¿Qué está pasando en el cómic americano? (Season 20)

Estás leyendo el Capitán América de Rick Remender. Te ves arrastrado por su cronenbergiana revisión del John Carter de Marte de Edgar Rice Burroughs, potenciando su faceta como soldado fuera de tiempo a la vez que usa con acierto sus penurias durante la represión como forja de su fibra heroica (de la América de los 1930s al panorama de los 2010s, tan lejos, tan cerca). Pero a su vez, ves a unos cabezones que parecen salidos de Team America en lo que pretende ser una reconstrucción seria de la época y empiezas a temer que los detractores de John Romita Jr. van a tener razón. Que el que antaño fue grande ahora es solo una sombra de lo que fue y que ha perdido toda la magia que atesoraban sus lápices. Y entonces, te planta una splash page como esta…

…y te quedas con la vista clavada a ella durante casi minuto y medio, contemplándola sin atreverte a pasar la página, arrastrado por la fuerza que transmite. Quedaos con los Ivan Reis, Bryan Hitch, Mike Deodato Jr., Jim Lee y compañía, que mientras Romita siga regalando dos o tres viñetas como está por cómic, seguiré quedándome con él. ¿Que la cabeza del crío es más ancha que sus hombros? Bueno, no se pude tener todo. Picasso también dibujaba a las mujeres con la nariz torcida. Pero para que este WTF? no quede un poco soso, también podríamos citar la situación actual de Steve Rogers en la colección, donde se ha visto aquejado por una especie de reacción alérgica un tanto peculiar.

Una de las series más denostadas del relanzamiento Marvel NOW! ha sido Thunderbolts. Las oleadas de críticas recibidas a la editorial por la decisión de juntar a varios anti-héroes en este no-grupo fueron feroces, acrecentadas por la elección de Steve Dillon como dibujante. Dado que yo estoy libre de pecado ya que soy el mayor profeta en la Tierra de los verdaderos Thunderbolts y de las etapas de Busiek y Nicieza, puedo decir sin temor a ser apaleado que la serie no es tan mala. El primer argumento para desmontar esta teoría con el que se defienden los aficionados indignados es que no hay derecho que le hayan quitado la serie de Punisher a Greg Rucka para este despropósito, cuando la etapa conjunta de Rucka, pese a ser interesante, no llega ni de lejos a la altura de las de Garth Ennis o Jason Aaron. Dicho lo cual, como iba comentando, la serie no está tan mala como muchos apuntan y nos está dejando momentos y diálogos altamente disfrutables. Daniel Way es perro viejo y el hecho de que haya guionizado, en un momento u otro, las series de Masacre, Punisher y algún que otro personajillo de los que por aquí pululan. Su misión no era difícil, encontrar una base solida y una premisa mínimamente decente por la que estos tipos se arrejuntarían. Y hablando de arrejuntar… ¿habéis visto el final del quinto número? ¡¡¡Arrejuntarse!!!

La reinvención hecha por Brian Azzarello y Cliff Chiang en Wonder Woman sigue petándolo mes tras mes. Aunque es injusto decir que es sólo cosa de estos dos autores, ya que Tony Akins está casi a la par de Chiang, tanto en números dibujados como en aportaciones a la serie. Y no sólo eso, además también a medida que van pasando los números se aprecia una mejoría en el trabajo de Akins. En cuanto al guión, sigue siendo una serie que sus detractores se quejan del poco «foco/presencia» que tiene Diana en su propia serie, mientras el resto disfrutamos de algo mucho mayor que un simple «Wonder Woman patea el trasero del villano aleatorio z». Esto se ha incrementado este segundo año, al haber dos historias en paralelo. Y podríamos llegar a compartir en parte las quejas, dado que si se eliminase la parte del Primer Nacido y se centraran únicamente en Wonder Woman, podríamos tener quizás más momentos entre Diana y Orion. Y es que Azzarello lo está petando con el Nuevo Dios, el cual en este número tiene un gesto que hace que todos los lectores odiemos y adoremos a Orion a la vez.

Tras media docena de números en el mercado, ya podemos afirmar que X-Men Legacy es una de las series más interesantes y con más personalidad de Marvel NOW!. Protagonizada por Legión, la serie de Simon Spurrier no solo ha sabido captar la esencia del personaje y el conflicto que supone vivir atrapado entre el mundo real y el agresivo entorno del interior de su cabeza, sino que lo ha plasmado con ingenio a través del vacío vital de un post adolescente cuya omnipotencia viene acompañada por una completa falta de logros.

Dicho así, lo fácil sería pensar que es el clásico empacho neural de la Vertigo entre siglos, pero lo cierto es que tanto Spurrier como Molina y Tan Eng Huat saben desenvolverse de forma creativa con los recursos narrativos para exponer de forma clara y nítida una trama que congrega hasta cinco frentes diferentes. Haciéndolos colisionar de forma impecable, el último número nos deja una revelación en torno a la identidad de la misteriosa criatura que acechaba dentro de la mente de Legión que hace pensar que la serie va a tener una importante relevancia de cara al futuro de la editorial:

El trabajo realizado en esta serie por Joshua Fialkov es excelente, y aunque la serie se cancelará en breve, dada sus ventas sólo se explica que haya aguantado tanto por su calidad. Y más comparándola con otras series que uno seguía sin explicarse como llegaban a su fin, por números similares pero de inferior factura. Estos últimos números ya no son lo mismo porque Andrea Sorrentino se ha ido a dibujar Green Arrow con Jeff Lemire, pero eso ha llevado que cada número tengamos un artista distinto, o como en el mes pasado, varios para ayudar al fallecido Scott Clark. Pero lo que no cambia, que es marca de la casa, es una historia trepidante y unos diálogos brutales. Uno no puede más que salivar imaginándose como serán personajes tipo Guy Gardner en las manos de Joshua, pero no adelantemos acontecimientos. Este número tiene varios diálogos con frases memorables, como esta:

-Entonces, ¿vas a matarme?
-Peor. Voy a hablar contigo.
-Supongo que me lo merezco.

Esta escena continua, mientras John Constantine intenta salvar durante el número la Casa del Misterio, que para algo la ganó en una partida. Esto lo lleva de hablar con neo-vampiros como Tig hasta pre-vampiros como Cain, con resultados diferentes. Y es que hurgar en viejas heridas es malo, pero hay formas y formas de hacerlo. Y para bien o para mal, la de Constantine provoca reacciones más viscerales. Y hasta cierto punto, cinematográficas. Pero del cine clásico bueno, que Fialkov sabe…

Los adjetivos para describir este número, al menos en el aspecto visual, se me hacen escasos. J.H. Williams III es jodidamente bueno, pero es que en esta ocasión está como pocas veces lo recuerdo. Además, es la conclusión de su tercer arco, donde se ha notado una mejoría en el nivel del guión, que esperemos que perdure y siga mejorando. Y es que tenemos a Batwoman y Wonder Woman, quizás el verdadero World’s Finest femenino – al menos en el último lustro -, junto a cierta compañera con armamento, aspecto y nombre mejorado, frente a varias de las peores creaciones que han imaginado o re-imaginado este dúo de guionistas. Desde un simple «Hairstyle-Hook Crab» hasta una hidra de proporciones titánicas, y tirando de cierto clasicismo para hacerles frente, finalmente logran encontrar la paz para una Gotham City a abocada a la condena y la destrucción. Y cuando mayor es el triunfo, mayor son las ganas de celebrarlo, y Kate Kane decide que no hay mejor forma de celebrar que habrá un nuevo amanecer para sus habitantes que celebrarlo por todo lo alto.

Aunque posiblemente a más de uno no le pille por sorpresa, porque algunos ya anunciaron esto cuando salió. Pero no hicieron lo mismo con la última página del número. Porque no, no es esa. Quedan un par más, y es que como decía páginas atrás Batwoman, Medusa no era la única serpiente que había en Gotham City. De esta forma tan amistosa se refería a la D.E.O., que tras chantajear a Kate al principio del nUDC la obligaban a trabajar para ellos. Cosa que no está saliendo tan bien como esperaban para la D.E.O., así que han tenido que tomar medidas para poner a Kate Kane en su sitio. Concretamente en…

A pesar de que todavía le falta un hervor para acabar de cogerles el punto y que a la mínima descuidada nos deleita con una patada a la continuidad capaz de poner patas arriba al invento, Matt Fraction nos ha ofrecido un puñado de números bastante simpáticos en lo que lleva de etapa al frente de la franquicia del cuarteto fantástico. Jugando con unas reglas similares a las de su predecesor, pero desde un punto de vista propio, lo bien que encaja su estilo con el arte de matrimonio Allred está haciendo que FF sea la más divertida.

Y es que aun sin llegar a la genialidad de su TíoHalcón, números como el de este mes, con Torg, Mik, Korr y Tong (más conocidos como Los Moloides del Edificio Baxter, nombre cojonudo para una banda de algo) intentando boicotear la cita de Hulka y Wyatt Wingfoot con la ayuda de Bentley-23 saben hacerse querer. Vale que por como están escritos casi parece que en cualquier momento vayan a decir ¡El gaaancho!, pero es que ese aire de cartoon al más puro estilo de Pier Nodoyuna y con splash pages tan deciliciosas como como la de los pasos de baile sabe hacerse querer.

Pero la sorpresa más allá de que el guionista esté entonado y que los Allred sean los Allred, es como el guionista sabe aprovechar los nexos del ecléctico grupo de personajes que tiene a su haber, para rematar con una revelación completamente inesperada. ¿Quién irrumpe en el dormitorio de uno de los niños en plena noche?

No voy a hablar de las caras sonrientes de Eddy Barrows y del efecto que provocan. Sólo diré que mientras esté dibujando la serie, no deberían haber caras felices. Quizás creéis que exagero, pero ahora mismo creo que sería el único que podría competir con la Frank-Face. En fin, a lo que íbamos. Ahora en los Teen Titans toca lidiar con las secuelas de «Muerte de la Familia», cosa que llevan bastante bien porque Tim es el Robin alegre y son un grupo de jóvenes felices, y afortunadamente han quedado atrás – o aún no han llegado – esos tiempos que ser adolescente era ser un ser atormentado. Volverse adulto conlleva muchas responsabilidades, pero cuando tienes amigos que cuidan de ti, siempre es más fácil. Pero sobretodo, lo bueno de hacerse adulto es que puedes hacer cosas que antes no podías…

Bueno, supongo que ahora Tim se parece más a Dick pre-nUDC a la vez que Dick se parecía más a Tim pre-nUDC. Donde las dan, las quitan. Nunca mejor dicho. Aunque muchos echarán en falta a Kon, con quien seguramente preferirían muchos que tuviera estos vínculos tan íntimos con Tim. Pero Superboy ha dejado el grupo, y ahora sólo quedan dos de la «trinidad», y claro, todos los caminos llevan a Roma…

No hablaremos de quien estaba espiando esta última escena, aunque posiblemente es quien mejor dibujada le quede al nuevo artista, y que si es cierto que a finales de año habrá un «Dark Teen Titans», para mi ya se puede ir Barrows de cabeza allí. Eso o hacer que nadie sonría en esta serie, y creo que tampoco es plan. Aunque bueno, todo tiene una explicación. Incluso las sonrisas que dan mal rollo. Y es que por más que haya sido entrenado por el mismísimo Batman, Tim Drake a su edad ciertas habilidades no las puede tener a este nivel experto. Y con ello llegamos a una curiosa realidad…

No hay duda de que el relanzamiento (que no reboot) Marvel NOW! ha traído consigo numerosos cliffhanger la mar de interesantes. Abrió camino el pedazo de final impactante de Uncanny Avengers y la lobotomía mutante de Cráneo Rojo, pero desde entonces ha sido un no parar. Desde el Zola “Incorporated” del Capitán América hasta el la salvaje muerte de uno de los prisioneros de Arcade en el primer número, pasando por el regreso de un amigo-villano de los X-Men con un tatuaje muy característico o las “caricias” entre los padres/suegros de los inocentes de Wiccan y Hulkling, además del momento que preside el presente WTF. Pero antes de que bajéis hasta la primera posición de este peculiar ranking mensual, queremos detenernos en un momento igual de sorprendente (aunque predecible para algunos de nosotros). Estamos hablando del potente final de Uncanny X-Men. La serie, en su tercer volumen (que dolor me da decir esto), ha arrancado con un final que pone las cartas sobre la mesa desde el principio y que dará que hablar. Si bien Bendis prefirió jugar al despiste durante su etapa vengativa en lo que se refiere a los infiltrados al grupo (y hubo muchos) con el lema de “¿En quién confías?”, esta vez ha decidido tirar la casa por la ventana desde el primer número y enseñarnos quien es el infiltrado del grupo. Si habéis llegado “vírgenes” hasta aquí, enhorabuena, pero todavía estáis a tiempo de echaros p’atrás. El traidor de los X-Men es…

Ups, perdón, me he equivocado. Me ha fallado la memoria y el incosciente. Reciclaje de conceptos, lo llaman. La verdadera imagen es la siguiente:

Antes de nada, será mejor avisar de que si has estado metido en una cueva o atrapado en una dimensión paralela durante los últimos días y no te interesa destriparte un acontecimiento de suma relevancia ligado al Batman de Morrison será mejor que saltes inmediatamente a la siguiente entrada de nuestra lista. La cuestión es que el que a estas alturas de la película una gran editorial todavía consiga sorprendernos con una muerte y arrastrarnos a un tsunami de emociones enfrentadas es cuando menos digno de elogio. La medalla hay que colgársela a Grant Morrison en particular y a DC en general, quienes con su gestión de las circunstancias acaecidas en el último número de Batman Incorporated consiguieron que nos olvidásemos por un segundo de lo devaluada que está la muerte en la industria del cómic y sintiéramos la tragedia de un personaje al que le habíamos cogido cariño gracias al buen hacer del escocés y sus compañeros como si nos pillara de cerca. Si queréis saber más al respecto os recomendamos encarecidamente que visitéis el fantástico post que nos ofrecieron nuestros compañeros Jordi Molinari e Iván Rivas. Si vais con prisas y no os importa descubrirlo fuera del cómic, dejemos que las imágenes hablen por si solas:

Pero si no tenéis suficiente con algo que ya habíamos visto a través del post del pasado miércoles, os dejamos con esta emotiva y simbólica escena del Batman y Robin de Peter J. Tomasi y Patrick Gleason convertida en gif, y que difícilmente podría venir más a cuento con tan significativo acontecimiento:

Recientemente le preguntaban a Tom Brevoort en su cuenta de Formspring sobre la posibilidad de un regreso a corto plazo de Genis-Vell, el Capitán Marvel de los noventa (y de buena parte del siglo XXI). El editor Marvel contestaba que desde la editorial no buscaban forzar la aparición de un personaje u otro salvo contadas excepciones y que el 99% de los planes de sus series eran consecuencia de las historias que los guionistas actuales deciden contar. Para tranquilizar al compungido lector, afirmaba que si ninguno de los guionistas en nómina había sugerido hasta ahora el retorno del hijo de Mar-Vell es única y exclusivamente por un motivo generacional, ya que aquellos lectores que crecieron leyendo los comics de la compañía de los años noventa todavía no han madurado lo suficiente como para convertirse en guionistas Marvel, pero que llegará el momento.

Uno de los creadores a quien más se le aprecian resonancias de los años noventa es a Rick Remender, aunque lo disimula muy bien. Actualmente en Uncanny Avengers ha conseguido conjugar elementos de distintas décadas con una sencillez asombrosa. De hecho, los villanos con los que piensa jugar en la serie provienen tanto de los años cuarenta (Cráneo Rojo), sesenta (Kang El Conquistador) y ochenta (Apocalipsis). Curiosamente, ninguno podíamos intuir que una cuarta carta iba a entrar en ese repoker de villanos Marvel. En una espectacular página final del primer arco argumental de la serie, Rick Remender (quien ya firmara uno de los cliffhangers más poderosos y gores que se recuerden en el medio siglo de vida de La Casa de las Ideas) nos ha noqueado a todos con el regreso de un villano de los años noventa. Sin duda Remender tuvo que quedar igualmente de enamorado del personaje durante su adolescencia como lector, porque si no cuesta entender como ha decidido el regreso de este villano odiado y querido a partes iguales. Odiado incluso por uno de sus creadores, el actualmente alabado Mark Waid, quien a la mínima oportunidad aprovecha para lamentarse y mucho de esta creación y de la etapa que desarrolló a partir de él. ¿De quién estamos hablando? Pues, señoras y señores, demos la bienvenida a…