Explorando Marvel Now! Mighty Avengers

 

Guión: Al Ewing
Lápices: Greg Land
Tinta: Jay Leisten
Color: Frank D’Armata
Portada: Greg Land
Editorial: Marvel Comics
Contiene: Mighty Avengers, vol.2 #1
Formato: Grapa, 21 páginas
Precio: 3,99 $
Valoración:

 

El crossover editorial Infinity ha llevado a los héroes más poderosos de la Tierra a capitanear una lucha épica contra los Constructores en el espacio exterior, dejando nuestro mundo desprotegido (como si fuera la primera vez…) y a merced de Thanos y sus secuaces. Momento y lugar perfecto para lanzar tie-ins fáciles de justificar y sólo ligeramente relevantes, y, de paso, fundar algún que otro nuevo equipo de Vengadores. Con el novio de la muerte en la sombra, los nuevos Mighty Avengers, liderados por el recientemente retirado Luke Cage, se reúnen en Nueva York para cubrir el hueco y resistir frente a Proxima Midnight, antes de que ésta bucee para causar la destrucción Atlantis. ¿Qué relevancia puede tener un octavo título vengativo en las estanterías? ¿Cuáles son sus particularidades y su razón para existir? ¿Es un macro-evento la mejor estrategia para definir una nueva alineación?

La respuesta definitiva la tendremos cuando acabe este primer arco. Por el momento, sin embargo, casi todo en el primer número de este segundo volumen de Mighty Avengers parece forzado. Luke Cage volviendo a formar un equipo de Vengadores tras retirarse durante cinco minutos. El Spider-Man Superior asomándose en la trama con la moralina del día. La conexión de la trama con la villana venida de Infinity que no logra imponer riesgo o temeridad en las pocas páginas por las que se pasea. La nomenclatura Mighty o incluso su lugar como una serie de Vengadores (cuya explicación es inexistente más allá de lo comercial del nombre y el reciclaje de un título ya conocido). Los dibujos de Greg Land. Todo parece mandato editorial, que poco sirve a la historia que aquí se nos quiere narrar.

Si vamos a tener héroes solitarios y acostumbrados a trabajar a pie de calle, ¿por qué no explotar al máximo la propuesta? Una ambientación lúgubre, conflictos morales, bandas y choque de personalidades. En vez de eso, el primer número, donde sólo se atisban leves pinceladas de intimidad y conflicto, se empeña en ser tan colorista como hueco, siempre trabajando a favor de atraer nuevos lectores enganchados al evento madre (quienes ni siquiera encontrarán respuestas en este número). Aunque claro, si hubieran querido imprimir un ambiente más callejero, la editorial, de primeras, nunca habría elegido a Greg Land como su dibujante titular.

Muchas críticas le han llovido al dibujante en todos sus trabajos anteriores, pero nunca fue menos apropiado en una cabecera como lo es en ésta. Pese a lo poco que pudiera gustar en el relanzamiento de Iron Man, allí, al menos, tenía la oportunidad de crear y diseñar armaduras, monstruos y Celestiales, mediante lo que demostrar su mejores cualidades. Aquí, por el contrario, ha sido fichado para utilizar sus lápices en largas conversaciones y escenas a la sombra de los rascacielos. Su narrativa fotográfica es tan confusa como de costumbre, aunque el verdadero sello de la casa siguen siendo los rostros de sus personajes. Terry Crews es el elegido para su Luke Cage. Para Monica Rambeau, mientras tanto, parece que no encontró ninguna actriz afroamericana porno apropiada, con lo que ha decidido eliminar sus reconocibles rasgos raciales (labios carnosos o el pelo afro que la hicieron icónica y diferente a las mujeres junto a las que combatía). Ahora resulta que es menos negra que Halle Berry.

Del mismo modo, la caracterización de la antigua Capitana Marvel (o Fotón, o Pulsar) se convierte en uno de los grandes problemas de este número introductorio. Como si fuera una Janet Van Dyne cualquiera (y con su mismo corte de pelo), a la actual Spectrum le da tiempo para hablar de su nueva vestimenta y de su soltería (La prueba del Bechdel test no estaría contento), pero no para sacar a relucir el personaje que queremos y admiramos, uno de los grandes desaprovechados de las últimas décadas en Marvel. Su actitud de mujer fuerte a lo Pam Grier aflora en alguna viñeta, por suerte, lo que nos da alguna esperanza de que haya sido la falta de tiempo lo que no ha dejado al británico Al Ewing hacer brillar su recordada personalidad. No en vano, en su presentación, el guionista explica que los primeros cómics de Vengadores que leyó en la barbería de su infancia fueron en los que Roger Stern la hizo líder de los Vengadores, y que además, le encanta la caracterización que hizo Warren Ellis en Nextwave. Teniendo esto en cuenta, esperaremos para asentar un último veredicto. Tiene un voto de confianza.

La caracterización de Luke Cage, por su parte, bebe de manera inteligente de la evolución en la que le sumergió Bendis. Tras un corto tiempo dedicado a su renovados Héroes de Alquiler, donde entrena a graduados de la Academia Vengadores como Tigre Blanco y Prodigio, la decisión de volver a formar un equipo de Vengadores puede resultar un tanto repentina. El cómic, al menos, se esfuerza por explicar su situación actual y su motivación, empujada por un Spider-Man más honesto que nunca, aunque con la socarronería y prepotencia con la que ha caracterizado Slott a Otto. Una escena en un diner, donde Cage habla sobre su familia, sus perspectivas, su futuro y la ética de convertirse un héroe por dinero, dibuja pinceladas del camino que debería tomar la serie, lo que hace florecer nuestra esperanza por que Ewing trate de buscar una propuesta más atractiva en los siguientes números. Cuando le quiten las esposas, de paso, quizás también se atreva -si encuentra tiempo- a desarrollar lo que significa ser una minoría en el Universo Marvel, hecho tan bien plasmado en la alineación pero que ni se menciona en esta introducción. Un cómic más interesante reside en las entrañas de una colección que, por lo visto, no supera la intrascendencia.

La alineación, por el momento, se cierra con Spider Hero (sin guion), un misterioso héroe a la sombra que no puede mostrar su rostro en territorio estadounidense y que tomará el manto de Ronin en el número cuatro. En Internet ya se barajan nombres como Starfox y el USA Agente, aunque, al parecer, Ewing tardará unos números en relevar su identidad, cuando se le hayan agotado las pistas que dar. Habrá que esperar también para ver cómo se desarrolla la incorporación del Halcón, Blue Marvel y Hulka, desaparecidos de este número. Al otro lado, Parnival (hermano de Kazar) y Blue Streak sirven de villanos desechables perfectos para entretener a los héroes mientras que éstos se enfrascan en problemas más interesantes. Los fracasados dignos de la imprescindible Superior Foes of Spider-Man (sucesora moral de Thunderbolts) tienen, por el momento, más personalidad que la minion de Thanos encargada de empujar un nuevo ‘¡Vengadores Reuníos!’.

Aún con suficientes cabos sueltos, y alguna que otra promesa de lo que puede dar de sí la propuesta, como para mantenernos interesados hasta después de que acabe Infinity, el número introductorio de Mighty Avengers resulta bastante soso y poco original, demasiado volcada en eventos editoriales e introducciones como para labrarse personalidad propia. Como pasaba con Avengers A.I. no se nos quita de la cabeza que éste es un título del todo secundario, al que nadie del departamento editorial ha prestado demasiada atención. Como tal, deberá granarse a pulso una personalidad propia que le haga alejarse del patrón, erigiéndose en algo diferente. De lo contrario, su vida será corta. La verdadera prueba de fuego de Ewing, no obstante, llegará en el momento que le dejan definir su voz, y, de paso, deshacerse de un Land fuera de su entorno. A partir del cuarto número comienza un tie-in con Inhumanity, así que ese momento queda todavía lejano. Esperemos que, para entonces, no sea demasiado tarde.