Ladrón de Ladrones nº1

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Edición original: Thief of Thieves #1 a #7.
Historia: Robert Kirkman
Guión: Nick Spencer.
Dibujo: Shawn Martinbrough.
Color: Felix Serrano.
Formato: Grapa, 32 páginas.
Precio: $2.99.
Edición española: Ladrón de Ladrones nº1.
Formato: Rústica sin solapas, 160 páginas.
Precio: €14.95.

 

Hablábamos ayer del encanto que tienen los cómics realizados con la certeza que pasarán a las pantallas en formato audiovisual. El caso de Ladrón de Ladrones es aún más particular, ya que no sólo se desarrolla con esa certeza sino que además comparte cierta lógica creativa del medio televisivo desde su concepción. Tal como cuenta el creador de este cómic, Robert Kirkman, enfoca el abordaje de los personajes y las historias desde una forma de trabajo propia de las series de televisión, con un equipo de escritores arrojando ideas con aquél como jefe y otro que termina ocupándose efectivamente del guión. En el caso del primer arco argumental que aquí nos reúne, dicho guionista fue Nick Spencer (con muchos créditos en Image, Marvel y DC), acompañado por el dibujante Shawn Martinbrough, los colores de Felix Serrano y siempre dirigidos y coordinados por el mencionado Kirkman.

Además, como es de esperarse, en todo momento nos topamos con algunos recursos que pertenecen más al medio audiovisual que al cómic, lo cual seguramente tiene que ver con que desde antes de la publicación del #1 de la serie ya estaba pautada una posible adaptación.

El temprano acuerdo para la traslación a otro medio tampoco es casual ya que Thief of Thieves (tal su nombre en inglés) es una creación de la misma cabeza detrás del éxito de The Walking Dead, y quien se mostró interesada en producir y transmitir la adaptación fue la emisora AMC, la misma que disfruta de ser la casa de aquellos zombies en la pequeña pantalla. En conversaciones ocasionales entre Kirkman y la gente de AMC surgió la posibilidad de hacer un show televisivo con esa otra idea que tenía el autor y aún estaba generando en formato de cómic, y a la vez se puso a trabajar en la adaptación. Cabe mencionar a este respecto, para cerrarlo, que la última información concreta que se tiene es que Charles Eglee (de experiencia en este ámbito, contando Dark Angel y Dexter entre sus créditos) está trabajando en el guión del piloto para, luego de ser revisado por los de AMC, pasar al rodaje del mismo.

Pero no es esto lo que aquí nos trae, aunque es importante tener en cuenta el trabajo transmediático simultáneo para comprender por qué el cómic es como es en ciertos aspectos ya referidos. Para ser algo más precisos, esto puede verse en recursos narrativos, particularmente en lo que refiere a tiempos de las escenas, diálogos, encuadres. Gran parte del cómic parece estar regido por una mentalidad y una dinámica televisivas, con cortes para cambiar de escenarios, uso del plano-contraplano para diálogos, referencias a la cultura pop también de la TV como Who’s the Boss?, por mencionar algunos ejemplos. Si bien son recursos que pueden utilizarse también en este medio, y de hecho se usan, resultan más naturales de lo audiovisual.

No obstante, también a lo largo de las páginas de Thief of Thieves se ven otros recursos que en el cómic se entienden a la perfección pero que tal vez resultarán difíciles de adaptar a la televisión, como el uso artístico de los colores (sobre el cual volveremos luego) o apelar a las onomatopeyas y la tipografía para expresar ciertas cuestiones, también por citar unos pocos ejemplos. En este sentido hay que citar (o mejor dicho, parafrasear) al autor quien señaló que esta serie lleva al medio de los cómics el tipo de historia que podemos encontrar en una película, una novela o una serie de televisión, pero intentando valerse de atributos que sólo este medio posee para contar una historia. Por lo tanto, se produce una mixtura interesante entre las dos lógicas, que quizás sea uno de los principales elementos a destacar de este proyecto.

Sin apartarnos de la declaración de Kirkman referida, notamos que efectivamente la historia planteada para el primer arco argumental de la serie cuenta con diversos elementos típicos del cine y la TV. Comienza con una historia simple, directa y efectiva: el protagonista es el mejor ladrón de todos, y al momento de iniciar la narración se encuentra ante el trabajo más importante de toda su carrera, y rápidamente genera un quiebre que da lugar al primer conflicto que sirve de puntapié para ir complejizando la lectura. En el discurrir de las páginas, nos daremos cuenta que lo importante no es ese conflicto, sino los porqués, sirviendo para presentar al protagonista y su trasfondo en bastante detalle, haciendo que el lector se hunda en este mundo a pesar de no ser una premisa demasiado original.

Tampoco los personajes se alejan de los tópicos comunes, pero esto también tiene su encanto. Entre ellos contamos, por ejemplo: al hombre rudo pero con sentimientos, que perdió a su familia por la vida que lleva, con muchas características del héroe de policial negro; a la mujer sensual, de carácter fuerte, inteligente, trepadora; otro personaje femenino con características similares que se ocupa de perseguir al protagonista; el hijo de aquél que es una versión desmejorada de su padre; y el compañero divertido, despreocupado, sin ataduras, entre tantos otros personajes.

¿Y por qué funciona esto que ya hemos leído o visto decenas de veces? Más allá de porque la industria vive de la repetición, y del consumo de ella, porque en Ladrón de Ladrones nos encontramos con modos de abordarlo que no son los mismos de siempre, y sus autores se ocupan más de explorar a los personajes y de contar una historia que tenga sentido que de generar momentos explosivos y cinematográficos (o televisivos), que también los hay desde luego, pero nunca son el único centro de atención. Sin lugar a dudas, enfocarse en un personaje y desarrollarlo tanto como se pueda, construyendo su mundo con numerosos personajes sobre los cuales trabajar y elaborar nuevas historias, resulta mucho más interesante de leer y da más juego para que la serie sea regular y perdure sin decaer.

Todo lo enunciado se refiere, claro, a las tareas de Nick Spencer al guión. En cuanto al trabajo de dibujo de Shawn Martinbrough, nos encontramos con un estilo de línea limpio, simple y perfectamente legible en secuencialidad y composición. Nada o poco que objetar en cuanto a eso.

No resulta positivo, sin embargo, que apele en numerosas ocasiones a la repetición exacta de dibujos de panel a panel donde sólo cambia el texto (sea por ganar tiempo o como recurso narrativo), que aunque puede ser considerado válido, también se lo puede señalar como algo molesto en la lectura.

Merece una mención el colorista Felix Serrano, ya que sobresale en diferentes momentos de la serie, en particular por el uso de una sola gama de colores para una misma página según los escenarios donde se sitúe la acción, o el tono de lo que se esté narrando. Así, varía de los rojos, marrones o azules, si es de noche o de día, o si es una escena relajada o tensa.

Es destacable, por último, el trabajo de portadas también de Martinbrough y Serrano, que en cada número presenta alguna cosilla especial, acorde a lo que se retrata, y lo que se aborda en el capítulo correspondiente.

En conclusión, considerando que es un arco argumental introductorio, se evidencian en estos primeros números varios motivos por los cuales seguir leyendo la serie en los próximos capítulos, con el añadido especial de ver qué hacen los próximos escritores que se ocupen de estos personajes y su mundo. (Para quienes no estén al tanto, James Asmus es el siguiente, y luego Andy Diggle).

Por si no bastara todo lo enunciado hasta aquí, Ladrón de Ladrones es una lectura que proporciona también lo básico de cualquier producto de esta industria: diversión, satisfacción de haber encontrado una lectura entretenida, que nos mantiene atentos entre sus páginas. Y, por lo tanto, un cómic que vale la pena ser probado, porque tiene mucho para dar.

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Juan Sangrós
14 noviembre, 2012 12:11

 Estupenda reseña, Mariano El tebeo me agradó bastante, y el formato tan televisivo de que cada arco lo guionice un escritor  creo que puede darle mucho juego.

De todos modos, lo mejor del tebeo es el coloreado. Muy potente, pero mucho. Las atmósferas que crea Felix Serrano son para creérselas.

Ocioso
Ocioso
Lector
14 noviembre, 2012 12:13

De cuando el comic es una puta al servicio de otros medios que dan mas pasta.
Leí el primer tomo por alguna buena crítica y por el tutelaje de Kirkman y me pasé todo el tiempo pensando en que podría estar viendo en la tele un episodio de Las reglas del juego y no me costaría ni un duro.
Lo siento pero para mí el comic es otra cosa.

Jordi T. Pardo
Autor
14 noviembre, 2012 12:20

 Muy buena reseña, Mariano.

A mí Ladrón de Ladrones me ha gustado bastante, de primeras no parece muy original pero es la forma de contar las cosas lo que engancha y la marcada personalidad de sus personajes. Lo único que creo que no me acaba de convencer es la manera continúa de saltar la acción de un lugar a otro, algo propio de la narrativa de Robert Kirkman que aquí adapta Nick Spencer, y que queda muy bien en Invencible pero aquí en una obra de corte negro que normalmente requiere un tono más pausado y menos personajes y tramas esa insistencia en reinterpretarse y actualizarse en casi cada página puede descolocar un poco… pero bueno creo que es un punto menor y que realmente puede estar más acrecentado en ciertos momentos para favorecer la intriga y la tensión.

Javier Agrafojo
14 noviembre, 2012 12:31

Los tiene cuadrados el Kirkman. Mira que salir a jugar a la cancha de Brubaker…

El Asombroso Espaiderman
El Asombroso Espaiderman
Lector
14 noviembre, 2012 12:56

Si el cómic es un script o como se diga para una serie de televisión, paso de ella totalmente.

Juan Sangrós
14 noviembre, 2012 13:01

 Joder, ¡como si el tebeo de marras no tuviera elementos propios para disfrutarlo más allá de que sea un proto-script de la serie!

Tiene un ritmo endiabladamente fresco, tiene un color que me encanta, los personajes desbordan carisma aunque sean «tópicos casi típicos» y además va de atracos.

Ivan Rivas
14 noviembre, 2012 14:22

Yo también soy un enganchado a LdL. Y no suelo comprar muchas grapas que fuera de las grandes (espero al tomo), pero desde que oí hablar del proyecto y sabiendo que Martinbrough lo dibujaría no me lo pensé un instante.
Según Ocioso, el cómic es otra cosa. Pues no, el cómic puede ser muchas cosas, y este estilo es tan válido y atractivo como cualquier otro. Jordi lo comparó una vez con Mad Men y con Don Draper, y es cierto. Es una serie en la que el estilo y el tono es casi más importante que la trama en sí. A mi es lo que me atrapa de esta serie. Y lo mejor es que en los dos números que lleva James Asmus no se nota para nada el cambio, como debe ser, igual que ocurre en las series de TV.

Ocioso
Ocioso
Lector
14 noviembre, 2012 14:40

O sea, es muy bueno porque se parece a las series de televisión.

dhaldon
dhaldon
Lector
14 noviembre, 2012 16:31

Como ya dije en otro post, para mi ha sido una decepción mayúscula, una serie fria e impersonal, sin desarrollo de personajes, hecha no como un comic, sino como un “script” para vender el guión a Hollywood, y para colmo la historia tampoco es nada del otro mundo; Ladrón retirado que ha de volver a robar para salvar a un amigo/hijo/hermano y para ello reúne a un equipio de «los mejores»…60 segundos mets océan’s eleven.

Professor Castanya
Professor Castanya
Lector
14 noviembre, 2012 18:03

 este comic está superguay, cuando lo terminé me quedé totalmente enzarpado con ganas de más…. no termino de entender las críticas que se le hacen acerca de que casi parece un storyboard…

Hay otros comics que pretenden pasarse de originales y para mi gusto se quedan en nada, por ejemplo el demasiado laureado PAX ROMANA, que a mí personalmente me parece un poco infumable, a pesar de que al principio parecía interesante pero luego se convierte en un tostón sin ningún ritmo ni mucho sentido hasta un final en el que a mí me da mucho la sensación de que no se sabía como acabarlo…en fin.

Esperando que salgan mas cosas de LADRON DE LADRONES…

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
14 noviembre, 2012 19:03

Aclaro que no he leído el cómic y que sólo he visto lo mostrado en reseñas y previas, pero aún a riesgo de pecar de imprudente, me alineo con Ocioso. Empiezo a estar hasta el gorro de cómics en los que las viñetas pretenden simular pantallas de cine o tv. La variedad de formas y tamaños, así como su disposición en la página, no sólo es una herramienta indispensable para la narrativa sino que es lo que marca el tempo del cómic. ¡Qué se estudien el Spirit de Eisner, coño ya!

PD: A juzgar por las imágenes, es verdad que el cómic no parece un script.
Es un storyboard.
Eso sí, el trabajo del colorista parece cojonudo.

Ataúd Johnson
Ataúd Johnson
Lector
14 noviembre, 2012 21:24

No sé qué hay de malo en que surjan nuevos «modelos»de hacer cómic.Puedo entender e incluso estar de acuerdo en que lo dice Ocioso,es verdad que también para mí el cómic es o debería ser otra cosa,pero el caso es que con esta serie en concreto me lo he pasado bien,o sea,me ha parecido un historia correcta con un dibujo correcto que quizás por ese estilo televisivo y dinámico del que habláis se lee con agrado.

En fin,esta serie da lo que promete y es honesta en ese sentido,pero es que me ha divertido y para mí, no es poco.

soho1974
soho1974
Lector
14 noviembre, 2012 23:32

Pues yo lo pase muy bien leyéndolo (aunque reconozco que no es muy original), pero que se haga pensando en «como quedará» en la tele no me gusta demasiado, podría condicionar seriamente la historia. Aún así, seguiré con ella.
Muy buena reseña Mariano.

Dillinger
Dillinger
Lector
15 noviembre, 2012 12:44

Pues me espero a la serie. Si el tebeo ha sido concebido solo para su adaptación televisiva, carece de sentido su compra. Ya lo veré prácticamente igual en la tele.

Otra cosa bien diferente es Los muertos vivientes o Kick Ass 2. El primero porque nunca fue concebido como un story board barato y tiene situaciones que nunca se verán reflejadas en una pantalla. Espero que ahora, debido al exito televisivo, Kirkman no suavice el tebeo.

El segundo porque aunque si haya sido pensado para su adaptación, también difiere y mucho de lo que veremos en pantalla. Podrán gustar más o menos pero son DIFERENTES.

Me da que este Ladrón de ladrones va a ser igual en su versión celuloide que en papel asi que no justifica el gasto.

El tebeo independiente debe de ser un medio donde arriesgarse y sorprender, no una plataforma para adaptaciones.

Si es así, apaga y vamonos.

Javier Agrafojo
15 noviembre, 2012 19:12

> Ya podían editar por aquí Jake Ellis!

No sé quién es este Ellis, pero el otro (Warren) ya podía ofrecernos otra ración de Fell, que estaba muy entretenido.

Jordi T. Pardo
Autor
15 noviembre, 2012 21:33

No entiendo las críticas porque la obra tenga un tono cinematográfico, no veo que eso sea algo original hoy en dia y mucho menos nocivo, todo lo producido por Marvel o DC en la última década tiene una factura claramente cinematográfica y nunca veo que la gente lo considere algo peyorativo, pero además esto es como decir que no me leo The Unwritten porque es «muy literario» o que no me leo Bone porque parecen dibujos animados. Y no hay que olvidar que el cine y el cómic son dos medios diferentes pero también comparten cierto lenguaje puesto que cualquier película o serie siempre parte de un storyboad lo cual no deja de ser un cómic como creo que ya señaló alguna vez Scott McCloud.

Lo que está pasando hoy en el cómic estadounidense es algo que lleva pasando casi toda la vida con el manga en Japón donde cualquier obra es susceptible de despertar la curiosidad de las productoras y televisiones para adaptar esas historias a muy diversos formatos y eso no hace ni buena o mala a la obra original. Si empezamos con el debate de lo que tiene que ser cómic o no…  

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
16 noviembre, 2012 0:38

Precisamente uno de las pegas es que ya no es original. Y una cosa es que el cómic en cuestión sea susceptible de adaptación a otros medios (o incluso que se realice teniendo esa posibilidad en mente) y otra que se haga exclusivamente con la intención de decir: «mira, en pantalla quedaría tal que así.»
Vamos, o eso creo yo.

Jordi T. Pardo
Autor
16 noviembre, 2012 13:40

No creo que sea ese el caso, Ladrón de Ladrones no es más cinematográfico que 100 Balas, Scalped , Powers o Criminal, por hablar de obras parecidas y cercanas a esta, y además como digo ese tono es tan antiguo como que ya estaba presente en el Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons. Vamos, resumiendo, en este caso Robert Kirkman y Nick Spencer no han hecho un stroryboard previo para una adaptación, pero en AMC tienen los derechos de The Walking Dead -también muy cinematográfica- y lo esta petando con su serie y es normal que se fijen en cualquier cosa que venga de la mano de su creador para intentar repetir ese éxito pero no veo algo premeditado en la forma que el cómic se expresa para haber provocado esa situación.

Dicho esto, cadauno tiene sus gusto, eso está claro, pero la historia de corte negro como esta siempre han estado muy influenciadas por las producciones cinematográficas del género y su estética, el cual también ha evolucionado a lo largo de las décadas, y dejar a un lado una posible lectura como esta porque tenga un tono cinematográfico para mí es como no hacerlo porque hay mucho color negro en sus viñetas. Es algo que describe a la obra pero no te dice si eso la hace buena o mala, para eso hay que leerlo.