Guionistas: Otto Binder, Jerry Coleman, Bill Finger, Robert Bernstein, Alvin Schwartz.
Dibujantes: Wayne Boring, Al Plastino, Dick Sprang, Kurt Schaffenberger, Curt Swan, Jim Mooney.
Tinta: Stan Kaye.
Portada: Curt Swan.
Editorial: DC Comics
Contiene: Action Comics #241-257, Superman vol.1 #122-133.
Formato: Tapa blanda, 560 páginas. Blanco y negro.
Fecha original de publicación: Junio 1958 – noviembre 1959.
Precio: 9,99 $
Valoración:
En el noveno arte, como en cualquier otro ámbito de la cultura, suele ocurrir que la inundación de las novedades mes tras mes, acaba por esconder más y más el rico pasado del medio. No sólo eso, sino que implantan en el colectivo una forma de dibujar y de contar las historias que acaba por hacerse norma. Y ver o leer cómics que no cumplen esas normas se le puede hacer muy cuesta arriba al lector medio. Por lo general, los estándares que hayan dominado nuestras lecturas entre los 10 y los 20 años serán los que busquemos en otros cómics. Es ley de vida. Pero llega un punto en la vida de cada lector en que algo hace “clic” y se nos ocurre echar la vista hacia atrás. Y siendo Superman el superhéroe más longevo de la historia hay mucho material para echar la vista atrás. El problema es que en general las políticas de reediciones de las editoriales suelen remontarse a las décadas más cercanas, dejando décadas enteras generalmente olvidadas. Por suerte, DC Comics empezó a remediarlo a partir de los años 90 con sus Archives. Con un formato de lujo y en tapa dura se presentaban las primeras historias de sus superhéroes más reconocibles a razón de unos 20 números por tomo pero a un elevado precio dado el formato elegido. Sin embargo, unos años después de que comenzara el nuevo siglo la editorial decidió dar un salto en el tiempo y en el formato con sus Showcase Presents. El formato elegido tenía un único objetivo: leer lo más posible al mínimo precio. Así, ya centrándonos en Superman, su primer volumen alcanzaba las 560 páginas al irrisorio precio de 9,99 dólares. Eso sí, en blanco y negro. Pero no es algo que pueda impedir el disfrute de estos cómics. Ésta línea Showcase eligió en otros casos como punto de partida la décado de los 60, y sin embargo con Superman decidieron comenzar en 1958, fecha que sin duda no fue elegida al azar. En ese año, tanto las temáticas como los autores implicados en su desarrollo venían siendo los mismos que años anteriores, así que estos dos últimos años de la década son perfectamente representativos de la misma.
No sólo eso, sino que ésta época fue especialmente prolífica a la que hora de añadir personajes y localizaciones a la mitología de Superman que siguen vigentes a día de hoy, como veremos más adelante. Y es que todos conocemos la coletilla “Superman creado por Jerry Siegel y Joe Shuster” que aparece en cualquier cómic del héroe de Krypton, pero si realmente hubiera que acreditar todos los guionistas y dibujantes que han contribuido en cualquier tipo de historia la historia sería infinita. Un superhéroe con tantos años a sus espaldas como Superman tiende a generar en los aficionados disensiones en cuanto a qué época o qué autores crearon al Superman definitivo. Lo cual es una batalla fútil dado que muchos de ellos aportaron historias imperecederas y mil veces referenciadas. Y los años 50 fueron, pese a lo que pudiera parecer, una época dorada para el hijo de Jor-El. La imaginación desbordada puede que creara situaciones más allá del ridículo en Batman, pero el carácter fantástico de Superman hace que el tipo de temática tratada en la época sea más factible y disfrutable leída en el Siglo XXI. Ni los viajes en el tiempo, ni los extraterrestres ni la magia van a asustarnos a estas alturas. Si abrimos la mente, nos daremos cuenta de que cada uno de los 29 números…o mejor dicho las 50 historias que componen este tomo son tan buenas historias como cualquier otra. El número de historias referido tiene que ver con el formato que por entonces tenía Superman, que se componía de tres historias de 8 a 10 páginas.
Los guionistas
Los dos arquitectos principales de esta época fueron Otto Binder y Jerry Coleman. El primero era ya un veterano a finales de los años 50, habiendo trabajado más de una década en Fawcett Comics con la familia Marvel. Allí, junto a C.C. Beck, creador del Capitán Marvel, ayudó a desarrollar personajes tales como Mary Marvel o Black Adam. El estilo de Binder era sin duda el más arriesgado de todos los que podemos ver en este volumen, ya que tendía a historias más fantásticas y de ciencia ficción. En esa constante búsqueda por sorprender al lector, su estilo podía crear historias absurdas de pocas páginas que no dejarían ninguna huella o, por otra parte, algunas en las que nacieron personajes importantes hasta el día de hoy. La Legión de los Super-Héroes, la Zona Fantasma, Brainiac, Supergirl, Metallo, Krypto…todos ellos nacieron de la imaginación de Otto Binder. Podría parecer sin leerla que está época era inmovilista, pero es todo lo contrario, en pocas etapas se ha desarrollado tanto la mitología de Superman como en ésta. La historia de la presentación Brainiac, por ejemplo, es simplemente perfecta. En esta historia conocemos la afición del villano por encoger y embotellar ciudades, siendo una de ellas de Krypton (aunque todavía no tenía el nombre de Kandor). Superman resulta también encogido y gracias a la ayuda de un científico de la ciudad embotellada logra recuperar su tamaño para rescatar la ciudad de las manos de Brainiac. Sin embargo, de esta manera el científico y la ciudad entera sacrificaban su última oportunidad de recuperar su tamaño original. Y como vemos en las viñetas de arriba, Superman se la llevaría a su Fortaleza soñando en poder devolverles a su ser algún día y poder vivir con ellos. Lo dicho, perfecto. Aunque un detalle, el aspecto del villano se lo debemos a Curt Swan, que se encargaba generalmente de las portadas y cuyos diseños no tenían por qué coincidir con los del interior del cómic. Allí Al Plastino utilizó un Brainiac con cabeza agrandada y sin sus característicos conectores cerebrales.
Jerry Coleman es el segundo guionista que más historias atesora en este volumen de Showcase Presents, y su estilo se distancia generalmente bastante del de Binder. Aunque también tiene su propia inventiva y así lo demuestra en La super-llave del Fuerte Superman. Coleman construye la Fortaleza de la Soledad (ya llamada así en el interior del tebeo), situada en el ártico tal y como la conocimos en décadas siguientes. En esta historia se nos hace un recorrido por los extraños experimentos que Superman lleva a cabo en su interior, así como por las extrañas criaturas traídas de mundos lejanos. Es difícil no leer esta historia y acordarse del trabajo de Grant Morrison en All-Star Superman. El escocés, siempre ha demostrado ser un gran admirador de la Edad de Plata y así lo ha demostrado en sus acercamientos tanto a Superman como a Batman. Pero Coleman, como decía, suele optar por entornos más terrenales y enfoques más sentimentales. Los títulos de algunas de sus historias lo dicen todo: El super-sueño de Lois Lane, Las dos caras de Superman, Cuando no había Clark Kent o El fantasma de Lois Lane. Otra de las características de los guiones de Coleman es el misterio que impregna a muchas de sus historias, en las que se desarrolla un enigma que acabará siendo resuelto en la última página gracias al ingenio de Superman. Es decir, mientras Otto Binder desarrollaba plenamente los superpoderes de Kal-El, Jerry Coleman prefería mostrarnos su lado más cerebral. De hecho, Binder le atribuía poderes que hoy en día ha perdido, como la capacidad de atravesar la «barrera del tiempo» y viajar por él como por el espacio. Capacidad que adoptaría Richard Donner 20 años después para una escena de «Superman, la película». Pero Binder llegaba más lejos aún, cuando en Superman #127, en el que se presentaba a Titano el Super-Simio, nuestro héroe mandaba al mono a la época prehistórica con un super lanzamiento. Tras ello, se aseguraba de haber acertado mirando con su visión telescópica a aquella era.
También contribuye de forma significativa en estos números el mítico nombre de Bill Finger. Co-creador de Batman en 1939, en estas páginas el guionista impregna un estilo más sobrio y contenido, pero a la vez ágil y moderno. Destaca especialmente una historia de Superman #129, La chica del pasado de Superman, donde se nos cuenta cómo en sus años de universidad Clark se enamora de una joven paralítica llamada Lori Lemaris a la que pediría en matrimonio. Ella acabaría descubriendo su identidad de Superman y revelándole que en realidad era una sirena de Atlantis en una misión en la superficie, y que debía volver para jamás regresar. Contrasta el buen retrato que hace aquí Finger de la figura femenina con el que hacen sus compañeros de Lois Lane, cuya única misión en la vida parece ser que Superman se case con ella.
Los dibujantes
Cuando en 1948 Jerry Siegel y Joe Shuster abandonaron National Comics por su disputa por los derechos de Superman, el nuevo editor de las colecciones del personaje, Mort Weisinger, trajo a varios artistas que marcarían el estilo de estas colecciones durante al menos dos décadas. Los tres elegidos serían Wayne Boring, Al Plastino y Curt Swan. Como nos recordaban nuestros compañeros en El Hombre de Acero y los cómics de Boring fue la idea de reducir la cabeza de Superman en relación al tronco, algo que no hacía con Clark Kent. Eso hacía que las diferencias entre las dos identidades fueran mayores, pero también implantó un estilo del que fue difícil deshacerse. Al Plastino realizaba un dibujo bastante clónico al de Boring y entre ambos se repartían el 90% de los números de Action Comics y Superman, así que cualquier imagen que veáis de la época seguro que será de alguno de ellos. Si no se trata de una portada, claro, ya que ése era por aquel entonces el cometido de Curt Swan. Antes de que le llegara la oportunidad de convertirse en el nuevo estándar de dibujo durante los años 60, Swan ya demostraba mes tras mes su estilo con portadas en las que generalmente deja en mal lugar a los artistas interiores, cambiando diseños para mejor y representando figuras más estilizadas y creíbles. Sin duda el artista que más se desmarca del resto en este tomo es Kurt Schaffenberg. A este joven dibujante lo trajo Otto Binder un año antes y pronto demostró que podía aportar cosas nuevas. No sólo eran sus personajes mucho más expresivos, sino que su magnífica representación de Lois Lane le valió el puesto de dibujante regular de Superman’s Girl Friend, Lois Lane durante los primeros diez años de vida de la serie. Curiosamente, tanto Swan como Schaffenberg acabarían trabajando a mediados de los 80 con Alan Moore en ¿Qué le pasó al hombre del mañana?, buena muestra de que ambos tenían futuros prometedores.
En definitiva, esta época, recopilada magníficamente por DC Comics en este económico formato, es ampliamente disfrutable y muy recomendable. Mientras leía el otro día el Superman Unchained #1 de Scott Snyder y Jim Lee no podía dejar de pensar que la lectura no me estaba enganchando, mientras que la mayoría de las historias de este Showcase Presents Superman vol. 1 me atrapaban y no me soltaban. Y mientras Otto Binder era capaz de crear mundos y personajes nunca vistos en 8 páginas, Snyder no crea nada nuevo en 24. Por eso es bueno echar la vista hacia atrás de vez en cuando, para poner las cosas en perspectiva. Ojalá algún día ECC Ediciones se decida a recuperar este tipo de material, prácticamente inédito en nuestro país salvo ediciones antiguas difíciles de encontrar.
Genial artículo!! Yo también considero que esta es una de las mejores etapas de Superman, y la prueba está en la cantidad de «revivals» y homenajes que se le hacen actualmente a las tramas y personajes de este periodo. Tanto en comic como en cine.
Este nº está viajando desde USA a mi casa ahora mismo!!!!!
Ya os contaré que tal
Hay un hito de mi infancia que consistió en comprarme, mientras andábamos de pateada familiar por los alpes italianos, un tomaco bastante majo de Superman. Con nueve años. Y sirvió para dos cosas: aprender italiano a una edad temprana y, sobre todo, chaparme Superman, porque la recopilación hacía un recorrido cronológico que incluía algunas de las historias míticas: la primera aparición de Superman, la primera de Mxyztplk (fuera de las tiras), el primer crossover con Batman, la historia de Lori Lemaris… Luego se iba a los setenta, ochenta, noventa…
Supongo que debería haberme quedado flipado con Byrne, la carrera contra Flash y el Superman Eléctrico. Pero ya por entonces mi Superman favorito fue el compendio de imaginación surreal de la silver age. Vale que los personajes tienen el desarrollo de una hoja de papel, pero soy partidario de esa aproximación moderna «a lo Supreme/All Star», capaz de integrar el desarrollo de personajes mínimamente complejos con la fantasía desatada tipo Hora de Aventuras. Si no, sin todos los conceptos absurdos, para mí es un Superman a medio gas.
(Sep, sé que la silver age se suele fechar en los 60, con los 4F y la JLA, pero que os den a todos: Superman la empieza antes, en los 50).
Si, Jorgenexo, ahí es donde da comienzo la Edad de Plata.
Unos años cojonudos que seguiré releyendo en mis tebeos de Novaro. Traducciones chungas, vale, pero a todo color.
¿Superman en blanco y negro? Ni de coña.
«Si, Jorgenexo, ahí es donde da comienzo la Edad de Plata.»
Euhm… interpretable. La «Edad de Plata» no tiene comienzo oficial (¿cómo podría?).
Se habla de Flash (y yo me quedo con él, la verdad, porque establece el nuevo tono para DC), pero lo habitual es fecharla con la aparición de la JLA, rubricada por los 4F, marcando de forma definitiva las reglas del juego de una nueva época (y volviendo a dar pasta de verdad).
¿Superman en blanco y negro? Ni de coña.
Pero no todos somos tan viejos como tú, que pudiste acceder a este material en la época, así que nos tenemos que conformar con esto 🙂
Euhm… interpretable. La “Edad de Plata” no tiene comienzo oficial (¿cómo podría?).
No, oficial no, pero la verdad, yo creía que era de consenso común la fecha que indica Jorgenexo. De todas formas, estos tebeos de Superman son pura Edad de Plata, vaya.
Eso sí. En tono, desde luego que lo son. Pero claro, hay que tener en cuenta que una cosa es la Edad de Plata en el contexto «DC» (Barry Allen, Hal Jordan, la imaginación desatada) y otra cosa en el contexto «cómic americano», seguramente más relacionado con ventas, difusión, etc…
Mi duda: ¿cuándo empezamos a llamarle Edad de Oro y Edad de Plata a las cosas? Me consta que en los 70 solo distinguían entre «cómics viejos» y «cómics de ahora».
Y yo que siempre pensé que lo de la llave gigante solo lo hacía superlópez…
Eh, ¡es un tebeazo! Yo lo tengo en italiano 😛
Ojalá hubiese una reedición de esta clase de material, aunque fuese un «the very best of», en apañol.
Por cierto, que «La Super-Chiave della Super-Fortalezza» me aparece acreditado como escrita por Jerry Siegel, no por Coleman. Malditos comedores de Pizza no-mutantes.
La fecha oficial es el momento en el que se encuentran los dos Flash porque supone reconocer abiertamente que antes había un Flash y ahora hay otro, antes habia una cosa y ahora hay otra distinta.
Lo que pasa es que siguieron haciéndose tebeos tontorrones. Deliciosos, pero tontorrones. Aunque hay un salto «oficial», el espíritu sigue siendo el mismo.
Me la voy a jugar: la Silver age comienza el día en que la señora Lee dice «Escribe lo que te salga de los güevos. ¿Qué es lo peor que te puede pasar, que te echen?»
En ese momento se empieza a hacer un tipo de tebeos completamente distinto, al menos a nivel conceptual, del que se venía haciendo antes.
Ya están los Marvelitas barriendo pa casa. ¡Es un post de Superman, coño! ¡Ya está bastante chungo el presente de DC para que venga Reed Richards a tocar los güevos en su pasado! ¡Spidernazis!
Gran artículo!
Me imagino un día de hace años en el departamentos de publicaciones de Planeta.-«Oye, Hernando, qué tal si empezamos con los Showcases'»-Vale, como genialidad vamos a hacerlo con el de SHAZAM de los años 70, que nadie reclama y que es más que mediocre.-Pero leches, Hernando, que tenemos deliciosas historias de Superman de los años 58-60…-Que no, el de SHAZAM, con dos cojones.
Y he aquí el principio y el fin del formato SHOWCASE en España. Porque claro, decirle algo a ECC es cantar al viento, por muy bien que me caigan ahora por el hecho del tomo de LIDL.
Menos mal que se pueden conseguir fácilmente por 14-16 euros en cualquier librería de Barcelona.
Yo tenía varios tomos (uno incluso en tapa dura y bastante más grueso que circuló bastante, porque creo que lo regalaron con algún banco) de Superman de Novaro, pero los tiré/vendí/nomeacuerdo hace tiempo ya que, aunque sean en color, no soporto las traducciones telegráficas mecanografiadas. Dicho tomo en tapa dura, por cierto, lo ví hace poco en algún sitio a 25 euros o alguna barbaridad así.
De Novaro teníamos las grapas, grandes al principio y ñajas al final, pero también nos llegó esto que era Superman clásico puro. También los había de Batman y Tarzán.
http://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/superman_novaro_1973_-librocomic-.html
Creo que mis primeros tebeos fueron los Librocomic de Batman, Superman y Tarzán de los que habla Ocioso -supongo que intercalados con los be Bruguera (Mortadelos, Sacarinos, Zipiyzapes…)
Bruno Díaz, el inspector Fierro, Ricardo Tapia, Lina Luna…lo más imaginativo de las traducciones eran los nombres propios y de ciudades.
Y ECC no piensa en publicar Showcase según una consulta de la semana pasada.
Por cierto Planeta también redujo el formato Showcase.
Yo tengo el tomo de Novaro de Superman. Un amigo mío me lo dio en plan «toma esta puta mierda, so friki». Él hizo espacio en casa y yo me llevé material clásico infamemente traducido.
lamadrequeloparió!!!
yo era consciente de haber leído de crío (de muy crío) todos esas viejas historias de superman (y de batman) pero no recordaba cómo ni cuando; tirando del hilo del enlace de ocioso he llegado a la galería de portadas de novaro (http://www.tebeosfera.com/obras/publicaciones/galeria/superman_novaro_1973_-librocomic-.html) y ahí estaban todos esos tebeos que recuerdo haber devorado cuando aún casi no sabía ni leer: la portada de la isla!, la de la farola!, la del gorila!; joer, hasta el número 18 recuerdo haber tenido casi todos esos tebeos.
me imagino que se perdieron todos, cuando, con 9-10 años, nos mudamos de la vieja casa de begoña al piso del parchís (los de aquí sabréis de qué hablo); joooodeeeeer, que recuerdos!!
Joder, llevamos una temporadita de un nostalgico moñas que tira para atras, como se nota que se nos esta empezando a ver el carton a mas de uno..
«pero si realmente hubiera que acreditar todos los guionistas y dibujantes que han contribuido en cualquier tipo de historia la historia sería infinita.»
Y si a alguien le interesa conocer la lista de verdad, pero enterita de cabo a rabo, la tiene en el insípido libro Superman, el primer sperheroe que acaba de publicar Dolmen. Todos y cada uno de los dibujantes, guionistas e incluso entintadores de cada una de las colecciones en que aparecía superman. recopilados en pequeños parrafitos de forma ininterrumpida en el que Posiblemente sea el capítulo de un libro mas aburrido que haya intentado leer.
«Joder, llevamos una temporadita de un nostalgico moñas que tira para atras, como se nota que se nos esta empezando a ver el carton a mas de uno..»
25 años, chaval. A mí siempre me han molado estos rollos porque… joder, porque soy de la generación que creció en los 90. Cualquier década era mejor que la mierda que me ofrecían.
Ahora es cuando confieso que la llegada de Supergirl a la Tierra (Action Comics#252) es uno de los tebeos que más veces he leído y me sigue pareciendo genial cada vez. Y cuando alguien dice que no le moló Lori Lemaris muere un gatito, que lo sepáis.
Brainiac es uno de mis villanos favoritos y Kandor siempre ha dado mucho juego. Titano, en cambio, ya me parece un exceso, como en general lo de los animalitos con poderes. Pero no se puede ser sublime sin interrupción.
Una maravilla, en resumen.