ZN Cine – Lobezno Inmortal – Reflexiones sobre un error de montaje

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No es fácil comprender la especificidad del trabajo del guionista. Por mucho que los manuales enseñen técnicas de escritura más o menos avanzadas cuesta imaginar hasta qué punto un relato exitoso es el resultado de dolorosos descartes, caminos fallidos y desarrollos prometedores que nunca verán la luz. Los lectores y espectadores vemos siempre un producto terminado, construido para que el camino de causa y efecto nos parezca el único posible. A veces solamente podemos acceder al corazón de la ficción a través de los errores, porque en esos momentos se revelan los problemas que acucian a los autores, las decisiones que toman y, en extrañísimas ocasiones, las estrategias que habían diseñado para solventarlos. Uno de los errores de montaje más groseros que he visto en mi vida nos permitirá descender hasta el corazón narrativo de Lobezno Inmortal. No será, eso sí, más que un vistazo fugaz, dudoso: ni siquiera quedará claro cómo debería haber sido la escena sin mediar el fallo. Habitaremos por unos instantes el núcleo de las dudas de un creador profesional y podremos juguetear con su material. Creo que puede resultar interesante.

Permitidme, eso sí, que comience con una aclaración terminológica. Prefiero «error de montaje» a «fallo de raccord» porque creo que en los últimos tiempos se ha abusado de esta expresión. El raccord sencillamente alude a la relación que debe establecerse entre planos para mantener la ilusión de continuidad, sea espacial, direccional, interpretativa… Visto así es obvio que si un personaje atravesado por una espada se levanta sin sangre se ha cometido un fallo de raccord. No obstante, la sacralización del raccord -tardío triunfo del realismo extremo propugnado por Bazin– oscurece el hecho cierto de que la continuidad en cine es el resultado de una construcción consciente, no su precondición necesaria. Un autor puede quebrar a propósito la continuidad para alcanzar sus objetivos estéticos. En Al Final de la Escapada, Godard, alteró varios principios tradicionales de la continuidad -cortando planos en el montaje, entre otros procedimientos- para transmitir la urgencia de la narración y el vértigo que rodeaba la vida de los personajes. Como decía el propio Godard, el raccord no es más que el paso de un plano al siguiente, y esto puede hacerse sin dolor -al modo realista- o con una intencionalidad dramática.

Dicho de otra manera, toda alteración en la cadena lógica de una escena implica un fallo de continuidad, pero que haya un fallo de continuidad no quiere decir que haya una alteración lógica. Si valoramos por encima de todo que el montaje de una película no contenga contradicciones narrativas estamos favoreciendo un enfoque superficial del trabajo del guionista. No hace falta que pensemos en el cine de Bergman para valorar la audacia narrativa: una película mediocre como Lobezno Inmortal exigió a sus guionistas un trabajo concienzudo para mantenerla a flote. En realidad no lo consiguieron y terminaron creando un espectáculo irregular sostenido únicamente por la inmensa figura de Hugh Jackman, pero de sus problemas y condicionantes podemos extraer lecciones valiosas para cualquier disciplina creativa.

Hay dos condicionantes que debemos mencionar. El primero es que Lobezno Inmortal es un thriller que no necesitaba contenido superheroico para funcionar.

Admiro la fotografía de Ross Emery, pero esto es un superhéroe para la mayor parte de directores: poses, músculos, masculinidad y violencia sin concretar.
Admiro la fotografía de Ross Emery, pero esto es un superhéroe para la mayor parte de directores: poses, músculos, masculinidad y violencia sin concretar.

De hecho, tanto Madame Hydra como el enemigo final son personajes vacíos cuya presencia chirría completamente. Muchos de los momentos más propiamente «comiqueros» están metidos a calzador y se nota. Pero el condicionante que más limita el trabajo de los guionistas es la representación orientalista de Japón: el país nipón en el cine de Hollywood -y en la conciencia occidental- es concebido como el reino de lo extraño, de la contradicción entre el kimono y la katana, del choque entre tradición y modernidad. En definitiva, Japón es un estereotipo gigante que forma parte de la ideología contemporánea de Occidente y arruina parte del diseño narrativo de la película.

El fallo de montaje de Lobezno Inmortal del que hablo es, por supuesto, la ya famosa escena de los palillos. Estamos en la mitad de la película, casi en el minuto 56. Tras trepidantes -e inverosímiles- persecuciones Logan y Mariko han conseguido refugiarse en una casa a las afueras de Nagasaki y allí disfrutarán de unos breves instantes de paz. Hasta la huída a Nagasaki, Mariko no era más que una débil mujer japonesa, trasunto eterno de la geisha trágica de Puccini, intento de suicidio incluido. Por cierto que a los que conocemos a la digna Lady Mariko del cómic, ¡qué ajena nos resulta esta frágil muñequita!

En la casa de Nagasaki los guionistas intentan concederle a Mariko su cuota de fuerza y protagonismo y ponen a su disposición un pequeño arco narrativo que comienza en realidad hacia el minuto 48, cuando Lobezno y Mariko duermen en un «hotel del amor» japonés. Mariko se encarga de curar a Lobezno, por no hablar de que la inminencia del sexo ya es evidente. Una vez en Nagasaki es Mariko quien introduce los encantos de la zona, quien cocina y quien domina el espacio doméstico. ¿Se entiende la estrategia? Mariko es un personaje relevante porque ofrece una gratificación sexual, hace de enfermera y de ama de casa. Nada nuevo bajo el sol en la representación femenina. Pero Mariko no solo es una mujer: también es japonesa y los guionistas sienten la obligación de recordarnos que la japonesa es sumisa y obediente.

Esta es la única escena en la que Mariko hace avanzar el argumento moral. Es la encargada de recordarle a Lobezno que los extranjeros no pueden comprender la esencia de Japón, la obediencia paterno-filial y la actitud sumisa de la mujer. Cualidades que, por cierto, en absoluto son privativas de Japón y que no todos los japoneses comparten, pero que se han convertido el estereotipo dominante del país a mayor beneficio, claro está, de las fuerzas conservadoras japonesas y occidentales. Mariko le prepara una comida a su hombre y cumple con su máxima función como vehículo ideológico. Lo mismo habría dado que, tras la escena de cama hubiera desaparecido. A partir de aquí Mariko solo sirve para manifestar su debilidad como la princesa indefensa que aguarda en el castillo la llegada de su libertador. Literalmente.

mariko pachinko

Analicemos solo por un instante el juego de oposiciones. Mariko le explica al espectador que, en tanto mujer y japonesa, debe respeto y obediencia a los hombres de s familia. Hugh Jackman la rescata y se acuesta con ella. La mujer blanca transporta los valores contrarios: la feminidad de Madame Hydra es agresiva, libidinosa, y tan amenazadora que llega a reducir el poder del protagonista. Como resultado recibe la muerte. La mujer que necesita al héroe es pasiva, la que le amenaza es agresiva y ambiciosa. Otra vez, nada nuevo bajo el sol. Es el mismo esquema narrativo de las películas de los cincuenta. Como en Esposa de Guerra Japonesa o en Sayonara, la dócil mujer japonesa enseña a la mujer blanca que el feminismo y la liberación le apartan de su verdadera vocación: asegurar la felicidad del varón.

El contraste de la mujer que amenaza el poder del varón con la sumisa Mariko, a la espalda de su protector en el pachinko, nos explica muchas cosas sobre la función y los condicionantes del cine comercial
El contraste de la mujer que amenaza el poder del varón con la sumisa Mariko, a la espalda de su protector en el pachinko, nos explica muchas cosas sobre la función y los condicionantes del cine comercial

Lejos de mi intención efectuar una interpretación de Lobezno Inmortal. Ni valoro ni practico el análisis discursivo. Intento señalar, simplemente, que en esta los guionistas están reproduciendo estereotipos producto de más de un siglo de esquemas narrativos y indiscutidos. Por avanzar en mi argumentación, creo que en el fallo de montaje sobre el que estoy divagando podemos intuir cómo estos estereotipos condicionan la mismísima estructura del relato.

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Mr. X
Mr. X
Lector
23 septiembre, 2013 14:33

«Mariko es un personaje relevante porque ofrece una gratificación sexual, hace de enfermera y de ama de casa. Nada nuevo bajo el sol en la representación femenina. Pero Mariko no solo es una mujer: también es japonesa y los guionistas sienten la obligación de recordarnos que la japonesa es sumisa y obediente.»

No creo que los guionista de Lobezno inmortal hayan visto Audition de Takashi Miike.

Ocioso
Ocioso
Lector
23 septiembre, 2013 14:57

Sí, yo también estoy perplejo. Creo que el artículo tiene un error de montaje. 🙂

ross andru
ross andru
Lector
23 septiembre, 2013 14:59

Godard, Bergman y Lobezno inmortal no deberían pronunciarse en el mismo artículo. Cualquier lector inocente podría creer que estamos hablando de una película imprescindible. Señores de la Fox, devuelvan los derechos a Marvel.

katmudah
katmudah
Lector
23 septiembre, 2013 15:04

Y yo que no veo el error de montaje por ningún lado… Logan no abandona la mesa en ningún momento, sigue comiendo aunque la cámara se centre en su cara (o al menos, el movimiento de los hombros denota haber tocado los cubiertos). Y el comentario en tono de reproche de Mariko a Logan por su falta de comprensión se muestra en el empeño de éste en repetir sus errores (los palillos). No creo que haga falta mostrarlo todo ante la cámara para tener coherencia narrativa.
Respecto a lo de japonesa sumisa buena y la occidental agresiva mala, supone ignorar a Yukio, japonesa, rebelde y luchadora, una compañera, no un florero.
En cuanto a lo de Japón como entorno extraño…¿cómo no va a serlo, si lo vemos a través de los ojos de un Gaijin amnésico que empieza a recordar un pasado de hace más de 60 años?
En fin, que da para mucho debate, pero es cierto que es una película que no necesita demasiado elemento superheroico (puedo prescindir de la escena del tren bala perfectamente) y hay personajes (como Viper) que me resultan muy vacíos. Con todo, The Wolverine no es una película mediocre en absoluto.

Louontherocks
Louontherocks
Lector
23 septiembre, 2013 15:05

Cual es el error???

Rasputin33
Rasputin33
Lector
23 septiembre, 2013 15:06

El autor padece distorsión cognitiva. Y convierte su peculiar interpretación de la película en error de montaje inexistente.

Carlos Cruz
Carlos Cruz
Lector
23 septiembre, 2013 16:07

Creo que Julio se refiere a que Mariko se lo monta mal; ese es el error de montaje. Tenía que haber dejado que los cacharros los fregase Lobezno, aunque moribundo, para no dejarse comer el terreno por un gaijin machista y peludo. Y en lugar de meter ese chorizo narrativo del androide peleón, el final lógico era que los dos hubieran ido de la mano a manifestarse con las Femen en la puerta de la mansión Yashida.

Tanto monta, monta tanto el montaje de Mariko como el del Lobato.

O es eso, o el autor se ha liado con las digresiones.

New_Rodro
New_Rodro
Lector
23 septiembre, 2013 16:14

Interesante teoria, pero se olvida (¿aposta?) del personaje de Yukio que, siendo tambien japonesa, no tiene nada de sumisa, pasiva o «gratificación sexual» del protagonista.

Pero en fin… no dejes que la realidad te estropee una buena ocurrencia.

ultron_ilimitado
ultron_ilimitado
Lector
23 septiembre, 2013 16:14

Pues me quedo igual que todos, no veo el error de montaje. Me parece más una reflexión ideológica sobre la película (que además hila demasiado fino yo creo…)

Por cierto, la peli está bastante entretenida, pero lo de las garras prácticamente la jode.

Sierra
Sierra
Lector
23 septiembre, 2013 17:52

Mariko cuando se va escapando la primera vez va repartiendo pequeñas hostias como panes, dentro de lo que cabe se sabe defender.

En cuanto al fallo de raccord en la escena de los palillos, a mi personalmente no lo veo como tal. Me cantó más la pelea encima del tren, que por momentos no sabía si se estaba peleando con uno o dos o tres matones.

Una curiosidad: en los comics, Lobezno tiene relaciones tanto con Mariko como con Yukio y Víbora (de hecho, es su ex-esposa )

zagel
zagel
Lector
23 septiembre, 2013 18:12

El contrapunto de Mariko no es Viper, sino Yukio ambas japonesas. Viper es un pegote suprevillanesco que justifica que la pelicula sea de ‘superheroes’.

Que los personajes sean estereotipos no nos debería de extrañar. Casi todo lo basado en comics son estereotipos de lo mas burdo (¿Hay algo mas estereotipado que el Capitan America, Superman o Batman?) y suelen funcionar bien por eso. (Y cuanto mas juegan a romperlos mejor, pero para eso primero hay que establecerlos).

Yo veo mas fallo de montaje (fallos de construcción de personajes mas bien) en los personajes japoneses masculinos, que no se aclaran en toda la pelicula . El abuelito y el ¿noviete? ninja de Mariko (¿soy bueno?/¿soy malo?/¿soy bueno ota vez?/¿o soy muy malo?). Que una cosa es jugar a la ambigüedad, y otra es que el personaje no este definido y cambie sin razón de ser a lo largo de la pelicula (sobre todo ese noviete ninja).

l rodriguez
l rodriguez
Lector
23 septiembre, 2013 18:38

Poco quedó del excelente guión que decían había hecho Christopher McQuirre, solo que todo se confabuló para que a final de cuentas las cosas no salieran como lo tenían pensado Jackman y la Fox, pero por intentar que no quede. Aún así les salió algo potable que da pie a una tercera ¿y ultima? película de Wolverine.

georgepak
georgepak
Lector
23 septiembre, 2013 18:56

hombre , leer «Yukio» y «sexual» en una oración da miedo ! Que fea es esa japonesa por dios !

Khonshu
Khonshu
Lector
23 septiembre, 2013 20:27

Interesante teoría pero…

Aviso de Spoiler

…Al final, cuando Lobezno está indefenso es Mariko quien le salva y acaba con el villano de la película. No es que ayude un poco a Logan, ella lo mata y salva al héroe, acaparando el protagonismo (usando habilidades que están justificadas argumentalmente por la escena de Nagasaki).

Eso rompe bastante el esquema de damisela en apuros.

Pedro Monje
23 septiembre, 2013 21:56

El gran Julio nos ha pedido que tiene problemas de conexión y no puede dejar comentarios de agradecimiento o entrar al debate. Tan pronto cuando vuelva de sus quehaceres estará con todos vosotros.

the drummer
the drummer
Lector
23 septiembre, 2013 22:05

eso, que vuelva, que nos tiene que dar unas cuantas explicaciones 🙂

Igverni
Lector
23 septiembre, 2013 23:16

Lo siento Julio…
pero tu artículo no tiene ningún sentido…

La evolución de Mariko no me parece un fallo de montaje, es una narración standard de chica en apuros que es ayudada «a su pesar» por el heroe extranjero gaijin… y una narración «mainstream» obliga a la escena de cama, más o menos justificada, previo al último acto.
Por tanto, no es un fallo en el sentido estricto del término, simplemente es una narración mediocre, como la película, que narra sin arriesgar repitiendo clichés ya vistos anteriormente.
Y en vista de tanta mediocridad, me parece raro que te hayas fijado solo en Mariko, de lo menos malo de la película y que tiene en Yukio su contraste, que rompe el estereotipo de mujer japonés sumisa…

Lo siento, pero respetando tu opinión al respecto, normalmente una de las máximas de la comunicación es que si el receptor no entiende el mensaje, por muy bueno que emisor crea que es, no sirve… o quizá es errado!!

así que una ampliación de tu punto de vista no estaría mal…
saludos!!!

x-ternon
Lector
24 septiembre, 2013 1:22

No he visto la película, pero tras haber visto bastantes películas de supers, de acción y blockbusters en general y especialmente la primera película del garras, la verdad es que lo que me chirría es un análisis tan elaborado y sesudo en una película de este tipo. Aunque igual la película lo merece, de todas formas es interesante

Andretapol
Andretapol
Lector
24 septiembre, 2013 4:32

¿Es esta nota una definición de lo que es un error de montaje, o habla de un error de montaje de la película?
Lo único que encontré son unos cuantos errores gramaticales y ortográficos.

marcus
marcus
Lector
24 septiembre, 2013 11:10

Queremos que comparezca el autor del artículo para ser sometido al tercer grado correspondiente y ser fustigado si sus explicaciones no convencen o alabado si lo hacen por el hecho de que no hemos sabido interpretar bien el título del mismo. Gracias.

Igverni
Lector
24 septiembre, 2013 11:25

Marcus +1

Ivan Rivas
24 septiembre, 2013 12:33

Yo también exijo la comparecencia de Julio, porque me chocan las mismas cosas que a todos vosotros.
¡Queremos saber!

Jeta
Jeta
Lector
25 septiembre, 2013 7:10

Interesante. Un artículo de tono feminista es capaz de igualar en exaltación y volumen de comentarios al mefistazo de turno o la desternillante batalla mensual de ventas entre DC y Marvel. Muy agudo análisis, aunque incomode en el colectivo geek o sea invisible para el común de los mortales machistas, que salen del cine más o menos contentos según el número de mamporros y tías buenas que aparecen en la cinta.

Retranqueiro
Retranqueiro
Lector
25 septiembre, 2013 17:20

Pues yo también me he quedado un tanto confuso con el artículo. Claro que también estábamos muy mal acostumbrados a causa de lo excrlente de los anteriores. Es verdad (por lo que recuerdo de la escena) lo que comenta Julio C. Iglesias de los palillos. Y también estoy de acuerdo con lo de los clichés en los roles femeninos. Y no creo que el hecho de que, al final, sea Mariko quien salve a Logan la convierta en un personaje fuerte y no un simple florero; más bien se queda a medio camino. Un personaje más bien dócil con cierto carácter. Vamos, que ni es la Dale de Flash Gordon ni la Aleta de el Príncipe Valiente quedando más cerca de la Sigrid de el Capitán Trueno o la Claudia de el Jabato. Y lo de Yukio como personaje fuerte tampoco lo veo. ¿Por que lleva espada y sabe luchar? Pero si se pasa la mayoría de sus lintervenciones gimoteando… La verdad es que es ver a las Mariko y Yukio de la peli y compararlas con sus contrapartidas de papel y es para echarse a llorar.

De todas maneras, a mí la escena de los palillos me tocó las pelotas por otro motivo. Durante la promoción de la peli (no recuerdo dónde lo ví o leí) uno de los responsables del film -tal vez el director- venía a decir que Logan se quedaba admirado con la cultura japonesa lo que , entre otras cosas, se reflejaba en la forma en que luchaba en esta peli. ¿Y al final en qué consistieron esas «nociones de japonés» que seducen a Lobezno? En la chorrada del principio de que la katana se coge con ambas manos, en presenciar un combate de samuráis (con una coreografía a lo Matrix que hace que dicha escena tenga tanto de combate de samuráis como la batuka de baile regional) y la dichosa escena de como se colocan los palillos en la mesa. ¡Tócate los cojones! El cómic original, siendo en sí una historia de aventuras era mucho màs profundo en ese sentido; joder, la escena en la que Logan advertía que su pelea con los ninjas había destrozado la armonía de un jardìn zen estaba más llena de significado que toda esta película.

Y eso que, personalmente, estoy a estas alturas bastante harto de lo mitificado (sobre todo en cuanto a misticismo) que tenemos determinados aspectos del mundo oriental en general y de los samuráis en particular (O del budismo y los lamas; no puedo con el buenrrollismo zen hacia esa panda de cabrones que viven a todo lujo en sus monasterios dedicados a.la meditación y el kung-fú mientras el pueblo llano seguía sometido a un régimen feudal).

De hecho, me voy a tomar la libertad de desbarrar un rato porque esto me ha traído a la memoria algo que me quedó sin decir de cuando la reseña del último tomo de X-Force y lo ocurrido con Lobezno y Daken y sobre el porqué de considerar a Lobezno un samurái fallido. Por lo que me parece recordar (no sé si ya en Honor), en la época de Claremont se venía a decir que Lobezno había abrazado el bushido (fascinaciòn cultural aparte) porque el tratar de llevar una existencia tan reglamentasa le ayudaba a dominar a su animal interior. Mi opinión es que Logan no es un samurái fallido por no cumplir a rajatabla los preceptos del bushido (cosa que -y sin conocer al dedillo tales preceptos- considero algo imposible de realizar. Mi percepción es que el bushido se asemeja a ideal medieval de caballería, con todas sus normas, el amor cortés y todo eso. Quiero decir, se trata de eso, de alcanzar un ideal, por tanto, un imposible. Más aún si partimos de que tanto caballeros como samuráis son una élite guerrera, una casta que por encima de romanticismos y demás primaba sus privilegios sobre los de los demás. Lo que decía de como mitificamos ciertas cosas, vamos. Decía, pues, que Logan no falla cuando no es capaz de cumplir con la letra del contrato sino cuando deja de intentarlo y se abandona a su salvajismo. De hecho, creo que cuando, al final de Honor, Mariko le entrega la espada del clan es por eso mismo; no por que Logan sea más honorable que nadie sino porque se esfuerza en serlo, al contrario que Shingen quien ha dejado de intentarlo.

Joder, al final se me ha ido la pinza de más y creo que ya soy incapaz de reconducir el comentario. Supongo que lo que intento decir es que en la peli todo esto lo resueven de mala manera con cuatro pinceladas de folclore japonés. Y encima les queda de pena.

Tengo que pedir perdón. No sólo me ha quedado un tocho sino que encima es un ladrillo inconexo.