Mark Waid y su Daredevil

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Aviso de Spoilers: El artículo que sigue a continuación trata información de actualidad en Estados Unidos, por lo que puede desvelar detalles argumentales que todavía no han sido abordados en la edición española.

Que los hasta ahora treinta números que Mark Waid lleva haciendo en la cabecera Estadounidense de Daredevil son fantásticos (aquí llevamos visto hasta el episodio 21 por cortesía de tres tomos de Panini), no es ningún secreto. El escritor, apoyado por un equipo de dibujantes de lujo (Paolo Rivera, Marcos Martín…) al que se le unió ya de forma regular en el número 14 Chris Samnee, nos está ofreciendo otra magnífica etapa del personaje, que, siendo distinta a todas ellas, podrá posar orgullosa junto a las de Frank Miller, Brian Michael Bendis o Ed Brubaker. Y los medios especializados del mundillo no dejan de recordárselo al aficionado cada mes. Prueba de la admiración que levanta la serie regular es el premio Eisner ganado el año pasado por Waid y Samnee precisamente para este Daredevil.

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Que lo que hace para conseguirlo no debe ser nada fácil, también es algo sencillo de sospechar. El personaje lleva ya más de tres décadas, tras el paso como autor completo de Frank Miller, siendo asociado a memorables historias de corte callejero, oscuro, sucio, violento y realista dentro del género, menos fantástico que las de sus compañeros de mallas y mascaras. Dado lo fuerte que enraíza la inercia en nuestras mentes y gustos, resulta evidente que llevar a Daredevil en la dirección contraria y hacerlo con éxito, requiere un esfuerzo titánico y una gran pericia.

Eso sí, lo que no deja de sorprendernos es la capacidad que tiene el equipo creativo para rizar el rizo, lanzarse a un nuevo triple mortal sin red periódicamente y, que ideas que en manos de otros autores sin duda hubiesen dado lugar (en el mejor de los casos) a un tebeo insustancial, sin embargo siempre consigan dejarnos atónitos por la solvencia e ingenio con la que están resueltas, lo divertido que resulta su lectura y por los experimentos plásticos que realizan los dibujantes a la hora de plantear la puesta en escena de las páginas.

Un repaso a una osada andadura

Durante esta treintena de episodios se nos ha mostrado a un Matt Murdock (la identidad secreta de Daredevil, el hombre sin miedo) desenfadado, y no al taciturno y depresivo abogado ciego que acostumbrábamos a ver. Harto de su eterno sufrimiento, ha decidido afrontar la vida desde una óptica mas alegre, canalla y picaresca, recuperando esa personalidad primigenia del personaje que tan certeramente homenajeó/parodió Kurt Busiek en Astro City con el enmascarado Crackerjack.

Han aparecido docenas de enemigos y aliados sacados de todo el rico fondo del Universo Marvel, acentuando la relación de Daredevil con este ficticio cosmos. Y se ha desarrollado una larga trama alrededor de la posesión de un dispositivo almacenador de información con datos de las principales organizaciones criminales de este fantástico entorno. Daredevil también se ha debido enfrentar a conspiraciones instigadas por antiguas némesis, y a la aparición de quienes están destinados a ser las nuevas.

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Hemos asistido al drama de la enfermedad de Foggy Nelson, el mejor amigo de Murdock y ha aparecido un nuevo interés romántico para Matt que se resiste a sus encantos. También ha habido una historia sobre el matón que atormentaba a Daredevil de niño y que irónicamente acuñó su sobrenombre. Por cierto, ignoro si se pretende que este Nate Hackett sea otro personaje, otro pandillero infantil, o si a Waid se le ha pasado por alto que el escritor Steven Grant ya le puso nombre, Stymie Schmidt, al chulo de barrio, y ya contó una historia totalmente distinta sobre sus circunstancias y destino, todo ello en los ochenta.

Y, últimamente, hasta le hemos visto encontrarse y pelear con un personaje tan omnipotente y fuera de su ámbito habitual como el antiguo heraldo de Galactus, Silver surfer. Y parece ser que pronto aparecerá incluso la Legión de los monstruos, esa reunión de los personajes de terror clásico de los 70 de Marvel.

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Es decir, se han dado un cúmulo de conceptos que así enumerados no parece revestir ningún especial interés o que incluso nos hace arquear una ceja con escepticismo. Y sin embargo, leídos, los cómics son un placer para los sentidos y para el afán de los investigadores de mecanismos de narración en el medio. ¿Cómo consigues una cosa así? Con talento, confianza en los méritos artísticos propios y con mucho, mucho valor.

Desafíos en la oficina de Stephen Wacker

Mark Waid lo hace parecer muy sencillo:«Me encanta la forma en la que Stephen Wacker y Ellie Pyle (los editores de la colección) siempre me dan suficiente cuerda como para que me ahorque yo mismo. El proceso general suele ser este: cuando estamos escribiendo los avances cinco meses antes yo digo: ‘¡Ooohhh! ¿Qué os parece, metemos a Silver surfer? Apuesto a que podemos hacer que eso mole mucho’. Luego, semanas más tarde, cuando se acerca la fecha de entrega y hay que mandar el guión, llamo a Steve con un ataque de pánico: ‘¿Cómo voy a hacer encajar a Silver surfer en una historia de Daredevil?’. Y él simplemente se ríe».

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Sin embargo, intuimos que de sencillo nada. A veces da la impresión, y estas declaraciones parecen confirmarlo, de que en general en las reuniones creativas de la oficina de Wacker (vistos los resultados aquí y en su otra línea, la de Spiderman), jueguen a ver quién sale con la idea más bizarra y que luego se planteen: “Vale, ahora ¿cómo podemos obtener un enfoque para sacar, de esto tan aparentemente ridículo, una gran historia? Poneos a darle vueltas y no paréis hasta que saquéis algo realmente brillante”. Y a veces, eso requiere mucho esfuerzo, mucho ingenio, o mucho de ambos.

Otros valientes creadores… y Estela Plateada

Volviendo a Silver surfer y a nuestro querido hombre sin miedo, no es la primera vez, en cualquier caso, que ambos personajes cruzan sus caminos. Durante la etapa de Ann Nocenti en los ochenta, cuando Daredevil se encontró con el demonio Mefisto (otro personaje totalmente fuera de su escala, la idea era presentar un conflicto no físico sino moral), el surfista argénteo apareció como un muy adecuado deus ex machina (después de todo, el personaje en su concepción no viene a ser otra cosa que una especie de ángel del espacio) para solventar la, de cualquier otro modo, irresoluble situación. No obstante, como recuerda Waid, ni aquí ni antes interactuaron ambos personajes: «Así que no he podido encontrar ni una sola viñeta en la que los dos hayan jamás intercambiado dialogo. Eso nos abrió muchas posibilidades…»

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El caso de Nocenti es curioso, ya que su etapa en Daredevil vino dada por suplir a la que estaba prevista de un guionista que tenía en mente planes muy similares a los que Waid ha llevado a cabo. Steve Englehart iba a ser el encargado de continuar contando las aventuras de Daredevil tras la segunda etapa de Frank Miller (el cual afirmó que tras esos números ya no quedaba nada que contar con el personaje), el famoso Born again. Por tema de fechas, Nocenti tuvo que escribir dos números de relleno (y vaya relleno: uno de ellos fue dibujado ni más ni menos que por Barry Windsor-Smith) entre ambos autores. En estos episodios se estableció una dinámica entre el protagonista y la Viuda negra que contravenía los planes para ambos personajes de Englehart. Este, airado, abandonó el encargo publicándose tan solo un numero escrito por él (y firmando con pseudónimo) y así, Ann Nocenti se quedó con los guiones de la serie.

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Englehart quería, al igual que Waid ahora, abandonar el estilo grim and gritty que se había quedado impregnado en la colección tras el paso de Frank Miller. Y, al igual que el escritor de Kingdom come, tenía la intención de asumir y asimilar los cambios y avances creativos que se habían producido. La idea, por tanto, no era hacer borrón y cuenta nueva, sino mirar al futuro de forma optimista sin ignorar el turbio pasado. La única forma de avanzar vitalmente, en realidad, si se quiere hacer una lectura relevante. No se abandonaría el monologo interno y el tratamiento más adulto de los personajes, pero las aventuras tendrían un tono mas superheroico y Matt Murdock interactuaría mas con aspectos fantásticos del universo Marvel que habían sido apartados de la colección debido al ambiente noir de la misma. Incluso, como ha hecho Mark Waid, le enfrentaría contra Klaw, el asesino señor del sonido, al principio de su etapa.

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¿Hubiese alcanzado Englehart a mediados los mismos éxitos creativos, de público y de critica que Waid hoy día haciendo prácticamente lo mismo? Francamente lo dudo.

Primero porque mientras Waid hoy por hoy está en estado de gracia al teclado, Englehart en ese momento estaba en franca decadencia. Su equipo artístico tampoco parece que fuese a estar a la altura de Chris Samnee, Paolo Rivera o de Marcos Martin, de los cuales no hay que menospreciar en ningún momento la importancia de su aportación gráfica y narrativa a la calidad final del producto. Y tampoco debemos olvidar la contribución del magnífico tratamiento del color de Javier Rodríguez, imposible de conseguir en aquel entonces dados los medios técnicos disponibles.

Pero además, tal vez el clima comiquero no estaba, digamos, maduro para recibir una obra así. Hoy por hoy, el tono oscuro es solo uno más de los posibles a la hora de establecer el discurso de un título. En aquel entonces, a mitad de los ochenta, era algo innovador, que estaba en boga y con lo que el mundo del cómic percibía que estaba evolucionando, que era el camino para el avance artístico del medio. Algo que la crítica y los aficionados pedíamos vehementemente. Eran los tiempos de Watchmen, Dark Knight, Grendel, Miracleman…un tono más superheroico hubiese sido percibido como un paso atrás, un acto de cobardía editorial en una colección que había sido pionera en ese avance.

Hoy por hoy, llevamos décadas viendo a Matt Murdock arrastrándose por los lugares más oscuros de la calle, de la vida y de la mente. Cada autor que ha firmado sus páginas parecía tener el desafío de hacer su vida más deprimente que el anterior. Las innovaciones que prometía la revolución de los ochenta han sido asimiladas unas y (lamentablemente a menudo) desechadas otras. Se han normalizado. Y ahora, estamos dispuestos a contemplar un cambio de aires en la serie de Daredevil siempre que haya calidad por medio.

Y vaya que si la hay. Si abres un tebeo de Daredevil en el que aparece Silver Surfer pensando en lo descarrilado del concepto y consiguen que lo cierres pensando tan solo en lo inteligente que han sido hipotetizando acerca de cómo pueden ser las percepciones del alienígena Norrin Radd (y contraponerlas con los supersentidos de Murdock), o en lo escalofriante y personal del final, no hay lugar a ninguna duda: aquí hay calidad.

Con el cincuenta aniversario del personaje en el horizonte, el equipo creativo, sin entrar en detalle, promete grandes cosas para celebrar el evento. Y estamos seguros de que no nos defraudarán. No lo han hecho hasta ahora y siguen sin mostrar signos de agotamiento.

Y así, podemos concluir que efectivamente a Mark Waid se le ha contagiado algo del personaje que escribe, y es también un hombre sin miedo. Sin miedo a dar un paso al frente, enarbolar la bandera del cómic de superhéroes y firmar una obra netamente de este género, de narrativa innovadora y valores artísticos indiscutibles, y darle con ella en las narices a los que opinan que tales cosas son incompatibles.

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jojojajo
jojojajo
Lector
2 septiembre, 2013 18:09

No me lo he leído para no comerme un spoiler. Cuando alcancemos esos treinta números en España, comento.

Tomás Martínez
2 septiembre, 2013 18:09

No se si me colgarán algunos, pero para mi esta serie es superior al Hawkguy de Fraction. Con esto no quiero decir que el Hawkeye sea mala, sino que es un 9. Pero es que el Daredevil de Waid es un 10 en toda la regla. La mejor serie regular del mercado americano mainstream.

Wolvie
Wolvie
Lector
2 septiembre, 2013 19:13

Serie sobre valorada por todos lados…

BLUNTMAN
BLUNTMAN
Lector
2 septiembre, 2013 19:17

Personalente la considero mejor que el Ojo de Halcon de Fraction, con un dibujo y unas historias que refrescan la mitología del Hombre sin miedo (el Coyote debe ser uno de los mejores villanos que han tenido este personaje) pero manteniendo todo lo demás.
Espero que Panini no se retrase tantísimo con el cuarto tomo como ha hecho con el tercero….

Un saludo.

Sombra Azul
Sombra Azul
Lector
2 septiembre, 2013 19:41

Yo también creo que está un pelín sobrevalorada… No me parece excelente, pero sí bastante buena, con algún episodio muy destacable. Una cosa que me gusta de Waid es que se lo curra para presentar un Daredevil que va mucho más de las hostias, un tío que usa con mucho ingenio sus recursos y sus poderes para salir de los atolladeros.

Antoine
Antoine
Lector
2 septiembre, 2013 20:51

Da la sensación de que los autores se lo están pasando en grande con esta etapa, en contraposición a la Bru que parecía un encargo del que se ocupó de mala gana.

Y por suerte esa diversión se transmite al lector.

Antoine
Antoine
Lector
2 septiembre, 2013 20:52

Lo digo ya y me quedo tan ancho, lo mejor que se ha hecho con el personaje tras Miller.

the drummer
the drummer
Lector
2 septiembre, 2013 21:17

buena serie. stop. aunque algo sobrevalorada. stop. hawkeye gana por goleada. stop.

Juan Luis Daza
Autor
2 septiembre, 2013 21:25

Son las dos mejores series actuales de Marvel (junto a los X-Factor de Peter David) tanto Daredevil como Hawkeye, obras en apariencia sencillas, de una narración directa desarmante y con un tono clásico delicioso.

Juan Luis Daza
Autor
2 septiembre, 2013 21:28

«Lo digo ya y me quedo tan ancho, lo mejor que se ha hecho con el personaje tras Miller.»

Mmmmm, puede ser, pero le tengo especial cariño a la corta etapa de Kevin Smith/Joe Quesada, que me pareció cojonuda y la destacaría. Y a ver cuando me pongo con la de Nocenti/Romita Jr que la tengo comprada de la colección Marvel Héores pero aún no me he puesto con ella y tiene muy buena fama.

Lemmytico
Lemmytico
Lector
2 septiembre, 2013 21:33

Sergio, dos artículos de lo más interesantes y bien redactados. Pedazo de fichaje.

Este Daredevil mola mogollón, y que se mueran los tristes.

Antoine
Antoine
Lector
2 septiembre, 2013 21:41

A me gustó la primera parte de la etapa de Nocenti- Romita pero la 2º parte fallaba donde la de Waid triunfa, introducir en las historias personajes muy alejados del cosmos de daredevil (Mefisto, Inhumanos)

Lo que se hizo antes de Miller tuvo alguna cosa notable, sobre todo por el dibijo de Gene Colan, y de después está bien la que señala Armin de Quesada- Smith, a la que le pasa como a la del capi del Stern- Byrne, es muy corta.No recuerdo si fue Kesel el que intentó dar un tono más ligero a Daredevil que no estuvo mal La de Bendis está también bien pero peca de lo que casi todas, es excesivamente deudora de Miller.

Confieso que no he leído lo de los 90 pero sospecho que me pierdo poco.

Mathieu
Mathieu
Lector
2 septiembre, 2013 21:55

La semana pasada me pedí el primer volumen de el Dardevil de Waid para complentar mi Santa Trinidad de cómics Marvel junto a Hawkeye y Thor.

Sobre la comparación con Hawkeye todavía no puedo hablar pero si tirarme a la piscina y afirmar que es imposible que el arte de Daredevil supere al de David Aja en Hawkeye. Para mi, sin duda un cómic extraordinario.

Mr. X
Mr. X
Lector
2 septiembre, 2013 22:58

Yo, si fuera de DC, no me cortaría en afirmar que el Daredevil de Waid es un cómic muy bueno. Pero vamos no es el primer ni el último cómic muy bueno que ha escrito maese Waid: allá un Kingdom come, por ahí su Flash, por aquel lado La torre de Babel. La verdad es que no recuerdo un tebeo firmado por Waid que pueda decir que es una porquería.

Por lo menos lo que he leído del nuDaredevil, los primeros números, excepto aquel por el que ganó el Eisner (¿el 7?) precisamente, el de los niños en la nieve, que es cursi y ñoño hasta decir basta.

Antoine
Antoine
Lector
3 septiembre, 2013 0:51

Mr. X: La verdad es que no recuerdo un tebeo firmado por Waid que pueda decir que es una porquería.

¿No hizo él el guion de aquel tebeo de Batman en Barcelona?

Ese sí era una porquería.

Pero vamos, que sí, que Waid es un gran guionista.

josemordon
josemordon
Lector
3 septiembre, 2013 1:46

Se conoce la duración , o cantidad de números, a los que llegará este Daredevil de Mark Waid??

Wolvie
Wolvie
Lector
3 septiembre, 2013 4:07

La etapa de Brubaker es muy buena, la historia avanza, aparecen nuevos personajes, vuelve lo ninja, y ese ida y vuelta con el kingpin es memorable, como tambien los primeros números en la prision. Las alianzas, el suspenso, ese número donde bullseye llega y se puede sentir el miedo en cada uno de los presos y guardas… No se si todos estarán de acuerdo (por lo que leo no) pero es una de las mejores etapas.

Franz
Franz
Lector
3 septiembre, 2013 4:56

Nada me quita de la cabeza la idea de que si brubaker se hubiera encargado de la etapa Shadowland, hubiera sido un monumento al comic en toda regla.

Spirit
Spirit
Lector
3 septiembre, 2013 7:57

Este es un gran tebeo y, como ha dicho Lemmy, que se mueran los tristes.

Yo voy a decir una herejía, y es que a mí BORN AGAIN me encantó, pero no así la mitad de la etapa previa de Miller, repleta de ninjas absurdos.

De todas formas, yo, al igual que Mr X, aún estoy por leer el tebeo de Waid que sea malo. Incluso el Batman Barcelona es una historia escrita con oficio que se lee con agrado.

Como seguidor de DAREDEVIL, llevo desde los tiempos de Miller viendo como le dan ostias tras ostias en todos los aspectos de su vida y lo cierto es que con el rollo de la novia ciega esa que se queda demente ya pasó el culebrón de castaño oscuro. Así que verle afrontar la vida con cierto optimismo y socarronería me encanta. Este DAREDEVIL no está sobrevalorado; no engaña. Son tebeos de toda la vida hechos en un contexto en que no se llevan los tebeos de toda la vida. Y he ahí su mérito.

Personalmente, considero DD y Hanweye las dos grandes series marvel de la actualidad. Sin embargo, creo que DAREDEVIL se sostiene más sobre WAID y Hanweye se sostiene más sobre AJA.

Mr. X
Mr. X
Lector
3 septiembre, 2013 8:01

«Antoine
ha comentado el 3 septiembre, 2013 a las 0:51h
Mr. X: La verdad es que no recuerdo un tebeo firmado por Waid que pueda decir que es una porquería.

¿No hizo él el guion de aquel tebeo de Batman en Barcelona?»

Pues no lo he leído, pero por lo que veo no me perdí nada 😉

Antoine
Antoine
Lector
3 septiembre, 2013 8:56

A mí, de la etapa Bru, me parecío extraordinaria la prinera saga, la que heredó de Bendis con el rollo de la prisión. Luego creo que baja mucho y, sin estar mal, nunca volvío a ese nivel.

Mr. X
Mr. X
Lector
3 septiembre, 2013 9:14

Pues hablando de Waid, http://www.bleedingcool.com/2013/09/02/mark-waid-buys-a-comic-shop/ Qué pena que Indiana quede más bien lejos. Será que no molaría ir a comprarte unas grapas y que te las despachara Mark Waid, je. Además, siempre me he imaginado que es un tipo más bien majo y con la cabeza bien asentada sobre los hombros.

ross andru
ross andru
Lector
3 septiembre, 2013 14:03

Comparto la visión de Sergio Aguirre, Mark Waid está aportando mucho a la colección de Daredevil, dándole un tono más optimista a la vida de Matt Murdock.

No sabría decir si es mejor Daredevil u Ojo de halcón, son diferentes y cuentan con excelentes dibujantes como son Marcos Martín y David Ajá. Disfuté de ambos cómics por igual (La sonrisa del diablo y 6 días).

AlexCruz
Lector
3 septiembre, 2013 21:31

«»»…podrá posar orgullosa junto a las de Frank Miller, Brian Michael Bendis o Ed Brubaker.»»»

Y que tiene de malo el run de Ann Nocenti??? Es porque es mujer verdad??? Pañoletes misogenos, tienen los genes de los arabes locos que se tiraron a sus tetratara-abuelas.

Reverend Dust
Lector
3 septiembre, 2013 21:53

…y aun así aprendimos a hablar y escribir.

Ocioso
Ocioso
Lector
3 septiembre, 2013 21:56

AlexCruz ha comentado: Pañoletes misogenos, tienen los genes de los arabes locos que se tiraron a sus tetratara-abuelas.

XDDDD Alex, por favor te lo pido, no dejes nunca de comentar.

Mathieu
Mathieu
Lector
3 septiembre, 2013 22:19

Vaya tela…

Mr. X
Mr. X
Lector
3 septiembre, 2013 23:11

«AlexCruz ha comentado: Pañoletes misogenos, tienen los genes de los arabes locos que se tiraron a sus tetratara-abuelas.»

Juro que en este momento, mientras escribo, me estoy literalmente llorando de risa.

El mejor comentario que he leído en ZN, confirmado.

AlexCruz
Lector
4 septiembre, 2013 0:11

«»»Alex, que es bastante probable que tú también tengas genes de “pañoletes misogenos”…»»»

Mi abuelo Paterno es hijo de un comerciante de familia de Españoles (creo que Gallegos) que se tiro a muchas Indias y dejo como mas de 600 decendientes… Y mi abuelo Materno es hijo de un negro corta caña que se robo a la hija de un de un hacendado decendiente de Frances… Lo genes de arabes locos que se tiraron a las Pañoletas son muy lejanos, rececivos.

Pachinko
Pachinko
Lector
4 septiembre, 2013 0:50

Me levanto de la silla y ovaciono fuertemente a Alex Cruz. No cambies nunca.

Reverend Dust
Lector
4 septiembre, 2013 1:20

Anda que «dedicarse» a contar esas mierdas de superhéroes y no su propio slice of life. Por eso sí que pago.

manolin
manolin
Lector
4 septiembre, 2013 10:40

Buuuf, menos mal que estas dicusiones «raciales» no van conmigo.
Después de todo yo soy un guanche puro, que como todo el mundo sabe, somos los ultimos descendientes de los atlantes, de raza aria auténtica, solo mezclados a finales d la Edad Media con los últimos Templarios que huyeron d Europa y que inspiramos a la filósofo francés Rousseau el concepro del «buen Salvaje» y a Nietzche su «superhombre».

manolin
manolin
Lector
4 septiembre, 2013 10:45

Una vez dicho la barrabasada anterior, que espero entiendan que es una ironia, si pienso que la etapa de Nocenti es parangonable a las de Brubaker o la de Waid, e incluso superior a la de Bendis, pero inferior a la de Miller. Y que también estan muy bien la corta etapa de JM De Matteis, la de Kesel, la de Kelly o la de Kevin Smith.
Vamos que el «cuernecitos» está sobrado de grandes etapas.

Louontherocks
Louontherocks
Lector
4 septiembre, 2013 14:10

Sólo decir que el formato tomo Panini es una caca, echo de menos las grapas. ..

Spirit
Spirit
Lector
4 septiembre, 2013 18:19

Yo también me sumo a los aplausos al comentario de Alex! Espero ansioso nuevas entregas, que hay donde elegir; asesinos de toros con boinas, palmeros romanizados, etc…

Pero en lo que no me sumo es en considerar la etapa de Nocenti genial. A mí también me lo pareció en su momento, he de decir, pero releída tiempo después y con cierta madurez no me acabó de convencer; creo que le falta pegada en las resoluciones, que es demasiado «coñazo» cuando se pone en plan introspectivo y que el tema social causa más lastre que admiración. No es mala etapa, añado, pero bajo mi punto de vista no está al nivel de Bendis ni de lejos.

Dillinger
Dillinger
Lector
6 septiembre, 2013 9:11

Mmmmmmm…… Este Daredevil del bueno de Waid es un truñete si le ponemos a un dibujante del montón.

Y eso no dice mucho de la calidad literaria de las historias.

Lo mismo pasa con ojo de halcón. Cuentas lo mismo dibujado por Leonard Kirk y es una lectura sencilla y sin ningún atisbo de ambición por parte del guionista.

Lemmytico
Lemmytico
Lector
6 septiembre, 2013 9:45

Ya, pero es que lo que valoramos de un comic es el resultado final, ¿no? Anda que no hay pelis que como literatura serían mierda, pero como pelis son cojonudas.

Mr. X
Mr. X
Lector
6 septiembre, 2013 9:51

La hostia, lo que hay que leer. Ahora va a resultar que Mark Waid no sabe escribir cómics.

Pues en mi opinión contar una historia sencilla y eficaz, agradable de leer, en veintipocas páginas debe ser bastante más difícil de lo que parece, viendo lo mucho que le cuesta al resto de la peña, que se tiran seis números como mínimo para no contar al final casi nada.

Ocioso
Ocioso
Lector
6 septiembre, 2013 11:47

La inmensa mayoría de los tebeos de supers no son mas complejos que el DD de Waid. Pueden ser mas liosos o enrevesados, pero no cuentan mas cosas, ni mas profundas, ni mas maduras, ni na de na.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
7 septiembre, 2013 0:41

A mí, y a falta de leer el tercer tomo, pues tampoco me ha gustado tanto como esperaba. Vaya por delante que igual es culpa de las malditas expectativas; tardé en leerme estos tebeos y, de hecho, si lo hice fue por los enormes elogios que recibía. Y bueno… a ver, que no se me malinterprete, me parecen unos tebeos estupendos; realizados con un oficio enorme (coincido con Spirit en lo de que tienen el sabor a tebeo de toda la vida; aunque también coincido con Mr. X en que el episodio por el que recibió el Eisner es bastante cursi y ñoño) y se nota que están hechos por unos autores que se lo pasan pipa (a este respecto, el comentario de Waid acerca de la forma de trabajar de los editores de la serie que adjunta Sergio Aguirre se parece un huevo a lo que comentó en Viñetas Aja acerca de la mecánica de trabajo en Hawkeye), pero… no sé; personalmente – y aún gustándome- para mí este Daredevil está por debajo de Hawkeye y FF.

Cuando empecé a leer el primer tomo no pude evitar acordarme de la etapa de Nocenti. Ya sé que al buscar comparativas de esta etapa con otras anteriores se suele sacar lo realizado por Kesel. Pero yo esta última la leí por encima. ¿Por qué me vino a la mente la etapa Nocenti (la cual, por cierto, me encanta; debe ser que la Pañoleta de mi tetratara-abuela logró zafarse de los brazos del árabe loco que pretendía yacer con ella), entonces? Porque allí también se presentaba a un Murdock que respiraba optimismo por los cuatro costados (vale; no duró mucho, aquello saltó por los aires en cuánto apareció María Tifoidea) y que, además, ejercía la abogacía a través de una consultora por hallarse ¿inhabilitado? (ahora mismo no lo recuerdo bien), lo que se parece mucho a las argucias a las que debe recurrir el Murdock de Waid para ejercer. Eh… de nuevo pido que no se me malinterprete; no intento decir que Waid se limite a reciclar ideas (ni de coña) o que no ha descubierto la pólvora (ni falta que hace); sólo digo que estos detalles no me parecieron tan novedosos como para ser tan aplaudidos.

Tampoco acabo de estar de acuerdo con lo que se suele decir a la hora de confrontar los méritos de DD y Hawkeye. A saber; la primera debe su éxito al guión y la segunda al dibujo.
Partiendo de que es muy difícil superar el nivelazo de Aja en la cole del arquero, a mí no me parece que el nivel gráfico de la serie del cuernecitos esté tan por debajo. De hecho, es de notable para arriba (con alguna que otra -ay, Koi Pham- excepción) y, al igual que en la cole del tío halcón, buena parte de los méritos de la serie descansan en los hallazgos visuales de los dibujantes. Y esto no es una crítica o un menosprecio a Waid, ni mucho menos; el tío (como el guionista hábil e inteligente que es) sabe como sacar el mejor partido al dibujante que tiene o cuando hacerse a un lado para permitirle lucirse.

Ya sé que no dejo de echarle flores. Entonces, ¿por qué no acaba de entusiasmarme? Pues, básicamente, por una tontería, una manía personal, una gilipollez, no sé… No me gusta nada, pero nada, lo de el disco de datos que cayó en manos de Daredevil.

Porque vamos a ver…

Aviso de Spoiler

Daredevil se encuentra con que cae en su poder un archivo en el que hay la suficiente información para destruir – o, cuando menos, debilitar seriamente – a las principales organizaciones criminales de Marvel. ¿Y qué es lo que hace con ello? Lo guarda en una caja fuerte. No lo entrega a las autoridades, o al gobierno, o a Los Vengadores, o a Shield, o a la policía, o a Hacienda, o a la prensa… No. Se lo guarda para sí, sin hacer uso de ello, y se limita a ponerse gallito con los emisarios de esas organizaciones en plan bravucón. Y, joder, me tocó mucho los huevos. Que una cosa es tomarse la vida con despreocupación y otra actuar como un irresponsable, coño. Juro que lo estaba leyendo y esperaba que, de un momento a otro, apareciese algún personaje – incluso algún anónimo peatón – a recriminarle a DD su actitud; diciéndole que esa era la prueba de que los superhéroes no deseaban acabar con el crimen sino que se limitaban a mantener el status quo con tal de poder seguir teniendo sus peleas con los supervillanos y pavonearse ante la gente.]

Vale; puede que esté exagerando o que no sean más que pajas mentales mías o un exceso de café. Pero el caso es que eso me sacó de la historia y me ha impedido disfrutarla tanto como esperaba. Y repito que aún me falta el tercer tomo; a lo mejor resulta que allí se resuelve el tema cojonudamente y lo que dije no sirve de nada. No lo sé; pero es la sensación que me ha quedado de lo que llevo leído.

Ahm… a todo esto… perdón por el tocho peñazo que me ha quedado.