqueda de un hombre solitario por encontrar un grupo del que sentirse formar parte y los conflictos internos que le crea el haberlo hallado donde no esperaba? ¿O Criminal la historia de otro paria al que los sentimientos le obligan a saltarse sus normas autoimpuestas de individualismo y supervivencia?

A poco que pensemos nos daremos cuenta de que Brubaker es un hombre que casi exclusivamente nos habla, bajo diversos argumentos, de un mismo subtexto que gusta de enfocar desde una perspectiva siempre amarga, desoladora y cruel. Una corriente subterránea de conceptos cuyo origen puede datarse en esta Escena del crimen que debiera haber constituido una obra de más largo recorrido (como desmuestra el hecho de que más allá de la cabecera se subtitulara el arco argumental con el nombre de Un poquito de buenas noches), pero que se quedó en simple miniserie por problemas de agenda.

¿Qué podemos decir de los aspectos formales de la obra? Al igual que en Criminal, Brubaker opta por una estructuración de página muy rígida: retícula de 4 filas de viñetas (6-8 por página), con espacio interviñeta negro sobre marco blanco, y que suelen tener una forma panorámicas o cuadrangular regular. El dibujo de Michael Lark se concentra sobre todo en ofrecernos planos medios y, en menor medida, primeros. Emplea una línea gruesa para definir los volúmenes generales, y una línea especialmente fina, continua y poco profusa para los detalles faciales. El resultado es un acabado general frío y distanciado pero tremendamente duro y expresivo cuando nos ofrece primeros planos, más detallados y con inclusión de trazos de gran grosor y manchas de tinta.


A la izquierda, entintado de Lark (#1); a la derecha
a cargo de Phillips (#2-4)

Tinta… es justamente esa palabra y la planificación que lleva detrás la pieza angular de la parte artística de la obra. Cuando el entintado recae en el propio Lark es simplemente correcto, a ratos incoherente; pero cuando recae en Sean Phillips es una auténtica maravilla: el que estaba llamado a formar en el futuro uno de los tándems más celebrados junto a Brubaker sabe perfectamente dónde colocar las manchas de tinta para conseguir un efecto coherente con la iluminación y al mismo tiempo poderoso, sombrío y sobrecogedor. Su labor, unida a un coloreado a base de tintas planas ligeramente gradadas es como un puñetazo seco en el estómago.

Resumiendo… este tebeo gustará a todo aquel al que el género negro en su concepción más clásica le resulte atractivo. No había llegado aún la época de su gran reinvención a través del cine y el cómic cuando se gestó, pero da igual. Es una pieza de autor muy disfrutable, especialmente por lo que tiene de germen del extraordinario curriculum que estos tres creadores se han labrado después.

Enlaces recomendados

Artículo en la Wikipedia en inglés, artículo en Guía del Cómic y ficha en Comic Book Database.

Páginas oficiales de Ed Brubaker (web y MySpace), Sean Phillips (web, blog y MySpace) y Michael Lark. Atención a la galería de originales en ésta última. Una auténtica gozada de la que hemos procurado ofreceros una breve muestra en este artículo.

Artículos de Criminal y Sleeper en esta misma página; entrevista en inglés a Brubaker en The Comics Reporter y entrevista de Michael Lark también a Brubaker traducida por Entrecomics.

Última actualización de este artículo: 23 de enero de 2010

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Daniel Santos
Lector
16 mayo, 2008 10:37

«A la izquierda, entintado de Lark (#1); a la derecha
a cargo de Brubaker (#2-4)»
¿¿Brubaker entintando?? 😛

REEDICIÓN DE LA ESCENA DEL CRIMEN YA!!!

Cuando lo leí no conocía todavia a Brubaker y de hecho tarde mucho en enterarme de que este comic lo escribió el pero me impresiono muchisimo. Es una pena que no se pueda encontrar.

Raúl López
Admin
16 mayo, 2008 10:55

La escena del crimen creo que fue de las primeras cosas de Vertigo que leí (sin contar Sandman), recuerdo que me lo recomendó Jose Antonio Serrano en los pasillos de la universidad y nunca le estaré lo suficiente agradecido por «presentarme» a Ed Brubaker, sencillamente magistral, pide a gritos una edicion en un volumen toda completa 🙂

Raúl López
Admin
16 mayo, 2008 12:28

Si que somos de la misma generacion aunque no recuerdo si yo entré un año antes o fue o eramos del mismo años porque yo iba de tarde y si no recuerdo mal el iba de mañana pero vamos… De todas formas lo he comentado en alguna ocasion, la ultima creo que en la entrevista que me hicieron en +Quecomics pero fue Jose Antonio quien me enseñó que habia webs sobre comics (si no recuerdo mal el llevaba por entonces el Daily Dreames) y quien me animó a hablar con Nacho de Dreamers para solicitar espacio y crear ZN asi que parte de culpa de la creacion de ZN la tiene Jose Antonio, lo que es la vida 🙂

Phantomas
Phantomas
Lector
16 mayo, 2008 12:49

Ups, pues no he leido ninguno de los dos, así qeu poco que comentar…

Phantomas
Phantomas
Lector
16 mayo, 2008 13:51

Pues Cannonball aparece por el foro Marvel Age de dreamers ( http://www.gritos.com/marv ), donde estás invitado, por supuesto, y se habla de muchas más cosas aparte de Marvel (de Y-el último hombre los últimos días, por ejemplo)

Y en el de Flex Mentallo no me esperes (que sí que lo leere, pero puedo aportar poca cosa porque no lo he leido… ¿he dicho ya que a mi la Doom Patrol de Morrison no me mata?)

Phantomas
Phantomas
Lector
16 mayo, 2008 13:53

Joder, me explico como un libro abierto: leeré el articulo, pero no he leido los comics… 🙂

Jarlaxle
Lector
17 mayo, 2008 23:03

La escena del crimen tiene momentos muy duros, pero me gusta sobre todo que en tan solo cuatro números te desarrollen tan bien a varios de los personajes y por la gran cantidad de información que consiguen meter Bru y Lark en tan poco espacio. Mucho texto, páginas con muchas viñetas pero con buena narración que no se hace tediosa. Viendo los tiempos que corren esto ya es mucho.

En Madrid yo he visto los dos números juntos a precio de risa, no más de tres o cuatro euros.

Y

En Madrid yo la he visto los dos números a precio de risa, no más de tres o 4 Euros.

Jarlaxle
Lector
17 mayo, 2008 23:06

Mierda, se me ha colado la última frase, que la había perfeccionado un poco antes. Esto de copiar y pegar XD.

Phantomas
Phantomas
Lector
18 mayo, 2008 19:57

«Y por cierto… no sientas compromiso ninguno. Lo que quieras leer lo lees y lo que no»

Si no te lo crees mucho te dire que me gusta mucho leerte 🙂 , tanto en los comics que he leido (para contrastar opiniones contigo), como en los que no para tener una idea de si me podría interesar.

Phantomas
Phantomas
Lector
19 mayo, 2008 9:20

Pero eso es por la hora en que dejaste el comentario, que era propicia para las cañas, porque yo ahora mismo preferiría un café, que además en Castellón esta diluviando 😛

Jose A. Serrano
20 mayo, 2008 15:15

La escena del crimen a mi me sigue gustando mucho, ojalá Planeta lo reeditara siguendo el TPB yanki…