Edición original: Batman#417-420 [DC Comics, 1988].
Edición nacional/ España: Ediciones Zinco; Grupo VID; Planeta DeAgostini.
Guión: Jim Starlin.
Dibujo: Jim Aparo.
Entintado: Mike DeCarlo.
Color: Adrienne Roy.
Formato: Serie Limitada/ Tomo.
Para que no se lleven a engaño, digo desde ya que esta es una de mis historias favoritas de Batman de todos los tiempos. Cada vez que la leo, me rindo a ella con ese amor incondicional de quien conoce sus defectos y, así y todo, no puede evitar sucumbir con pasión renovada.
Los ’80 fueron buenos tiempos para la creación de Bob Kane, especialmente la segunda mitad. Antes de la batmanía propiciada por el primer film de Tim Burton dedicado al murciélago, la franquicia había tomado impulso gracias al arrollador trabajo de Frank Miller. The Dark Knight returns (El regreso del Señor de la Noche, en su primera edición hispana) había conseguido lo impensable: redefinir el mito para nuevas generaciones, despachando de un plumazo los 10 años de historias desde Englehart & Rogers y, antes, O’Neil & Adams. Puede parecer una tontería si no caemos en la cuenta de que, durante esos años, nombres como Gene Colan, Michael Golden, Alan Davis o Jim Aparo se encargaban de mantener viva la llama. Pero Miller barrió con todo eso de una forma tan brutal que muchos lectores aún siguen pensando que Batman está loco y que Bruce Wayne es la máscara del justiciero… cuando no lo había sido hasta aquel entonces. The Dark Knight returns fue, indiscutiblemente, un hito por sí mismo, pero lo importante, al caso que nos ocupa, fue un efecto colateral poco mencionado. Y es que, de pronto, cada talento al calor del mainstream parecía tener una historia de Batman que contar, desde Alan Moore a John Byrne pasando por Grant Morrison, Howard Chaykin… o Jim Starlin.
Starlin fue uno de esos autores inquietos de la Marvel de los ’70, donde todo parecía estar permitido, incluso liquidar a personajes con su propia cabecera. Starlin brilló en esa jungla de titanes por dos aspectos: el desarrollo de la rama cósmica de ese universo, deglutiendo conceptos de Jack Kirby (véase Warlock) y su facilidad para exterminar desde secundarios a protagonistas, logrando que la muerte (pero la de verdad, ¿eh? No esta de puertas giratorias de la actualidad) planease continuamente por sus argumentos, dándoles una gravedad insólita. Es el segundo de sus puntos fuertes el que se trajo a la serie del cruzado de la capa. Podando toda su grandilocuencia, sus textos se volvieron secos, incisivos, ganando una cierta poética de lo efímero. Únicamente firmó un puñado de historias: todas buenas. ¿La mejor? Un relato en cuatro partes (entre los números 417 a 420 de la serie Batman) que enfrentaba al dúo dinámico contra un superagente ruso implacable y aparentemente invencible en los coletazos de la Guerra Fría.
Las 10 noches de la Bestia arranca con dos tipos desembarcando en una playa de EE.UU. El cuadro de texto nos informa de que es el “día 2” de su misión. ¿Qué misión? En Gotham City, un alto espía ruso informa a una delegación de seguridad (y al lector) de todos los detalles: el agente Anatoli Knyazev, apodado La Bestia, ha recibido de parte de su superior (un renegado que se suicida antes de comparecer ante el Kremlin) la orden de sabotear el programa defensivo norteamericano conocido como Guerra de las Galaxias. Para ello, no dudará en eliminar a las 10 personas clave del proyecto… incluido el presidente de los EE.UU., Ronald Reagan. Por supuesto, este agente es una auténtica máquina de matar, adiestrado en cualquier disciplina de asesinato y con fuerza incrementada cibernéticamente. Nadie sabe su identidad real o aspecto físico. Batman y Robin (Jason Todd), con la ayuda del Comisario Gordon y agentes de la CIA y del FBI, deberán hacer lo necesario para evitar que la Bestia culmine su sanguinario propósito.
Lo primero que destaca es la fría eficiencia de la Bestia. Ya hemos dicho que Starlin tiene mano para acortar la vida de los personajes que retrata, pero aquí va un paso más allá, despojando a la muerte de cualquier componente emocionante o heroico hasta convertirla casi en una incidencia. Paradójicamente, eso la hace más real y conmovedora, como cuando en un documental vemos las fotografías de personas que ya no están entre nosotros y, por empatía, sentimos la tristeza de sus muertes, no porque nos la muestren, sino porque tenían una vida y la perdieron. Batman sigue la pista al criminal, pero cada descuido, cada encuentro fallido, se salda con nuevo material para el forense. Una carrera contrarreloj donde las apuestas cada vez son más altas y donde el Señor de la Noche parece haber encontrado la horma de su zapato. Starlin acierta, además, al dotar a la trama de múltiples referencias contemporáneas (desde la guerra fría a los agentes de la DEA) que la aleja de esa especie de tierra de nadie donde parecen transcurrir la mayor parte de las peripecias de nuestros héroes. Todo resulta más verosímil, incluido el reparto habitual que, como en los buenos films de acción, queda retratado por sus acciones y no por sus palabras. Confieso que comulgo en particular con el enfoque del guionista sobre Robin, más un ayudante/aprendiz que el Batman en pequeñito al que nos tienen acostumbrados, como si la lucha contra el crimen fuese cosa de niños. Pero tampoco nos engañemos. Es una historia de Batman con todas las de la ley: tipos saltando de azoteas a astas de bandera, máscaras a lo Misión: Imposible, agentes del orden colaborando con vigilantes, Presidentes del Gobierno confiando ciegamente en héroes enmascarados, etc. Incluso tenemos encantadora escena camp con Bruce Wayne a medio disfrazar desayunando en la Mansión mientras atiende a Gordon al teléfono. Si el resultado tiene un empaque distinto (menos circense y fatuo de lo habitual) se debe a la sensibilidad que el escritor ha sabido trasmitir, evidentemente… y a otro factor, que he evitado mencionar conscientemente hasta ahora.
Starlin, ya se ha dicho, ofrece un guión sobresaliente: emocionante, vivo, audaz hasta cierto punto. Pero cuanto más se profundiza en la obra más reparamos en la enorme figura de Jim Aparo, sin cuya contribución nada de lo que hemos dicho valdría un chavo. Es cierto, Aparo trabajaba con guión completo, de lo que se deduce que la secuenciación le viene impuesta: es fácil demostrarlo si observamos que tiene más que ver con Starlin como autor completo (esos paneles verticales que se multiplican, la abundancia de viñetas) que con las páginas que había entregado para The Brave and The Bold en los ’70. Asimismo, puede objetársele cierta rigidez, tal vez achacable al entintado de Mike DeCarlo. Las anatomías han perdido la característica gracilidad “a lo Adams”, optando por un acercamiento más cinematográfico. En todo caso, calza como un guante para la historia que se narra. Acierta completamente con el tono hasta el punto de que, una vez leída, es difícil pensar en otro dibujante que le hubiera sacado más partido. Sólo hay que fijarse en como describe a los personajes reunidos en la delegación de seguridad según cogen los cigarros para darse cuenta de la sabiduría narrativa del artista. Como los verdaderos profesionales, sabe crear ambiente con cuatro trazos y resaltar los detalles importantes (piénsese en el pomo de la puerta del congresista, por ejemplo, o en el impacto que produce la muerte de una pareja en una perfectamente convencional cocina americana).
Desgraciadamente, Aparo es una de tantas víctimas del desconocimiento de DC en nuestro país. En Zona Negativa el compañero Toni Boix le hizo aquí un sentido homenaje con motivo de su fallecimiento en 2005. Desde entonces algunos de sus principales trabajos (Aquaman, Phanton Stranger, The Brave and the Bold) han visto -por fin- la luz en España. Admitiendo que, como ilustrador, llegó a su cima en los ’70, he de confesar que algunos de los tebeos que más me gustan de él son, precisamente, los que dibujó para Jim Starlin. En mi lista de “esto habría ocurrido en un mundo perfecto” (ese donde Moore y Sienkiewicz habrían completado Big Numbers), Jim Aparo se habría encargado de la aventura íntegra del “asesino del vertedero” y no sólo del primer (y sensacional) capítulo. Pero estoy divagando. Aparo es uno de los grandes dibujantes de Batman. ¿No me creen? Fíjense en el que dibujaba George Pérez (en la Liga de la Justicia, en los Titanes) y díganme a cuál les recuerda…
Batman, sobre todo, tiene esa imagen icónica (y lacónica) que relacionamos con los ’70 y primeros ’80, antes de Crisis en Tierras Infinitas (aunque esta aventura es posterior), antes de que se convirtiera en el ser tétrico y obsesionado que ha consagrado el cine. Le sientan bien esos aires a este cuento de espías tardío, publicado en 1988, un año antes de que la caída del Muro de Berlín obligase a replantearse objetivos hasta a James Bond. El Comisario Gordon es aún un tipo enjuto que fuma en pipa, con un bigote con las puntas hacia arriba, el cabello completamente blanco y unas gafas de pasta velando una mirada inquisitiva. El batmóvil está aún lejos de los coches blindados actuales y más cerca del descapotable de la serie de tv. Fíjense cómo han cambiado los tiempos que aquí todos, desde los agentes de policía a los más recalcitrantes terroristas, van perfectamente vestidos y aseados.
Y luego está el malo, Anatoli Knyazev, el agente al que la URSS llama la Bestia y la CIA la KGBestia. Siempre he pensado -no sé si con razón- que Chuck Dixon tomó buena nota de esta historia para crear a Bane, villano más cutre y, sin embargo, exitoso, que el concebido por Starlin y Aparo. A Starlin no le entusiasmaba la idea de enfrentar a Batman con sus coloristas enemigos tradicionales (aunque acabó claudicando, en el caso del Joker) y prefirió buscar nuevas némesis como el reverendo Blackfire (Batman. The Cult) o el mencionado asesino del vertedero (Batman#414, 421-422). Ninguno de ellos estaba pensado para nutrir la ya ingente galería de villanos del murciélago, si bien la KGBestia acabó ingresando en el selecto club… para desdibujarse, como tantos otros. En todo caso, aunque (al igual que Bane) su atuendo recordase al de un luchador de Pressing Catch, Aparo logró que pareciese amenazador y razonablemente realista en un contexto de intriga de espionaje internacional mezclada con superhéroes.
En 1988 faltaban años para la aparición de Image y los numerosos trucos para llamar la atención sobre las series con cromos, renumeraciones y portadas múltiples aún no eran ni un mal sueño, pero los editores y los responsables de los departamentos de venta ya le daban vueltas al magín buscando opciones para que sus tebeos destacasen en las estanterías. Dennis O’Neil, a la sazón responsable del universo Batman, había probado con éxito el concepto de “serie limitada dentro de la serie central” con el Año Uno de Miller y Mazzuchelli y se dijo: ¿por qué no repetir? Sólo que esta vez confiando en los habituales de la cabecera, cambiando únicamente el diseño del logo para incluir el nombre de la saga y encargando las portadas a Mike Zeck, que venía de realizar una estupenda etapa en el Capitán América de la competencia. Como todas las grandes ideas, no sólo triunfó y acabó inspirando varias iniciativas (como Legends of the Dark Knight) sino que fue completamente asimilada y hoy día cualquier serie ya viene programada por arcos argumentales más o menos autocontenidos con vistas al tomo recopilatorio.
Tal vez por ser una de las pioneras, por su corta duración o por no estar inscrita dentro de un evento de esos que ponen todo patas para arriba, Las 10 noches de la Bestia no ha sido especialmente bien tratada en nuestro mercado editorial. Llegó primeramente de la mano de Ediciones Zinco, en los números 23 al 26 de su segunda serie dedicada a Batman. Más tarde, Grupo Editorial VID la recogió en un apañado tomito, mirado con recelo por algunos por su país de procedencia. Finalmente, Planeta la incluyó en su primer coleccionable sobre Batman, entre las horrorosas historias del Segador y la popular Una muerte en la familia. (Incomprensiblemente, quedó excluida del último, que pretendía ser un compendio de las mejores sagas del Caballero Oscuro, donde hubiera hallado su sitio natural entre The Cult y la citada Una muerte en la familia). En lo que a mí concierne, creo que ya va siendo hora de recuperarla (por ejemplo, con la trilogía del asesino del vertedero) en un volumen que le haga justicia y que la dé a conocer a nuevos lectores ávidos de buenas historias.
Amén. Aqui otro fan absoluto de la saga. Debe ser de los primeros números de Batman que leí (en grapa de Zinco). A mi tb me recuerda mucho a los thrillers policiacos ochenteros. Tiene ese aura, igual que la Patrulla de Silvestri, con la Ororo punk, Longshot….estos comics hay que leerlos con hard rock de fondo.
El primer cómic de Batman que leí era es en que
se cortaba la mano
, un poco fuerte para un niño de 10 años, direis algunos, y yo os digo: «pensad en positivo, podría haber sido un cómic de ROB!».
Puestos a pensar en positivo, lo mismo habría sido mejor intentar cortar la cuerda antes de tirar por lo drástico.
«Puestos a pensar en positivo, lo mismo habría sido mejor intentar cortar la cuerda antes de tirar por lo drástico.»
Eso mismo pensé yo, y mi amigo que también se leyó el cómic, y practicamente todo el mundo excepto Starlin, al parecer.
No puedo hacer mas que aplaudir esta reseña, MUCHISIMAS GRACIAS, lo digo en serio, esta obra es muy importante para mi y ya pueden venir obras espectaculares del personaje,autenticas obras maestras,que para mi esta es y sera la mejor historia del murcielago,ne la he leido mil veces y cada vez que la empiezo de nuevo la disfruto mas…y es por eso que la edicion que tengo esta fatal…fue con el Batman con el que empeze y lo tengo desde niño y esta un poco doblado,las paginas ya mismo se le van a caer etc…por eso mi pregunta es:
Si se editase un cofre del Batman de estos dos autores cuales serian las obras mas notorias? Esta,la del vertedero y cuales mas?
Yo de todos modos voy ahora mismo( y estaria bien que mas gente me siguiera) a pedir una reedicion por parte e ECC de como minimo esta obra, ya sea en un coleccionable o un tomillo porque va haciendo falta…en fin ya he escrito un comentario demasiado largo pero es que esta obra….yo que se…no creo que sea el unico al que le tiene un gran cariño a esta obra asi que lo repito: Gracias por esta reseña 🙂
Puestos a pensar en positivo, lo mismo habría sido mejor intentar cortar la cuerda antes de tirar por lo drástico.
Es una de las mejores, sino la mejor, época de Batman que ha habido recientemente. Puede ser más o menos distraido lo que publican ahora, pero no tiene ni punto de comparación con la época de Jim Aparo & Co.
Estupendo artículo, Javier. Parafrasenado a Daniel, como suele ser habitual (me encantó el artículo de Chaland)
Toni Boix queria felicitarte y agradecerte a ti tambien la rntrada sobre Jim Aparo cuando fallecio,la he comentado y todo 🙂
Yo tampoco soy especialmente fan de esta historia, pero despues de leer la reseña me gustaria romper una lanza a favor de «año dos» que segun leo no le gusto mucho al autor del articulo, no lei la segunda historia, pero esa me gusto, y mucho, y eso que no soy un gran fan de Batman.
Entiendo bien que luego la sacaran de la continuidad (de cual de ellas???), por el tema del asesino, pero a mi me parecio muy buena historia.
¡Gracias a todos por los comentarios! Ya sabía yo que tenía que haber más admiradores de esta historia que está -sin duda- en mi Top 10 del murciélago.
Valdi, aparte de The Cult, Starlin se encargó de Batman entre el 414 y el 430 USA, lo que incluye la trilogía del asesino del vertedero, Las 10 noches de la Bestia, Una muerte en la familia y los crossovers con Millenium (la tontería de evento de la época). Yo también estoy por la recuperación de ese material. El único problema es que los crossovers son más bien prescindibles y Una muerte en la familia ha sido publicado hasta la saciedad. Probablemente, la mejor solución es la que planteo en el artículo (asesino del vertedero+10 noches de la Bestia), pero hay un par de episodios que no tengo controlados y que, si son autoconclusivos, también estaría bien añadir. En todo caso, coincido en que debería estar en las librerías, al alcance de cualquier buen fan de Batman.
Daniel, concuerdo en lo que dices del tufillo «derechón», pero si nos ponemos estrictos en ese sentido sería complicado disfrutar de muchos superhéroes, acaso la mayoría. Y hay que recordar la época, con el Dark Knight dando la adscripción ideológica del personaje. Además, Starlin parece reírse un poco de eso con la búsqueda del traidor (Robin sospechando del tipo del FBI porque en la universidad había sido miembro de un sindicato de estudiantes «izquierdoso»), con la colaboración del espía ruso (y las coñas sobre la escalada nuclear) o con el guiño final de Alfred. Vamos, que es un producto de su tiempo. Precisamente lo que peor ha envejecido de Watchmen (lo único, de hecho) es esa paranoia nuclear de los dos bloques, que a quienes no la vivieron le suena completamente marciana. ¡Y esto no es Watchmen!
Toni, muchas gracias a ti por recordar a Jim Aparo y así, poco a poco, ir dando a conocer a este gran dibujante incomprendido y mayormente ignorado.
Y, sí, todos tenéis razón, máxime cuando el propio Batman hace el truco de la manita para no caer al vacío, pues la KGBestia iba a cortar la cuerda en un par de golpes. ¿Qué puedo decir? ¡Es Batman! (tradúzcase como: conozco sus defectos… y me encanta) 🙂
Efectivamente, mele, Año Dos y su secuela no me gustaron nada, y eso que Mike W. Barr y Alan Davis habían hecho una tanda de episodios de lo más entretenidos, también dignos de ser recuperados.
Pues cuando la leí la disfruté mogollón. La historia va como un tiro y no da respiro. Pero, no sé, por alguna razón no me acaba de enamorar. Parte del motivo era el dibujo; no la narrativa, sino el dibujo en sí. Aunque reconozco que, fuera de esta obra y Una Muerte en la Familia, poco conozco de la obra de Aparo.
Y sí, lo de la mano no tiene sentido. La única explicación que le veo es que lo de la prótesis fuera para hacerlo más peligroso… aunque en realidad lo hizo más ridículo.
A mi no fue una saga que me hiciera mucho tilin, a decir verdad la etapa de Starlin no me gusto mucho (miento, The Cult si me gusto bastante) y del dibujo de Aparo, bueno, no estaba en su mejor momento, aun asi hace un trabajo mas que digno. Eso si, el que quiera disfrutar de Aparo en plenitud, que le heche un vistazo a sus Brave&Bold que eso si es canela fina (ECC reedicion YA!!) o su Aquaman que tambien esta muy chulo.
Aparo fue uno de los dibujantes que mejor comprendió al Batman pre-crisis. Por eso, ciertos lectores, ya en la época, le consideraban pasado de moda, sobre todo compitiendo con Norm Breyfogle o Alan Davis. A mí no me enamoró entonces, pese a que la historia siempre ha sido de mis favoritas. Pero, por ejemplo, en Una muerte en la familia sí que me pasó lo que dices. Sin embargo, volviendo la vista atrás (y conociendo, claro, otros muchos trabajos suyos) su arte crece muchísimo. Se vuelve casi atemporal. Y empiezas a entender la admiración que sentían por él nombres como John Byrne o el citado Davis.
A lo de la mano tampoco hay que darle muchas vueltas. Son de esas cosas que pasan en los tebeos de superhéroes.
«que le heche»
eche,eche,eche, joder! que no hay manera XD ( ZN boton de edicion YA!!)
Genial artículo y genial saga.
No estás solo Javier, para mí ésta es una saga imprescindible de Batman, una de mis favoritas. Yo soy de los que piensan que el royo ochentero fachoso le da un encanto especial al Batman de Starlin. Y Una Muerte en la Familia sí que es el despiporre, con el Joker trabajando para Homeini.
Todos tenemos un ideal de cómo se debe dibujar un personaje, quién es el autor perfecto para plasmarlo: Superman / Byrne, Wonder Woman / G. Perez… (son ejemplos, no me entren al trapo)… Pues para mí, en mi mente, el Batman perfecto es el de Jim Aparo. Entre estos números y (sobre todo) Batman y los Outsiders se me quedó como la imagen perfecta del murciélago (y Alfred y Gordon…).
Y en cuanto a lo de la cuerda. Creo que queda claro que la KGBestia no tenía ángulo para cortarla con el hacha. Batman se lo impedía tirando de ella y balanceándose y estaban a punto de atraparle. Intentó disparar a Batman pero el murciélago se lo impidió. Necesitaba escapar de inmediato o iba a ser atrapado.
En lo que sí estoy de acuerdo es en la crítica al final. Me parece un buen cierre para una historia independiente, pero un final horroroso para un Batman dentro de continuidad. Sencillamente Batman nunca haría eso. Va contra su código.
«Vamos, que es un producto de su tiempo. Precisamente lo que peor ha envejecido de Watchmen (lo único, de hecho) es esa paranoia nuclear de los dos bloques, que a quienes no la vivieron le suena completamente marciana.»
Yo nací un año antes de la caída del muro, y no tengo mayor problema en comprender el contexto «guerra fría», presente en la cultura popular hasta el infinito. No creo que la importancia de un contexto histórico dentro de una obra la convierta en una «hija de su tiempo» que haga rascarse la cabeza a quien no ha vivido dicho contexto. Apenas podríamos mirar pelis, ni libros, ni cómics, si fuese así.
”Vamos, que es un producto de su tiempo. Precisamente lo que peor ha envejecido de Watchmen (lo único, de hecho) es esa paranoia nuclear de los dos bloques, que a quienes no la vivieron le suena completamente marciana.”
Yo nací en el 95 y no me resulta para nada extraño, si precisamente la guerra fría la hemso visto en mogollón d epelículas, series, cómics…
Es que pasa eso, el problema no es tanto la ambientación en otra época. A eso estamos más que acostumbrados. Sino una glorificación de ciertos aspectos bastante poco agradables. Como intentar ver «Raza» hoy (salvando las distancias) y alegar que es parte de la ambientación de la época. No se si me explico 😆
Muy buena reseña, desde hace tiempo se merecia este comic un informe como el que hicieron, desde ya se agradece.
Increible historia, recuerdo cuando la lei por primera vez, quede sorprendido por el desarrollo de la trama.
Es cierto que es una historia atipica en todos sus aspectos dentro de lo que es el universo de Batman, pero no por eso deja de ser de gran calidad; de por si no tenemos a un villano tradicional pero igual logra convertirse en una adversario implacable y Batman lo deja claro cuando hace el comentario de que…
por fin encontre a alguien mejor en este negocio
Conincido con el tema de la cuerda, no le dan angulo para poder cortarla, pero también sirve para demostrar que Anatoli iba en serio, y no tenía problema en sacrifirse al 100 por ciento.
El final a diferencia de muchos, a mi me parecio increible, todos esperaban..
el combate definitivo, pero Batman demostro que habia madurado y no necesitaba probarse en nada
Cuestiones que lamento con el transcurso de los años es que:
Con el fin de la guerra fria este villano quedo en desuso, y núnca le terminaron de encontrar la vuelta para poder darle más continuidad, incluso sus posteriores apariciones son una pantomina a comparación de lo que fue.
Situación similar sufrió la saga que no logro ocupar el lugar que merece en la historia de Batman.
Sigo sosteniendo que la creación de Bane es un claro homenaje a la KGBestia, pero actualizado para nuevos fines.
Tengo la edición de Vid, y aunque no es gran cosa es decente, lamento eso si que núnca haya tenido una mejor edición.
El primer cómic de superhéroes (aunque para mi batman no lo es) que leí allá por un lejano 1991 y que marcó un antes y un después en mi vida.
Después de leerlo (y releerlo una media docena de veces) nunca más pude dejar de seguir a Batman en el papel y cambié mis historietas de niños por los cómics de Batman.
Lo mejor de todo es que hace un par de años la releí y me pareció tan espectacular como la recordaba de mi niñez, cosa que no ocurre con el 90% de las historias que tengo de aquella época.
Entra seguro en mi top five del murciélago y concuerdo con algunas ideas que aparecieron en comentarios anteriores. El Batman de Aparo es el definitivo (también su Bruce Wayne) y el final es espectacular, me dejó los pelos de punta. Lo de la cuerda, bueh, todos pensamos lo mismo, pero creo que la diferencia es que no tenía apoyo para cortarla, la cuerda estaba paralela al muro del edificio a unos 20 cms. de distancia y bamboleando, mientras el brazo estaba fijo apoyado contra el cemento de la corniza. Esa es mi explicación 🙂 y como sea, le aportó espectacularidad a la historia.
Gran reseña de una fantástica obra. La continuación, con Batman viajando a Moscú decae muchísimo pero entretiene
La continuación, con Batman viajando a Moscú decae muchísimo pero entretiene
Hay una continuacion a esta obra? No tenia ni idea,me puedes decir el nombre por favor R7varola?
Batman demostro que habia madurado y no necesitaba
Sith, tras tantos años desde que lo leí, y he de decirte que eres el primero que ha dado pie a que me replantee mi opinión sobre la obra. Va a tocar relectura…
«Va a tocar relectura…»
Pues yo ya me la he releido otra vez (he perdido la cuenta de las rslecturas de esta obra jaja y nada…me sigue entreteniendo como si fuese la primera vez, y el final no entiendo como no os gusta, Batman lo dice: «Hace unos años me habria lanzado a la oportunidad de probarme contra ti», con esto nos dice que no necesita demostrar nada,que no necesita arriesgar su vida a lo loco cuando tiene una oportunidad de ganar sin riesgos…para mi brillante (y se corta la mano porque no tiene angulo).
Ahora estoy pendiente de saber cual es la continuacion que han nombrado mas arriva,que estoy muy intrigado,pero si no la llevan a cabo los mismos autores me voy a llevar un chasco…
Muchachos, la «continuación» a que me refiero es una saga titulada «Cuando muere la Tierra». También venía enmarcada dentro de las series regulares de Batman, creo que después de «Un lugar solitario para morir» y el en equipo creativo respecto de «Las 10 noches…» cambian a Starlin por Wolfman. Solamente adelantaré que Batman viaja a Moscú a enfrentar a otro agente de la inteligencia soviética, esta vez, luego de la caída del régimen.
Como soy de Chile, en su minuto la compré siguiendo una edición argentina, hace poco la releí y no está tan mal.
adjunto link http://www.directoriow.com/pe_Batman_Cuando_la_Tierra_Muere_Comic_Completo_627973.html
Muchas gracias por la informacion! La leere 🙂