La magia y los superhéroes
En La Brigada de la Gabardina, serie limitada publicada en 1999 en la línea Vertigo y firmada por John Ney Rieber y John Ridgway, podríamos encontrar un pequeño antecedente a la nueva Liga de la Justicia Oscura del refundado Universo DC. En esta historia se recuperaba al grupo de personajes reunidos casi una década antes por el británico Neil Gaiman en Los Libros de Magia, a saber, John Constantine, Mister E, El Fantasma Errante y Doctor Occult. El creador de The Sandman, siempre tan comprometido con la historia sobrenatural y esotérica de DC Comics, nos proponía en esta última un recorrido por ese mundo oculto dominado por la magia, la hechicería y lo arcano de herencia deceíta. En 1993, con la creación del mencionado sello Vertigo, este tipo de historias y personajes, habitualmente más relacionados con el misterio, el terror o el suspense, parecían haber hallado un espacio ideal para desarrollarse y expresarse en libertad alejados de las capas y las mallas.
Eso al menos parecía demostrar el éxito de la creación de dicho sello bajo las pautas marcadas por La Cosa del Pantano de Alan Moore y Stephen R. Bissette y de la que pronto se derivaría la serie de Hellblazer protagonizada por John Constantine y guionizada en sus primeros números por Jaime Delano. Esto también provocaría la recuperación de cabeceras como Weird War Tales o la más reciente House of Mystery, así como el trasvase de personajes de DC Comics, o el coqueteo de los mismos, con la línea Vertigo como sería el caso de Zatanna, Madame Xanadú o Deadman. No obstante, la magia siempre ha formado parte de Universo DC, desde sus orígenes, incluso los cómics de superhéroes ya en sus inicios trataban sin pudor estos temas haciendo más difusa la línea que separa la fantasía de la ciencia ficción en la que habitualmente se suele incluir a personajes como Superman, Batman o Green Lantern. De hecho, uno de los primeros personajes místicos asociado a DC Comics, por entonces National Comics, sería el ya mencionado Doctor Occult, creado en 1935 dentro de la cabecera New Fun Comics por los padres del género superheroico Jerry Siegel y Joe Schuster. Este era, y sigue siendo, un detective especializado en delitos de carácter sobrenatural con un estilo heredero de la novela negra, concretamente del Sam Spade de Dashiell Hammett, y las publicaciones y seriales radiofónicos de corte pulp protagonizados por proto-superhéroes como The Shadow o The Green Hornet.
Por lo tanto, la magia y el género superheroico estaban condenados a entenderse, o eso debieron pensar el guionista Bill Parker y el dibujante C. C. Beck en 1939 cuando concibieron para la editorial Fawcett Comics al Capitán Marvel en las páginas de Whizz Comics. El personaje acabaría siendo conocido como Shazam! por motivos legales, incluso después de ser comprado en 1972 por DC Comics para ser incorporado a su catálogo pero, lo importante del mismo, era comprobar la génesis perfecta que este suponía entre magia y cómic superheroico. En los años cuarenta, llegarían a DC Comics El Espectro y el Dr. Destino, el primero sería un concepto desarrollado nuevamente por Jerry Siegel en la ya comentada revista More Fun Comics, y el segundo nacería unos números después en la misma colección de la mano de Gardner Fox y Howard Sherman. Tanto El Espectro como el Dr. Destino se convertirían, en 1940, el mismo año de su creación, en miembros fundadores de la histórica Sociedad de la Justicia de América en All Star Comics #3 por obra y gracia del editor Sheldon Mayer y el mismo Gardner Fox. Este sería el primer cómic de este tipo conocido, adelantándose en un par de décadas a La Liga de la Justicia, y en él compartirían aventuras nuestros héroes con compañeros como Hourman, Sandman, Atom, Flash, Green Lantern y Hawkman.
Durante las décadas posteriores la convivencia entre las mallas y los hechizos siguió siendo fructífera, aunque los personajes de corte mágico funcionasen mejor como secundarios ocasionales, cosa que también pasaría, por ejemplo, con El Fantasma Errante a pesar de debutar en su propia serie de título homónimo en 1952 gracias al tándem formado por el guionista John Broome y el dibujante Carmine Infantino. Este último sería un autor muy ligado a este tipo de personajes y relatos, sobre todo cuando el cómic de superhéroes había empezado a perder popularidad después de la Segunda Guerra Mundial, y trabajó en muchas obras en las que se mezclaba lo esotérico y misterioso con la ciencia ficción. No obstante, uno de sus personajes más populares sería ya concebido al amparo de la llamada Edad de Plata que las publicaciones de Marvel Comics habían traído al género, y sería así como en 1967 Carmine Infantino, junto a Arnold Drake, presentaría en sociedad al acróbata sobrenatural Boston Brand alias Deadman. Esto se produciría en el cajón de sastre que resultaba ser el título Strange Adventures, una cabecera en la que también verían la luz personajes tan destacados como Animal Man, Adam Strange o La Encantadora. En todo caso, Carmine Infantino pronto dejaría su labor con Deadman relegada a los argumentos de sus historias, los guiones correrían a cargo de Jack Miller, y el dibujo pasaría a ser territorio único de un debutante Neal Adams que haría suyo al personaje.
Por su parte, nuevamente Gardner Fox, exprimiría su imaginación para legar al Universo DC uno de los sus personajes mágicos más conocidos y populares, Zatanna, aparecida por primera vez en 1964 en las páginas de la serie del alado Hawkman, un héroe este como Shazam! a medio camino entre lo mágico y lo superheroico. Por supuesto, en la corta andadura de Jack Kirby en DC Comics, entre 1971 y 1975, este tendría tiempo para aportar su granito de arena a la causa con una creación tan extravagante y peculiar como el demonio rimador Etrigan que con el tiempo se convertiría en un secundario de lujo presente en historias tan importantes y dispares como el insalvable The Sandman de Neil Gaiman, La Cosa del Pantano de Alan Moore, el Green Arrow de Kevin Smith o el Hitman de Garth Ennis. Entonces llegarían los años ochenta, en 1985 Marv Wolfman y George Pérez idearían como una necesidad editorial Crisis en tierras Infinitas, el primer gran crossover del género superheroico, destinado a reorganizar todas las colecciones de DC Comics y limitar el hasta entonces caótico multiverso. Es en este momento cuando se pone más de relieve el carácter dualista del mundo esotérico y sobrenatural del Universo DC dividido en dos corrientes: los personajes ligados a la eterna batalla entre los Señores del Orden y los Señores del Caos, como Doctor Destino, El Fantasma Errante, Shazam! o Halcón y Paloma, y aquellos ajenos al mismo enfrentamiento como podrían ser Zatanna, Etrigan o John Constantine.
«Esta dualidad mágica desapareció (en el Universo DC), sin fecha definida, en el proceso de creación de Vertigo», como comentaba el compañero Enrique Ríos en el tomo catorce de la edición de La Cosa del Pantano de Alan Moore de Planeta DeAgostini, «El Universo DC se quedó claramente con el concepto de batalla entre El Orden y El Caos y prácticamente desechó el otro», mientras Vertigo asumía toda la libertad creativa mágica. Esto dejaba el campo abonado para los autores de la línea Vertigo para poder plantear sus historias sin estar ligadas a la continuidad del universo tradicional, ese espacio idílico y bucólico del que hablábamos al principio. Y en este punto volvemos a Neil Gaiman, uno de los guionistas más interesados en este tema como se vería ya en The Sandman y, posteriormente, en Los Libros de Magia. En esta última miniserie merece la pena destacar a su protagonista, Timothy Hunter, personaje convertido en el paradigma de los aprendices de mago que pondría de moda a principios del siglo XXI la literatura infantil identificada con el Harry Potter de J.K.Rowling o, remitiéndonos al mismo marco del cómic, el Tom Taylor de Mike Carey y Peter Gross en The Unwritten. En Los Libros de Magia Neil Gaiman también redefiniría algún personaje ajeno como Mister E, una creación de los años ochenta de Bob Rozakis y Jack C. Harris en la cabecera Secrets of Haunted House, suponiendo esto una pequeña muestra más de las estrechas ligaduras entre ambos universos porque, al fin y al cabo, la línea Vertigo se seguía nutriendo del Universo DC de toda la vida. Y una prueba más reciente de esto, aunque en este caso a la inversa, será precisamente la aparición de Timothy Hunter en las páginas de La Liga de la Justicia Oscura en las tramas de Jeff Lemire en la cabecera.
Sin embargo, ahora parecemos asistir a un cambio de tendencia, debido en gran parte a la liquidación en el Universo DC del concepto y la mitología ligada a la batalla entre los Señores del Orden y los Señores del Caos. Esta tendría su conclusión en 2005 en la miniserie El Día de la Venganza, circunscrita al crossover Crisis Infinita, y sería llevada a cabo por el guionista Bill Willingham y el dibujante Josue Rivera. En esta historia se narraría la demolición y destrucción a manos de El Espectro de las reglas de juego de esta parte del universo mágico de la editorial derrotando a entidades como El Fantasma Errante, el Doctor Destino o Madame Xanadú. Desde este punto y aparte en DC Comics parecen haber querido reorganizar los conceptos sobrenaturales de su mundo de ficción y una consecuencia de ello parece el regreso de los personajes de la línea Vertigo a su antigua casa, una maniobra que culminaría o tendría su apartado más destacado con la participación de La Cosa del Pantano y John Constantine en la miniserie El Día Más Brillante. Esto sólo era un aperitivo de lo que nos traería en 2011 el reboot del Universo DC en el que la magia esta más viva que nunca, la apuesta ha sido fuerte con series como Demon Knights, Yo Vampiro, La Cosa del Pantano, El Fantasma Errante, Sword of Sorcery, la inminente Constantine o la presente La Liga de la Justicia Oscura. En este nuevo páramo las reglas aún están por descubrirse y parece que este último título viene a estirar sus límites y fronteras tanto como la magia lo permita.
Y entonces llegó un día…
La Liga de la Justicia Oscura, título estrenado por Peter Milligan y el español Mikel Janín como parte de la primera andanada del relanzamiento del Universo DC producido en el año 2011, es un concepto nuevo, aunque no original, en el que se reúnen algunos de los personajes más destacados ligados al mundo sobrenatural del Universo DC como Zatanna, John Constantine o Shade El Hombre Cambiante. Muchos de ellos con un pasado en la línea Vertigo configuran un disfuncional conjunto de personalidades que asume el mítico título de la agrupación normalmente liderada por Superman, Batman y Wonder Woman. Después de los primeros arcos argumentales, correspondientes prácticamente al grueso del los tres tomos recopilatorios publicados hasta la fecha por ECC Ediciones en nuestro país, el guionista Peter Milligan, pasado el crossover relacionado con el Yo Vampiro de Joshua Hale Fialkov y Andrea Sorrentino, cedería el testigo al canadiense Jeff Lemire que apostaría por una cabecera de tono más superheroico y por introducir nuevos personajes y conceptos en sus historias.
Esta Liga de la Justicia Oscura no tiene antecedentes directos, aunque en los estertores finales de la antigua continuidad podríamos encontrar su semilla y origen, en eventos y cabeceras como El Día Más Brillante y Flashpoint, o títulos concretos como El Día Más Brillante: En Busca de la Cosa del Pantano. En estas historias se pueden rastrear algunas pistas de la orientación que el futuro de ciertos personajes iba a tomar en el actual y renovado Universo DC. Por otro lado, también resulta curioso e interesante situar ciertos elementos y algunos de los protagonistas de La Liga de la Justicia Oscura en la fase previa a su aparición en la misma. Por este y otras motivos, y pese a tratarse de aventuras actualmente fuera de continuidad, puede resultar apropiado realizar un pequeño recorrido por las raíces de esta La Liga de la Justicia Oscura en el antiguo Universo DC y comentar los cómics que de alguna manera han quedado como prólogos apócrifos a la misma.
El Día Más Brillante sería una consecuencia directa del crossover La Noche Más Oscura y funciona como secuela de la misma aunque en una vertiente menos cósmica y más intimista. En esta serie, con un argumento concebido por Geoff Jonhns en el que se basarían los guiones de su compañero Peter Tomasi, se narran los acontecimientos posteriores y derivados de la batalla de los Green Lantern Corps, y el resto del Universo DC, contra la misma muerte representada por los Black Lanterns liderados por el villano Mano Negra. Después de acabado el conflicto, la entidad de la vida resucita a doce héroes y villanos, sin relación en común pero con una misión que tendrán que cumplir para bien o para mal: el Profesor Zoom, Jade, Osiris, Maxwell Lord, Hawkman y Hawkgirl, Aquaman, El Detective Marciano, el Capitán Boomerang, Firestorm, Paloma y Deadman.
La trama de El Día Más Brillante, llena de misterios y revelaciones, utiliza a Deadman como guía principal de la acción convirténdose en el portador de la linterna blanca y mientras este intenta adaptarse de nuevo a las sensaciones y emociones humanas de su nueva existencia. Será precisamente la participación de Deadman en el evento, su eventual relación sentimental con Paloma trasladada a las páginas de La Liga de la Justicia Oscura a pesar del relanzamiento, y la sorpresa final de esta maxiserie de veinticuatro capítulos lo más destacado del experimento. En cuanto a esto último, DC Comics estuvo jugando al despiste con los lectores durante mucho tiempo, hasta que se reveló que esta saga sólo había sido el camino más largo posible para presentar el regreso de John Constatine y La Cosa del Pantano al Universo DC del que habían salido a finales de los años ochenta. La maniobra en perspectiva no deja de ser curiosa, incluso relativamente extraña, teniendo en cuenta que la continuidad del Universo DC tenía los días contados y finiquitados.
De esta manera, en esta historia La Cosa del Pantano volvería a ver relacionado su destino con el de un resucitado Alec Holland para convertirse en el protector de la Tierra y con la ayuda de los avatares del planeta representados por Aquaman (agua), Firestorm (fuego), Detective Marciado (tierra) y Hawkman y Hanwgirl (aire). Por otro lado, la aparición del bueno de John Constantine sería aquí anecdótica, reservándose la última escena del relato, a modo de cameo, para ser presentado con más calma en la posterior El Día Más Brillante: En Busca de La Cosa del Pantano concebida a mayor gloria del famoso mago de Liverpool. Nada de esto tendría relevancia en el nuevo Universo DC, ni en la serie de La Cosa del Pantano de Scott Snyder y Yanick Paquette, ni en la Liga de la Justicia Oscura de Peter Milligan o en lo visto hasta ahora de la etapa de Jeff Lemire en la misma. Por lo tanto, a excepción de la comentada relación sentimental de Deadman y Paloma, se hace borrón y cuenta nueva de todo lo visto en estas páginas.
Lo mejor: La trama conjuga muy bien aventuras, misterio y acción dando a todos los personajes implicados tiempo para desarrollar sus historias y dramas personales.
Lo peor: Pese a su extensión su final acaba siendo algo precipitado.
Edición original: Brightest Day #1-24 || Guión: Geoff Johns y Peter Tomasi || Dibujo: Ardian Syaf, Ivan Reis, Patrick Gleason y Scott Clark || Valoración:
Esta miniserie de tres únicos números, epílogo e historia derivada de la anterior El Día Más Brillante, pretendía servir también para situar en el mapa a los dos personajes icono de la línea Vertigo: John Constantine y La Cosa del Pantano. En este caso el relato se centra en la figura de un John Constantine empeñado en conseguir reunir a Alec Holland con el verde antes de que sea él la nueva elección de la entidad. Por lo tanto, en esta obra guionizada por Jonathan Vankin y dibujada por Marco Castiello y Renato Arlem, ya encontramos grandes contradicciones con lo leído en El Día Más Brillante. Mientras que en esta todo se resolvía con la unión de Alec Holland y La Cosa del Pantano en la presente En Busca de La Cosa del Pantano se incide en el hecho de que ambos continúan separados y poniendo por ello en serio peligro la estabilidad del verde y del mundo entero.
Por supuesto, esto tampoco tendrá especial repercusión de cara a lo que hemos visto en La Cosa del Pantano de Scott Snyder y Yanick Paquette, allí se nos volverá a contar una vez más la misma historia partiendo de nuevo de la separación entre Alec Holland y La Cosa del Pantano y pese algún comentario directo a sucesos aquí narrados. En relación a John Constantine nada de lo vivido en estas aventuras, totalmente asépticas para el personaje, tendrá repercusión en su aparición en La Liga de la Justicia Oscura ni seguramente la tenga en su próxima serie en solitario en el Universo DC bajo el simple título de Constantine y con el mismo Jeff Lemire y su escudero Ray Fawkes como guionistas de la misma. No obstante, en lo que sí hay una cierta correlación es en la interpretación que tanto en En Busca de La Cosa del Pantano como en La Liga de la Justicia Oscura, al menos en la etapa de Peter Milligan, podemos ver de este peculiar mago inglés creado, paradójicamente, por otro mago inglés llamado Alan Moore. En segundo plano, Superman y Batman juegan importantes papeles pero muy puntuales, así como Zatanna, Deadman Madame Xanadú con la que John Constantine tendrá un tour de force previo a su conflictivo reencuentro en La Liga de la Justicia Oscura.
Lo mejor: Las salidas de tono y el carácter manipulador de John Constantine pese a su atenuación respecto sus encarnaciones vistas en Hellblazer.
Lo peor: Las contradicciones con lo visto en El Día Más Brillante y, especialmente, lo referente a Alec Holland y La Cosa del Pantano.
Edición original: Brightest Day Aftermath: The Search #1-3 || Guión: Jonathan Vankin || Dibujo: Marco Castiello y Renato Arlem || Valoración:
El destino del Universo DC estaba decidido, la miniserie Flashpoint escrita por Geoff Johns y dibujada por Andy Kubert iba a servir para pulsar el botón reset, una vez más, y redefinir todas las series y personajes de la editorial estadounidense de cara al futuro. En todo crossover que se precie, los tie-ins son algo inevitable y esta vez jugaban con la curiosidad que suscitaba el mundo paralelo en el que se situaba la historia con una guerra abierta entre atlantes y amazonas. En este contexto el guionista J.T. Krul y el equipo artístico formado por Mikel Janín y Fabrizio Fiorentino, con las circerses portadas de Cliff Chiang, serían los encargados de este cómic de rimbombante título: Flashpoint: Deadman y los Grayson Voladores. En esta realidad el destino de Boston Brand, más conocido como Deadman, y el de Dick Grayson, el que habría de ser Robin y posterior Nightwing, topan de frente al reunirse como artistas del internacional Circo Haley.
Las personalidades de estos dos héroes tiene mucha relación con las más tradicionales que conocemos de ellos siendo más llamativas las interpretaciones de otros personajes como el Doctor Destino, un depresivo y misterioso vidente siempre oculto detrás del yelmo de Nabu, el auténtico macguffin del relato, o el cambio de bando del Conde Vértigo aquí miembro de la resistencia decidido a ayudar a Deadman y los Graysons cuando el Circo Haley resulta atacado por las amazonas. Este es el hecho que en la realidad Flashpoint desatada los acontecimientos en los que, inevitablemente, Dick Grayson acabará perdiendo a su familia y Deadman convirtiéndose en un espectro intangible con la capacidad de poseer a otros seres vivos. El cómic se divide en tres partes, en las que es normal el cambio de perspectiva en la narración, y las apariciones estelares y cameos de otros personajes del Universo DC como Starfire o The Question. Pero si algo viene a constatar este Deadman y los Graysons Voladores es el protagonismo que se le ha intentado dar en los últimos años a Boston Brand desde El Día Más Brillante culminado, por el momento, con su inclusión dentro de las filas de La Liga de la Justicia Oscura.
Lo mejor: Las portadas de Cliff Chiang, el dibujo de Mikel Janín y algunos momentos de la relación entre Deadman y Dick Grayson.
Lo peor: La intrascendencia de la historia más allá de la curiosidad del mundo paralelo en el que se sitúa.
Edición original: Flashpoint: Deadman and the Flying Graysons #1-3 || Guión: J.T. Krul || Dibujo: Mikel Janín y Fabrizio Fiorentino|| Valoración:
Esta miniserie adscrita a Flashpoint es el verdadero germen de la futura La Liga de la Justicia Oscura, no por casualidad sería anunciada a posteriori como un prólogo a esta, aunque no se trata tanto de esto como un ensayo o prueba. En este caso el autor es también un Peter Milligan que se encargaría de ambas historias a un lado y otro de la continuidad del Universo DC. Por otro lado, Flashpoint: Siete Secretos, como ya había pasado en El Día Más Brillante con John Constantine y La Cosa del Pantano, sirve para reintroducir a otro personaje mítico de la línea Vertigo como Shade El Hombre Cambiante a la nueva realidad deceíta aunque sea justamente en un punto de inflexión y de trasvase hacía The New 52. Incluso la historia de Flashpoint: Siete Secretos tiene cierta correlación con la trama vista en el primer arco argumental de La Liga de la Justicia Oscura jugando un papel muy destacado en ambos cómics la villana La Encantadora y su contrapartida June Moone.
Por otro lado, en Flashpoint: Siete Secretos encontramos a un Shade, líder de la formación, y base sobre la que se sustenta su personalidad en La Liga de la Justicia Oscura, sin más relación aparente con sus encarnaciones en la línea Vertigo, y un grupo disfuncional en el que ya se sitúan en el mismo bando personajes como Zatanna, Mindwarp o el mismo Shade. La historia, dentro del contexto de la guerra entre Wonder Woman y Aquaman, se centra en el misterio de la desaparición de los miembros originales del grupo -de la que podría ser responsable el mismo Shade– y la formación de la nueva alineación auspiciada y promovida por Cyborg. Este planteamiento sirve a Peter Milligan para hacer desfilar por la aventura a multitud de personajes relacionados con el universo sobrenatural de DC Comics y alrededores, aunque la mayoría apenas sirvan como cameo. Entre ellos podríamos mencionar la primera encarnación de los Siete Secretos formada por Black Orchid, Trigon, Klarion, Simon, Magus, Stiletto, Miss X y, por supuesto, Shade. Entre los nuevos miembros, sin duda, lo más llamativo es el personaje de nuevo cuño Mindwarp, capaz de utilizar su cuerpo astral para enfrentarse a sus adversarios, y que sin muchos cambios acabará formando parte de La Liga de la Justicia Oscura.
Lo mejor: La curiosidad de ser un ensayo de la futura La Liga de la Justicia Oscura.
Lo peor: La falta de explicaciones y el desarrollo atropellado y algo caótico de la historia.
Edición original: Flashpoint: Secret Seven #1–3 || Guión: Peter Milligan || Dibujo: Fernando Blanco y George Pérez || Valoración:
En La Liga de la Justicia Oscura encontramos un cómic coral protagonizado por un atipico grupo de antihéroes vinculados, como ya hemos recalcado antes, al mundo mágico del Universo DC. Además, la mayoría de ellos, ha tenido alguna relación, más o menos relevante, con la línea Vertigo, como sería el caso de John Constantine cuya andadura mayoritariamente se ha producido dentro de dicho sello. En los primeros números de La Liga de la Justicia Oscura de Peter Milligan se presenta la alineación original del grupo, siendo el primer arco argumental una simple excusa para unirlos, y resultando todo en un choque de egos en el que aparecen el mencionado John Constantine, Zatanna, Madame Xanadú, Shade, Deadman y Mindwarp. Estos dispares «héroes» de lo oculto tendrán que unir sus fuerzas, pese a sus reticencias, para detener a una descontrolada Encantadora a la que no han podido combatir la Liga de la Justicia de toda la vida. Las fichas de esta primera alineación de La Liga de la Justicia Oscura las encontraréis a continuación dejando para más adelante las futuras incorporaciones llevadas a cabo en la etapa de Jeff Lemire al frente de la cabecera y que aún no han tenido especial relevancia en lo que hemos podido ver hasta ahora publicado en la edición española de la serie.
antes de morir. No pido más»
John Constantine – Este personaje, con los rasgos del cantante británico Sting, fue creado en 1985 por Alan Moore, Stephen Bissete y John Totleben en las páginas de The Saga of the Swamp Thing #37. Posteriormente, debido a su encanto y carisma John Constantine acabaría protagonizando su propia serie regular, Hellblazer, la cabecera más longeva de la línea Vertigo de DC Comics y por la que pasarían autores de la talla de Jaime Delano, Garth Ennis, Warren Ellis o Brian Azzarello. Este nigromante, conocedor de lo oculto, mago y exorcista, originario de Liverpool, fumador empedernido y con su eterna gabardina beige, se define a sí mismo como «el mayor de los bastardos». Hace gala de un carácter cínico, egoísta e interesado y, pese a sus conocimientos mágicos, su dominio de la hipnosis, la prestidigitación o el escapismo, suele solucionar sus problemas gracias a la astucia y la manipulación. Lo hemos podido ver también en series como The Sandman y Los Libros de Magia, en manos de Neil Gaiman, y después de casi veinticinco años en la línea Vertigo su regreso al Universo DC tradicional se produciría en la serie El Día Más Brillante de Geoff Johns y Peter Tomasi. En la actualidad Jeff Lemire y Ray Fawkes preparan nueva serie del personaje, Constantine, dentro del panorama post-relanzamiento de The New 52.
para imponer mi voluntad a la realidad»
Zatanna – La primera aparición de Zatanna en el Universo DC se produciría en 1964 de la mano de Gardner Fox y Murphy Anderson en Hawkman Vol. 1 #4 como una hechicera e ilusionista cuyas palabras mágicas, expresadas al revés en voz alta, son capaces de alterar el entorno. Esta habilidad la descubriría Zatanna investigando la desaparición de su padre, Giovanni «John» Zatara, mago y justiciero integrante del Escuadrón Estrella, descendiente directo de Leonardo da Vinci y relacionado con otras destacadas figuras históricas como Nostradamus, Cagliostro o Nicolás Flamel. En sus aventuras acabaría entrando a formar parte de La Liga de la Justicia como miembro oficial, aunque su estado actual es inactivo, y sería pareja de John Constantine y amiga de la infancia de Bruce Wayne. No ha tenido el apoyo de una larga serie regular a sus espaldas aunque es habitual su aparición en otras cabeceras de DC Comics, en historias como Los Siete Soldados de la Victoria de Grant Morrison o Crisis de Identidad de Brad Meltzer, y también protagonizando miniseries entre las que destacan las realizadas por el autor Paul Dini en títulos como Zatanna: Everyday Magic, junto a Rick Mays, en Zatanna: Mistress of Magic, acompañado de Jesús Saíz, Stephane Roux y Chad Hardin, o Zatanna: Shades of the Past, colaborando con con Matthew Sturges, Derek Fridolfs, Cliff Chiang y Travis Moore.
y me ha dicho que no me meta donde no me llaman»
Madame Xanadú – El debut Madame Xanadú, vidente de origen gitano identificada con la hechicera Nimue, la conocida Dama del Lago del ciclo artúrico, se produjo en la serie de misterio Doorway to Nightmare #1 en 1978 y sus creadores serían el guionista David Michelinie y el dibujante Val Mayerik. Después de vagar por el mundo intentando expiar sus pecados conseguiría alcanzar la inmortalidad ganando a la misma muerte en un juego de cartas. Es una manipuladora nata jugando su faceta como asesora de lo sobrenatural. Para ello tiene sus propia consulta donde utiliza las cartas de tarot para predecir el futuro y ayudar a sus clientes aunque no puede intervenir directamente para cambiar o alterar las visiones que sobre estos tiene. En su día estuvo ligada al alma de El Espectro siendo por ello un personaje recurrente de la etapa del personaje firmada por Doug Moench y John Ostrander. También ha tenido sus diferencias y encontronazo con La Encantadora y John Constantine. Entre sus poderes también se encuentran la telequinesis, la teletransportación y el conocimiento de algunos hechizos menores. En tiempo recientes Madame Xanadu protagonizó una serie de corta andadura en la línea Vertigo firmada por Matt Wagner y Amy Reeder Hadley.
para gente como nosotros»
Shade, El Hombre Cambiante – Esta creación de Steve Ditko, un extraterrestre procedente del planeta Meta, sería presentada en sociedad en 1977 en su propia serie, Shade the Changing Man #1, pero después de ocho únicos números sería cancelada. No obstante, en 1990, con el éxito de series como The Sandman de Neil Gaiman y Animal Man de Grant Morrison, en DC Comics decidirían darle una segunda oportunidad dentro de las nuevas directrices que estaba estableciendo la línea Vertigo. Los encargados de la resurreción del personaje serían Peter Milligan y Chris Bachalo que redifinirían al personaje en una serie de corte surrealista. En esta Shade resultaba ser un joven poeta extraterrestre enviado a la Tierra para combatir a la misma locura, con un chaleco que le permitía alterar la realidad y teletransportarle entre las dimensiones de Meta y la Tierra. No obstante, habiendo muerto su cuerpo original, Shade se vería atrapado en nuestro planeta saltando de cuerpo en cuerpo. En 2011, el personaje sería recuperado de nuevo por Peter Milligan en Flashpoint: Siete Secretos antes de convertirse en miembro oficial de La Liga de la Justicia Oscura.
no podia ponerse más siniestra»
Deadman – El acróbata circense Boston Brand, alias Deadman, murió asesinado durante la puesta de largo de uno de sus espectaculos pero su espiritu fue rescatado por la diosa hindú Rama Kushna que le otorgó el poder de poseer el cuerpo de cualquier ser vivo para así poder hacer justicia en el mundo de los vivos. De esta manera, Deadman, invisible e intangible para el resto del mundo para su desgracia, dedica sus esfuerzos a ayudar a inocentes e impartir justicia gracias a sus habilidades. Este es el punto de partida de la historia de este personaje cuya primera aparición data del año 1967 en la cabecera Strange Adventures #205 siendo sus padres el guionista Arnold Drake y el dibujante Carmine Infantino. En tiempos presentes, después de los acontecimientos vividos en La Noche Más Oscura, Boston Brand es resucitado junto a otros héroes y villanos convirtiéndose en el portador de la linterna blanca de la vida en El Día Más Brillante. Posteriormente, debido a esto, mantendrá una relación sentimental con la heroina Paloma, y pese a sus reticencias, acabará formando parte de La Liga de la Justicia Oscura.
A veces, soy yo. A veces…es peor»
Mindwarp – No todos los miembros de La Liga de la Justicia Oscura tienen décadas de historia a sus espaldas y el presente Mindwarp viene a ser la excepción que confirma esta regla. Este sería una creación reciente del mismo Peter Milligan y Brian Buccellato cuya primera aparición se produciría en Flashpoint: Siete Secretos #2 en calidad de miembro de este grupo de superhéroes liderados en la realidad paralela de Flashpoint por Shade El Hombre Cambiante. Este «asesino existencial» llamado Jay Young, posiblemente consciente de la cuarta pared como parece desprenderse de sus escasas apariciones en el antiguo Universo DC, se sirve de sus poderes mentales para proyectar a distancia su cuerpo astral el cual es además capaz de materializar a través de su fuerza de concentración aunque no siempre en su forma humana. Es descrito por su compañero Shade como un psicotico y él se considera a sí mismo un solitario incapaz de trabajar en equipo. El tiempo dirá si este personaje adquirirá más trascendencia en el futuro o será una de esas tantas creaciones que acaban cayendo en el olvido.
Invocando demonios y dibujando pentagramas
Guión: Peter Milligan, Jeff Lemire
Dibujo: Mikel Janín, Admira Wijaya, Daniel Sampere
Edición España: ECC Ediciones
Contiene: Justice League Dark 1-10 USA y I, Vampire 7-8 USA
Formato: 3 Tomos rústica de 96 páginas (Serie abierta)
Precio: 8,95€/u Tomo
Valoración:
La apropiación de la designación Liga de la Justicia por parte de un grupo de personajes procedentes del universo mágico de DC Comics, a los que difícilmente se podría encorsetar como superhéroes, ha sido vista por algunos como una interesada y oportunista maniobra de marketing. Esto sería difícil de negarlo, resulta más o menos evidente, pero también es cierto que no deja ser el punto más anecdótico de este asunto porque La Liga de la Justicia Oscura, en perspectiva, es una cabecera que viene a cubrir una necesidad y una deuda pendiente con el mencionado universo mágico de la editorial estadounidense. Esto lo ha conseguido dándole un merecido espacio a algunos de sus personajes sobrenaturales más carismáticos y correosos que por separado no tendrían tantas posibilidades de sustentar y mantener una serie regular. No deja de ser indicativo de lo esperado y llamativo que ha sido este proyecto el casi inminente anuncio del director mexicano Guillermo del Toro confirmando los rumores de una adaptación a la gran pantalla de la serie con el título previo de Dark Universe y en el que podrían aparecer La Cosa del Pantano, Zatanna, El Espectro, Deadman y John Constantine. Todo esto parece augurar una larga andadura para una cabecera destinada a convertirse en el vórtice mágico del Universo DC, siempre que las ventas sigan haciendo magia y la influencia de la hoy casi difunta línea Vertigo se mantenga fresca y no se difumine entre tantos hechizos e invocaciones.
La ambigüedad y versatilidad de un título como La Liga de la Justicia Oscura, cuyas directrices están moviéndose continuamente entre la fantasía pura y el cómic superheroico, como no podría ser de otra manera con un telón de fondo como el vasto Universo DC, más que un problema de personalidad o indefinición puede ser para muchos lectores una ventaja que añada un interés extra a las historias de este grupo de inadaptados brujos, magos, hechiceras y seres sobrenaturales de todo tipo. Esta dualidad ya queda patente incluso en los diálogos del cómic como cuando en un momento de la trama Deadman grita emocionado: «¡Entramos en acción como si fuéramos un grupo de superhéroes normal!» y a lo que sigue el correspondiente exabrupto de John Constantine, por si alguien lo dudaba la estrella de esta función, deshaciéndose rápidamente de esa incomoda etiqueta que como personaje con un pasado en la línea Vertigo ha intentado siempre evitar. Pero esto sucederá ya en la etapa de Jeff Lemire en la serie, en cambio, en los primeros arcos argumentales de la misma, a cargo del inglés Peter Milligan, las pretensiones de este iban encaminadas a atar en corto la cuestión superheroica de sus historias.
Y a esto último, precisamente, respondía su declarada negativa del autor a firmar capítulos centrados en los orígenes de los personajes porque, como bien sabemos, esto suele ser un tópico casi insalvable del género ligado a las capas y las mallas. El interés de Peter Milligan en La Liga de la Justicia Oscura era ofrecernos un cómic “emocionalmente oscuro”, enfocado en la «fastidiada condición humana» y esto se puede apreciar en el tono psicológico, extremo, pesimista y, a menudo, cínico de sus relatos. La convivencia y las relaciones entre los diferentes miembros de la agrupación son de todo menos fáciles, les une la necesidad, el destino y el interés, y esto es una de las cosas más interesantes del planteamiento de La Liga de la Justicia Oscura porque confirma su condición de antihéroes en un Universo DC de por sí ya oscuro y violento pero con cierta carencia de matices. No obstante, nada original a estas alturas, ya lo vimos en Marvel Comics en los años noventa en los Thunderbolts de Kurt Busiek o una década antes en la misma DC Comics en series como el Escuadrón Suicida de John Ostrander o la psicodélica Doom Patrol de Grant Morrison o incluso, en tiempos presentes, en títulos como la surrealista e independiente The Umbrella Academy de Gerard Way. Todo está ya inventado, podríamos decir, aunque en términos superheroicos y mágicos siempre cabe una última vuelta de tuerca.
En este caso concreto, la ya antigua fórmula funciona por las expectativas, las cuales también pueden ser su punto débil de cara al lector, esperando el fastuoso espectáculo que por necesidad se debe derivar de la reunión de personajes como John Constantine, Shade, Deadman o Zatanna trabajando conjuntamente en una misma alineación. De esta manera, la propuesta de La Liga de la Justicia Oscura consigue atrapar nuestra atención por ese inestable equilibrio en el cual Peter Milligan se mueve haciendo malabarismos con sus personajes para forzar la historia al mismo tiempo que imprime un ritmo auténticamente frenético a la trama. Esto ya se puede apreciar en el primer arco argumental de su etapa, la saga titulada A Oscuras en la cual La Encantadora funciona como macguffin de la narración, pero se acrecienta exponencialmente en El Alzamiento de los Vampiros, el crossover con el Yo, Vampiro de Joshua Hale Fialkov y Andrea Sorrentino, y que supone también la despedida de la colección del afamado y veterano guionista. El cambio de dirección, con un Jeff Lemire cada vez más presente en los títulos de la editorial estadounidense, supone un pequeño reinicio con más de un cambio y, sobre todo, con una voluntad de relación más estrecha con el Universo DC y con su herencia Vertigo como se desprende de la utilización de elementos procedentes de obras afincadas en el sello como House of Mystery o Los Libros de Magia.
Páginas firmadas por Mikel Janín del primer número de La Liga de la Justicia Oscura
En el plano artístico el pamplonés Mikel Janín se ha convertido en uno de los grandes atractivos de La Liga de la Justicia Oscura en base a un dibujo tremendamente expresivo, de apariencia frágil, delicada y precisa. Pero, curiosamente, perfecto para retratar los pasajes más sórdidos del cómic y conseguir dotar a este de un espectacular y oscuro realismo, especialmente destacado en sus elaboradas e impresionantes splash pages realmente bien planificadas y repletas de detalle. Porque si algo demuestra este joven dibujante, del que Peter Milligan se confesaba «embelesado y extremadamente sorprendido», es su demostrado talento para la composición y una fresca y meritoria imaginación a la hora de abordar los guiones de esta serie. También destaca su caracterización de personajes, sobre todo sus roles femeninos, porque Mikel Janín, al contrario que otros autores, consigue tratar a estos con justicia, aplicando en ellos unos rasgos humanos y llenos de ternura y dotándolos con unas formas bellas pero alejadas de las habituales directrices neumáticas del género superheroico. En algunos números de La Liga de la Justicia Oscura Mikel Janín es sustituido por su compatriota Daniel Sampere, dibujante catalán declarado admirador de Oliver Coipel y Bryan Hitch al que hemos podido ver recientemente en series como Vampirella y Red Sonja, y que en La Liga de la Justicia Oscura intenta amoldarse a lo ya propuesto por su compañero para dar cierta coherencia estética y estabilidad al conjunto de la obra.
Esta excelente aportación en el apartado gráfico hace que el cómic gane en términos narrativos, una herramienta poderosa utilizada sabiamente por Peter Milligan en su estancia en la cabecera y en detrimento de lo visto hasta ahora en la etapa de Jeff Lemire, aunque esto no suple, por otro lado, cierta simpleza argumental que acompaña a La Liga de la Justicia Oscura desde sus inicios. Esto podría ser debido a que foco de atención, como ya mencionábamos antes, se centra en los personajes, en algunos más que otros, una arriesgada propuesta coral de endeble consistencia aunque atractiva, entretenida y verdaderamente efectiva. Pero, posiblemente, lo que más se echa en falta es una mayor profundización en las causas y consecuencias derivadas de las acciones de este atípico grupo de superhéroes de lo oculto. Es debido a esto que la cabecera tiende a balancearse entre un cómic destacable e interesante, lo que ha llegado a ser hasta ahora, a otro imprescindible, como podría llegar a ser de pulir estos aspectos y teniendo en cuenta los elementos con los que inteligentemente puede jugar en su beneficio. En conclusión, La Liga de la Justicia Oscura es uno de los títulos más interesantes nacidos a raíz del relanzamiento del Universo DC aunque sólo sea por su planteamiento, una serie en la que los trucos de magia lo pueden todo y John Constantine parece poder con el resto.
Agradecimientos especiales – A Enrique Ríos por su aportación a las fuentes documentales incoporaradas a este artículo y su asesoramiento en cuestiones mágicas.
Reseña de La Liga de la Justicia Oscura #1 de Peter Milligan y Mikel Janín
Entrevista a Mikel Janín en Zona Negativa sobre La Liga de la Justicia Oscura
Noticias relacionadas con La Liga de la Justicia Oscura en Zona Negativa
He mojado las bragas. Si tuviera fluido vaginal. O bragas.
Gracias, Jordi, ¡GRACIAS!
Jordi, Enhorabuena. Un articulo completo que hace una aproximacion acertada al titulo con todas sus pretensiones y remitiendose a los antecedentes. Muy interesante a la hora de dar forma y coherencia a un grupo de personajes tan dispares y heterogeneos.
Reverend, entiendo tu estado de extasis, ja ja ja. De ahi a tener incontinencia urinaria. A ver si vas a tener que usar Tena Lady, ja ja ja. (aqui insertar emoticon con guino de ojo para empatizar la broma, pero la version movil no me lo permite)
Una pasada de artículo Jordi, menudo trabajo te has pegado. Muy útil por cierto ya que por ejemplo en mi caso con Mindwarp, andaba perdido y no sabía de donde había salido el personaje.
Por cierto, a ver si con la vuelta de Los Libros de la Magia en la JLD se animan a hacer una reedición en condiciones de la serie.
Mención especial a los años treinta, en los que los superhéroes estampaban coches con gente dentro contra muros sin ningún dilema moral xD
No te preocupes, Nascitturus, que Concha Velasco me hace precio. En cualquier caso, la labor de documentación e introducción para el aficionado que descubrió al grupo con los New 52 (¡zervidó!) es abrumadoramente útil. Repito, GRACIAS, Jordi.
ja ja ja. Reverend. Muy bueno. Coincido en la.utilidad de estos articulos. Es tan basta la herencia deceita que todos decubrimos algo que ignoramos.
Yo también me uno a las felicitaciones por el artículo, que son de los que hacen afición. Es decir; aquellos artículos completos y didácticos que son capaces de poner las cosas en su contexto y hacer ver de dónde salen los personajes, la temática, etc…y situa las series en su historia e infrahistoria, y con ello incentiva a leer la serie que se trate al tener más información y mejores ojos.
Sobre la serie en sí, pues la recomiendo fervorosamente pese a la poco afortunada política de publicación española, y de la que ya hemos hablado Reverend o yo mismo en múltiples ocasiones; arcos inconclusos en cada tomo pese a que poniendo un número más se podían haber completado, principalmente.
A mi la etapa Milligan no me ha parecido nada floja, al contrario de lo que he leído muchas veces por aquí. Es más, me ha parecido muy interesante y alguna idea (como la de DEADMAN ocupando cuerpos para poder hacer el acto sexual con su novia y el rechazo de ésta) incluso me ha encantado. A ver qué tal la nueva etapa del amigo Jeff, pero quien merece elogios y halagos a pares es MIKEL JANIN, que está insuperable y cada número es una maravilla, muy bien arropado por su colorista.
Desde luego, sean cuales sean los gustos, lo único malo de esta serie es su nombre.
Muchas gracias por los comentarios, chicos 😉
Me alegra sobre todo si le resulta útil a alguien porque, de hecho, yo al final lo hice por eso mismo, porque aunque conocía a la mayoría de personajes de La Liga de la Justicia Oscura otros sólo los conocía de nombre y me interesaba saber de dónde venían. Ya se sabe, necesidades propias, artículos para Zona Negativa xD Ya dentro de otros tres tomos si eso hablamos de la etapa de Jeff Lemire…
A mi la etapa de Milligan me pareció que fue de menos a más, de hecho el primer arco le termina con un pequeño golpe de efecto lleno de mala uva que no hubiera quedado mal en Hellblazar… Pero estoy muy satisfecho de como lo lleva Lemire & Su secuaz, tiene un tono aventurero muy conseguido y Franky ha sido un gran, gran fichaje. Una de las 10 mejores series que publica actualmente DC, sin dudas.
Coincido con lo dicho por todos, Jordi. Un artículo magnífico. Incluso los que nos criamos con el Universo DC (o sea, el Universo post-Crisis) y descubrimos detalles del Multiverso DC más tarde, hemos podido aprender alguna cosilla, y la recopilación global es estupenda.
Me ha llamado la atención (y en buena medida me ha gustado) que más allá de la referencia (inevitable) al origen mágico del Capitán Marvel, hayas puesto el acento en los personajes «aislados» del Universo mágico de DC, que son, claramente, el germen/núcleo de la JLD; y no tanto en personajes mágicos más o menos conocidos, pero mucho más «grupales» y mucho más «superheroicos». Los magos de la JSA eran una elección obvia. Sin duda, el Dr. Fate, y en menor medida Johnny Thunder. La mención al Espectro era obligada (e incluso ha sido tal vez demasiado corta… por cierto, ¿sigue existiendo el Espectro en el nuDC?). Y, por supuesto, el primer origen de Green Lantern (y, por cierto, ¿ha desaparecido Jade del nuDC? Me había olvidado de que la resucitaron en Brightest Day…).
Magnífico el detalle sobre Dr. Occult, en muchos sentidos el personaje mágico más antiguo de DC, e incluso el primer superhéroe (Siegel y Schuster lo crearon antes que a Superman).
En los últimos años del Universo DC me perdí bastante sobre la parte mágica. No sé muy bien qué pasó en el Vengeance Day, o en el Reign on Hell. Sé que pasó algo con la Roca de la Eternidad del Capitán Marvel y por algún motivo había puesto patas arriba a la Familia Marvel. Leí (parte de) la etapa de Johns en la JSA pero entendí muy bien ni el papel de Black Adam, ni el de Mary Marvel, ni el de Osiris… Tampoco sé exactamente cuándo pasó todo esto. No sé si tiene relación con Crisis Infinita, pero no me sorprendería.
En general, entiendo que en el UDC hay al menos dos precedentes «bastardos» y muy diferentes de la JLD. A uno lo mencionas claramente (aunque eso se puede considerar continuidad Vertigo, sí, no lo excluyo porque todos eran personajes UDC en origen), que es la gloriosa Brigada de la Gabardina (qué idea tan magnífica). A otro no lo mencionas, y creo que merecería un pequeño recordatorio… en muchos sentidos era un grupo muy fallido, pero era un honrado intento de algo muy parecido a la JLD… en una época en la que no se podía usar a los personajes Vertigo, claro. Hablo de Shadowpact, claro. De nuevo, éstos salían en las dos miniseries que mencionaba arriba, pero poco sé de ellos. Supongo que sólo salvaría a la Encantadora, que es por cierto un personaje al que echo de menos… (pero a la de John Ostrander, lo confieso).
Aunque moralmente, para mí, el más clásico precedente de la JLD es, sin duda, la reunión de personajes mágicos DC que Alan Moore orquestó como colofón de American Gothic (siempre he pensado, y Moore también lo insinúa, que American Gothic es el equivalente en el UDC mágico de la Crisis original, y de hecho es la que lo hace posible). Ese grupo, con John Constantine en un extremo (y Zatanna, y Zatara, y el Barón Winters, y Sargón, y el pobre Mento), y con la Cosa del Pantano en el otro (y todos los demás, Etrigan, el Dr. Fate, el Fantasma Errante, el Espectro, etc.), eso sí fue una verdadera «justice league» (en el sentido de supergrupo) de los personajes mágicos del UDC.
Lo dicho, magnífico artículo, Jordi. He disfrutado un montón.
[Sólo una corrección menor: «circense», no «cirquense».]
Muchas gracias templarian 😉 Ya he corregido el error circense.
«¿sigue existiendo el Espectro en el nuDC?»
Yo aún no he tenido noticias de él… Puede que se me haya pasado alguna referencia pero, así a priori, no, no me suena nada.
«¿ha desaparecido Jade del nuDC?»
Estoy en el mismo caso que El Espectro
«A otro no lo mencionas, y creo que merecería un pequeño recordatorio… […] Hablo de Shadowpact, claro.»
Tienes toda la razón. Tampoco quería hacer un rapaso exhaustivo a toda la historia mágica de DC, sería inabordable, al menos para mí, por eso me quería remitir al referente más claro y reciente que recordaba y ese para mí era La Brigada de la Gabardina (y Los Libros de Magia). Y tienes también mucha razón en lo que comentas sobre la reunión de magos en American Gothic, de hecho lo iba a mencionar, porque lo leí en una reseña de José Torralba que linkeo en el artículo y es muy cierto lo que él decía, y tú también, pero al final lo dejé porque no quería centrar todo el artículo en esta -por otro lado impresionante e imprescidible- obra de Alan Moore que son caminos más transitados. Quería aprovechar el espacio para enfocarlo desde otro punto de vista pero esta genial que hagas esas puntualizaciones y anotaciones que también son puntos muy interesantes.
Pienso que esta serie hubiese dado mucho mas juego en el antiguo universo, pero bueno… A mi me encanta, mas tras la llegada de Lemire donde la serie se vuelve inprescindible en mi opinión.
Si, El Espectro existe, para saber de él sólo tenéis que hacer el sacrificio de leer The Phantom Stranger de Dan DiDio. Creedme, empieza MUY ABAJO y la cosa remonta algo, luego viene J.M. DeMatteis y la cosa remonta EN SERIO. No a niveles de un Lemire o un Milligan, pero ahora mismo da gusto leerla sin considerarla un guilty pleasure.
Eso si, si antes la dualidad era Spectre/Eclipso, ahora parece ser Spectre/Stranger. Eclipso, a falta de confirmación, perdería todo origen divino (¿y de Apokolips?) para estar relacionado con otro mundo mágico que han recuperado y actualizado para el nUDC.
Sobre Jade, pensad que ahora mismo Alan Scott es joven y recién ha empezado a ser Green Lantern, así que aunque no fuera gay, la existencia ahora mismo de Obsidian y Jade sería poco menos que imposible. Y ella (y Donna) parece de lo poco que han quitado de la continuidad de Kyle, así que rezad para que haya una Tierra-Junior donde estos personajes puedan aparecer, porque lo que es en las tierras que conocemos…
Y como tocayo, otro artículo impresionante. Me quito el sombrero ante él. O ante ti. Bueno, da igual, a ambos 😉
Gracias a ambos Jordis 🙂
Es cierto que cuando se relanzó el nuDC e hicieron esa escabechina con Tierra-2 (qué lástima, Dios mío), comprendí que con ese background perdía para siempre a los infinitors en general, y a Jade en particular.
Pero un año después, y leyendo el artículo de Jordi, al recordar que la resucitaron en Brightest Day… no puedo dejar de pensar en lo absurdo que es. Así que tal vez podrían haberla encontrado un sitio en el nuDC, aunque no fuese como hija de Alan Scott (sí, lo sé, he dicho una herejía, pero eh, a Alan ellos le han hecho gay y lo que es peor, adolescente). Con todo lo que han hecho, no sería tan extraño. Al fin y al cabo, si han podido recuperar a Stargirl sin tener a Sylvester Pemberton… (jo, es que no han dejado títere con cabeza, si te paras a pensarlo).
La verdad es que es una verdadera lástima. Un desperdicio. Claro, que hablamos de la gente que tenía a un personaje tan perfecto como DONNA TROY y lo ha tirado a la basura, así que ni me lo pienso.
(Bueno, yo me crié con los Titanes -los de Wolfman & Pérez, claro- y cuando veo ahora lo que queda de ellos… es para llorar.)
Dos cosillas:
1- Alan Scott tiene lo mismo de adolescente que yo, y estamos más cerca de los 30 que de los 25.
2- Donna Troy estaba lejos de ser perfecta, o si llegó a serlo, fue porque estaba en el Top 3 de «orígenes retconeados» de DC Comics hasta alcanzar uno decente. Junto a Hawkman/Hawkgirl y… ¿Power Girl?
Primero. Gracias a mi tocayo por sus halagos y por ilustrarnos sobre El Espectro y Jade 😉 Sobre el primero, paralelamente, Mikel Janín me comentó por twitter lo mismo adjuntándome una de las curiosas portadas de Jae Lee para la serie.
No, si el origen de Donna era complicado, sí. Ya el original no era muy… eso, original, pero después de que Pérez le cambiase el origen a Wonder Woman, se hizo mortal. Lo que pasa es que con retcons infinitos y todo, el personaje, en vez de perder, ganaba. Personalmente, me gustaba Wonder Girl, pero Troia era sencillamente perfecta 🙂
Para que quede claro, sí, su origen era un lío, bla bla bla… pero ELLA era perfecta.
(Y, por otra parte, con lo que les ha costado retconear medio Universo DC, poco les hubiera costado encontrar un origen más sencillo para Donna, por cierto).
Pero vale, es una obsesión personal, lo sé. Es que la dibujaban Pérez y García López. ¿Cómo resistirse?