Edición original: Spawn #1-26.
Edición nacional/ España: Spawn Vol. 1 #1-23 y Spawn: Reflejos.
Guión: Todd McFarlane, Alan Moore, Neil Gaiman, Frank Miller, Dave Sim, Grant Morrison, Andrew Grossberg, Tom Orzechowski.
Dibujo: Todd McFarlane, Greg Capullo, Marc Silvestri.
Entintado: Todd McFarlane, Batt, Art Thibert, Dan Panosian, Mark Pennington, Billy Tan.
Color: Reuben Rude, Steve Oliff, Brian Haberlin.
Formato: Grapa (Spawn Vol. 1 #1-23) y Rústica (Spawn: Reflejos).
Precio:225 Ptas. (Spawn Vol. 1 #3-8, #13, #15-20, #22, #23), 250 Ptas. (Spawn Vol. 1 #1, #2, #9-12, #14 y #21), #5,38 € (Reflejos).
Ayer hablamos largo y tendido del nacimiento de Image y del colapso comiquero de los años 90. Como viene siendo tónica habitual en Mundo independiente, hoy toca una reseña relacionada con el tema y, ya puestos, ¿qué mejor que reseñar la serie bandera de aquella época de Image Comics? ¿Aquella que más tiempo duró en lo más alto de las listas de ventas? De todas las elecciones posibles, Spawn es la que ilustra mejor aquella era, no solo por su elevada popularidad sino porque entre sus páginas se ocultan muchas luces y sombras. Para algunos fue una auténtica revolución, para otros fue un tebeo vacío y sin sentido. Seguramente en el punto medio está la respuesta, pero a eso ya llegaremos más adelante. Ahora hablemos de ediciones y autores…
A la hora de reseñar Spawn he seleccionado sus primeros 26 números porque coinciden con el contenido de los dos primeros integrales dedicados a este personaje, aunque de una manera peculiar. El primer integral incluye los núm. 1 a 8 y 11 a 16; y el segundo, el resto. Sin embargo, yo he hecho la reseña a partir de la primera edición de Planeta, que habría coincidido exactamente con su homónima norteamericana si no fuese por un pequeño detalle. Los núm. 16 a 18 fueron publicados aparte, en un prestigio con solapas titulado Spawn: Reflejos que vio la luz en agosto de 1998. En marzo de 2000 se reimprimieron esos mismos episodios pero en una nueva edición sin solapas. El porqué de esta «extraña» separación nos lo encontramos en el siguiente párrafo…
Por lo que respecta a los autores, Spawn es la gran obra de Todd McFarlane. En los primeros años de Image se dedicó de manera exclusiva a ella, escribiendo y dibujando todo lo que le fue posible. Desgraciadamente, McFarlane no tenía muy buena fama de escritor – algo de lo que ya hablaré más adelante – de manera que llegó un momento en el que decidió callar a unas cuantas bocas contratando a los mejores literatos del medio: Alan Moore, Neil Gaiman, Dave Sim y Frank Miller. Estos se ocuparon de los núm. 8 a 11 precisamente en ese orden. Poco después repitió la jugada, pero con un único guionista: Grant Morrison. Éste ideó los núm. 16 a 18, que son precisamente los incluidos en Spawn: Reflejos. Los núm. 19 y 20 estuvieron firmados por Andrew Grossberg y Tom Orzechowski, y a partir de ahí McFarlane escribió Spawn de manera casi ininterrumpida hasta el #72. Del #73 al #150, McFarlane coescribió la cabecera junto a otros. La abandonó en el siguiente capítulo, pero volvió a ella en el #185 para volver a dejarla en el #200. Pero basta ya de este baile, que hoy no nos corresponde. Lo que nos interesa ahora son los dibujantes. McFarlane se dedicó en cuerpo y alma a Spawn en sus primeros episodios, pero a medida que sus compromisos aumentaron, fue abandonando la colección. En los episodios que nos tocan, todos ellos son de este afamado artista a excepción de los ejemplares de Morrison, que están dibujados por Greg Capullo (otro motivo que explica su publicación aparte en Spawn: Reflejos). Capullo continuó en solitario hasta el #20 y ya en el #22 volvió McFarlane, pero por poco tiempo. El #25 está firmado por Marc Silvestri, y a partir del #26, Capullo y McFarlane se repartieron las tareas de dibujo hasta el abandono definitivo del creador de Spawn en el #35. Pero no os aburriré más con el baile de artistas.
En septiembre de 2011, coincidiendo con la publicación del primer integral de Planeta DeAgostini, Raúl López os escribió una magnífica reseña que podéis encontrar aquí. Yo voy a abarcar más terreno, pero os recomiendo encarecidamente que revisitéis el artículo de Raúl porque sus impresiones y las mías no son del todo coincidentes y siempre está bien leer críticas provenientes de más de una fuente, de la misma manera que es enriquecedor leer comentarios en los que se discrepa de lo que nosotros decimos con argumentos. Al fin y al cabo, las reseñas no dejan de ser críticas y éstas siempre tienen un punto subjetivo. Lo que sí se mantiene invariable es el contenido de estos episodios – que en parte son los que reseñó Raúl -, así que tomaré prestado su resumen de acontecimientos y ya lo completaré más adelante si es necesario: «Spawn cuenta las aventuras de Al Simmons, un ex marine que dio el salto a la CIA para a las ordenes de Jason Wynn cometer una serie de actos en favor de su país que harían tener pesadillas durante décadas a la mayoría de los mortales. Al era un buen soldado, respetado e incluso llegó a ser nombrado como uno de los hombres más sexys de américa. Tenía una esposa que lo amaba, un gran amigo Terry Fitzgerald, compañero también en la CIA y su única pena era que en los tres años que llevaba felizmente casado con Wanda no habían podido cumplir su mayor sueño, ser padres. Por desgracia para ambos, sus vidas se vieron truncadas cuando Al falleció en unas circunstancias que nadie parecía entender y que tanto Wanda como Terry achacaban a unos hechos que Al había llevado a cabo que habían enojado a la persona equivocada en la CIA terminando de esta forma con su molesta presencia. ¿Realmente esto fue así? ¿Que fue lo que hizo Al para que terminasen con su vida? ¿Qué papel jugó Jason Winn, el jefe de Al, en too esto? ¿Quien fue su ejecutor? Estas preguntas se las hicieron ambos durante mucho tiempo.
En cuanto a Al, tal era su amor por Wanda que cuando llegó al infierno – alguien como el con todas las atrocidades que había cometido en nombre de su gobierno, pero atrocidades a fin de cuentas, no podía ir al cielo – allí le dieron una tarjeta de ‘puede volver a la tierra’ aunque siempre con las condiciones estrategicamente muy bien definidas por parte de Malebolgia, dueño y señor de VIII círculo del infierno como nos enseñaría Alan Moore en el octavo número de la colección. Las condiciones eran sencillas, Malebolgia devolvería a Al a la tierra, pero cinco años después de su muerte, con ciertas lagunas en su memoria, especialmente en lo que atañe a como perdió la vida y dotado con unos poderes que tenian fecha de caducidad, algo que íbamos controlando mediante un contador el cual iba decrementando a medida que Al hacía uso de sus poderes en los diferentes embrollos en los que se veía envuelto. Ese contador además marcaba el tiempo que le quedaba a Al de vida en la tierra, una vez llegase a cero su alma pasaría a manos de Malebolgia y este pasaría a enrolarse en el ejercito del demonio para una lucha que estaba por llegar contra las huestes del cielo«.
Y ahora desgranemos estos primeros dos (y un poco más) años de Spawn…
El engendro del diablo y Todd McFarlane
No es fácil enfocar la reseña de unos tebeos en los que encontramos la palabra «pesetas» en su portada. Máxime cuando esos cómics fueron adquiridos en su día, en un momento en el que nos era imposible imaginar que llegaría algo llamado «euro». Así que para ser justos, os voy a hablar de lo que ya no discernimos cuando revisitamos tebeos antiguos: la novedad. Y es que Spawn y muchas de las obras de Image que llegaron a nuestro país gracias a Planeta DeAgostini supusieron un cambio en la mentalidad del lector. De repente se nos abrieron las puertas de nuevos universos, en ediciones muy bien cuidadas – sobre todo para los estándares de la época – que iban a luchar en un mercado bastante verde, en el que tradicionalmente solo había triunfado un único universo superheroico: el de Marvel Comics. Sí, es cierto que Ediciones Zinco hacía una labor loable en la publicación de los tebeos DC, pero cuando Image llegó a España, existía una gran diferencia entre la cantidad de colecciones que nos llegaban provenientes de la Casa de las Ideas respecto a las de la Distinguida Competencia. Y eso era un factor a tener en cuenta con la proliferación de títulos Image: la desconfianza. Si Zinco hacía malabares para mantener a flote sus colecciones, ¿cómo era posible que los de Planeta pensasen que iban a tener suerte con nuevos universos (no solo nos trajeron Image, también probaron suerte con el Ultraverse, Dark Horse Heroes, etc.)? ¿Podía el mercado español soportar tanto cómic? Han pasado tantos años que ahora sabemos la respuesta, pero ese es un tema para otro artículo, así que volvamos a Spawn…
Como decía antes de irme por los cerros de Úbeda, Spawn – al igual que sus compañeras de Image – fue una serie innovadora que rompió algunos – tampoco demasiados – moldes establecidos, presentando personajes y situaciones que no habrían encajado dentro de los dos grandes universos mainstream. Ese valor añadido lo ha ido perdiendo con el tiempo y ahora parece que nos interese más el concepto de la relectura, con la gran pregunta que éste lleva implícito: Spawn, ¿ha envejecido bien con el paso de los años? Y la respuesta a esta pregunta es muy sencilla… Sí, absolutamente. Y aquí incluso podemos ir más allá de los gustos personales. Me explico. Todd McFarlane fue un autor que se dio a conocer principalmente en sus cuadernos de Infinity Inc., pero al inicio de su carrera su estilo distaba mucho de ser espectacular. Estaba bien, pero era muy convencional. A medida que McFarlane fue cogiendo soltura en el trazo – y confianza – empezó a experimentar en las formas y la composición de página, de manera que los últimos episodios de Infinity Inc. muestran una prometedora evolución. Y ya cuando dio el salto a Marvel y se ocupó de las series arácnidas, McFarlane mostró un salto cualitativo abismal. Conectó con los lectores hasta tal punto que muchos lo consideraron el dibujante por antonomasia del Hombre Araña. Algunos mantienen esa opinión. El estilo de dibujo de McFarlane prosiguió su evolución hasta que llegó Spawn, cabecera en la que el autor echó toda la carne en el asador y nos ofreció lo mejor de sí mismo. Así que las ilustraciones de Spawn son simplemente lo mejor de la carrera de un dibujante que tocó el Olimpo de los artistas. La cuestión es que McFarlane abandonó las tareas de dibujo relativamente pronto y con eso consiguió un doble efecto: primero, detuvo la evolución. Eso implica que sus dibujos posteriores no nos permiten darnos cuenta de que lo que McFarlane dibujó en el pasado no es tan bueno como lo que dibuja en la actualidad, porque McFarlane ya no se encarga de los interiores… Por lo tanto, cuando releemos los primeros números de Spawn no tenemos la misma sensación que cuando releemos las sagas de McFarlane en The Amazing Spider-man. Los primeros son la obra cumbre del autor mientras que los segundos parecen antiguos y desfasados por momentos. No hay nada peor que comparar a un artista consigo mismo. El segundo efecto derivado del abandono de McFarlane es que de esta manera ha conseguido evitar el hastío de los lectores. Hay muchos dibujantes por ahí fuera que en su día vendieron cantidades ingentes de tebeos porque estaban en la cresta de la ola, y ahora mismo los vemos en series secundarias, con unas ventas más que discretas, incluso cuando dibujan mejor que antes. La cuestión es que cuando alguien nos vende un mismo estilo, unas mismas caras, etc. durante 20 ó 30 años, nosotros los lectores tendemos a rechazarlo y a buscar algo diferente. Si McFarlane hubiese dibujado más de 200 episodios de Spawn, ahora mismo estaríamos intoxicados con el personaje y preferiríamos leer tebeos dibujados por nuestros sobrinos de cuatro años, a no ser, claro está, que McFarlane hubiese proseguido con su evolución hasta nuestros días, cosa harto improbable. Por todo lo que acabo de decir, el abandono de este autor juega a favor del envejecimiento de los tebeos.
En contra del envejecimiento estamos nosotros mismos. Los tebeos se mantienen intactos, pero nosotros no. Y Spawn es una lectura que está claramente dedicada a un público juvenil. Reencontrarse con según qué personaje a estas alturas de la vida puede llegar a parecer hasta grotesco, pero el que escribe esto os ha dado la brasa con Hora de Aventuras y otras grandes obras infantiles, así que no puede profundizar en el tema porque aún no le ha llegado al momento de renegar de este tipo de tebeos.
Dicho todo esto, hablemos un poco de lo que nos encontramos en Spawn. En los comentarios del artículo de ayer dijisteis cosas como «Luego estaba el Spawn de Mcfarlane, que no se como coño lo aguante tanto, 30 números del tipo en un callejón«, «Otro que vivió en carnes la explosión de Image en los 90, y me acuerdo que el 1er cómic que me compré era el de Spawn nº 9 -edición de Planeta- con la portada de Ángela… ¡acojonante! Y mi caso con Spawn es aún peor, ya que yo me compré los 100 números de la colección + TODOS los especiales -hablo de la edición de Planeta, claro- y acabé hastiado del ritmo taaaaaaaaaaaaaan lento que tenía la historia de Spawn«, «Elokoyo, a mi de Spawn. Me ‘echó’ Alan Moore , sobre el número 30, una historia en la que no pasaba NADA y cuando la termine, cerré el comic y pensé ‘al carajo’ y no volví a acercarme al personaje ni con un palo«, «Yo mismo me compré los primeros 18 números de SPAWN, y los releí hace poco viéndolos más malos todavía que la primera vez«, o «Yo también aguanté la tira con Spawn y todavía no me lo explico«. Me parece que he citado todas las críticas a Spawn que surgieron de manera espontánea, y casi todas ellas reinciden en algo con lo que yo estoy de acuerdo: el tebeo es lento hasta la exasperación. El nivel de dibujo puede ser espléndido y espectacular, o una aberración (todo depende de los gustos del lector), pero la forma en la que McFarlane elabora su historia no es para nada acertada. El guionista va introduciendo conceptos y personajes, muchas veces sin un plan preconcebido, de manera que nunca llegamos a adivinar de una manera fehaciente qué está sucediendo. Sabemos que hay una cuenta atrás a un acontecimiento importante, pero avanza tan lentamente que cada vez que abrimos un tebeo de Spawn podemos pensar… «Venga, en el 2014 sabremos a qué…» Y sí, existen episodios en los que no sucede nada, otros en los que no aparece el personaje y otros en los que ni siquiera sabemos qué está sucediendo. Cuando McFarlane contrató a otros autores para que se ocupasen de su creación mejoró la calidad de los guiones en aquellos episodios, pero también acrecentó la desesperación del lector porque ninguno de aquellos números supuso un paso adelante, al contrario, o se abrieron nuevos caminos a desarrollar (cuando quedaba tanto por abarcar) o simplemente se dio un parón insustancial en las aventuras de Al Simmons porque, reconozcámoslo, aunque McFarlane dejase su criatura a Morrison y otros durante unos meses, todos sabíamos que lo que realmente importaba eran los episodios del creador. Solo en ellos podía avanzar la historia, pero no lo hacía o, al menos, no en estos 26 números. También hay que reconocer que esa sensación de lentitud la vivimos mes a mes, pero los que se acerquen al personaje a través de los integrales no la padecerán de la misma manera…
Y ahora que Todd McFarlane ha recibido una de cal y otra de arena, haré lo mismo con sus «sustitutos»:
Alan Moore se ocupó del episodio #8 y nos ofreció una historia entretenida y sorprendente en la que centró todo su interés en el Infierno. La verdad es que estuvo a la altura de las expectativas. Bajó el nivel respecto a sus obras maestras, pero continuó por encima de la media de cualquier guionista de aquella época. El problema de esa historia es el que ya comenté anteriormente… Igual esa aventura habría funcionado mejor en otro momento.
Neil Gaiman visitó Spawn en el #9 y también se salió por la tangente presentándonos a los Spawn Medievales y a Angela. Al igual que su antecesor, mejoró el nivel de la serie, pero abrió dos cajas de Pandora. La primera fueron los Spawn Medievales, y permitid que no desarrolle este punto porque ahora mismo no me apetece hablar de las figuras articuladas. La segunda es Angela, que desembocó en una disputa por los derechos que aún está en boca de todos actualmente. O sea que de una buena historia, por cosas de la vida, surgieron dos cosas negativas. Gaiman tiene mal karma.
Dave Sim en el #10. De todos los autores implicados, este fue el que mejor resultado dio. También se salió por la tangente y nos explicó algo que no tenía nada que ver con Spawn, pero dentro de aquel tebeo encontramos de todo: críticas, escenas oníricas, experimentos gráficos y narrativos, y cruces imposibles. Hasta aparece Superman. Y eso que la estrella, además de Spawn, es Cerebus. En definitiva, si tuviese que quedarme únicamente con uno de los 26 episodios reseñados, sería este.
Frank Miller escribió el #11. Tengo por Norma no hablar de cosas de las que no puedo decir al menos una cosa buena, así que paso al siguiente autor.
Grant Morrison fue el encargado de Spawn: Reflejos. Morrison es un genio a la hora de crear personajes e imaginar situaciones, pero también es cierto que muchas veces falla en el resultado final. A veces es incomprensible, en otras ocasiones simplemente se pierde entre tanta idea. Este no es el caso de su incursión en Spawn. La historia de Morrison es extremadamente simple. Cuenta en tres números algo que en otros tebeos le ocuparía tres páginas (viñetas en el caso de Crisis final) . Sí, eso es lo que todos queremos en una serie que se nos está haciendo lenta…
Me salto el resto de sustitutos porque no son relevantes (Andrew Grossberg y Tom Orzechowski) o no es justo hablar de ellos (es mejor tratar a Capullo más adelante). Si os fijáis, los 9 episodios de otros autores, ya sean más o menos acertados, en realidad no dejan de ser de relleno… No me quiero repetir con lo de la lentitud…
Algunos deduciréis por lo que he dicho arriba que considero que Spawn es espléndida en su apartado gráfico y muy mala en el guion. Tampoco es así, que tengo una mala tendencia a ser demasiado expresivo. El dibujo de McFarlane me parece magistral pero hay ciertos recursos gráficos (las páginas con televisiones, algunos pin-ups innecesarios…) que me chirriaron entonces y que aún hoy sigo sin aceptar. El diseño del traje tampoco me gustó en su día, pero ya me he acostumbrado… Solo he necesitado unos 15 años para ello. O sea que si tuviese que puntuar el dibujo de Spawn en una escala del uno al 10 le daría un 8, no un 10.
Con los guiones sucede lo mismo. Sí, la lentitud me mató entonces, pero los personajes de McFarlane son realmente buenos. Violator es uno de los mejores villanos de todos los tiempos. Los policías son simplemente geniales. Las situaciones también van a la zaga. El problema de McFarlane es de cohesión y ejecución… Y de su dibujo, que para contentar al lector con escenas espectaculares tiene que reducir la cantidad de viñetas por páginas y, claro, así no hay quien avance. Además, los tebeos de McFarlane son mejores que muchos de los de sus coetáneos. Por lo tanto, a nivel de guion le daría un 6, con lo que la media final de Spawn sería de 7. Si algún día sacan una edición remasterizada quitando la paja y modificando la composición de las páginas para que no existan historias alargadas artificiosamente como la de Morrison, subiré el 7 a un 10.
Primero, buena reseña, Enrique.
Segundo, de Spawn sólo he leído el primer número de segunda mano y si, es muy muy muy lento. No pasa absolutamente nada de nada. Después nos quejaremos de Bendis, pero McFarlane se las trae. Eso si, a nivel gráfico recuerdo que estaba bien, sin más.
Eso si, lo mejor que ha tenido Spawn es, con toda seguridad, el Sam y Twitch de Bendis.
Pues yo quiero romper una lanza por los dos numeros escritos por Andrew Grossberg y Tom Orzechowski. Sin tener el pedigri de los otros autores invitados, su «crossover» entre Spawn y Harry Houdini era una aventura bastante divertida (donde SI pasaban cosas) y que dejaba varios cabos sueltos que luego nunca se aprovecharon.
Yo guardo especial recuerdo de cuando era niño y mi padre me compró, por petición mia, un número de spawn, era el número de un vendedor de helados bastante cabrón, pasarón cosas con sus dedos y tal, como me marcó ese -puto- comic.
Enhorabuena por la reseña, en la que coincido bastante aunque yo creo que eres demasiado generoso en tus conclusiones finales.
Yo soy el que el año pasado o así se releyó los números 1 al 18 usa (tampoco entiendo porqué los 3 números de Morrison se publicaron aparte) y los ví todavía más malos que cuando me los compré.
Por lo menos, como bien reseñas, cuando los compré allá en el 92-93 eran la novedad. Lo cierto es que veías un tebeo image y te quedabas embobado con esos colorines no vistos antes por estos lares, ese papel satinado y grueso, esa factura…éramos jóvenes e impresionables y estábamos poco bregados.
Yo creo que este es el verdadero motivo del por qué muchos de nosotros aguantamos hasta avanzada la colección. Y luego porque vinieron grandes nombres como MOORE, MILLER, SIN, GAIMAN Y MORRISON, de los que esperábamos grandes cosas y que la verdad es que todos, salvo quizás Moore, hicieron verdaderas patochadas de tebeos. De hecho, yo me miré varias veces el nombre de Miller en el cómic, porque dudaba en verdad que algo tan malo lo hubiera escrito él. Luego llegó el especial Batman- Spawm y luego llegó el ALL STAR BATMAN AND ROBIN y ya me creí que Miller fuera capaz de hacer esos bodrios.
En todo caso, lo peor no es que la historia no avanzase o fuera mediocre, si no que desde el principio se nota que no hay un plan establecido, que Mc Farlane va improvisando sobre la marcha, añadiendo conceptos que no tienen mucho sentido aquí y allá y a ver qué pasa o por dónde se sale más adelante.
Un último apunte, si me lo permites; yo creo que estos primeros dos años de SPAWN no se entienden sin las miniseries de VIOLATOR Y ANGELA. La primera, uno de los trabajos con los que más me he divertido de Moore y que considero al nivel de sus grandes obras pese a ser un divertimento menor. La segunda, una tontería como un piano que lo ha firmado Gaiman pero lo podría haber firmado el sobrino famoso de 5 años ese. Y que ANGELA esté ahora en el universo Marvel es motivo para devaluarlo…
En lo que sí doy la razón es que los policías y el villano (VIOLATOR) son grandes creaciones. No tanto SPAWN, que siempre me pareció una excusa para dibujar BATMAN con cadenas y que luzca y que lo único que recuerdo es que se pasaba número tras número llorando en un callejón sin hacer nada y luego en un número mata salvajemente a un asesino de niños y luego sigue llorando sin que nada del personaje tenga sentido y…
Me ha gustado mucho la reseña, sobre todo por esa forma de analizar un tebeo de hace veinte años (ohmygod!) desde el punto de vista de su época, y no desde ahora. Yo viví todo aquello y efectivamente así es como fue. Sólo falta añadir a la desconfianza aquello de «¿y de dónde saco yo dinero para tanta grapa nueva ahora…?»
No estoy muy de acuerdo (aunque eso es off-topic) en lo de que si un artista se tira veinte años ofreciéndonos lo mismo terminamos aborreciéndolo. Yo no he aborrecido a George Pérez ni a John Buscema por eso mismo xD.
El principal lastre de Spawn yo creo que es que McFarlane no tenía ni idea de dónde iba la serie. Podríamos considerarlo el inventor del decompressive storytelling por necesidad. Alguna buena idea había (ya han mencionado el tema del vendedor de helados) pero la impresión general era que aquello no iba a ninguna parte. Yo sé que la cuenta atrás llegó al final en algún momento, pero me bajé de la serie mucho antes. Ahora me dan ganas de leerla a ver en qué quedó todo aquello.
Eso si que es narrar y no lo que hace AJA, agrandar las primeras paginas, y encima siendo el numero one que diría la otra!!
Pero despues 200 y pico numeros se le ha acabado el contador de poder o no?
Buena reseña. Como fan del personaje me alegra que todavía se siga hablando del cómic por estas fechas.
Lo que es evidente es la gran cantidad de prejuicios que suscita, bien sea por la época que se publicó (los 90 fueron horribles buuu!), por su autor (McFarlane pesetero!)o por la temática y ritmo de la historia (que largo y no se entiende naaa!). Cosa con la que no estoy para nada de acuerdo.
Decir que Spawn va de un tío llorando en un callejón durante tropecientos números sin que pase nada, es como decir que Spiderman va de un nerd que se agobia por sus responsabilidades todo el tiempo o que Batman es un amargado que caza locos y está acomplejado por la muerte de sus padres y punto. Es decir, una crítica sesgada y pobre para justificar que no gusta el cómic o más bien menospreciarlo. Con los gustos de cada uno no me meto pero tampoco es para tanto. De todas formas en mi caso cuando llevo diez números de una serie regular o menos, ya sé si me gusta o no y más en aquella época que no me sobraba el dinero (ni ahora tampoco^^u).
Creo que en muchos casos, al ser una serie de largo recorrido, la gente que se bajaba a mitad se quedaba con la sensación de que no se iba a explicar nada. Pero tengo que decir que en mi caso, teniendo todo lo publicado en España del personaje, he visto muy pocos cabos sueltos o al menos esa sensación tengo. Incluso hubo algún que otro retconeo para tratar de explicarlo todo hacia el final de la serie, como puede ser el arco de los hermanos de Simmons.
La serie adolece de ritmo lento, totalmente deacuerdo. Pero también es algo que el autor buscaba, era su serie y podía desarrollar su mundo y ambientación todo lo que quisiera sin presiones de editores. A mí en ningún momento me pareció que dejara de avanzar, sino que iba pasito a pasito desvelando cada misterio, cada personaje, ampliando el puzzle y colocando las piezas de fuera hacia adentro hasta cerrarlo. Creando un entorno, ambientación y personajes con personalidad propia y con una sensación de vida más allá de la historia principal y su protagonista. Desde Violator, Sam & Twitch, Cogliostro, Tony Twist, los propios mendigos, a un largo etcétera de secundarios que tienen sus momentos y su desarrollo más allá de su arco correspondiente. Hay personajes y situaciones que parecen no tener importancia y se averiguan sus consecuencias decenas de números más tarde, dándole un sentido mucho más amplio al conjunto. Hasta el punto de crear series como Curse Of Spawn, Sam & Twitch, etc. para seguir desarrollando personajes y el propio mundo.
Los autores que participaron también aportaron su granito a la historia. Quizá la que menos aportó y sin embargo la mejor valorada fue la de Cerebus. Una historia interesante que jugaba con la metafísica del cómic y la realidad pero poco más. No aportaba nada al personaje ni a su entorno, al menos nada que yo recuerde. Por otra parte el de Houdini que ni se nombra, me atrevería a decir que es de los más importantes. Es el primero que le hace ver que no depende del poder infernal y que debe utilizar sus propios recursos como la capa o el traje para no malgastar su propia energía y volver al Infierno. Algo que con el tiempo se demuestra vital y le saca de más de un apuro. Ángela, otra de las grandes aportaciones que abre más el mundo y las posibilidades de la historia, enriqueciéndolo.
Que es evidente el paralelismo con Batman, el Joker, etc. Sí y? Al margen de la apariencia, no tienen absolutamente nada que ver. Porque son temáticas y ambientaciones totalmente distintas. Spawn de superhéroe no tiene nada, de hecho cuando lo intenta pronto se da cuenta de que no tiene sentido y es todo mucho más complicado. Se podría llenar páginas con las diferencias, pero bueno me va a salir (me ha salido) un testamento así que voy terminando.
Para ser justos, es al final de la serie cuando flojea. Por la precipitación precisamente, que le sienta fatal a esta serie, y porque ya se nota falta de ideas y cansancio. Y bueno, mención a parte al reboot incongruente y que el personaje pase a ser blanco y rubio. Curioso también como no hubo ningún escándalo cuando se produjo ni se trató de racistas a los que lo criticaron. También es algo para analizar.
En fin, con sus fallos me parece una de las mejores series regulares de su momento. A pesar de los prejuicios que despierta. Y añado que en tomo, por ese ritmo lento que se le critica, gana mucho.
Por la novedad que supuso el desembarco de Image en aquellas fechas, yo me pillé el tomo de WildCATs que recopilaba la primera miniserie y los cuatro primeros números de Spawn, pero ahí me quedé, porque a pesar de que me gustaba McFarlane (a pesar de sus evidentes carencias), la historia estaba cogida con alfileres.
Eso sí, poco después me pillé el tomito (y todavía lo tengo) con el Violator de Moore, y efectivamente era muy divertido (y el dibujo de Sears también estaba muy bien).
algun episodio suelto lei en su momento, para probar y eso, y no me gusto, principalmente por el aspecto grafico. consideraba a macfarlane penoso desde sus tiempos en spiderman. y ahora me pasa casi lo mismo, un dibujante q nunca me entró.
¿ para cuando un analisis de savage dragon, a la larga la mejor serie de su generacion, e injustamente olvidada en españa!
@Spirit: «La primera, uno de los trabajos con los que más me he divertido de Moore y que considero al nivel de sus grandes obras pese a ser un divertimento menor»
El Admonisher es mucho Admonisher 😉
http://img156.imageshack.us/img156/7982/58811181.jpg
@Ultron: Si no recuerdo mal, alla por el nº 50 o 60 Spawn descubre que puede «absorber» poder de criaturas salvajes y/o siniestras (serpientes, ratas, gusanos, lobos, insectos, etc). A partir de entonces, el recurso del contador de poder desapareció.
Pues yo, pobre de mí, me empapé con todo lo que sacó Planeta en su momento de esta serie, creo que llegó hasta el 196 USA o algo así, y puedo decir que el gran problema de esta colección fue ….McFarlane como editor. Nunca quedó del todo claro que cojones (perdonad mi lenguaje) quería hacer con el personaje.
Vueltas y más vueltas, ideas buenas no aprovechadas, partes cansísimas, pero eso sí…aquí pudimos descubrir a un crack llamado Greg Capullo (actualmente en Batman).
¿Alguno de ustedes la sigue actualmente? No sé cómo le irá. ¿Ha mejorado en los guiones?
Johnny99 yo tengo los 26 nros y el tomo que saco planeta de savage dragon y despues los dos tomos de dolmen , es una serie maldita , pero era la mas divertida de todas savage dragon yo de spawn tengo el volumen 1 y ya esta.
y a partir de ahi la serie va subiendo. yo me hice con los archives usa, y con la edicion de aleta, hasta el 114usa. y poco a poco los tpb. pero si, merece una oportunidad por estos lares.
Johnny99 ¿ por que fracaso en españa savage dragon? alguna idea ¿?
Coincido con muchos en que spawn era una serie en se podia pasar números en los que la trama no avanzaba nada (cosa muy habitual en los noventa, sino pongo a Generación X como ejemplo de pasotismo existencial) pero si llego en España al numero 100 en una época donde solo se publicaba en cuadernillos y mientras que las serie de Image eran canceladas una a una (paleta de Gostiny y su manía de sobresaturar el mercado) es porque contaba con números muy interesantes con temas duros tales como los pederastas, el maltrato a puerta cerrada o el racismo.
Aparte secundarios como Sam y Twich, Violator, Rendentor, Angela, Dios, Malevolgia etc etc… daban mucha vidilla a una serie que era una especie de Fausto protagonizado por un amalgama entre batman y spiderman.
Eso si, después del número 100 y cierra de la saga de Al Simmons, se dejo claro que la gente no quería más de Spawn….
¿McFarlane no es ese tipo que lleva gargantilla por encima del suéter/camiseta? 🙂 🙂
http://ftp.spawn.com/TODD%20McFARLANE%20PHOTOS/mcfarlane%20reading%20spidey%20comic%20desert%20photo%20credit%20Anna%20Pena.jpg
ni idea juanky, supongo q las distintas ediciones no han vendido lo suficiente, y nadie quiere arriesgarse a publicar algo q incluso muchos lectores mas jovenes ni siquiera conocen. lo de porque no gusta, pues no lo se.
Johny 99: me sumo a tu reivindicación de Savage Dragon, puro divertimento y acción con personajes más divertidos que los clonicos de Wildcats, Ciberforce, Youngblood,.. y además tuvo un par de spin-off muy majos con Superpatriot y Freak Force, ambas con guión del gran Giffen.
Por cierto, me ha llamado la atención que tanto en el articulo sobre Image de el otro dia, como en este sobre Spawn, todos comentan que Image empezó a aumentar la calidad y madurez de sus comics con las aportaciones de Moore, Gaiman y más adelante de Busiek, Robinson, Ellis,… y parecen olvidar que casi en la primera hornada de comics Image hubo una serie que fué una auténtica «rara avis» no solo entre los primeros comics de esta editorial, sino entrre todos los de la época: MAXX, con Messner Loeb y Sam Kieth hablandonos de psicoanálisis, subconsciente, mundos oníricos,…..una esquisitez para paldares refinados.
Coño, mis palabras usadas en artículo, es la primera vez, quedarán para la posteridad je, je.
Sobre el artículo, muy bueno, pero quizá excesivamente complaciente con esos cómics, que ahora y entonces eran lentos, sin rumbo claro y lo peor que puede ser un tebeo; aburridos.
Vaya, se han usado mis palabras de un comentario en otro hilo para formar parte de un artículo/reseña de Spawn en Zona Negativa. Mooooolaaaaa…
Pero que sea la última vez, ¿vale? O me veré obligado a cobraros derechos de autor. 😉
Y ahora ya hablando en serio, como dije en otro hilo, me compré los 100 números de Spawn y todos los especiales que salieron de´Violator, Ángela, Bloodfeud, el cruce con Witchblade y Batman, etc… por lo que hablo con conicimiento de causa. Spawn era muuuuy lenta y no avanzaba nada en la trama. Se veía siempre a Spawn sentado en su «trono» en un callejón oscuro con pose molona, con cara de mala hostia y las manos juntadas delante de su cara en plan «tengo pensamientos profundos».
Reconozco que habían números sueltos en plan «auto-conclusivos» que molaban mucho y estaban muy bien -creo recordar de memoria que eran los nº del 22 al 30 y pico de la edición de Planeta- que eran una especie de «parentesis» en la trama y eran incluso entretenidos.
Mi recuerdo de Spawn es como el de los fuegos artificiales, que los ves y dices «mola», pero el recuerdo no queda retenido en la memoria más allá de lo pausible.
@juanky: ¿ por que fracaso en españa savage dragon? alguna idea ¿?
Con permiso de Johny99 te voy a dar mi opinion: La primera edicion de Savage Dragon, se cancelo por culpa de la sobresaturación de títulos que habia en ese momento: Planeta a través de forum publicaba Image y Marvel y casi todo en cuadernillos de 225/250 ptas, aparte de Dark Horse y comic español (la mítica época de laberinto).
Ante tanta oferta muchos lectores optaban por comprar solo las que de verdad les molaban y dejaban otras que si les gustaban pero que no les parecian inmediatas. En este segundo grupo cayo S.D. que cerró en el número ¿26? y que despues de muchas peticiones por parte de la gente se publicó en tomos recopilatorios (si hubieran hecho esto desde el principio otro gallo les hubiera cantado).
Años despues Aleta saco las aventuras del poli verde !!a partir del numero 101!! Para los que no hubieran leido lo anterior, habian pasado un guevo de cosas en la vida de Dragón, salido un monton de secundarios y para colmo a partir de ese número Larsen (que hace lo que le da la gana en el comic) se dedico a homenajear a Camandi de DC. Un despropsito que hizo que la serie ya empezara con problemas y que finalmente hizo que se hundiera por segunda vez. FALTAL ALETA.
En resumen: no es que no haya publico para Savage Dragón en España, sino que ha tenido unas ediciones tan malas que se queda incompleto siempre que sale. Una pena la verdad, a ver is se lanzan a sacar unos recopilatorios decentes de este personajes y tenemos una edicion completa de una maldita vez.
Un saludo
Recuerdo esta época. Yo tenía unos 11 o 12 años cuando empezaron a llegar los primeros números de Spawn a Chile. Yo en esa época ya seguía Batman por herencia de mi hermano mayor que yahabía dejado y comenzó a comprar Spawn. Cada mes llegaba con una nueva grapa de Spawn y al lado de mis batman todo en Spawn molaba más. Mejor papel, dibujos más espectaculares, personajes más malotes. Me tiré de cabeza a los primeros números, pero ya por el 10 estaba cansado. Llegué a duras penas a reflections y eso que lo leía de prestado sin gastar un centavo. Mi hermano lo dejó poco después por el 25. Y es que Spawn tenía eso, brillaba más que el oro cuando recién lo conocías, pero al poco tiempo aburría tremendamente, cosa que jamás me pasó con Batman hasta el día de hoy a través de buenas, malas y pésimas historias.
Veo ahora eso que dicen que la serie no avanzaba y es verdad, creo que no se percibiía avance, mientras en batman pasaban muchas cosas, interesantes o no, bien o mal contadas, pero pasaba mucho.
Por último, me llama mucho la atención que todos hablen de Spawn como que terminó en el númro 100 y bucenado en internet veo que sigue piblicándose y van por el 225 aprox. Como que la serie continuó y nadie se enteró. Ahora la dibuja Kudransky y por lo que pude ver sus dibujos están muy bien para mi gusto, de hecho eso me motivó a comprar con ganas Penguin dolor y prejuicio
A decir verdad, yo no aguanté más allá del número 4 (y es que cuatro numeros de poses sin que pase nada desesperan a cualquiera). Sólamente tengo como rareza esos número y el especial con batman de Mc Farlane y Miller. Hace poco pude leer el número mencionado de Dave Sim y es poco menos que una obra maestra donde se ve su mala leche contra las dos grandes, que 20 años después sigue siendo actual. O sinó, pregúntenle a ciertos señores de apellido Perez, Maguire (You know what I mean…)
Ya podrían estar los tebeos actuales dibujados como este Spawn. En los 300 nº que lleva (+ o -) no hay ningún Khoi Phan o Strongman de por medio.
Spawn es uno de esos tebeos que ningún sobrino de cuatro años podría dibujar.
Si el desarrollo de la trama es lento y eso es algo criticable, a ver que pasa con los vengatas de Hickman que llevo leídos unos cuantos números y solo hablan del fin del mundo pero no pasa nada. Además McFarlane aprovechó la coyuntura para cascarse unos muñecos cojonudos y hacerse multimillonario.
Ole sus cataplins.
Sobre el comentario del articulista (Buen articulo, por cierto)se comenta que es un tebeo con tono destinado para el público juvenil como hándicap y me gustaría preguntar
¿Qué tebeo de superhéroes no lo es?
«Watchmen, Watchmen¡¡¡¡» (Jauría enfurecida)
Y luego hay que leer que el DD de Waid y el Ojo de Halcón de las series actuales son una pasada cuando son truñacos muy bien dibujados y bastante infantilotes.
Habría que señalar qué es «público juvenil» porque para un chaval de 12 años, leer la trama de Kincaid (violador de niños) por poner un ejemplo, puede que no sea satisfactorio ni apropiado.
MCFarlane aprovechó la total libertad creativa para plasmar las salvajadas que ni Marvel ni DC se atrevían a editar y fue un soplo de aire fresco en la industria y el motivo junto a Lobo, de mi reenganche al mundo de los tebeos.
También es de juzgado de guardia que el fill-in realizado por de Dave Sim sea más disfrutable que todo su Cerebus.
Para gustos colores, tú quedate con Spawn y yo con con los infantilotes truñacos Daredevil y Ojo de Halcón.
Yo no lo veo tan juvenil, se abordan temas como la pederastia, violencia de género, adulterio, discriminación, racismo, abuso de poder, manipulación mediática, criticas al patriotismo y la hipocresía estadounidense, incluso críticas veladas a la propia religión y no tan veladas, incluso burlas y parodias bastante descaradas.
Los personajes no son para nada planos y van adquiriendo matices y evolucionando a lo largo de la historia. Tampoco hay un héroe al uso que hace el bien y trata de recuperar a su amada. Sino que poco a poco se va descubriendo la auténtica naturaleza de Al Simmons y el por qué de su caída al infierno que poco tiene que ver con lo que se muestra al principio. Por ejemplo, muy avanzada la historia se siembra una duda más que razonable sobre si el amor de Simmons es real o una obsesión por controlar a Wanda, se le muestra como un maltratador en vida y juegan a la confusión sobre si esos recuerdos son reales u otra estratagema del infierno. Y así con muchos otros personajes que van dando tumbos morales y cambiando como haría cualquier persona real.
Un detalle curioso fue, no sé si por primera vez pero si de forma más natural. El atreverse a mostrar unos protagonistas de raza negra que vivían acomodados en un buen barrio y con una buena vida. Huyendo del cliché de gente modesta o de barrios pobres pero honestos que luchan por seguir adelante, etc. Hasta ese momento, normalmente en los cómics o eran exdelincuentes, gente modesta o el otro extremo miembros de una tribu africana con raíces profundas y antiguas de gran nobleza. No había termino medio salvo alguna excepción. De hecho, la mayoría de villanos y de los mendigos del callejón eran de raza blanca, curioso también. Aquí parece una tontería pero recuerdo que en EEUU se habló bastante del tema. Hasta el punto que en la adaptación a la gran pantalla, se cambió el personaje de Terry Fitzerald (el mejor amigo de Al y casado con Wanda) por un actor de raza blanca. Casualidades? No lo sé, pero recuerdo que se comentó bastante este hecho también.
El caso es que en muchos aspectos no me parece una lectura tan juvenil ni ligera. Es más, creo que si esto se hubiera hecho en una serie Marvel/DC, estaríamos hablando del atrevimiento y buen hacer de la editorial y habrían despertado bastante más revuelo todos estos temas. Pero como no es el caso, para muchos solo son una treta más del pesetero de McFarlane intentando llamar la atención.
Spawn es estupenda, al menos los primeros 100 números.
Tal como dicen, el cómic rompió con varios mitos autoimpuestos por las grandes compañías.
No se trata de un superhéroe, es la manera en que Todd mostró su punto de vista de cómo es la sociedad norteamericana, donde todo lo que brilla no es oro, sino todo está oculto en un callejón y que si logras levantar la cabeza, descubres que para hacerlo debes mentir, traicionar y actuar según dictan las normas de los que tienen el dinero.
Queda bastante claro cuando a la idea de Gaiman en la primera aparición de Angela, Dios maneja sus designios a través de una empresa.
El número de los niños maltratados por su padre; el del Ku Klux Klan; Violator es un payaso que come corazones de mafiosos; el juego del poder con su ex-jefe con ventas de armas clandestinas y uso de armas de destrucción masiva.
El chiste está que el personaje en vez de llevar harapos se viste como un superhéroes; y con eso vendes muchos comics.
Yo aguanté los primeros 50 números, comprados y sudados mes a mes.
El porqué… Supongo que debo achacarlo a la locura noventera, que aupó a McFarlane como un crack que lo partía allá donde iba. Todavía no he vendido estos 50 números, ni idea exactamente de por qué. Los guardo exactamente con el mismo cariño que su Spider-man, que tengo hasta encuadernado… No sé, cosas que marcan tu infancia. McFarlane es un pésimo guionista y un dibujante muy sobrevalorado, que abusa de poses acartonadas en algunos personajes secundarios (y sobrecompensa dibujando poses como las de Spider-man en los personajes principales) La composición de las págins me parece efectiva y resultona, pero en conjunto lo de aquella admiración que le profesaba de adolescente sólo puedo explicarla como que fui parte de la hipnosis colectiva que provocaron todos esos dibujantes estrellas del rock n’ roll de los 90. Además a este pibe le culpo de joder el estilo de un emergente Greg Capullo que daba muestras de buen hacer en X-Force pero que luego se vio forzado a imitar el estilo McFarlane cuando le reemplazó en Spawn y ya nunca se recuperó del todo. En fin! Hay cosas peores que comprar, claro está.
De los números sueltos aquellos, me quedo con todos salvo el de Frank Miller que era efectivamente espantoso (y de su crossover con Batman ya ni hablamos… Mugriento a tope); enriquecieron una trama que en su séptimo número ya estaba estancada. Los números de Morrison no me parecieron tan lentos, fíjate. Los guardo con cariño.
Cada vez que pienso en las paginas con los televisores y esa burrada de texto me da dolor de cabeza y lo digo en serio, nunca he podido releerlos.
AAA dios tan solo me metí aquí porque se esta hablando de mi personaje favorito de todo el mundo de los comics… y eso que son las 2 de la mañana aquí en mi país.
Hablar de spawn para la mayoria de lectores de comics que conozco es hablar negativamente, sin embargo son esos mismos los que lo coleccionaban mes a mes en sus tiempos… no se porque le guardan tanto rencor. Vamos no era malo, a mi me sigue entreteniendo bastante, que si la trama principal fue muuuy lenta (spawn quiere recuperar a Wanda) pero en los ciento y pico de números que se tardaron nos dieron muuchas subtramas muy buenas que aun sigo disfrutando.
Aquí quiero hacer mención especial a Brian Holguin, escritor que se hizo cargo de spawn desde el numero 50 y tantos hasta el 120 y tantos. GRANDES HISTORIAS, y muy menospreciado. Sin duda la epoca dorada de spawn. Ese numero (95 me parece) la historia «3 usos del cuchillo» fue sublime. Y todos sus arcos, acompañados de un Greg Capullo que estaba en su punto mas alto. Brutal.
Yo haría una pregunta: ¿Si se les hacia lento, porque compraban spawn? ¿porque era un éxito de ventas? ¿eran los dibujos? ¿el carisma impresionante que aun derrocha el personaje?
Tristemente ahora no esta pasando por buenos momentos tanto comercial como creativamente, parece ser que su creador se esta volviendo a reciclar (cosa que también hacen marvel y dc) solo que de una forma nada sutil, eso si el arte de Szymon Kudrinsky o algo asi le da un subidon, eso y que Todd ha vuelto a las portadas, esperando que suban las ventas.
Necesita desesperadamente otro escritor, me pregunto que habrá sido de Brian Holguin, lo he buscado en twitter pero nada, le debería de volver a contratar, con el las ventas iban muy bien y eso era porque tanto las historias como el arte iban muy bien.