Breyfogle y el Club de los Autores Olvidados

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La reciente entrevista concedida por el durante largo tiempo dibujante de Batman, Norm Breyfogle, a The great curve, a raiz de la próxima publicación de Of Bitter Souls por parte de Speakeasy Comics, nos deja la siguiente declaración:
Mi trabajo para Batman fue un sueño de infancia hecho realidad. Sólo desearía que hubiera acontecido algunos años más tarde para que así el trabajo hubiera soportado mejor el paso del tiempo, puesto que he mejorado mucho desde entonces.
Estaría encantado de volver a dibujar a este personaje o a cualquier otro para DC Comics, pero aparentemente he sido puesto en alguna especie de lista negra en mi antiguo hogar editorial. No lo entiendo. Quizás mi preció por página es demasiado alto. Pero cuando ofrecí reducirlo para así poder competir con los más jóvenes y baratos talentos, Mike Carlin me dijo que yo no podía hacer eso. ¡Tanto hablar de libre mercado! Será a causa de una discriminación por edad institucionalizada o porque no soy parte del club de los buenos veteranos. Sea como sea, parece que no quieren darme ninguna oportunidad allí ahora. Y debo decir que ahora mismo yo estaría encantado de volver a trabajar en cualquier título DC.

Recuerda de alguna manera a la que hace un tiempo ofreció Igor Kordey en Newsarama cuando fue relegado de sus obligaciones para con Marvel y la franquicia mutante.

Cable fue mi primer encargo. Siempre tiendo a entregar mi trabajo un poco antes de tiempo. Sé por experiencia que siempre te puede pasar cualquier cosa y es mejor tener un episodio o dos adelantados que no ir retrasado. Al mismo tiempo el guionista, Tischman, empezó a entregar tarde los guiones por su implicación para con series de TV y yo pedí otros trabajos para rellenar los cada vez más extensos intervalos entre guión y guión suyo. Así llegó Black Widow, y la oferta de hacer los fill in de New X-Men. El número 120 fue el primero. Y una vez que tuve acabados los lápices y las tintas en diez días, los editores se mostraron tan encantados que me ofrecieron también el 119. Entonces todo el mundo quería que trabajara para ellos. Les dije que podía hacerlo, pero a un precio más alto por página. La cabo de dos días me ofrecían un contrato en exclusiva. En Mayo del 2002 hacía cuatro títulos a la vez. Era de locos. Hoy me doy cuenta que muchos de aquellos trabajos estaban por debajo de mis estándares de calidad. M engañé pensando que el nivel de expresividad que conseguía realizándolos a ese ritmo era adecuado y nadie me corrigió. Fuí mi propio juez, jurado y verdugo.

Tiempo atrás, también el guionista Gerard Jones, quien con estilo se dio a conocer con The Trouble with girls (Piranha press), hizo meritorias obras como El Diablo o Martian Manhunter: American Secrets, para acabar declinando en los derivados de la Justice Leage de Giffen y Green Lantern, expresaba que, cuanto más se sentía impelido a dotar de comercialidad a las principales franquicias de la casa, más decepcionantes eran los resultados y peor acogidos por el público. Situación que lo acabó llevando a abandonar el mundo del cómic para dedicarse a escribir libros. La entrevista, aunque larga, tiene verdaderas perlas sobre el tema que nos ocupa que merecen ser leídas.

FAnzing: Joe Quesada, desde Marvel, ha señalado que el “Darwinismo” es la razón que motiva la búsqueda de nuevos talentos. Puesto que grandes nombres no pueden conseguir trabajo en la industría, “la ley del más fuerte” no parece ser la verdadera motivación. ¿Crees que el Darwinismo de Quesada es una verdadera filosofía o sólo la excusa para contratar principiantes que trabajarán a bajo precio?
Jones: Esa idea de Quesada es de una estupidez colosal. No creo que nadie haya citado el Darwinismo social en los últimos setenta años, y entonces sólo lo hacían los fascistas. Suena como si ni siquiera entendiera el concepto. Obviamente hay una necesidad de buscar nuevas aproximaciones cuando las viejas ya no venden. Es una cuestión práctica. No creo que la industria les deba nuevos trabajos a la gente sólo porque han estado trabajando para ella. Pero hacer política de tabula rasa más allá de eso me parece estúpido. Lee y Kirby tenían ambos cuarenta años cuando crearon Marvel Comics y llevaban en el negocio más de veinte años. Ditko era sólo un poco más joven. Buscema, Romita, Kane. Cuando empezaron a contratar gente joven, ya estaban bien entrados en la veintena y habían hecho trabajos en otros campos. Steranko, Adams, Thomas, O’Neil. Incluso en los cómics ayuda haber vivido un poco y haber aprendido algunas técnicas. Realmente con los chavales nuevos la cosa parece más el repetir la misma mierda con la que crecieron que no hacer nada excitante y conseguido.

Más triste resultó el destino de Messner-Loebs que, después de haber creado una obra tan apartada del mainstream como Epicuro el sabio (Piranha-Zinco), se perdió por entre los resultados irregulares de sus trabajos en Flash y WW para acabar sin oficio ni beneficio.

Sin voluntad de hacer un análisis en profundidad de todo ello, parece evidente que la interacción de las directrices editoriales con los caprichos de los aficionados, que muchas veces piden lo que no quieren (por ya visto) y disfrutan lo que no pidieron (por refrescante), condiciona de manera notable la capacidad creativa de los autores. Todo ello, gestador de insatisfacción en ellos mismos y de ingrato futuro laboral.

ilustración de Kordey que parece simbolizar mucho de lo dicho

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