Barrio Lejano

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Edición original: Harukana Machi-E (Shogakukan Inc, 1998).
Edición nacional/ España: Barrio Lejano (Ponent Mon, 2003).
Guión y Dibujo: Jiro Taniguchi.
Color: B/N.
Formato: Tomo.
Precio: 18€.

 

Quien más quien menos ha fantaseado alguna vez con volver atrás y revivir sucesos de su pasado. Siempre hay un episodio que evocar, algo que enmendar, una incógnita que desentrañar o, simplemente, un lamento por el tempus fugit. Ya saben, carpe diem y todo eso. Es lo que le sucede a Hiroshi, el protagonista de Barrio Lejano, durante una visita al cementerio donde reposa su madre. En la mejor tradición de Peggy Sue se casó (F.F Coppola, 1986), Hiroshi vuelve de pronto a 1963, a sus 14 años, para comprender las decisiones que marcaron su vida y la de su familia. Una mariposa que vuela, como en Forrest Gump (R. Zemeckis, 1994), abre esa puerta inexplicable que separa la realidad del recuerdo. Hiroshi vuelve a ser un estudiante, pero no ha olvidado nada de lo que sabe, por lo que se convierte en un testigo de excepción de su propia vida. Pero ¿por qué? Hay algo que necesita entender para seguir adelante y esta situación fantástica se lo brinda en bandeja de plata.

Las habilidades de Jiro Taniguchi son bien conocidas por los entregados lectores de El almanaque de mi padre o El gourmet solitario. Nadie como él para mirar con afecto la infancia, tiempo de perplejidad e inocencia. Nadie como él para exponer las contradicciones que van enredando nuestros corazones, a menudo con alambres de espino que impiden acercarse a los demás. Su exquisito amor por el detalle inyecta verdad en cada una de sus estampas, eludiendo siempre el peligro del preciosismo. Bellamente ilustrados, sus cuentos no son para mirar, por lo que, de pronto, dejamos de apercibirnos de la técnica para quedar atrapados por la historia. De narrativa impecable, a la par que invisible, ni una estridencia nos desvía de la lectura. Es una narración de gestos y miradas, sin que ello implique planos rutinarios (obsérvese, por ejemplo, la conversación en la biblioteca entre Hiroshi y Tomoko en las páginas 102 y 103 del primer volumen; la cámara danza alrededor de ambos niños sin perder la naturalidad). Pero también de espacios abiertos, de la significación de los lugares en las personas. Tan importante es una sonrisa como el viento que agita las hojas de un árbol o una ola que rompe en una playa.

La bonhomía del autor impregna cada página. Los conflictos no nacen de la maldad intrínseca o las ganas de hacer daño sino de la imposibilidad de compaginar anhelos comprensibles pero antagónicos. No hay culpables; sólo puntos de vista. Y decisiones que nos acercan o alejan a los que amamos. La soledad y la incomprensión son los auténticos monstruos que guardan el tesoro de la felicidad. Taniguchi lo sabe y acecha a sus personajes para desnudárnoslos en un trazo de su pincel. La sencillez de la línea favorece la implicación emocional del lector. Los genios, además, logran que cada línea sea única. En un medio en que a menudo distinguimos los colorines de los trajes antes que el rostro, no es moco de pavo atreverse con la instantánea de una promoción de alumnos y que identifiquemos a los protagonistas entre las caras que se agolpan en pocos centímetros (última viñeta de la página 81 del tomo I). O presentar la resignación y desolación en una imagen que no necesita aditamentos textuales ni contextuales (4ª de pág. 149; tomo I)



Parábola sobre la aceptación y el crecimiento, Barrio Lejano prefiere no perderse en paradojas temporales, aunque se esbocen. El arqueólogo de la memoria que es Taniguchi desmenuza esos pequeños momentos que van haciendo biografía y explicando aquello en lo que acabaremos por convertirnos, a veces a nuestro pesar: las pequeñas alegrías que van quedando por el camino, las rutinas que empiedran el tránsito a la madurez. La memoria es el cemento más poderoso de nuestra personalidad, parece decirnos el autor. Por eso hay que conocerla. Honrarla. Y en este caso, llevado al extremo, ¿cambiarla, tal vez? No adelantemos acontecimientos. Tendrán que leerlo para descubrirlo.

Barrio Lejano obtuvo el premio al mejor guion en el Festival de Angouleme de 2003. Ese mismo año Ponent Mon se encargó de traerlo a España en dos tomos en rústica de 200 páginas, adaptados para el mercado europeo por el francés afincado en Tokio Frédéric Boilet a instancias del propio autor. En 2009 se reunió la obra en un solo volumen en tapa dura por 18€.

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Elokoyo
Elokoyo
Lector
11 junio, 2013 11:52

¡Qué casualidad! Precisamente este domingo por la noche acabe de leerlo 🙂

Coincído completamente con la reseña, es una historia en la que no sobra ni falta nada. La narración es muy ligera y dinámica, las ilustraciones son magníficas, los encuadres, perspectivas, el tempo de la narración, el desarrollo de personajes, etc…

Me impresionó que en unas 400 páginas que tiene el tomo desarrollase tantos conceptos y los resolviera tan bien a su debido tiempo, sin apresurarse, como si se trataran de decisiones naturales tomadas por los protagonistas.

Para mí un tomo totalmente recomendable y que no debería de faltar en la estantería de cualquier buen aficionado a la buena lectura. Y eso que a mí el manga no me atrae mucho, pero en toda regla hay excepciones y Jiro Taniguchi es una excepción muy a tener en cuenta.

Además coincíde que en el último mes he leído de este autor «El Caminante» y «El Olmo del Cáucaso» que casualmente me han gustado mucho y los tenían en la biblioteca pública de mi localidad 🙂

Ha pasado de ser un autor desconocido para mí, a a ser un autor muy a tener en cuenta en el futuro. De hecho, casualmente también mientras me leía estas obras de Taniguchi encontré casualmente una oferta de saldo de «La Época de Botchan», que solamente ilustra Taniguchi y que espero también leerme pronto.

Lono
Lono
Lector
11 junio, 2013 15:31

Yo tb pillé el pack d botchan x 35 € los 7 tomos. Lo compré este finde en una feria del libro; tiene muy buena pinta…

Ocioso
Ocioso
Lector
11 junio, 2013 16:31

Gran historia que cuenta con el aliciente para el gran público de leerse dalante patrás.
Hace años que lo leí, pero recuerdo que me dejó la sensación de que estaba pidiendo a gritos una adaptación al cine.

Khonshu
Khonshu
Lector
11 junio, 2013 16:59

Obra tremenda. Taniguchi es un autor que siempre te llega, pero creo que aquí especialmente. Este es un cómic que puede leer cualquier persona e identificarse con lo que se está contando.

Alberto de Sosa
12 junio, 2013 11:01

Curiosamente Barrio lejano sí que tiene adaptación al cine: http://www.filmaffinity.com/es/film778023.html

Ocioso
Ocioso
Lector
12 junio, 2013 11:15

¡Anda!

tiamath
tiamath
Lector
13 junio, 2013 19:19

Simplemente maravilloso manga.
Lo lei hace unos y aun guardo con cariño el recuerdo de su lectura, engancha de de una manera extraña , con esa narrativa atipica de Taniguchi.

¿Quien no ha soñado alguna vez poder volver en el tiempo a la epoca de chaval sabiendo lo que sabemos ahora? 🙂 (ciegos oiga, nos pondriamos ciegooooooos)

tiamath
tiamath
Lector
13 junio, 2013 19:22

Alberto de Sosa
ha comentado el 12 junio, 2013 a las 11:01h
Curiosamente Barrio lejano sí que tiene adaptación al cine:

http://www.filmaffinity.com/es/film778023.htm l

¿Quien lo iba a decir?, aunque supongo que la historia estara ambientada en Francia en lugar de Japon.