Grandes Autores de Batman: Alan Davis. Mi principio… y mi probable fin.

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Edición nacional/ España: Marzo 2012, ECC Ediciones.
Edición original: Números 569 a 574 de Detective Comics, DC Comics.
Guión: Mike W. Barr.
Dibujo: Alan Davis.
Entintado: Paul Neary,
Color: Adrienne Roy, Carl Gafford.
Formato: 176 páginas a color editadas en cartoné.
Precio: 17,95 €.

 

No hay manera. Procuro disponer de una mirada imparcial, de una perspectiva limpia y ausente de nostalgia al analizar material de hace más de veinte años. Pero no es fácil. Obviar la pátina del recuerdo del disfrute obtenido por estas páginas en el albor de la adolescencia es tarea imposible, desde luego. Cada viñeta, cada pose, incluso ciertas frases se clavaron en mi cerebro durante los meses posteriores a la adquisición de estos tebeos traducidos por Zinco en el segundo volumen de sus publicaciones de Batman, aquella que llegó a los inauditos 72 números antes de pasarse a editar aquellos volúmenes en rústica con pegamento de saldo y papel de fumar. Sí, esos que se pueden pillar de vez en cuando en el rastro, con sus páginas cayéndose del lomo y alguna grieta inevitable en la portada. Cuando este material se editó en España por primera vez, mi colección de tebeos no era muy amplia. Era la justa de un chaval que se gastaba toda su paga –unas cuatrocientas pesetas semanales, moneda arriba, moneda abajo- en una entrada al cine y un cómic. Y me sobraba algún duro, lo juro. En aquel momento, Alan Davis, después de los sus Outsiders, ya se había colado en mi radar. Pero fue este Batman que ahora publica de nuevo ECC Ediciones el que germinó la obsesión de fan que aún perdura. Y perdura del modo más infantil: compro cualquier tebeo que firme, independientemente de los personajes o sagas en las que participe.

¿Qué tenían de especial estos tebeos para que me pasase las horas oteando las viñetas y copiándolas cuando me dedicaba a dibujar? No era el storytelling –concepto que asimilé mucho más tarde-, ni las perspectivas o los diseños. Eso vino poco después. Era el dinamismo de sus figuras. Esa manera de disponer del vestuario de sus personajes, con aquellas capas y aquellos gabanes siempre en movimiento. Era ese trazo redondeado que entraba por los ojos con la rapidez de un saco cayendo por un tobogán untado en mantequilla. Era esa ristra de expresiones, que si bien aún eran algo miméticas y de cajón, ya despuntaba con una necesidad expresiva superior a la media de sus coetáneos. Pero ante todo y sobre todo, era la agilidad con la que se movían sus figuras por los cuadros. Aquellas viñetas estaban llenas de vida. Repletas de coreografías congeladas en el aire, donde los puñetazos del cruzado de la capa parecían tan duros como blando el cuerpo del Espantapájaros al recibirlos. Reconozco mi devoción de fan por ello. Por ese obsesivo análisis que hacía en mi adolescencia cada vez que un cómic de Davis caía en mis manos. Y eso que lo mejor estaba por llegar. Pues este tomo, magnífico de todas formas en cuanto a dibujo se refiere, constata que Davis ya era tremendo en los ochenta. Pero es que en los noventa se convirtió en un dios a al altura de un Buscema o un Kane. Y creo que ya he dicho esto en alguna reseña anterior. Es el dibujante de superhéroes por excelencia. Y ningún gañán salido de las filas de Image o del boom previo podrá hacerle sombra. Dicho esto, quizá esté de más comentar que su Batman es la expresión ilustrada que más icónica encuentro. Imagino que del modo que la generación directamente anterior alucinó con la llegada de Neal Adams a Detective Comics, autor del que no es casualidad el propio Davis toma ciertos modos.

Lástima que Año Uno, publicado a la par en EEUU y justo antes en España, eclipsase estos episodios, pues constituyeron una de las mejores caracterizaciones del personaje hasta ese momento. Para muestra de la capacidad del inglés, sólo hace falta abrir el tomo y ojear los números dedicados al Espantapájaros o al Sombrerero Loco. Pocas veces estos personajes han lucido mejor. Con ese toque caricaturesco, que extrapolaba lo mejor de la estética pop de los sesenta, junto con el aspecto fúnebre y serio instaurado por el citado Adams o el referencial Marshall Rogers, para filtrarlo a su vez a través de la posmodernidad del momento, deudora de la explosión del cine de terror de la década y de la entropía del punk, el Batman de Alan Davis, a pesar de su brevedad, es un hito en la bibliografía del murciélago. Menos considerada que etapas anteriores y posteriores, quizá por esa brevedad, quizá por haberse ubicado justo en una tierra de nadie pre-Crisis –en Tierras Infinitas-, pero tan disfrutable como las mejores sagas del personaje.

Batman-Alan-Davis-viñeta

Los sencillos guiones de Mike W. Barr también tuvieron que ver con aquello. Para el lector actual de Batman, estos podrán parecer obsoletos. Incluso ridículos en según qué momentos, máxime si sólo ha catado estos últimos años de vida del personaje, quedando absorto por el tono tremendista e incluso gore de Snyder, por el cojo realismo de Nolan o la rimbombancia y psicodelia de Morrison. Pero es que antes de R.I.P., antes de Christian Bale, antes incluso de Contagio, existía Batman. Y era distinto. Más locuaz. Menos taciturno. Violento, serio y detectivesco, desde luego. También sombrío. Pero no era funesto. Y su plantel de villanos, verdadero adalid de sus títulos, era algo más colorido. Eso no quitaba para que sus actos fueran tan sorprendentes como terroríficos. Batman no combatía tampoco contra monjitas de convento. Pero el tono era más aventurero, más jovial. Jason Todd tenía algo que ver en esto, pero los autores supieron limar el absurdo de un niño en leotardos, dotándole de un carácter temerario y engreído, que no deja de ser la semilla de lo que Morrison y Tomasi mejoraron muchos años después en la figura del fenecido Damian Wayne.

Esta vez sí, otra joyita recuperada. Y lanzo una pregunta a ECC: ¿por qué se han obviado el episodio de Año Dos y el prestigio Full Circle de esta recopilación? ¡Espero que sea porque planean otro volumen con ellos!

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David For President
David For President
Lector
1 mayo, 2013 9:52

«Y lanzo una pregunta a ECC: ¿por qué se han obviado el episodio de Año Dos y el prestigio Full Circle de esta recopilación? ¡Espero que sea porque planean otro volumen con ellos!»

No soy ECC, pero creo que esta me la sé: para este tomo se ha tirado de los materiales del HC americano que ha salido en los USA hace poco, y esa recopilación sólo contenía la parte de Año Dos dibujada por Davis, con lo que la historia se quedaba a medias, y esto arrastra a la exclusión de Full Circle, que depende directamente de lo contado en Año Dos.

Vamos, que ante la elección de dejar una historia a medias o no incluirla, han optado por lo segundo. Y en mi opinión, han hecho bien.

Sobre si más adelante sacarán un tomo con Año Dos y Full Circle, ni idea. Pero no me haría muchas ilusiones, la verdad.

Martin
Martin
Lector
1 mayo, 2013 10:36

Hace muchísimo que no comento pero esta reseña me tocó el alma.
Sublime esta época. Este es Batman, señores!

ZombieSquirtle
ZombieSquirtle
Lector
1 mayo, 2013 12:55

A mí a nivel de guión me pareció bastante ridículo e infumable. El dibujo de Davis, brutal como casi siempre.
Ha envejecido bastante mal.

ipso_facto
ipso_facto
Lector
1 mayo, 2013 13:00

Cada vez que leo juntas las palabras «Alan Davis» y «dios del dibujo» me enfado. No seré yo quién diga que Davis no es un gran dibujante. ES un GRAN dibujante, su narrativa es ágil y su trazo elegante como pocos, pero en el panorama actual hay unos cuantos dibujantes bastante más interesantes que él. Y no solo eso, cuando se menciona que Davis es EL dibujante de superhéroes, creo que hay coetaneos suyos más merecedores de dicho título. George Pérez, sin ir más lejos. Y no, no menciono a John Byrne porque en la actualidad es solo una sombra de lo que fué y ha envejecido bastante mal.

Davis es un dibujante DE superhéroes, y además de superhéroes de los 80. Y con ello quiero recalcar tanto su inmovilismo como su escasa versatilidad. Escasa versatilidad que viene desmostrando desde hace una decada pues fuera de este género no ha hecho nada (porque no ha querido o no le han ofrecido). Es una postura respetable, desde luego, pero cuando afronta un proyecto como «Killraven», personaje y temática que yo siempre he visto adscrita a la ciencia-ficción, lo que yo obtengo como resultado es un tebeo de superhéroes, y a mí es algo que me decepciona.

Yo descubrí a Davis en los 80 y a través de X-men. Por aquel entonce por las colecciones mutantes se habían paseado artistazos de la talla de John Byrne (en aquel entonces era GRANDE), George Pérez, Bill Sienkiewicz, Paul Smith, Arthur Adams, Michael Golden, Barry Windsord Smith… Y aunque su aportación no pasó desapercibida era dificil destacar en tan brillante panorama. Yo descubrí al mejor Davis primero en Excalibur y luego en Clandestine (su mejor trabajo hasta la fecha). Sin embargo Davis a penas ha evolucionado desde entonces, se ha anclado en una manera de dibujar, planifica, narrar y diseñar propia de aquella época, que por brillante que fuese (en eso estamos todos de acuerdo, ¿verdad?) no deja de ser algo que pertence al pasado.

Pérez, por el contrario, da la impresión de vivir una segunda juventud en cada nuevo proyecto y cada trabajo nuevo parece que mejora el anterior. Abandonó Marvel habiendo hecho un gran trabajo en Vengadores y desenmbarcó en DC para brillar aún más en Nuevos Titanes, Crisis en Tierras Infinitas y, sobretodo, Wonder Woman. Pero luego volvería a Marvel por la puerta grande y aún mejoraría en su trabajo con los Vengadores de Busiek. Y lo mejor estaba aún por llegar con JJA/Avengers, un crossover al que estaba destinano y para el que había nacido para dibujar. Y aún sería capaz de deslumbrar más si cabe con La legión de 3 Mundos o The Brave and the Bold. Su trayectoria, que no parece sino mejorar a cada paso (sus páginas para World Finest son espléndidas) lo consagran, en mi opinión, como EL dibujante de superhéroes. Y aún así Pérez también se ha atrevido, con bastante fortuna creo, con la ciencia-ficción o la fantasía.

Lo que me molesta de Alan Davis en cambio es su inmovilismo. En más de una ocasión ha hecho declaraciones de que él no veía con buenos ojos la evolución o los cambios que se habían hecho sobre las versiones clásicas concebidas en su día por glorias consagradas como Lee, Kirby, Dikto, etc. Y lo demuestra una y otra vez cuando con cada proyecto personal lo afonta como una operación de revival y dejando un inevitable gusto a dejá vu: El Clavo, Killraven, La Legión de Superboy, Thor: La verdad de la historia… Son proyectos concebidos desde la nostalgia, que no carecen de atractivo, pero que a la postre acaban resultado aburridos.

Los fans irredentos de Davis, tan dados a criticar los defectos de otros dibujantes, cierran los ojos precisamente antes los defectos de «su Dios» (que no es el mío): Cheung es cierto que dibuja todas las caras iguales… como el 90% de los dibujantes de superhéroes, Alan Davis incluido; Davis abusa de los arquetipos superhéroicos: todas la féminas son guapas y voluptuosas, todos los héroes son culturistas y todos los villanos son feos, que sea fácil reconocerlos; Davis abusa también de las composiones oblicuas, creando un efecto dramático que muchas veces es redundante; en cuanto a composición de página y viñeta podría aprender de un discípulo como Brian Hitch, que a acabado superándole por mucho que pese a sus detractores (y no menciono a Quitely, porque NADIE en el panorama comiquero americano puede superarle en cuanto a narrativa y compososición y NADIE es más versátil que él en cuanto a afrontar cualquier género).

Y por último «esto es Batman». Será el Batman de algunos (jorgenexo entre ellos) pero definitivamente no es el mío. Los guiones de Barr en esta etapa son decididamente naives, ingenuos, incluso tontorrones. Barr prescinde del tono oscurantista que imperaba en la época (gracias a Miller, Moore, Starlin o Morrison), incluso de dramatismo afectado de la época de Neal Adams o del tono más detectivesco de la etapa de Marshall Rogers, y opta por una versión ligera, más en consonancia con el tono pop y kitsch de la serie televisiva de los 70. una opción que para mí vulnera la esencia del personaje, lo reduce a un cliché superheroico al uso y prescinde de los matices que lo hacen más interesante. En este sentido el trabajo gráfico de Alan Davis está en consonancia: el luminoso, ágil, colorista… y también poco interesante.

En definitiva: un buen tebeo, que se lee con agrado, que entretiene y se olvida rápido. Ni de lejos una obra maestra ni mucho menos una versión canónica del personaje. Pero como digo siempre: para gustos…

molon labe
molon labe
Lector
1 mayo, 2013 13:01

A mi me parece que los que hemos envejecido somos nosotros, cuando los lei por primera vez me parecieron cojonudos, pasados una veintena de años los vuelvo a leer y… una timida sonrisa, un leve rubor y me siguen pareciendo cojonudos, pero no se lo digo a nadie XD.

Spirit
Spirit
Lector
1 mayo, 2013 13:04

Yo creo que en la magnífica reseña de Raúl Silvestre se dan las claves para disfrutar de estos episodios; independientemente del valor artístico de los mismos (que lo tienen, y mucho, tal y como comenta, especialmente por el trazo elegante de Davis), en verdad para muchos de nosotros estos episodios pasan por el tapiz subjetivo de la nostalgia; golpearon en plena guerra forum-zinco y nos hicieron ver a muchos que hay vida más allá de Bruguera o Marvel.

También pienso que esta etapa fue eclipsada,injustamente, por AÑO UNO (cuyos méritos son justos, una cosa no quita la otra) y a mí personalmente me parece muy reivindicable AÑO DOS. Aunque coincido con David; ha hecho bien ECC en no incluirla al ser sólo el primer episodio (y el posterior prestigue full circle) dibujado por Davis. Mejor en un tomo aparte.

De entre los episodios incluidos en el tomo, que son 7 o por ahí, yo destacaría el último,aquel en que Robin está a las puertas de la muerte y Batman repasa su carrera, que deja de lado un poco el tono pop y entra en parámetros más cercanos al Batman que conocemos. Pero todos son reivindicables.

Personalmente, hubiera completado el tomo con la historia corta de 8 páginas de complemento que años después volvió a reunir a W. Barr/ Davis, en blanco y negro, que es una verdadera delicia.

Pero tomo recomendable al cien por cien pese a que nadie espere la invención de la rueda ni lecciones magistrales.

Spirit
Spirit
Lector
1 mayo, 2013 13:15

ipso_facto; esto es internet y aquí no caben medias tintas. Nada de que es un buen dibujante pero tiene defectos y tal, o es DIOS o es un truño.

Y como para mí es Dios, voy a argumentar el por qué;

Para mí, Alan Davis combina a la perfección el tono clásico y la modernidad. Aunque su estilo encaja de forma estupendo en proyectos de «revival» con sabor clásico, no desentona en otros proyectos más modernos (su etapa, corta, en LOS VENGADORES, por ejemplo), o su CLANDESTINE.

Aparte de que es un muy buen guinista (cierre de etapa en EXCALIBUR, CLANDESTINE, EL CLAVO),tiene una elegancia innata que hace…que incluso los villanos feos sean guapos, proporcionados, elegantes, atractivos. No es un defecto; es su estilo, limpio, claro.

Su story telling es ejemplar. Evidentemente, los hay mejores, como el mismo Quitely que mencionas, pero una historia de Davis se puede leer sin diálogos y sabes lo que pasa en cada viñeta sin equívoco.

Carlos Cruz
Carlos Cruz
Lector
1 mayo, 2013 15:09

«Lo que me molesta de Alan Davis en cambio es su inmovilismo. En más de una ocasión ha hecho declaraciones de que él no veía con buenos ojos la evolución o los cambios que se habían hecho sobre las versiones clásicas concebidas en su día por glorias consagradas como Lee, Kirby, Dikto, etc».

Y hace muy bien. A mí los que me molestan son los guionistas y dibujantes que llegan a una colección y se sienten obligados a refundarlo todo para que se note que hay un nuevo sheriff en la ciudad. Me recuerdan a esos directivos estrella que cuando fichan por una empresa entran como un elefante en una cacharrería, cambiando todo sin preocuparse antes de por qué las cosas se vienen haciendo de una determinada una manera… y antes de un año hay siempre que echarlos a ellos y recurrir a otro (normalmente un «artesano» de la casa) para que enmiende el desaguisado que dejan.

Lo contrario a eso para mí no es inmovilismo, sino más bien modestia; el no pensar que todos los autores que han venido antes que uno eran tontos por no probar esos “experimentos geniales”, cual un Mark Millar de la vida. Precisamente, si esas versiones han aguantado 50 años, por algo será. Y si uno se cree tan genial y lleno de ideas originales, siempre puede inventar sus propios personajes con los que jugar a gusto, en lugar de querer enmendarle la plana a los Lee, Kirby, Ditko, etc., eso sí, aprovechando bien el tirón de los superhéroes que ellos crearon.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
1 mayo, 2013 18:47

Pero entonces… dejando aparte Año Dos y su secuela… ¿está todo el Batman de Davis en este tomo?
No sé por qué, creía que era una etapa más extensa.

Spirit
Spirit
Lector
1 mayo, 2013 18:55

Retranqueiro; pues sí, eso es todo…igual te suena que la etapa era más extensa porque el amigo Davis se ocupó durante un tiempo de BATMAN Y LOS OUTSIDERS, justo antes de encargarse de estos números, y allí sí que hizo algunos episodios más.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
1 mayo, 2013 19:16

Ah, vaya.
En fin; lo bueno si breve…

birdman
birdman
Lector
1 mayo, 2013 23:02

Porque uno u otro? Este es mejor? Este es Dios? Este esta viejo?
Alan Davis, George Perez, John Byrne yo los quiero a todos por igual. Ah mi Batman es el de Jim Aparo

Sputnik
Sputnik
Lector
1 mayo, 2013 23:17

Alan Davis, Neal Adams y George Pérez son indignos de lamer la suela de los zapatos de ROB! Liefeld, el Único y Verdadero Dibujante de Superhéroes, pues Él fue Los Noventa.

Sputnik
Sputnik
Lector
1 mayo, 2013 23:24

Dicho lo cual: recuerdo estos tebeos con mucho cariño. Como casi todo lo de los ochenta, vaya: no me tocaba leer estos tebeos por generación, con lo cual me resultaban entre «misteriosos» y casi andergraun, porque solamente se encontraban en rastros y en manos de gente de la quinta de mi hermano mayor, tipos que ya folgaban y se afeitaban y olían a maría, y le prestaban sus tebeos (que tendían a ser «los güenos», los que sobrevivían al tiempo) a un chaval de doce años como yo. Y yo flipaba, entre otras cosas porque me parecían mucho mejores que las paridas incomprensibles de los 90.
Con lo cual he de pillarme esta etapa. No será lo mismo, porque la nostalgia es una perra traicionera, pero tendré que atracar un banco, estafar a un par de viejas, y entonces ya podré hacerme con todos los tebeos que ahora mismo considero «indispensables para mi supervivencia».

birdman
birdman
Lector
1 mayo, 2013 23:25

No quise nombrar al Dios ROB en vano, temiendo su ira por compararlo con simples mortales

blumini
blumini
Lector
2 mayo, 2013 9:51

«Alan Davis, George Perez, John Byrne yo los quiero a todos por igual»

Póngame una de éstas.

«bestias pardas como Alan Davis o Byrne»

Y otra de éstas.

Por favor.

Sputnik
Sputnik
Lector
2 mayo, 2013 16:29

Jorge, te enervas demasiado para ser esto una reunión virtual de frikis diciendo barrabasadas. Te imagino en La Vida Real a lo Harvey Keitel en «Los Duelistas» 😛
Y no me dirás que ROB! no es uno de los GRANDES! ¡No te atreverás!

Ocioso
Ocioso
Lector
2 mayo, 2013 16:50

Hace un rato escribí un par de párrafos alabando a Byrne y no los veo.
Una de tres:
a) Me han baneado. No creo porque estaba muy formalito.
b) Lo he puesto en otro hilo. Probable.
C) Olvidé darle a enviar comentario. Probabilísimo.

Ocioso
Ocioso
Lector
2 mayo, 2013 19:23

Vale, ya me encontré en el hilo de los Next men. No estoy tan chocho como creía.

Sputnik
Sputnik
Lector
2 mayo, 2013 23:36

La verdad es que yo en los noventa no compraba cómics de los noventa, y menos de Los Image, con lo cual ROB! y esta gente los padezco un poco a toro pasado y en retrospectiva. No me he leído los X-Men de Jim Lee en la puta vida, por ejemplo.

Khonshu
Khonshu
Lector
3 mayo, 2013 1:15

A mí ROB me pilló en la edad justa para fliparlo en colores. No mea rrepiento y atesoro esos X-Force como oro en paño. De lo que ya sí que me arrepiento es de haber pillado Youngblood.

Para Heroes Reborn ya era un sujeto mucho más «maduro» y sólo me hice la de Iron Man por fanatismo hacia el personaje. Aunque me pillé el nº 1 del Capi y Vengatas solo por echarme unas risas.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
3 mayo, 2013 2:25

Pues yo nunca tragué a ROB!. En cambio sí que Lee me flipaba. Sobre todo al principio, cuando aún se lo curraba. Era superespectacular. Pero es que enseguida comenzó a decaer, a dejarse llevar por sus vicios; y lo que parecía ser el dibujante más estimulante del género se convirtió en un bluff. Todo poses y nada de narrativa. Y, para colmo de males se convirtió en la referencia de una forma de hacer cómics en la que lo único que importaba era una espectacularidad mal entendida a base de músculos hipertrofiados y unas barbies operadas en poses imposibles y absolutamente rígidas a pesar de su aparente y superficial dinamismo. Coño, que hay más movimento y fluidez en cualquiera de las figuras que John Buscema dibujaba sentadas que en todas las que Lee dibujaba saltando por los aires en combate. Y ya digo, a mí los primeros números que ví de Lee en la Patrulla- X me molaban.
En cambio, ROB! siempre me asqueó. Y nunca he entendido el éxito que tuvo (y tiene). Ya no es que dibuje mal; es que dibuja mal a pesar de plagiar a otros. Los únicos tebeos que tengo realizados por él son los de Los Nuevos Mutantes pertenecientes al cruce de Proyecto Exterminio, uno de X-Force donde sólo dibujó un par de páginas (el resto del tebeo era de Mignola) y el número 1 del Capitán América del Heroes Reborn; toda una enciclopedia de cómo NO se dibuja un cómic.
Y otro al que nunca he tragado es a MacFarlene. Y de éste también tengo tebeos, pero nunca me gustó.

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
4 mayo, 2013 2:31

«Y lanzo una pregunta a ECC: ¿por qué se han obviado el episodio de Año Dos y el prestigio Full Circle de esta recopilación? ¡Espero que sea porque planean otro volumen con ellos!»

Em…no es por nada pero Año 2, a pesar del trabajo de Alan Davis que se piro despues del primer número porque no le gustaba lo que estaban haciendo) y demás autores (entre ellos un novato Todd Macfarlane) tiene un argumento taaaan flojo que hacen que esa obra sea considerada como punto negro dentro de la historia del hombre murcielago.
De hecho la quitaron de la cronologia oficial o la borraron por incongruente.

Aparte de esto, coincido completamente con tu descripcion sobre el arte de Alan Davis, genial en su soltura y expresividad corporal que no ha hecho sino ganar con el tiempo.
Este junto con Jin Amparo (salvando las distancias estilísticas) son mis dibujantes clásicos de bats favoritos

Un saludo.

Khonshu
Khonshu
Lector
4 mayo, 2013 13:29

Veo que no somos pocos los que consideramos a Jim Aparo como el dibujante más representativos de «nuestro» Batman.