El asombroso Spiderman #75

Mismo Lagarto, nuevo intento, similar resultado

 

Contiene: Amazing Spider-Man #688-691 y Annual #39
Guión: Dan Slott y Brian Reed
Dibujo: Giuseppe Camuncoli y Lee Garbett
Formato: Tomo, 136págs.
Precio: 6,95

 

Después de lo que prometía ser una tormenta que quedó en unos algo decepcionantes chubascos, es el turno de Slott para indagar en la mente de un villano clásico: el Lagarto. Es evidente desde las primeras páginas que quiere crear una visión aterradora del Lagarto, puramente animalizada y ya sin apenas atisbos no ya de humanidad, sino de raciocinio, lo cual funciona muy bien gracias no solo a las cajas de texto o las líneas de diálogo, sino a la intensidad con la que están dibujadas las secuencias de acción. Es de agradecer que se dedique un esfuerzo a hacer impresionante a un villano que, en su forma de reptil, solo puede jugar la carta del salvajismo, de la violencia. La interacción con Spiderman, sin ser nada excepcional, está bien conducida a la par que deja entrever con una sutileza deliciosa el camino que seguirá la colección hasta llegar a la eclosión del número 700. Fijaos en los detalles, no tienen desperdicio. Buena parte del primer ejemplar sirve como presentación del arco argumental: Spiderman decide dar una vuelta de tuerca a su lucha contra el Lagarto, lo cual no deja de ser algo que ya ha intentado en ocasiones anteriores, pero esta vez en cuenta con más recursos, más medios y un guionista que sí quiere aplicarse a fondo a la hora de describir la faceta científica del trepamuros. Una introducción sencilla para una premisa sencilla.

La inclusión de Morbius en la historia no resulta forzada pero, pese a que se nota la dedicación de Slott a la hora de hacer de esta algo significativo, nunca resulta especialmente memorable: eclipsada por un arco principal mucho más intenso e interesante, lastrada por diálogos que ralentizan las escenas más potentes, nunca termina de despegar como conflicto. Plantea, eso sí, una decisión difícil para el personaje a través de la cual vemos despuntar esa faceta más siniestra que cobrará importancia conforme avance la colección, pero más allá de eso no aporta nada de sustancia.

La evolución de Connors dentro del arco, sin embargo, sí funciona. Pese a que bebe sin el menor reparo de arcos anteriores en los que el personaje se ha visto implicado -tanto el Lagarto como su alter ego humano son personajes de una sola faceta, por lo que es inevitable que sus historias tengan un cierto regusto-, lo hace con el suficiente estilo como para que la lectura sea muy entretenida. Algunos momentos potentes contribuyen a crear una atmósfera de locura y tragedia que consigue contagiarnos el padecimiento de Connors, su locura. Por desgracia, el científico loco con un monstruo en su interior susurrándole cosas es un recurso extremadamente manido y aunque Slott trata de actualizar la idea con algunas pinceladas clave, nunca termina de quitarse de encima esa sensación de previsibilidad. Su plan de villano causa un gran impacto cuando se descubre, pero no tarda en desinflarse antes de llevar a una conclusión del montón, algo anticlimática para un arco que si bien no se anticipaba como revolucionario, sí tenía el potencial de introducir cambios más… ¿radicales?

En líneas generales, Slott sigue demostrando que es un buen guionista, con ambición para indagar en la psique de los personajes y añadirles nuevas facetas a partir de las ideas que los hacen funcionar, aunque las limitaciones propias del villano con el que trabaja y quizá una cierta timidez a la hora de llevarlo a nuevas cotas hacen de este arco argumental una historia buena, interesante, una lectura entretenida con detalles buenos pero que no destaca especialmente en ningún campo, que no sobresale, y que no llega a justificar el desembolso de siete euros a menos que se sea un fan acérrimo del personaje. El dibujo es bueno, así como los dos diseños del Lagarto que encontramos en estas páginas, y el Annual es un complemento de agradable lectura que no pasa de un aprobado alto por su vacuidad.