Edición original: mar./sept. 1993; Vertigo (DC Comics).
Edición España: I Norma Editorial (ene. 2005); II Planeta DeAgostini (sep. 2010).
Guión: Peter Milligan.
Dibujo: Duncan Fegredo.
Entintado: Duncan Fegredo.
Portadas: Duncan Fegredo.
Color: Sherilyn Van Valkenburgh.
Rotulista: John Costanza.
Precio: 20 € (Cartoné, 192 pags.)
Hace bien poco dediqué en esta misma sección semanal un artículo al The Extremist de Peter Milligan, un cómic que el autor irlandés publicó en los albores del sello Vertigo entre septiembre y diciembre de 1993. Como ya comentamos, por aquel entonces Milligan estaba en la cresta de la ola tras tebeos como Skreemer, Skin, Shade, el hombre cambiante, Animan Man o su etapa en Batman. Pero si una obra merece centrar precisamente aquel año de 1993 y, en general, toda la carrera del guionista, ésa es Enigma, publicada entre los meses de marzo y septiembre justo antes que la propia The Extremist. No deja de ser raro el hecho de que por densidad y complejidad argumental –que no formal– la una precediera a la otra y no al revés pero hay que recordar que, por una parte, las obras maestras, redondas y absolutas, no siempre se escriben al final de la carrera; y por la otra, que fue en The Extremist donde Milligan decidió imprimir los puntos fuertes de su discurso en un texto no mediatizado por los superhéroes o por influencias previas. Aunque, como veremos más adelante, la pátina y el subtexto que el escritor le proporciona a este cómic trasciende y evoluciona cualquier idea previa que el lector pueda tener acerca de un género superheroico que es aquí usado como vehículo y no como fin, al tiempo que totalmente asimilado y personalizado por la mente del creador.
Pero nos estamos adelantando demasiado; hablemos un poco mientras tanto de la edición… casi doce años después de su salida en USA, y diez años después de la publicación del TPB correspondiente, Norma Editorial decidió sacar a la calle un homólogo de ese volumen que recogía los 8 números que compusieron la serie. En total, 208 páginas en rústica con una maravillosa introducción de Grant Morrison y una traducción excelente (a pesar de puntuales errores muy dispersos y nada molestos).
Descatalogada desde que Norma perdiera los derechos de publicación en España, Planeta DeAgostini la ha reeditado en cartoné para disfrute del aficionado en otoño de 2010.
Michael Smith es el tipo más aburrido del mundo. Fiel a una rutina que roza y sobrepasa lo obsesivo, vive simplemente porque puede, y no porque desee aferrarse a la vida. Pero todo cambiará cuando empiecen a sucederse una serie de extraños asesinatos a manos de monstruos bizarros y sobrecogedores que precipitarán la aparición de El Enigma, protagonista de una antigua serie de cómics cancelada y superhéroe favorito de Smith en su niñez.
El Enigma hace acto
de presencia
Acompañado por Titus Bird, el mismísimo autor del tebeo, Michael emprenderá un viaje destinado a cambiar –e incluso a definir– su existencia, al tiempo que la realidad y la ficción parecen entrar en una colisión que lleva inexorablemente al caos. Y mientras que el caos llega, todos seguirán preguntándose hasta su último aliento la única cuestión que ahora cobra importancia: ¿Quién es El Enigma?.
Los tres personajes principales de Enigma, expuestos en el argumento, no son sus protagonistas por casualidad. Más allá de quiénes sean, más allá de su papel en el texto que compone Milligan, son abstracciones de los tres elementos indispensables en toda creación artística: el autor (Bird), el consumidor (Smith) y la obra en sí (El Enigma); y como tales se desarrollan su roles a lo largo del tebeo pues, en efecto, éste es un cómic que puede leerse –en una de sus múltiples aproximaciones– en clave metaficcional.
Por un lado tenemos a Titus Bird, quien gesta un personaje superheroico hace más de veinticinco años para ver cómo cobra vida tiempo después. A poco que uno se fije, el papel de Bird a lo largo de Enigma es curioso: resulta imprescindible en la trama, pero es el que menos queda afectada por ella, el que menos evoluciona y el más desligado respecto a los acontecimientos de la misma. Como todo guionista, la relación con la obra se establece mientras que ésta es compuesta, y no se prolonga mucho tiempo después… es casi como un enamoramiento pasajero, intenso y absorbente, que se acaba tan abruptamente como empezó, pero del que nunca controlaremos del todo las consecuencias. Así, cuando Bird contempla como El Enigma, ese personaje que ideó tiempo atrás, pervive en la mente de sus lectores y adquiere nueva autonomía en una suerte de redescubrimiento, no puede sino sentirse impotente. Impotente porque aquello que creó, ha escapado a su control; porque las modas pueden hacer por su personaje mucho más que lo que él hizo al promocionarlo; porque no faltan quiénes desarrollan un discurso ajeno a sus intenciones a partir de su criatura; porque de todos los relacionados con ella, él es el único al que no le afecta; porque ésta pervive incluso cuando la ha olvidado, y seguirá haciéndolo incluso cuando él ya no exista. La historia de Bird, es la historia de todo artista, condenado una y otra vez a desligarse y dejar en manos de todos los demás lo que una vez fue única y exclusivamente suyo.
Por otro lado, tenemos al objeto creativo, ese personaje tan humano y a un tiempo tan deshumanizado. Pero ¿podría ser de otra forma? Por mucho que sean más bellas, más perfectas, más profundas y más perdurables que los hombres que las contemplan, las obras de arte están destinadas a la autocontención. Pueden cambiar al mundo, pero jamás podrán cambiar su propia naturaleza. Una invención siempre queda agotada en sí misma y son pocas las veces en que tiene la capacidad de trascender su finalidad y su espíritu para vagar libremente; a menos que, si el autor lo desea, le ofrezca esa oportunidad con una insinuación; con una lectura abierta que deje la definición definitiva en manos de cada lector individual… y, por tanto, con una infinidad de definiciones.
Por último, nos queda observar al consumidor… podría decirse que cualquier consumidor de una obra artística queda –aunque sea mínimamente– trastocado por ella. El grado en que su vida cambie, el grado en que sea distinto cuando vuelva a su vida, coincidirá con el grado en que lo que ha visto le haya conmovido y afectado. En Enigma la regla no conoce excepciones: todos y cada uno de los lectores del cómic –voluntarios o involuntarios– quedan marcados por él; y es aquél que más la comprende y la ama el que verá su vida evolucionada, trastocada, manipulada e irreconocible… totalmente distinta en definitiva, a como era antes de empezar.
En el artículo sobre The Extremist ya vimos cómo Peter Milligan se definía como un lector consumado que se veía artísticamente atraído por el Noveno Arte en base a “a las posibilidades de su componente visual para narrar las historias que quería contar”. Asimismo, también introdujimos cómo el guionista afirmaba tener un gusto por la «subversión» como agitadora de conciencias. Pero en lo que no profundizamos demasiado fue en la relación que establece en sus cómics con el género superheroico de creación propia.
Sí, es cierto, afirmamos que los empleaba por “su enorme capacidad para el drama y la controversia, siempre en balance con los prejuicios que llevan a pensar que son algo trivial”, pero no incidimos demasiado en el tema. Sin embargo, al hablar de Enigma se hace mucho más necesario explicar esta simbiosis de una forma más detallada.
Él mismo lo explica: «Creo… me gusta creer que los superhéroes… me gustaría pensar que los superhéroes podrían ser como los clásicos griegos. Los personajes mitológicos griegos. Por ejemplo, tenemos que los poetas ingleses escribieron poemas clásicos usando los entes de la mitología griega como vehículo, pero en realidad hablaban sobre el amor, la vida, el sentido de la vida. Así que, en un mundo perfecto, pienso que los cómics de superhéroes podrían operar al nivel de los clásicos, de la mitología griega clásica. Y ser vehículos para hablar de lo que quiera que desees hablar.
Portada de X-Statix #1 (sept. 2002)
Quiero decir, pienso… no pienso que nos debamos avergonzar de ellos, porque pienso que hay algo peculiar en los cómics y en los superhéros. Superheroes: piensas en cómics. Cómics: piensas en superhéroes. Y yo digo, vale. Pienso, está bien; pero también… me preocupa a veces cuando la gente equipara los cómics adultos con cómics que no contienen superhéroes. Porque no hay nada intrínsecamente malo o equivocado en ellos.
El handicap viene de que los lectores tienen expectativas por cierta clase de superhéroe. Y si tú no quieres usarlo, entonces tienes un problema… en términos de ventas. Porque sabes que tan pronto como pongas algún jodido superhéroe con un traje y una máscara en ese cómic, la ventas se dispararían. Y es deprimente pero, al tiempo pienso que los superhéroes son un arquetipo intrínseco de los cómics… son una parte importante de los cómics. Y pienso que no son un gran problema
En Enigma, teníamos ostensiblemente un superhéroe. Pero creo que yo estaba escribiendo sobre un tema acerca del cual, si estuviera escribiendo una novela, probablemente no habría introducido un superhéroe. Y es precisamente por lo que elegí escribir un cómic. Usé todo el trasfondo del superhéroe para expresarlo pero estaba escribiendo sobre el mismo tema sobre el que hubiera escrito si hubiera creado una novela y no estuviese usando superhéroes. Quiero decir, la idea de escribir sobre superhéroes en una novela sería absurda, pero en un cómic, adquiere sentido.»
Shade, el hombre
cambiante (1990)
En fin, después de esta parrafada algo desestructurada cabría preguntarse si efectivamente Milligan ha conseguido usar la idea de superhéroe, subvertirla y hacerla propia, trascendiendo los prejuicios que tenemos sobre el género para expresar un concepto más universal. La respuesta es que sí; es más: habría sido imposible hacerlo sin utilizar el género.
Enigma es, al igual que The Extremist, un cómic con confesa adherencia al existencialismo. Pero, a diferencia de éste último, implica una serie de capacidades y orígenes que tocan transversal y brevemente otros palos filosóficos –tales como la «voluntad de poder» nietzscheniana o la caverna de Platón– que habrían sido muy difíciles de incorporar sin la aproximación superheroica. Aunque eso, ya es tema para nuestro análisis conceptual, que empieza… ahora mismo (y que contiene, y el que avisa no es traidor, numerosos SPOILERS).
Enigma es, ante todo, una obra conceptualmente poderosa. Entre sus páginas podemos encontrar un análisis pormenorizado de la identidad personal y sexual, de los fenómenos de masas, de la relación autor/consumidor/obra, del superheroismo y de una auténtica infinidad de temas. Como el propio Grant Morrison dice en el prólogo al cómic, «a pesar de que se insista en lo contrario, existen posibilidades infinitas abiertas para cualquiera que quiera aplicarle algo de inteligencia y tiempo a estudiar las ideas que expone». Tan es así que me he visto obligado en esta ocasión a repartir a todo lo largo y ancho del artículo pequeños análisis conceptuales de puntos que podríamos considerar secundarios, relativos a las distintas partes de la estructura del tebeo. ¿Qué vamos pues, a tratar en esta sección? Pues lo que queda tras eliminar la forma; ese substrato principal de Enigma que resulta recurrente y de sobras conocido para los adeptos de Milligan: la identidad y su relación con la filosofía existencialista.
La identidad… los existencialistas dicen acerca de ella que se forja. Ya citamos anteriormente a Sartre y sus palabras: «el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace.»
El origen de
la historia
Para los existencialistas eso es esencialmente cierto. Pero también es cierto, como dijo Heidegger –su precursor– que el hombre tal vez no tenga la libertad necesaria para autodefinirse completamente, o para cambiar en un momento dado la definición que la sociedad le ha impuesto previamente.
¿De qué va pues, Enigma? De un hombre que por causas del destino, tiene no sólo el contexto necesario para definirse desde cero, sino también para definir lo externo a él. Podríamos considerar precipitadamente que esto último es una variante de «la voluntad de poder» nietzscheniana, aunque un vistazo en profundidad nos disuadiría: sin sociedad, no hay «voluntad de poder» con la que atacar la moral establecida… solamente queda la voluntad, a secas. La voluntad de «hacer» porque se puede. Y porque no hay conciencia artificial que nos dicte lo contrario. Pero, paradójicamente, aún con todo ese poder –que hace eco del Dr. Manhattan de Watchmen– el protagonista del cómic se da cuenta de que sin conciencia, sin interacción social, sin ruptura del orden más perfecto que se pueda crear, la evolución no es posible. Ni evolución, ni superviviencia claro.
El caos se adueña
de la ciudad
Así, en una segunda lectura, la frase que en un momento pronuncia Titus Bird y que se atribuye al músico John Cage cobra pleno sentido: «La vida sin orden es caos; pero el orden sin vida es la muerte». En efecto, de eso va Enigma… de cómo alguien con capacidad para definir la realidad bajo un orden perfecto, precisa de un componente de caos para poder vivir.
No obstante, en cualquier caso, y si nos tomamos las aventuras que observamos en un sentido literal, nos percataremos de que hay una resonancia mucho más sutil en el tebeo, su héroe y sus villanos. Y es que, no deja de ser paradójico y provocativo el hecho de que El Enigma sea el benefactor de la humanidad y La Verdad su enemiga.
La Verdad… ese gran concepto al que aspiramos y que consideramos como uno de los cúlmenes de nuestra moralidad. A menudo vemos políticos, amantes, esposos, compañeros o amigos que juran decir y aspiran a demandar La Verdad. Pero ¿es acaso La Verdad lo que nos define como humanos? ¿o es tal vez la mentira no verbalizada, la personalidad oculta, las manías inconfesables e inexplicables… en definitiva, El Enigma?
Efectivamente lector, puede que en estos momentos te estés preguntando si te define más lo que los demás saben de ti o lo que no saben. Si te interesaría que lo supieran. E, incluso, si te interesaría aceptar todo lo que, en realidad, eres. También puedes estar preguntándote si querrías compartir con los demás todas esas experiencias personales (el primer beso, el primer orgasmo, el primer trabajo, el primer desamor) que crees que te han marcado, las mismas de las que se alimenta otro de los villanos de este cómic. O si preferirías saber el motivo y el sentido de por qué tienes que dormir en un lado concreto de la cama, por qué tienes que colocar los lápices de tal manera, por qué tienes que comprobar dos veces cada mañana si has cerrado la puerta antes de salir, por qué… esos porqués inextricables que desentraña otro grupo de malvados ficcionales.
La Verdad según
Milligan
Si la respuesta a todo lo anterior es no, si la respuesta es que prefieres mantener esferas de tu personalidad ocultas, secretos enterrados, experiencias atesoradas… entonces, acepta La Verdad: que no es precisamente La Verdad lo que gobierna tu vida; ése absoluto moral al que creías aspirar… que no es La Verdad lo que te permite seguir vivo, sino El Enigma. Todo lo que eliges no querer saber, y todo lo que eliges que los demás no sepan, es lo que en realidad, lector, te mantiene cuerdo. Pero olvida esto tan pronto como hayas pensado sobre ello; puede que contenga más Verdad de la que te interese saber…
Nuevamente hablamos de Milligan, y nuevamente me veo obligado a dividir este apartado en dos. Primero, vayamos a lo fácil: el formato de página vuelve otra vez a ser difícilmente definible. Más allá de la persistencia de un espacio interviñeta la mayor parte de las veces presente –aunque frecuentemente invadido–, no puede hablarse de una estructuración característica. Sí podemos decir que el número de viñetas por página suele mantenerse en 5-6, que casi todas son cuadrangulares y que hay una presencia manifiesta del formato panorámico y de la viñeta cuadrada de tamaño medio. Pero más allá impera la necesidad: viñetas pequeñas para planos detalle, de 1/6 de página cuando hay pocos personajes, rectangulares verticales, splash-pages para sobrecoger e impactar, superposiciones para acelerar la lectura, bordes sinuosos y discontinuos para transmitir alteración de la percepción y un largo etcétera. Todo ello empleado con maestría donde y cuando toca, con una narratividad majestuosa.
Muestra del formato de página en Enigma
Pero la estrella de la narración es sin duda un omnipresente narrador, una voz en off de identidad desconocida hasta el final que tiene predilección especial por el cinismo, la socarronería y las rupturas de la cuarta pared. Donde habitualmente este recurso tiende a considerarse desfasado, efectista, vacío y por lo general inaplicable al cómic sin que intervenga cierta ralentización de la narración, Milligan demuestra tener un dominio de él casi pasmoso.
Ese narrador no sólo dinamiza la lectura y la cohesiona sino que, por una parte, el autor lo justifica argumentalmente; y, por la otra, lo utiliza narrativamente. En efecto, la voz en off permite a Milligan experimentar con la transición de viñetas, cohesionando y permitiendo ese tipo de «cerrados» que Scott McCloud definía como non-sequitur; es decir, que no ofrecen una relación lógica –aparente– entre las viñetas. Y aunque la narración por lo demás no es especialmente complicada ni se sale de la norma, la introducción de esa forma de transición, –que junto con la también empleada de aspecto a aspecto son las menos habituales en el cómic occidental– no deja de ser llamativa, interesante y deslumbrante por atípica e integrada. Hay mucho trabajo detrás de este guión… y eso, señoras y señores, se nota muchísimo.
El apartado gráfico de Enigma corre a cargo de un dibujante poco prodigado hasta 1993 y que, desde entonces, aparte de hacerse un buen nombre en la industria ha ejercido principalmente como portadista: el inglés Duncan Fegredo, que llegaba de colaborar con Grant Morrison en su Kid Eternity.
Heredero confeso de Bill Sienkiewicz, Fegredo –de quien Mignola diría que «es capaz de hacer cualquier cosa»– desarrolla en el cómic un estilo muy peculiar y característico que no se puede extrapolar fácilmente a otros tebeos, pero que aquí va como anillo al dedo: un dibujo basado esencialmente en la utilización de formas angulosas y de una gran profusión de líneas finas de trazo rápido –auténticas rayas– que aportan la mayor de las veces indefinición. La línea es empleada para el caos, para ocultar detalles más que para mostrarlos, pero su empleo denota que visualmente sabe muy bien lo que hace. Así, a base de recorridos tortuosos tachonados con pequeñas incisiones perpendiculares, ese caos se torna opresión y desasosiego, pero sin llegar a repeler al lector. En todo caso su estilo, con un dominio soberbio del énfasis mediante el entintado, nos regala a veces auténticas joyas como ésta…
Escena muda
Este dibujo, se combina a su vez con los pinceles y la paleta de colores sucia y agresiva de una Sherilyn Van Valkenburgh en estado de gracia para componer una de las mezclas más expresivas que he visto en un cómic. Sí, es cierto, atípica y totalmente vedada a los amantes del realismo. Pero aún así deliciosa para aquellos que piensan que para el hiperrealismo ya está la Fotografía.
Dos de las portadas originales de Fegredo,
para las que empleó tintas metálicas especiales
El artículo ha sido largo y no conviene pecar de pesado. Lo único que tengo que decir es que, independientemente de lo que opine Milligan, para mí ésta es su mejor miniserie de lejos: tremenda, densa, poliédrica, inagotable en sus posibles perspectivas y análisis, perfectamente dibujada, formalmente sorprendente… en una palabra IMPRESCINDIBLE. Sé que hay lectores míos, cuya opinión tengo en altísima estima, a los que no les ha satisfecho. Respeto su opinión, por supuesto… pero he de decir que independientemente de si acaba o no gustando, éste es un cómic que se debe leer. Aunque sea para acabar harto de él y odiarlo, da igual; pero conviene tenerlo en la biblioteca.
Y más, muchísimo más, si se es lector habitual de superhéroes. Porque donde otras obras tienen unas propuestas argumentales tan elevadas que restringen el círculo de posibles lectores, ésta establece una serie de escalones de análisis para cualquiera que se acerque a él. Donde otros tebeos tienden a confundir provocación son subversión, reinvención con caricaturización, éste alcanza el éxito. Así que ya sabéis: mi recomendación es que, si no lo tenéis os hagáis con él inmediatamente.
Página de la Wikipedia en inglés sobre el cómic y la correspondiente ficha de la misma en Comic Book Database. También resultan interesantes las entradas en la primera dedicadas a Peter Milligan y Duncan Fegredo.
Página oficial de Duncan Fegredo y una modesta galería dedicada a su obra. Además, lo mismo que es recomendé en anteriores ocasiones hablando del guionista: una magnífica entrevista a Peter Milligan en tres partes (1, 2 y 3) realmente increíble.
Reseñas de Skreemer, Shade, el hombre cambiante, The Extremist, Girl y Blanco Humano. Además, también tenéis disponible un artículo sobre el tomo Vivir en Amerika –perteneciente a la última serie citada– a cargo de Toni Boix.
Tendría que volver a leerlo, pero en su momento me pareció de lo más flojo de Milligan, autor que por otra parte me parece sobrevalorado (aunque su Skremeer es uno de mis tebeos favoritos. Igual por eso me decepciona tanto, nunca ha vuelto a crear algo de la misma calidad). El mayor despropósito, que me acabó sacando del tebeo, fue el cambio de
orientación sexual del prota.
Sin embargo, le has imprimido tanta pasión a la reseña que me lo volveré a leer, no fuera que me pilló en un día tonto. De todas formas, como ejercicio metatextual en el que además no chirría la historia, Flex Mentallo. ¿De verdad que no se reedita por acusación de plagio de Charles Atlas? que pasada, adliano total!!
estoy con Solanis. Enigma no me gustó, o no le cogí el punto.
Flex me parece mas completo como ejercicio meta.
Coincido con vosotros… como ejercicio metatextual Flex Mentallo es muy superior, pero porque ahí es la pieza angular de la trama y la forma mientras que aquí se mantiene en segundo plano con otras líneas discursivas más potentes. Aunque ambos son una pasada claro… ¡¡pero es que estamos hablando de Morrison y Milligan!! En todo caso, y aunque por problemas de derechos es imposible una edición aquí o una reedición en USA, en 1-2 semanas habrá reseña de Flex Mentallo.
Soy de los que abiertamente reconoce que no les gusta Milligan. No obstante, sí que le he visto algunos trabajos interesantes y dada la ferviente recomendación, si pillo la edción de Norma o se republica…allí estaré.
El artículo, como siempre, muy bueno, que se analice y se promocione con esta profundidad las obras es de agradecer y admirar.
Que no se me olvide: he vuelto a actualizar el Plan editorial para el segundo semestre con las novedades confirmadas de septiembre (caída de Loveless incluida, no sabemos si permanente) y un par de cosas más.
PD. Y muchísimas gracias bongo… es un auténtico placer hacerlo, por otra parte.
Me alegra que te haya gustado, a mi tambien me parece imprescindible, aunque casi todo el trabajo de Milligan fuera del mainstream lo es.
Y el trabajo de Fegredo es, simplemente, espectacular… a ver si editan por aqui de una vez su aportacion al universo creado por Mike Mignola.
P.D. La voluntad de poder no se sustenta atacando la moral establecida, al contrario, sin sociedad solo existe la voluntad de poder
Cambiando un poco de tema, y ya que hablais de Flex Mentallo, siempre podeis haceros a buen precio con la edicion italiana, que recoge los cuatro numeros en un solo tpb por algo menos de diez euros
He hecho trampa, tengo poco tiempo y he ido directamente a la valoración personal, luego leeré el resto del análisis…
Pero ya tenemos punto de discusión, porque yo me posiciono con Solanix o experimento, que ya sabes que a mi Enigma no me gustó (y sí me gustan, y mucho, otros trabajos de Milligan)
Por cierto, ¿The Witching? Ahora mismo me pilla con el pie cambiado y no tengo ni idea de de quien es eso… ¿Puede alguien darme información, please?
Pues me cogió con el pie cambiado cuando lo vi ayer porque no ponía «Hour» por ninguna parte… así que supongo que será esto.
Ouch, me da una mala espina que no veas… ¿Alguien tiene alguna opinión al respecto?
Si, no lo compres XD
Cannonball… jejejeje… sabía cuando lo escribía que te irías a por eso. En realidad el concepto de voluntad de poder no está bien claro qué expresa… si la tomas en su concepción biologicista llevas razón, mi frase no tiene sentido; si la tomas como una crítica al darwinismo social y la adaptación que conlleva –como hago yo– sí. 😉
Pero es que la voluntad de poder, entendida como critica, lo seria antes de la sumision a la razon introducida por la escuela de Socrates
Pero es que una deriva prácticamente de la otra.
O mejor dicho, la otra es parte de la una 😀
me has quitado las palabras de la boca XD
Quiero decir… la aparición de la razón socrática y platónica niega lo dionisiaco permitiendo tanto la integración como el darwinismo social que conlleva. No sólo eso, sino que acaba sustituyendo al mito que quería deponer. Por tanto, atacar la razón socrática reivindicando lo dionisiaco es atacar la misma base social… y para eso se precisa «la voluntad de poder», distinta a la voluntad de ser biologicista. Pero un arma deja de tener sentido si no hay guerra.
Aun asi, las criticas de Nietszche al darwinismo (y por extension, a la vertiente social de Spencer) son tangenciales, estaban mas encaminadas al sustrato de los instintos.
La critica (pura) es al pensamiento/comportamiento supeditado a la razon, que atenta contra la propia naturaleza del ser humano
Difiero, la mentalidad Socratica no niega lo dionisico, simplemente lo considera despreciable, algo a evitar, y trata de encorsetar la naturaleza humana en el marco de la razon.
argh… dionisiaco
y doble argh: Nietzsche
Efectivamente: por eso digo que Enigma roza muy tangencialmente otros palos filosóficos aparte del puramente existencialista.
Sin embargo, fíjate en que tu misma frase contiene una idea implícita… dices que la crítica es al «pensamiento/comportamiento supeditado a la razon»… y efectivamente así es: Nietzsche atacaba no a la razón como instrumento humano, sino a La Razón como elemento por encima del hombre. En este sentido, por eso odiaba a Sócrates, a Platón o a Kant. Y por otra parte, Milligan refleja bien ese (y sólo ese aspecto) cuando habla de los orígenes del protagonista, una clarísima introducción del mito de la caverna.
PD. Me refería a negar en el sentido en que lo usas tú de «rechazar», no en el sentido de que dijera que no existe.
No solo ese aspecto, el Enigma es un mito que se opone a la Verdad (que es la representacion mas pura de lo racional)
Pero a lo que iba… la razón es un instrumento superyoico (o al revés, ¿quién sabe?) y lo dionisiaco es la expresión pura y dura del ello. Y el superyo es un producto gregario mientras que el ello es la reafirmación de la individualidad.
Quiero decir… todo se conecta en Nietzsche.
Pues claro XD
>>el Enigma es un mito que se opone a la Verdad (que es la representacion mas pura de lo racional)
Bueno aquí entramos en un terreno que yo no afirmaría tan nietzscheniano. De hecho, La Verdad es reflejada como otro mito en el cómic –aunque sí, esto es nietzscheniano ¡mierda!– pero no se refiere tanto a una Verdad Universal como a la representación de lo que elegimos mostrar y no mostrar socialmente.
Para mí, ese binomio entra dentro del punto común de Milligan «identidad y personalidad», no del punto común «filosofía existencialista y similares». Sí… están relacionados, pero yo los separo mucho en la lectura de sus obras.
>>Pues claro XD
Entonces, estarás conmigo en que atacar la razón socrática y atacar la sociedad y la adaptación es prácticamente lo mismo. Quiero decir, que aunque Nietzsche dirija su ariete contra un muralla, en realidad está atacando la misma puerta de entrada en distintos puntos y no puertas distintas.
Otro al que no le gustó enigma. Planteamientos intersantes, sí, argumento original, si, final con agradecida vuelta de tuerca, también. Pero bien desarrollado ni de coña. Es una especie de Milligan grantmorrisonado.
Bueno, yo hacia referencia a la mitologia del «comic» que engendra el comic de Enigma… um, que raro suena eso XD.
Pero yo si lo veo Niezscheano, en el sentido de que ocultamos la Verdad de nuestra verdadera naturaleza por los prejuicios sociales, las barreras que trata de derribar la voluntad de poder
>>Es una especie de Milligan grantmorrisonado
Ahí yo no estaría tan de acuerdo dennel… Milligan cierra Enigma de una forma mucho más evidente de lo que Morrison suele hacerlo con sus cómics.
Estoy de acuerdo en que atacar a la razon socratica/platonica y atacar a la sociedad postilustrada es casi lo mismo, pero no veo la relacion con la adaptacion del Darwinismo Social porque no lo considero un suceso cierto, sino una especulacion
>>ocultamos la Verdad de nuestra verdadera naturaleza por los prejuicios sociales
¿Pero no sería expresarla tal cual opuesto a la individualidad? Si todos conociéramos todo de todos a un primer momento, ¿no nos faltarían parcelas íntimas?
No hay porque expresarla tal cual, solo deberias hacerlo si te apetece, el problema es no hacerlo por los prejuicios morales
Mmmmmm tu lectura me parece acertada pero para mí, hay mucha más esencia humana en El Enigma que en La Verdad. Si no, lo más lógico es que Milligan hubiera invertido los papeles. De hecho… no tiene mucho sentido colocar a La Verdad como mito platónico destructivo si quieres reivindicarla. Porque en el cómic mata precisamente al expresarse; al tomar conciencia la gente de sí misma. Y no veo una crítica tan denodada a las estructuras sociales como para inferir que, de ser nietzchenianos, no se suicidarían.
Vaya, su introducción la veo mucho más existencialista que adherida a Nietzsche.
>> no veo la relacion con la adaptacion del Darwinismo Social porque no lo considero un suceso cierto, sino una especulacion
Yo la veo clara: si hay sociedad, tiene que haber adaptación (acomodación de lo individual a lo colectivo); una adaptación que viene de la mano de lo presuntamente racional. Y si hay adaptación, hay darwinismo en el momento en que habrá gente con mayor capacidad de adaptación que otra. Ahora bien… ¿no es la mejor adaptación la mayor negación de uno mismo?
Si continuamos con el simil Verdad/Socraticos queda claro que los que se muestran tal y como son (esto es, aceptando sus impulsos dionisiacos) no pueden formar parte de la sociedad que es, paradojicamente, una mentira
LA adaptacion es un fenomeno chapucero, existen cientos de maneras de adaptarse a un mismo suceso, todas ellas igual de validas, luego no se rige por ninguna logica, no puede ser un procedimiento racional, mucho menos cuando se conjuga con la individualidad
>> Si continuamos con el simil Verdad/Socraticos queda claro que los que se muestran tal y como son (esto es, aceptando sus impulsos dionisiacos) no pueden formar parte de la sociedad que es, paradojicamente, una mentira
Aquí volvemos a las palabras de Morrison acerca de los múltiples análisis que permite esta obra. Tú quieres ver y fundamentas (bastante bien) que el pasaje es nietzscheniano y que al subrayar su individualidad, los tipos en el cómic se suicidaban al ver la sociedad.
Yo quiero ver e intento fundamentar, que el pasaje es existencialista y que al comprender enteramente su ser, los tipos en el cómic se suicidaban al verse cómo son. No creo que ninguno de los dos esté equivocado o en lo cierto (¡mierda! no podemos «ganar»).
>> La adaptacion es un fenomeno chapucero, existen cientos de maneras de adaptarse a un mismo suceso, todas ellas igual de validas, luego no se rige por ninguna logica, no puede ser un procedimiento racional, mucho menos cuando se conjuga con la individualidad
La adaptación social puede estar perfectamente calculada y racionalizada para ser efectiva, no así la natural (que sí es chapucera). Un individuo para adaptarse socialmente tiene que formarse socialmente, y su integración vendrá en la medida en que sepa reinventarse y negar un yo propio en cada momento de manera conveniente.
No, yo tambien creo que los tipos se suicidan al verse como realmente son, porque para llegar al superhombre de Nietzsche hay que andar el camino
>> yo tambien creo que los tipos se suicidan al verse como realmente son, porque para llegar al superhombre de Nietzsche hay que andar el camino
Lo mismo es… tú dices que no son capaces de evolucionar, y yo digo que los han «desevolucionado». Como sostengo en el artículo, opino que es el Enigma lo que nos mantiene cuerdos… nadie está preparado para un conocimiento y una aceptación profunda y completa de sí mismo, de los que le rodean y ni mucho menos del mundo en general. No tenemos capacidad suficiente para ello.
La viva prueba es el protagonista: precisa de ciertas características superheroicas para ser un «superhombre» y, aún así, se da cuenta de que precisa de otro si quiere salvarse. Para ello, elige conceder libre albedrío cuando llega la hora e, incluso, negarse conocimiento (cuando dice lo de «preferiría que me lo contaras en vez de averiguarlo» o algo así). En definitiva, El Enigma necesita su propio Enigma. Sólo eso puede salvarlo.
El Enigma necesita su propio Enigma porque se haya supeditado a la verdad cosmologica del eterno retorno
Anarroseando:
«Según Nietzsche, requeriría un sincero Amor fati («Amor al destino»), no simplemente para sobrellevar, sino para desear la ocurrencia del eterno retorno de todos los eventos exactamente como ocurrieron, todo el dolor y la alegría, lo embarazoso y la gloria, esta repetición, más de emociones y sentimientos que de hechos, es lo que configuraría el tipo y la raza universal y global del por venir, no como una raza de las ya existentes, sino como una posibilidad abierta del hombre inacabado como especie genética y lingüística que debe ser perfilada por el eterno retorno de la superación de sus previos pensamientos y hechos»
Bueno, dejando de lado que el eterno retorno es más una concepción filosófica de la mecánica espaciotemporal bastante avanzada para su época, también disiento XD
Sí hay cierto componente de fatalidad y de destino en el personaje, pero lo que él pretende es que en ese destino, en esa repetición de sucesos, haya un cambio en el sentido «heraclitense» (toma neologismo!) de la palabra. Y si rompe la fatalidad, rompe con el eterno retorno (aunque vuelvo a decir que no es exactamente un regreso a lo mismo en la propia vida lo que quería transmitir el alemán, sino un problema de elecciones).
De hecho, de forma confesa Milligan se adhiere más a Giordano Bruno y la dinámica cíclica de los eventos mundanos que al «eterno retorno» nietzscheniano… que está más cercano a ciclos de Big Bang/Big Crunch’s sucesivos con una dispersión de materia similar que obligue a la misma y exacta sucesión de acontecimientos.
Si, tambien lo pretendia la primera vez que lo vivio, y le ha llevado de nuevo a ese mismo punto
>> Si, tambien lo pretendia la primera vez que lo vivio, y le ha llevado de nuevo a ese mismo punto
Pero el eterno retorno no se refiere a acontecimientos que se repiten a lo largo de una vida, sino a los acontecimientos repetidos como tales en ciclos universales. Si esta vez fuera consciente de que ya lo había vivido, se anularía el concepto de retorno, porque su percepción sería radicalmente distinta que la primera vez.
Es lo que decía: el eterno retorno plantea un problema de elecciones, no de revisitaciones. Nietzsche pretende introducir con ese concepto filosófico la necesidad de que las acciones humanas sean totalmente conscientes; de que haya absoluta seguridad en la elección. La precisa, en definitiva, para que no te importe estar tomando la misma elección en todos los ciclos venideros (porque cuando vuelvas a encontrarte la elección, no podrás elegir otra cosa).
Estoy de acuerdo en la adhesion a Giordano Bruno
Lo dejamos ahí entonces que tengo que salir a hacer unos mandados XDDDD
Ufffff ¡se echaba de menos algo así! Por cierto ¿qué tal tu guión?
Pero no en la interpretacion que haces del eterno retorno de Nietzsche, claro esta XD, porque, si bien es cierto que tambien lo aplica a los ciclos universales, tambien lo hace repsecto a los mismos acontecimientos se vuelven a repetir en el mismo orden, tal cual ocurrieron, sin ninguna posibilidad de variación.
Bien, ahora estaba preparando el de la semana que viene, con algo mas de tiempo XD, lo que me permite soltarme un poco mas en los comentarios XD
Jajjajajajajajaj vale… pero esos acontecimientos repetidos en el mismo orden pertenecen al siguiente ciclo universal –idéntico al anterior– y no obedecen por imperativo cosmológico a distintos momentos de un mismo ciclo. Porque para Nietzsche si la dispersión de materia es idéntica, todo volverá a ser como fue… no conocía la indeterminación, claro.
Por eso he suscrito la adhesiona Bruno XD
>> Bien, ahora estaba preparando el de la semana que viene, con algo mas de tiempo XD, lo que me permite soltarme un poco mas en los comentarios XD
Y yo que te lo agradezco porque como te decía, se echaba de menos. Por cierto, de qué es y dónde se emite el programa de radio, si lo puedes decir.
>>Por eso he suscrito la adhesiona Bruno XD
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Citando, que es gerundio:
«obra de modo que un horizonte de infinitos retornos no te intimide; elige de forma que si tuvieras que volver a vivir toda tu vida de nuevo, pudieras hacerlo sin temor.»
Eso mismo… el concepto siempre me pareció bello pero fatalista y nulo XD. Y además, científicamente ya no es plausible.
Da igual, la ciencia, que no es mas que nuestra explicacion del mundo, no el mundo en si, suele equivocarse con demasiada frecuencia XD
Cierto, pero tiene una tasa bastante menor que la filosofía y la teología en comparación XD
La teologia es, por definicion, erronea, no se puede estudiar a Dios, solo la percepcion antropologica del mismo XD
En cuanto al programa de radio, es una extension de nuestro Club de Medianoche, que a su vez es una prolongacion de nuestro actividad estrella, el Maraton de Terror (de Alcala de Henares XD).
Se emite en Ruah, la radio de la Universidad de Alcala (quien me iba a decir a mi que iba a volver tantos añso despues XD), aunque se puede descargar via podcast… creo.
El primero ha quedado mejorable XD, se nota la falta de experiencia, a ver si para el segundo pulimos un poco los pequeños detalles
Lo estoy descargando ahora mismo… 🙂
Bueno, ya te anticipo, se hace largo XD
Ah, y los primeros minutos estan mal equalizados, pero es que no estaba el tecnico de sonido y nos estabamos peleando con la mesa XD
Paparruchas, está de pm!! Esta tarde me lo escucho entero… por cierto, me estaba pensando preguntarte quién eres de los colaboradores que salen, pero tal vez se rompiera esa magia por la cual te conozco únicamente como Cannonball XDDDD Decide tú el presentarte en sociedad… :p
Juas
eso es como preguntarle a una mujer su edad XD…
Ahora en serio, soy el que tiene mas problemas con el micro, mi canal dejaba de sonar cada dos por tres XD
Ah genial!!!! Eres al que no le gustó Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal XDDDD Me alegro!!!!!!
Yo no me alegro tanto, ¿tanto les costaba a Lucas y Cia haber pulido mas el guion XD?
Noooooo Cannonball… no lo has comprendido… metatextualmente Lucas y Spielberg estaban haciendo un remake de una peli de Allen… No en vano, uno de los títulos barajados era «Toma la cabeza y corre». También he oído que la canción de los títulos de crédito iba a ser así «Mi taaaaarro, se lo llevaaaaron, estandooo por la galaxiaaaa»
Y mira que el guion desechado de Darabont, sin ser genial!, era bastante mas decente
muchas gracias por la dedicatoria, José! 😉 me alegro de que te haya gustado. Y enhorabuena por el tremendo artículo derivado de su lectura. Sencillamente impresionante.
Un saludo!