¿Qué está pasando en el cómic americano? (Season 26)

A Bendis siempre le ha gustado prolongarlo todo. Arcos argumentales de seis números, historias que se prolongan durante años, cabos sueltos todavía sin resolver… Estamos hablando del rey del descompressive story telling, for Deena Pilgrim’s sake. Pero si algo h demostrado en sus quince años de historias al servicio de la casa de las ideas, es que da igual lo aleatorios y gratuitos que parezcan sus improvisadas vueltas de tuerca o lo que tarde en resolverlas: Siempre hay un plan. Un plan del que en ocasiones ni siquiera el propio Bendis consciente y que en muchas ocasiones se va creando sobre la marcha, pero plan a fin y al cabo.

Así hemos podido atestiguarlo en uno de sus últimos números para la franquicia mutante, en el que el creador de Nuevos Vengadores ha retomado un cabo suelto de hace ¡nueve años! Nos encontramos a finales del año 2004 después de Cristo (y 32 desde el nacimiento de David Finch) cuando la portada del primer número de su remodelación de los Vengadores veía la luz. Mandando al cajón de los juguetes rotos todo lo que hubieran manoseado más de la cuenta Kurt Busiek o Geoff Johns, en aquella imagen a cargo del crador de Aphrodita IX podía verse al Capitán América y/e/o Iron Man junto a Vengadores tan emblemáticos como Lobezno, Spider-Man, Luke Cage, Spider-Woman o un misterioso tipo al que a nadie que no hubiera leído los X-Factor de Howard Mackie parecía sonarle de nada.

Los años continuaron pasando mientras los aficionados vivían literalmente en vilos por conocer quien era aquel misterioso tipo con cierta reminiscencia a Johann Strauss, hasta Bendis dijo Adios muy buenas y se fue de la franquicia sin que revelarnos quien era aquel tipo de la escafandra misteriosa. Vale Brian, como nos la has jugado, ¿no? O al menos eso pensábamos hasta que en el último número de La Imposible Patrulla-X descubriéramos a:

Threshold ha sido una serie la cual demasiada poca gente le ha prestado atención, incluso aquí en ZN somos parcialmente culpables de ello – aviso para navegantes: hay prevista una reseña de la obra completa en próximas fechas. Incluso podría haberse colado anteriormente en más Top 10 de los que lo hizo, pero este último número es Keith Giffen en estado puro. O no, pero al menos nos recuerda al escritor de Ambush Bug, el cual ya tuvo una despedida rompiendo a su manera la cuarta pared cuando tuvo que cancelar su Doom Patrol. Porque han cancelado Threshold. Si es algo que queda claro durante este número, a los protagonistas y a los lectores, es eso. ¿Verdad chicos?

Y el final es toda una declaración de intenciones, y una muestra de mala baba de la casa.

Oh, ¿pero creías que sabías lo que había pasado arriba? Pues mira, hay veces que los back-ups sirven para algo más que para condenar más rápidamente a series de DC con un escaso mercado…

El día en que se descubrió que la miniserie protagonizada por Madrox era el preludio del regreso de Peter David a X-Factor fue uno de los momentos comiqueros más felices para todos aquellos que pensábamos que su salida de la cabecera en tiempos de Harras fue injusta y precipitada. Desde entonces, ha pasado casi una década durante la cual el responsable de But I digress… cogió a un grupo de secundarios que no le importaban a nadie y consiguió convertirlos en nuestro grupo de superhéroes favorito.

A lo largo de centenar y pico de entregas descubriríamos que Layla Miller sabía cosas, la complejidad que podían llegar a alcanzar los poderes mutantes de Jamie Madrox, la metamorfosis de Siryn en Banshee o los problemas de Loba Venenosa y Fortachón para lidiar con las consecuencias de su faceta más salvaje e impulsiva y su lado salvaje respectivamente. Con enemigos como Damian Tryp, el Aislacionista, Hela o el mismísimo infierno, tampoco faltaría oportunidad para que Rictor y Estrella Rota consumaran su amor, o descubrir cual era la relación de este último con Longshot. Mercurio continuaría haciendo de Mercurio mientras Monet y Darwin eran zarandeados como piñatas en busca de primio y otros como Kaos y Polaris apenas tenían espacio para decir “Hola que tal” (en Pip, mientras menos pensemos mejor).

Sin embargo, nada puede durar eternamente y al accidente cerebrobascular que mermó las condiciones físicas de Peter David le seguiría el anuncio de que X-Factor cerraría sus puertas a finales de este año. Una triste noticias sin duda que marca el final de una etapa de culto dentro de la familia mutante que -sin arrasar en ventas- había encandilado a un nutrido grupo de adeptos que cada mes tenían una cita imprescindible con la colección de PAD!. A falta de un número para llegar a la temida última estación, dudas como qué ocurriría David y los personajes no dejaban de rondar a sus seguidores. ¿La respuesta? Dice más una imagen que mil palabras:

Sospechosa habitual ya de esta sección, la verdad es que no nos gusta repetirnos con las series, pero a veces las series/autores se empeñan en hacer esfuerzos para salir en esta sección. Esto a veces es bueno, esto a veces es malo. Algo que os dejamos a vosotros juzgar en cada entrega. En cualquier caso, la historia más personal y ambiciosa de la escritora a cargo de Batgirl ha empezado. Y si hay algo que quiere dejar claro, es que es su historia, pero sobretodo, que es su serie. Y con ello, nos referimos a que dejaron que Ray Fawkes no sólo escribiese un par de números, si no también una pequeña historieta en el Young Romance. Y una cosa es ignorar el intento de poner a Firebug como un villano de la galería propia de Batgirl. A fin de cuentas, si Gail necesita alguno, se saca una versión juvenil femenina y listo. Pero lo que no pudo ignorar es que intentase convertir a Ricky, un pobre cojo, en un interés romántico para Barbara. Y si, la cita, de la cual casi se olvida – ¿metalenguaje al no ser Simone quien concertó tal cita? – corrió a cargo de la escritora. La cual podría haber hecho replantear el tema, pero no. Pero hizo seguir adelante dicha relación por un motivo…

En su debut, las bizarras aventuras del Instituto Jean Grey en Lobezno y la Patrulla-X se convirtió en una de las colecciones más frescas y adictivas gracias al imaginativo desparpajo de Jason Aaron y los dibujantes que le acompañaban. Protagonizada por un ecléctico elenco de personajes que incluía a representantes de todas las encarnaciones de los X-Men y un nutrido grupo de alumnos que ponían a prueba el concepto de “Los superhéroes más extraños de todos los tiempos”, el segundo curso de la escuela de Wetchester no acabó de convencer del todo a muchos seguidores, quienes comenzaban a ver ciertos síntomas de desgaste en guionista y personajes.

Así que Aaron se decidió a darlo todo en la saga del Club Fuego Infernal para dar como resultado un fin de año en el que la mayoría de subargumentos trazados desde el comienzo de la serie colisionaron en una apoteósico final. Nuevos Infernales, una academia de supervillanos auspiciada por el nuevo Club Fuego Infernal, Quentin Quire, Idie, Sapo, Lobezno… Todo lo que ha molado alguna vez en la serie reunido en una saga dibujada por Nick Bradshaw. Pero, ¿qué nos guarda Aaron para el final de fiesta?

Justin Jordan llegó al nUDC para bailar con la más fea. Y es que no sólo tuvo que coger las riendas de Deathstroke después que por allí pasaran los guiones y los dibujos de ROB!. Además, tuvo que encargarse del Team 7, un intento para lograr lo que Men of War y G.I. Combat no habían logrado. Éxito. Algo que obviamente no logró, aunque no por falta de talento, si no porque le metieron de por medio a Eclipso y eso hizo que la serie nunca despegó. Y que no le dieran la oportunidad de pasar de los 8 números tampoco hizo milagros. Pero su talento se notó, y le hicieron confianza para encargarse de otras dos series menos desgastadas. Superboy – de momento – y los Nuevos Guardianes. Allí ha sido donde nos han ido presentando a Relic, el primer gran villano de las series de la familia de Linternas Verdes – que tendrán cruce en Octubre entre ellas. Que incluirán la serie de Linternas Rojas, aunque no la de Larfleeze. Incluso se rumorea que en el futuro habrá una serie regular de los Linternas Amarillos de Sinestro. Ya son pocos los Cuerpos de Linterna sin serie propia. ¿Cual será la siguiente? Pues…

Pese a la fama de enemigo de la continuidad que le persigue y la ojeriza que le tienen los más fervientes protectores de la palabra de Stan Lee, Brian Michael Bendis siempre ha sido un escritor de la escuela clásica. Da igual si el ser de los rezagados incapaces de aprender la lección al detalle le ha hecho tener numerosos tropiezos a lo largo de su carrera si después lo compensa con una visión de conjunto única, que le ha permitido entender a los personajes que han pasado por sus manos como pocos.

Pero sobre todo, hay que ser muy clásico para firmar un número como el último de La Nueva Patrulla-X en la que el joven Bobby Drake se lleva al Cíclope de su tiempo en una escapada al más puro estilo de sus correrías junto a Bestia y acabar en ¡una feria! en la que acaban pasando la tarde junto a unas chicas de Wetchester. No contento con ello, el guionista de Cleveland se marca un guiño al más grande de los grandes mediante una escena en la que descubrimos unos sentimientos que más de uno podría considerar inadecuados.

Pero espera, espera. Esto no puede acabar así. ¿Bendis nos suelta una bomba de ese calibre y ahí se queda? Imposible, puesto que -si en aquella ocasión la muchacha tenía limitados los dones de su mente- en esta ocasión diospone de su telepatía en pleno rendimiento y es consciente de todos los pensamientos que pasan por la cabeza de su profesor. La cuestión es, ¿qué hará con dicho descubrimiento?

Aunque la serie sufrió hace unos meses un cambio creativo total, la serie no ha sufrido un bajón en la calidad como se podía temer. Diogenes no es Mahmud Asrar, pero se defiende lo suyo para mantener un nivel notable en el arte, mientras que a Nelson demuestra que es un talento a tener en cuenta más allá del terror indy. O para algo más que darle un mínimo de sentido/calidad a series a punto de ser canceladas, como su compañero Justin Jordan. Y con los Nuevos 52, hay una tendencia en coger las galerías de villanos sobre-pobladas de los principales héroes y expandirlos hacia sus alegados, o incluso a otros héroes. El caso que nos ocupa hoy es Cyborg Superman, quien en antaño fuera ese «Mr.Fantástico convertido en Doctor Muerte». Aunque en realidad, más allá de la historia de la «Muerte y Regreso de Superman», había quedado más asociado a un villano de los Linternas Verdes, especialmente con Hal Jordan. Así pues, decidieron que era hora de darle un nuevo origen, más intrínsecamente ligado a la mitología de Superman. No algo que simplemente, ocurrió hace años en su momento en una historieta del personaje. Pero además de eso, el escritor ha querido que esta versión estuviera más ligado a Supergirl. Quizás de una forma demasiado literal…

Bueno, quizás tampoco sea la mejor forma de hacerlo. Ah, ¿que no os referíais a este hecho? Pues supongo que entonces, sin duda, iba por esto…

Las macrohistorias compactas de duración medio / larga han sido la principal apuesta de la casa de las ideas desde que Axel Alonso lanzase su ambicioso proyecto editorial con Marvel Now!. Ideadas para hacer brillar sus principales personajes franquicia, es difícil no ver en ellas cierta búsqueda de historias con gancho fácilmente trasladables al cine. De entre todas las tramas argumentales mostradas a lo largo del primer año de la inciativa, pocas han atrapado a los lectores con tanto entusiasmo como la saga concebida porn Jason Aaron para la colección del Dios del Trueno.

Con el impresionante dibujo de Esad Ribic como guinda del pastel, la historia que ha enfrentado al Thor de tres épocas contra el carnicero de los dioses se ha prolongado a través de once números hasta alcanzar su conclusión este mes. Once entregas de épica nórdica pasadas por el filtro de Marvel Comics hasta llegar a su espectacular final con la batalla final del joven Thor de la era vikinga, el Thor de nuestro tiempo y el anciano Thor del fin de los días frente al macabro plan de purgar a los dioses de la existencia.

Perfecta para disfrutarse de una tacada, si al final el resultado ha estado a la altura de las expectativas o no es algo que solo puede responder el propio Thor. ¿Tú que opinas, ricitos de oro?

Y hablando de sospechosos habituales en esta sección, aquí tenemos nuevamente a Wonder Woman. Porque Brian Azzarello y Cliff Chiang – y los suplentes de honor – lo petan como pocas veces lo ha petado la serie de la más importante super-heroína de DC y posiblemente el cómic en general. Además, la serie va por temporadas. Como ya comentábamos el mes pasado, una parte de la segunda temporada quedaba resuelta, y tocaba resolver la otra. Pero además, lo hacen de una forma que uno se replantea cierta profecía que llevaba con la serie desde su inicio. Quizás, porque realmente había una tercera historia, procedente del número 0 – ese magnífico número que fue ignorado por los Eisner, malditos seáis. Quizás ha sido simple «casualidad», quizás no fue interpretada de forma correcta. En cualquier caso, si os pensabais que el ser hija de Zeus iba a ser el gran cambio en el status-quo de Diana, es que aún no conocéis la gran mente de Azzarello. Y las ganas de tocarle la moral al fandom más radical de Diana. Y es que este número nos enseña dos grandes lecciones. La primera, es que uno puede elegir que destino quiere llevar en su vida. El otro, que hay veces que aún así, el destino te supera.

¿Tú eres más de mamá o de papá? Una pregunta de difícil respuesta que podría aplicarse a la hora de elegir cual ha sido la mejor macrohistoria argumental de Marvel Now! de entre las que han alcanzado su final a lo largo de este mes. Y es que -aunque los detractores de John Romita Jr. probablemente lo tengan claro-, es difícil elegir entre el poderío metal de Thor de Aaron y la epopeya extradimensional del Capitán América de Rick Remender.

Árida, lúgubre y opresiva, el arco de la Dimensión Z se ha reivindicado como una historia de desgaste capaz de aferrarse a las tripas y transformarlas en una masa voraz y monstruosa como solo Romita Jr. puede dibujar. Perdido en tierra extraña, Steve Rogers ha sentido en sus huesos el veneno de un mundo creado a imagen de la retorcida mente de Armin Zola. Un mundo en el que la carne es el combustible de la revolución de la voluntad del más fuerte y en el que los ideales del centinela de la libertad eran un recuerdo distante erosionado por la brutalidad de su nuevo hogar.

Los años pasaban mientras el mundo de Zola le arrebataba la claridad, la confianza y la integridad física hasta convertirlo en una pulpa sanguinolenta exhausta incapaz de recordar el hombre que fue. Creyéndolo derrotado, su enemigo trató de quitarle las últimas trazas de dignidad que podían quedarle, arrebatándole al muchacho que había criado como un hijo, su identidad e incluso su persona. Sin embargo, es en los momentos más difíciles cuando el carácter del Capitán América sale a flote y -oponiéndose a la adversidad- irrumpiría en el bastión de Zola para poner fin a sus planes para llevar su retorcida corrupción a la Tierra.

Ha sido una batalla ardua, llena de dolor y sacrificio, en la que el centinela de la libertad se sobrepondría haciendo que los planes de su enemigo se derrumbaran como un castillo de naipes para poner rumbo a su hogar. Atrás solo queda un mundo consumido por la locura de Zola, el recuerdo de las cicatrices en el cuerpo y la mente de Rogers, el pesar de la perdida de aquellos que sacrificaron sus vidas para que la Tierra pudiera vivir y…